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  • Desde Rumanía hacia el mundo: ¡Celebramos la Nochevieja!

    Desde Rumanía hacia el mundo: ¡Celebramos la Nochevieja!

    Celebramos la Nochevieja y cada zona de nuestro país tiene platos específicos para la mesa festiva, pero la carne de cerdo es el elemento común de las tradicionales mesas rumanas. De hecho, en Rumanía, matar el cerdo es un ritual que se mantiene desde la antigüedad y se transmite de generación en generación.
    Las tradiciones culinarias rumanas son un elemento esencial del patrimonio cultural del país, estando estrechamente vinculadas a su historia, valores y creencias. Durante las Fiestas de invierno, todas las familias se reúnen alrededor de la mesa para disfrutar de platos tradicionales, que no sólo son deliciosos sino también llenos de simbolismo. La mayoría de los rumanos respetan estas tradiciones, lo que demuestra lo profundamente arraigadas que están en la cultura rumana.
    Las delicias tradicionales rumanas que enriquecen la mesa de Navidad y Año Nuevo son muy diversas. Cada plato tiene su propia historia, que refleja las costumbres y tradiciones locales.
    Los platos más importantes presentes en las mesas de fiesta de los rumanos son: aperitivos, sarmale, embutidos (piftia), ensalada boeuf, salchichas caseras y postres.

     

     

    Con diferencia, el plato tradicional más famoso en la mesa navideña y de Año Nuevo es el sarmale en todas las zonas del país. Al mismo tiempo, con motivo de la Natividad de Dios, en las mesas de los rumanos se pueden encontrar cerdo asado, salchichas y ensalada boeuf.
    Como en todas partes del país, en Moldavia los sarmales también ocupan un lugar de honor en la mesa navideña. También son indispensables en esta zona la piftia (frialdad), los embutidos de cerdo, las carnes ahumadas, los caltabos y el vino tinto. Algo más específico de la zona son los prjoales, una especie de albóndigas que los moldavos sirven con orgullo a sus invitados en Navidad.

    Entre todos los postres modernos, el cozonac sigue siendo una tradición en las mesas navideñas rumanas. Este postre tradicional es una especie de pan dulce con nueces, cacao, pasas o delicia turca, que se prepara en los hogares rumanos con mucho cariño y paciencia. El cozonac se puede acompañar con una copa de vino caliente, creando así una combinación perfecta de sabores. ¡Ni hablar del inconfundible aroma del bollo recién salido del horno!
    Una de las supersticiones más famosas dice que la primera persona que cruce el umbral de la casa el primer día del Año Nuevo influirá en el año que acaba de comenzar. Se dice que si la primera persona en entrar a la casa es un hombre, entonces tendrás un año de suerte, pero si la mujer entra primero a la casa, el Año Nuevo será de mala suerte. Otra superstición de Nochevieja es que tanto el último día del año como el primer día del Año Nuevo es recomendable no gastar ni tirar nada fuera de casa, ni siquiera la basura, porque con ella tirarás lejos tu y suerte en la casa. Se dice que en Año Nuevo no es bueno tener deudas. De lo contrario, seguirás endeudado durante todo el año. La superstición de Año Nuevo dice que en Nochevieja es bueno tener dinero en el bolsillo, así atraerás la suerte a tu lado. La superstición dice que quien duerme la noche de Año Nuevo tendrá sueño todo el año. Otra superstición de Nochevieja es que no es bueno comer aves de corral en Nochevieja, ya que trae mala suerte. El primer día del Año Nuevo no lave ni barra, porque estas cosas pueden empobrecer la casa.
    El 2025 nos espera con nuevos comienzos y nuevas oportunidades.
    No hay nada más valioso que la amistad. ¡Os deseamos un 2025 lleno de nuevas experiencias, amor y éxito!

  • La miscelánea: Fiestas y tradiciones de Navidad y Año Nuevo en Rumanía

    La miscelánea: Fiestas y tradiciones de Navidad y Año Nuevo en Rumanía

    En Rumanía, la Navidad tiene un fuerte componente religioso, ya que la mayoría de la población sigue el cristianismo ortodoxo. La Nochebuena se celebra con una profunda solemnidad, marcada por la misa de medianoche. Las iglesias ortodoxas se llenan de fieles que asisten a los servicios especiales para conmemorar el nacimiento de Jesucristo. Una de las costumbres que podemos destacar es que en la víspera de Navidad, las familias rumanas suelen ayunar. El 24 de diciembre, el ayuno se rompe con una cena tradicional que incluye una variedad de platos sabrosos, como sarmale (hojas de repollo rellenas de carne y arroz) y cozonac (un pastel tradicional con nueces y cacao). En algunas zonas rurales de Rumanía, la Nochebuena no solo es una celebración religiosa, sino también un momento para honrar a los ancestros. Algunas personas creen que en esta noche, los espíritus de los seres queridos ya fallecidos regresan para visitar a sus familias.

