Tag: archidiósesis

  • Las relaciones de Rumanía con el Vaticano

    Las relaciones de Rumanía con el Vaticano

    La coexistencia multiconfesional de los cristianos está atestiguada desde la Edad Media, las fuentes registran información sobre la presencia de minorías junto a la mayoría: católicos junto a ortodoxos, reformados y evangélicos junto a católicos y ortodoxos, greco-católicos y católicos romanos junto a reformados y ortodoxos, neoprotestantes y otras confesiones.

    La presencia católica más antigua en el espacio rumano se encuentra en el territorio transilvano, concretamente en la archidiócesis de Alba Iulia, que data del siglo XI. En la catedral católica romana de Alba Iulia está enterrado el voivoda de Transilvania y regente de Hungría Iancu de Hunedoara, padre del rey húngaro Matei Corvin, de religión católica y de origen rumano, que murió de peste en 1456.

    La temprana presencia católica en el espacio rumano se debe a los reinos de Hungría y Polonia. Los obispados católicos en las laderas oriental y meridional de los Cárpatos eran el de Siret, en el norte, fundado en el siglo XIII, el de Milcov, a la vuelta de los Cárpatos, también en el siglo XIII, y el de Severin, en el encuentro de los Cárpatos con el Danubio, en el siglo XIV. Hasta la aparición del Imperio Otomano en el sudeste de Europa a finales del siglo XIV, católicos y ortodoxos, aunque a menudo divididos por ideas políticas, formaban parte del mismo mundo cristiano. Las Cruzadas Tardías fueron alianzas entre reyes y príncipes católicos y ortodoxos, y en las coaliciones antiotomanas de los siglos XVII y XVIII se agruparon ejércitos de todas las confesiones cristianas.

    A medida que la influencia otomana al norte del Danubio disminuye a partir del siglo XVIII y las ideas occidentales de modernización llegan a los principados de Moldavia y Valaquia, también lo hace la presencia católica. Los dos primeros reyes de Rumanía de la dinastía Hohenzollern-Sigmaringen, Carlos I y Fernando I, bajo los cuales se formó y amplió el estado rumano moderno, eran de confesión católica.

    En 1883, el Papa León XIII fundó la archidiócesis católica de Bucarest. Y la carta apostólica Praecipuum munus de 27 de abril de 1883, por la que la Santa Sede elevó el vicariato apostólico de Valaquia al rango de arzobispado, fue un reconocimiento de la importancia del Estado rumano, que se convirtió en reino en 1881.

    Al final de la Primera Guerra Mundial, Rumanía y el Vaticano formalizan relaciones bilaterales. Si la presencia católica en Rumanía había sido la base histórica sobre la que se asentaron las relaciones entre los dos Estados, en 1920 se abrieron embajadas. En 1927, el concordato firmado por las dos partes garantizó la práctica del culto católico en Rumanía. El concordato preveía, entre otras cosas, el reconocimiento de la personalidad jurídica de la Iglesia católica en Rumania, los líderes religiosos debían ser ciudadanos rumanos, la Iglesia podía abrir escuelas, hospitales, orfanatos y otras instituciones sociales y educativas.

    Al final de la Segunda Guerra Mundial, derrotada y ocupada por el ejército soviético, Rumanía fue completamente subyugada por el nuevo régimen comunista. La política antioccidental del régimen prosoviético de Bucarest alcanzó sus formas más duras, en relación con el Vaticano significó la denuncia del concordato de 1927, el 17 de julio de 1948. La ruptura unilateral de las relaciones diplomáticas con el Vaticano significó la disolución de las iglesias católicas en Rumania y la persecución de los creyentes.

    Mientras que los extranjeros escapaban solo con expulsiones, los ciudadanos rumanos engrosaban las filas de los presos políticos. La Madre Clara, cuyo nombre secular era Catherine Laszlo, entró en el monasterio a la edad de 13 años y fue condenada a 15 años de prisión, de los cuales cumplió 14. En 2003, contó al Centro de Historia Oral de la Radio Rumana cómo fue testigo, como administradora del edificio de la Nunciatura Apostólica en Bucarest, de su evacuación inmediatamente después de la decisión de las autoridades rumanas de romper los lazos con la Santa Sede.

