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  • Crisis energética en la República de Moldavia

    Crisis energética en la República de Moldavia

    La mitad de la energía eléctrica que consume la República de Moldavia, en la orilla derecha del río Dniéster, procede de fuentes nacionales, incluidas las energías renovables, mientras que la otra mitad se importa de Rumanía, declaró el martes en una rueda de prensa la presidenta moldava, Maia Sandu. La líder de Chisinau convocó una reunión del Consejo Supremo de Seguridad para debatir la situación del sector energético y las medidas de ayuda a la población. Acusó a la Federación Rusa de intentar provocar una crisis política en la República de Moldavia cortando el suministro de gas a la región secesionista de Transnistria, de habla predominantemente rusa. Maia Sandu reiteró que, aunque atraviesa una crisis humanitaria, la administración de la región secesionista ha rechazado la ayuda y ha puesto condiciones para aceptar las soluciones propuestas.

    Entre ellas, Chisinau ha propuesto comprar gas del mercado europeo para la orilla izquierda del Dniéster y, junto con los socios de Ucrania, ofrecer carbón a la región de Transnistria para la generación de energía eléctrica. Todas estas formas de apoyo han quedado sin respuesta por parte de Tiráspol, subrayó Maia Sandu:

    «Chisinau dejó muy claro que si hay pacientes en estado complicado, se les puede trasladar a hospitales de la orilla derecha. Esta oferta también fue rechazada y las ambulancias de la orilla derecha siguen sin poder acceder a la orilla izquierda para ayudar a las personas necesitadas. El objetivo de esta crisis humanitaria provocada por el Kremlin en la orilla izquierda es generar una crisis política en la orilla derecha y agravar la situación».

    Las autoridades de Transnistria anunciaban recientemente que las medidas de conservación de la energía les han permitido aliviar las restricciones causadas por el corte de gas ruso, y se reducirá la duración de los cortes de electricidad. Transnistria, que se separó de la República de Moldavia al final del régimen soviético, dependió hasta ahora del gas ruso transportado a través de Ucrania. Casi tres años en guerra con Rusia, las autoridades ucranianas se han negado a prorrogar el acuerdo de tránsito de gas hasta 2025. El gigante ruso Gazprom ha anunciado que no enviará gas a la República de Moldavia por rutas alternativas, alegando «atrasos» moldavos de más de 700 millones de dólares. Chisinau, que denuncia la invasión rusa de Ucrania, cuestiona esta cifra. Y la presidenta Maia Sandu afirmó que Gazprom podría suministrar gas a Transnistria por una ruta alternativa, el gasoducto Turkstream, a través de Turquía, Bulgaria y Rumanía.

    Desde Bucarest, el ministro de Energía, Sebastian Burduja, ha vuelto a asegurar que Rumanía no tiene problemas de abastecimiento energético para toda la temporada fría, que hay reservas suficientes y que las necesidades nacionales de gas no se ven afectadas por las exportaciones diarias a la República de Moldavia, que se realizan en condiciones comerciales. En este contexto, ha vuelto a plantear la necesidad de que Europa reduzca su dependencia del gas procedente de Rusia.

     

  • Prisioneros soviéticos en Rumanía

    Prisioneros soviéticos en Rumanía

    Un año antes, en junio de 1940, tras dos ultimátum al gobierno rumano para que cediera, había ocupado Besarabia y el norte de Bucovina, territorios rumanos al este y al norte. Como en toda guerra, tras las operaciones militares también resultaron prisioneros.

    El ejército rumano capturó a 91 060 soldados soviéticos entre el 22 de junio de 1941 y el 23 de agosto de 1944. De ellos, el 90%, es decir, 82 057 personas, fueron enviadas a 12 campos de Rumanía. Según el diccionario compilado por los historiadores Alesandru Duțu, Florica Dobre y Leonida Loghin, titulado El ejército rumano en la Segunda Guerra Mundial, de los internados en los campos, 13 682 que eran de origen rumano de Besarabia y el norte de Bucovina fueron liberados. Otros 5223 murieron y 3331 lograron escapar.

    El 23 de agosto de 1944, Rumanía abandonó la alianza con Alemania y todavía había 59 856 prisioneros soviéticos en su territorio, de los cuales 2794 oficiales y 57 062 suboficiales y soldados. Étnicamente, 25 533 eran ucranianos, 17 833 rusos, 2497 calmucos, 2039 uzbekos, 1917 turcos, 1588 cosacos, 1501 armenios, 1600 georgianos, 601 tártaros, 293 judíos, 252 polacos, 186 búlgaros, 150 osetios, 117 azerbaiyanos y varias docenas de otras etnias en menor número.

    Los documentos muestran que los prisioneros soviéticos en Rumanía fueron tratados de acuerdo con la legislación internacional vigente. Al comienzo de la guerra, las condiciones eran precarias, lo que causó la mayoría de las muertes. Pero mejoraron rápidamente, y los informes de las comisiones de control del ejército rumano registraron progresos. Encarcelaron a los prisioneros soviéticos en campos, se les proporcionó alojamiento, comida, higiene y atención médica, se les interrogó y se les dio la oportunidad de trabajar.

     

    El coronel Anton Dumitrescu participó en el acto del 23 de agosto de 1944, siendo él y cuatro suboficiales los que arrestaron al mariscal Ion Antonescu y al viceprimer ministro Mihai Antonescu. En una entrevista de 1974 en el archivo del Centro de Historia Oral de la Radiodifusión Rumana, recordó cómo, antes del arresto de Antonescu, le habían enviado a recopilar información sobre el centro de prisioneros soviéticos en Slobozia. Los servicios de inteligencia rumanos se habían enterado de que los alemanes lo estaban preparando como un lugar para iniciar operaciones contra el ejército rumano en caso de fracaso.