    Una de las tradiciones más queridas durante la Navidad es el canto de villancicos, conocidos como “colinde” en rumano. Desde temprano en la mañana del 24 de diciembre, los niños y jóvenes salen de casa en casa, cantando canciones tradicionales que celebran el nacimiento de Cristo. A cambio, reciben dulces, dinero o incluso pequeños regalos. Esta tradición simboliza la llegada de la luz y la alegría en la oscuridad del invierno. Los cantantes de villancicos no solo cantan, sino que también llevan consigo farolitos y en algunos casos, estrellas hechas a mano, que representan el estrella de Belén. En muchas familias rumanas, la Nochebuena es una ocasión para compartir una cena que varía según la región, pero siempre tiene ciertos ingredientes comunes. Platos como el sarmale, la polenta (mămăligă), y salchichas caseras son populares. Además, no puede faltar el cozonac, un pastel tradicional que se prepara con una masa suave rellena de nueces, pasas y cacao. La preparación de la comida en Rumanía no es solo una cuestión culinaria, sino también un acto simbólico. Las familias se reúnen para compartir y celebrar la unidad familiar. Una tradición rumanas muy única es el sacrificio del cerdo, conocido como el “Ignat”. Este evento ocurre generalmente el 20 de diciembre, antes de la Navidad. Aunque este acto ya no es tan común en las ciudades, en las zonas rurales sigue siendo una tradición importante. El cerdo se utiliza para hacer diversos productos típicos, como embutidos y carnes curadas, que se consumirán en la celebración de la Navidad.

    Como en muchos otros países, en Rumanía existen leyendas y personajes mitológicos que enriquecen la celebración de la Navidad. Uno de los más conocidos es Moș Crăciun, que es muy similar a Santa Claus en otros países. Moș Crăciun o Papa Noel trae regalos a los niños, pero se dice que llega en un carruaje tirado por renos. Sin embargo, en algunas regiones de Rumanía, se cree que Moș Crăciun es acompañado por otros personajes, como Moș Nicolae, que llega el 6 de diciembre para dejar regalos a los niños que se han comportado bien durante el año. Moș Nicolae trae pequeños regalos a los niños y deja dulces en los zapatos de los niños bien comportados, mientras que los que no lo están reciben un palo de madera como recordatorio.

    En cuanto a las decoraciones, los rumanos solemos tener un árbol de Navidad en casa, como en muchas otras partes del mundo. Sin embargo, lo que lo hace especial en Rumanía es que muchas familias optan por adornos hechos a mano, como figuras de madera tallada, tejidos tradicionales y bordados que reflejan el arte popular rumano. Además, las iglesias y los hogares se llenan de velas que simbolizan la luz que trae el nacimiento de Cristo.

    El 25 de diciembre, día de Navidad, es una fiesta tranquila y familiar. La gente va a misa, comparte con su familia y disfruta de las comidas preparadas con antelación. Una costumbre muy especial en algunas regiones es el desfile de los “ursi”: personas disfrazadas de osos que salen a las calles para espantar los malos espíritus y traer buena suerte para el año que comienza. También es típico que el 28 de diciembre se celebren los Días de los Inocentes, una tradición que recuerda el sufrimiento de los niños durante el reinado de Herodes. En algunas regiones, las familias realizan juegos y actividades especiales.

    El Año Nuevo en Rumanía es tan importante como la Navidad, con una serie de costumbres que celebran el fin de un ciclo y el comienzo de uno nuevo. Aunque el 31 de diciembre se marca con fiestas, bailes y celebraciones, también hay muchas tradiciones que varían según la región. Una de las tradiciones más populares es la de “Plugușorul”, que es un canto tradicional de Año Nuevo. Los niños, al igual que en Navidad, van de casa en casa cantando canciones, pero en este caso, los villancicos de Año Nuevo son más alegres y festivos, pidiendo buena suerte y prosperidad para el año venidero.

    En las grandes ciudades, como Bucarest, el 31 de diciembre se celebra con grandes fuegos artificiales y eventos públicos. Las personas se reúnen en plazas y parques, disfrutando de conciertos, música y celebraciones hasta la medianoche, cuando brindan con champán para recibir el nuevo año. La gente canta, baila y celebra con alegría, deseando a los demás salud, felicidad y prosperidad para el nuevo ciclo. En algunas zonas rurales, la gente tiene la costumbre de romper platos en la puerta de la casa para alejar los malos espíritus y comenzar el año con buena suerte. También se realizan rituales de limpieza del hogar, que simbolizan dejar atrás lo viejo y dar la bienvenida a lo nuevo. Como hemos visto, la Navidad y el Año Nuevo en Rumanía son una mezcla fascinante de tradiciones religiosas y populares. Las celebraciones rumanas están llenas de rituales que unen a las familias, las comunidades y los pueblos. Desde el canto de los villancicos hasta las festividades de Año Nuevo, Rumanía celebra estas fechas con un espíritu cálido y alegre.