    «Su Excelencia O’Hara, regente del nuncio, fue convocado al Ministerio de Asuntos Exteriores y se le informó que él y sus colaboradores debían abandonar el país en un plazo de 48 horas, pero que tenía derecho a entregar la custodia del edificio a una embajada de su elección. Debido a que la embajada suiza era neutral, eligió este país. O’Hara fue acusado de espionaje, de ser un espía del Papa. A las 48 horas tuvo que irse. Y era costumbre cuando una embajada salía para tener una cena de despedida con los otros embajadores que aún existían en el país. Era la cena, y a las 12 en punto, cuando terminó, sellaron todo el edificio, solo quedaba una puerta en el sótano para las hermanas, para nosotras que vivíamos allí, y había una casa más pequeña en el patio donde vivían tres monjes. Salimos con velas encendidas hacia la puerta principal, salieron todos los diplomáticos y allí se entregó la llave de la embajada suiza».

    Inexistentes entre 1948 y 1989, las relaciones de Rumanía con el Vaticano se restablecieron el último día de 1989, el 31 de diciembre, nueve días después del colapso de la dictadura comunista el 22 de diciembre. Y estas se han ido desarrollando, hasta el punto de que la primera visita de un Papa a un país ortodoxo tuvo lugar hace 25 años, en 1999, cuando Juan Pablo II visitó Rumanía.

     

    Versión en español: Mihaela Stoian

  • 25 años de la visita histórica del Papa Juan Pablo II a Rumanía

    25 años de la visita histórica del Papa Juan Pablo II a Rumanía

    El Papa Juan Pablo II visitó nuestro país del 7 al 9 de mayo de 1999, invitado por el entonces Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rumana, Teoctist (1986-2007), y el antiguo presidente de Rumanía, Emil Constantinescu (1996-2000).

    Nacido en Wadowice (Polonia) en 1920 y ordenado sacerdote en 1946, Karol Wojtyla fue arzobispo de Cracovia. Nombrado cardenal por el Papa Pablo VI en 1967, fue elegido Papa en 1978, eligiendo el nombre de Juan Pablo II. Fallecido en 2005, fue declarado santo por el Papa Francisco en 2014, fecha que se conmemora anualmente en el calendario eclesiástico el 22 de octubre.

    Una vez elegido Sumo Pontífice, el cardenal Karol Wojtyla se trasladó de Cracovia a Roma en 1978: desde allí, el nuevo Papa inspiró la resistencia anticomunista en toda Europa del Este. Se ha dicho con razón que fue el alma del movimiento polaco “Solidaridad”, verdadero modelo para las demás manifestaciones cívicas que llevarían a la caída del Muro de Berlín en 1989.

    La visita del Papa Juan Pablo II a Rumanía marcó el inicio de las visitas del Obispo de Roma a los llamados ”territorios ortodoxos”. Ese mismo año, el Papa visitó Georgia y tras el Jubileo del año 2000 visitó Grecia, Ucrania y Armenia en 2001. En 2002 visitó Bulgaria.

    Jean-Claude Perisset, nuncio apostólico en Rumanía durante la visita del Papa Juan Pablo II, declaró en una entrevista que su primer deber desde su nombramiento (el 12 de noviembre de 1998) fue hacer posible la visita apostólica del Papa Juan Pablo II, ya propuesta por el primer ministro rumano Radu Vasile durante su audiencia con el Santo Padre en julio de 1998. “De hecho, la preparación de la visita apostólica del Santo Padre a Bucarest fue un reto maravilloso y me dio la oportunidad de entrar en contacto, desde el principio de mi estancia en Rumanía, con la polifacética variedad de la sociedad rumana“, mencionaba el arzobispo católico romano.

    La visita tuvo una gran trascendencia histórica, ya que era la primera vez desde el Gran Cisma de 1054 que un Papa visitaba un país predominantemente de una confesión distinta a la católica. La jornada del 7 de mayo de 1999 también hizo historia porque el Papa Juan Pablo II besó el suelo rumano y llamó a nuestro país “El Jardín de la Madre de Dios”. “Mi pensamiento se dirige siempre, con profunda emoción, a la visita que Dios me dio la oportunidad de hacer hace algunos días a Rumanía (…) Con esta peregrinación quise rendir homenaje al pueblo rumano y a sus raíces cristianas“, dijo Juan Pablo II al regreso de su histórica visita a Rumanía en 1999.

    La visita del Papa Juan Pablo II a Rumanía, que reunió a más de un millón de personas de todas las confesiones, tuvo un carácter ecuménico. El Papa asistió a tres servicios en Rumanía: greco-católico, ortodoxo y católico. El servicio ortodoxo se celebró en la plaza Unirii, en el lugar donde se encontraba una cruz de mármol que marcaba la zona donde se iba a construir la Catedral Nacional. En la base de la cruz se encuentra, en un pergamino de acero, su acta fundacional. Los dos Altos Jerarcas, el Patriarca Teoctist y el Sumo Pontífice rindieron culto a esta cruz dedicada al sacrificio de los rumanos a lo largo de la historia, a su sangriento esfuerzo por defender el cristianismo. En un momento poco frecuente en la historia de las relaciones entre las Iglesias ortodoxa y católica, decenas de miles de personas gritaron después de casi un milenio, un enorme elevado al cielo: “¡Unidad! Unidad!”. El abrazo entre el Patriarca Teoctist y el Papa Juan Pablo II se ha convertido en emblemático, funcionando como prueba viviente de una herencia espiritual común.

    La archidiócesis de Bucarest celebró este momento histórico, los 25 años transcurridos de la visita del Papa Juan Pablo II, con una serie de actos: entre el 7 y el 15 de mayo, se organizó en la catedral de San José una exposición fotográfica: “Ut unum sint”, con fotos históricas de la visita del Sumo Pontífice a Bucarest. El sábado, 11 de mayo, a las 10.30 horas, se celebró una Santa Misa solemne en la catedral de San José, que fue transmitida en directo por la cadena de televisión Angelus TV. A las 18.00 horas, la Ópera Nacional de Bucarest acogió el concierto de aniversario de la Orquesta de la Ópera Nacional de Bucarest y el Coro Nacional de Bucarest, dirigidos por Daniel Jinga. El programa incluyó una destacada selección de música nacional e internacional. La entrada fue gratuita. Con esta ocasión fue presentada la emisión filatélica “25 años de la visita del Papa Juan Pablo II a Rumanía” por la Directora General de Romfilatelia, la Sra. Cristina Popescu.

    Rumanía, país puente entre Oriente y Occidente, encrucijada entre Europa Central y Oriental, Rumanía, a la que la tradición llama con el hermoso título de ‘Jardín de la Madre de Dios’, vengo a vosotros en nombre de Jesucristo, Hijo de Dios, y de la Santísima Virgen María. En víspera de un nuevo milenio, edifica aún más tu futuro sobre la sólida roca del Evangelio. Con la ayuda de Cristo serás protagonista de una nueva era de entusiasmo y valentía. Serás una nación próspera, una tierra fecunda de bien, un pueblo solidario y artífice de paz. Que Dios te proteja y te bendiga siempre“, fue el mensaje del Papa Juan Pablo II – pronunciado a su llegada a Rumanía, 7 de mayo de 1999.

    20 años después de la histórica visita del Papa Juan Pablo II, los rumanos tuvieron la gran alegría de dar la bienvenida al Papa Francisco a Rumanía. El Papa Francisco celebró Misa en la Catedral romano católica de San José el viernes 31 de mayo de 2019 por la tarde, primer día de su viaje apostólico a Rumanía. Es el segundo Papa que celebra Misa en la Catedral Católica Romana de Bucarest, después de san Juan Pablo II el 8 de mayo de 1999, durante su visita a Rumanía.

    Seguramente para todos los rumanos, indistintamente de su religión o creencia, la histórica visita del Papa Juan Pablo II, hace 25 años, quedará grabada en la memoria de todos y siempre la recordarán con emoción ya que fue una visita esperada por mucho tiempo siendo el Papa un mensajero de paz, de reconciliación y de esperanza.