    ¡Les deseo a todos un Año Nuevo lleno de bendiciones y buena suerte!

     

  • Sabores de Navidad en Rumanía, un festín de tradiciones y delicias

    Sabores de Navidad en Rumanía, un festín de tradiciones y delicias

    La Navidad en Rumanía es un momento especial para compartir en familia, y como en muchas otras culturas, la comida juega un papel crucial en estas celebraciones. Durante estas fiestas, las mesas se llenan de platos tradicionales que reflejan la diversidad de la cocina rumana, con influencias de Europa del Este, pero también con toques únicos que hacen de cada comida una experiencia inolvidable. Los rumanos consideran la comida no solo como sustento, sino como una forma de conectarse con sus raíces y tradiciones.

    Comenzamos nuestra jornada culinaria con uno de los platos más representativos: sarmale. Las sarmale son hojas de col rellenas de carne de cerdo y arroz, y a menudo se cocinan con especias como el eneldo. Este plato se sirve en grandes cantidades y, según la región, puede acompañarse de crema agria y polenta. Es un plato que se comparte en familia y se sirve durante toda la Navidad. Otro plato importante es el piftie, una especie de gelatina hecha de carne de cerdo o de res. Es muy popular en las mesas navideñas y se prepara cocinando lentamente las partes menos comunes del cerdo, como los huesos o las patas, para obtener un caldo espeso y gelatinoso. Se sirve frío y, a menudo, se adorna con ajo y hierbas. En muchos hogares rumanos, el piftie es un plato de bienvenida durante las reuniones festivas. Y cómo olvidar el lebăr: un embutido que se elabora con hígado de cerdo, arroz y especias, todo cocido en una tripa de cerdo. Aunque en algunas regiones de Rumanía se sirve durante todo el año, es especialmente popular en Navidad.

    Los acompañamientos también son esenciales en una comida navideña rumana. Uno de los favoritos es la polenta o mămăligă, una masa a base de maíz que se sirve como acompañante de la carne. Su sabor suave complementa perfectamente los platos más fuertes y se sirve tanto caliente como fría. Otro acompañante importante son las jumări, que son trozos de grasa de cerdo frita. Aunque puede sonar simple, su sabor es absolutamente delicioso y es un aperitivo que se disfruta mucho antes o después de la comida principal. Las jumări también se usan en muchos platos tradicionales rumanos, como el sarmale o en ensaladas. El caltaboș es otro embutido típico que no falta en las celebraciones. Este plato consiste en una especie de morcilla o embutido, hecho con carne de cerdo, arroz y especias, todo cocido dentro de una tripa. Se sirve como aperitivo o acompañamiento y tiene un sabor muy característico que forma parte de la identidad culinaria rumana. No podemos olvidarnos de los cârnați o chorizos, que en Rumanía se preparan de manera especial durante la Navidad. A menudo, los rumanos preparan diferentes tipos de chorizos caseros, a veces ahumados, que se cocinan en la parrilla o se sirven fritos. Los cârnați son parte de las tradiciones de Navidad y, como los demás platos, se disfrutan en grandes cantidades durante las festividades.

    Ahora pasemos a lo más dulce de la Navidad rumana: los postres. Uno de los más queridos es el cozonac, un pan dulce relleno de nueces, cacao, pasas y, a veces, frutas confitadas. Se prepara en grandes cantidades y se hornea con cariño, ya que es un plato que requiere tiempo y paciencia. El cozonac se sirve en rebanadas finas y es el acompañante perfecto para una taza de té o café. Otro dulce muy popular es el colaci, una especie de pan trenzado que se elabora con una masa similar a la del cozonac, pero con una textura más densa. Se sirve en la víspera de Navidad y es símbolo de buena suerte y prosperidad para el nuevo año. Como pueden ver, la Navidad en Rumanía no es solo una festividad religiosa, sino también un festín de sabores, texturas y aromas. Los platos tradicionales no solo nutren el cuerpo, sino también el alma, y son una forma de mantener viva la cultura y las tradiciones del país.

    Desde el piftie hasta el cozonac, cada bocado cuenta una historia y cada plato es una muestra de hospitalidad y amor familiar. Si alguna vez tienen la oportunidad de visitar Rumanía en Navidad, no olviden probar estas delicias. ¡Les aseguro que será una experiencia inolvidable! Y para aquellos que ya disfrutan de estas tradiciones, que este año la Navidad sea aún más sabrosa y llena de momentos especiales. ¡Gracias por acompañarnos en esta emisión! ¡Les deseamos una Feliz Navidad llena de alegría, amor y, por supuesto, buena comida!