    «En Slobozia había un gran centro para prisioneros rusos. Los alemanes habían guarnecido todo el campo con tropas de Vlásov. Estas eran los rusos que, dirigidos por el general Vlásov, habían hecho un pacto con los alemanes. Y vestidos con uniformes alemanes, luchaban contra los rusos. O, por la información que teníamos, los alemanes querían estar seguros en ese centro por si nos pasaba algo para que los rusos de Vlásov hicieran un pacto con los rusos y lucharan contra nosotros. Había tenido contacto con las tropas de Vlásov en el Cáucaso cuando, de hecho, no sabían cómo rendirse porque los soviéticos los habrían matado. Estaban muy decididos a luchar. Toda la zona estaba llena de refugiados de Moldavia y Besarabia y no vi a ningún Vlásov».

    El ingeniero Miron Tașcă trabajó en la fábrica franco-rumana de Brăila, que tenía una producción mixta, civil y militar. En 1995, Tașcă se acordó de los prisioneros soviéticos que habían trabajado en la fábrica de Brăila y de lo que les ocurrió tras la entrada de los soviéticos en Rumanía.

    «Durante la guerra, también trabajamos en la fábrica de Brăila con varios prisioneros. Los trataban muy bien y no trabajaban en máquinas, hacían trabajos manuales, descargaban y cargaban materiales y limpiaban. Los soviéticos liberaron a estos prisioneros y los llevaron a Rusia. En el momento en que se los llevaron, también supieron que tenían que irse. Uno de ellos, que me dijo que era uzbeko, me dijo que no quería volver a la URSS. Me pidió que hiciera todo lo posible para mantenerlo allí, era un chico trabajador, callado y tranquilo. Por supuesto, esto no fue posible. Los prisioneros fueron investigados, numerados, completamente controlados, y luego se fue, el pobre hombre. Pero fue él quien no quiso volver en absoluto. Probablemente otros que pensaban lo mismo tampoco lo querían. Probablemente no sabían lo que les esperaba entonces, pero este hombre dijo desde el principio que no quería volver».

    Cristinel Dumitrescu, alumno en la escuela militar durante la guerra, dijo en 1998 que antes de ver a los soldados soviéticos después de 1944, los había visto como prisioneros.

    «Había visto rusos antes, eran prisioneros. Había entre 10 y 20 prisioneros rusos en nuestro país que trabajaban libremente. Se alojaban en el puesto de gendarmes y se ocupaban de limpiar las carreteras, las zanjas, paraban en casas particulares y trabajaban allí, conseguían comida y demás. Después del 23 de agosto de 1944, los primeros en huir fueron estos rusos, pero no hacia el Este, sino hacia el Oeste. Porque sabían lo que venía».

    La historia de los prisioneros de guerra soviéticos en Rumanía es poco conocida. Es esa historia la que espera pacientemente llegar a la conciencia de la memoria pública.

    Versión en español: Mihaela Stoian

  • Salario mínimo europeo también en Rumanía

    Salario mínimo europeo también en Rumanía

    La ley sobre la introducción del salario mínimo europeo en Rumanía ha sido promulgada por el presidente Klaus Iohannis. El primer ministro, Marcel Ciolacu, declaró que este es el último paso para elevar el salario mínimo a 4.050 leus (unos 810 euros) a partir del 1 de enero de 2025. Aseguró que no hay obstáculos electorales o de otro tipo. «El acto legislativo es transparente, todo el mundo lo ha visto y ha dado su opinión. Por eso vamos a seguir el procedimiento necesario para aprobarlo rápidamente, para hacer los ajustes técnicos», subrayó el primer ministro. La decisión de aumentar el salario mínimo bruto fue adoptada por el Consejo Nacional Tripartito, que reúne al Gobierno, las patronales y los sindicatos. La nueva ley regula la transposición a la legislación nacional de las disposiciones de una Directiva del Parlamento Europeo (2022/2041) sobre salarios mínimos adecuados en la UE.

    Su objetivo es mejorar las condiciones de trabajo y de vida, incluso mediante salarios mínimos adecuados y un marco eficaz de negociación colectiva que respalde la evolución salarial. Según la ley, el salario base bruto mínimo garantizado por una decisión gubernamental podrá concederse a un empleado durante un periodo máximo de 24 meses a partir de la fecha de celebración del contrato individual de trabajo. «Con la adopción de esta ley, tendremos una mejor protección para los trabajadores rumanos. El aumento de los salarios es un paso adelante para empleos mejor remunerados, pero también para una mayor estabilidad económica y social. Con la aplicación de esta ley, pretendemos reducir la pobreza laboral y proteger el poder adquisitivo. Nos comprometemos a no dejar a nadie atrás y a mejorar las condiciones de trabajo y de vida», declaró la ministra de Trabajo y Solidaridad Social, Simona Bucura Oprescu, en un mensaje en una red social.

    Un aumento a 4.050 leus significaría que Rumanía alcanzaría aproximadamente el 47% del salario mínimo de la UE. Actualmente, el salario base mínimo bruto está fijado en 3.700 leus al mes (unos 740 euros) por un promedio de 168 horas completas de trabajo al mes, es decir 22,024 leus/hora (unos 4,4 euros).

    Según las cifras oficiales, más de 843.000 asalariados en Rumanía se benefician actualmente del salario mínimo bruto garantizado, lo que representa el 15,5% del total de asalariados activos. El aumento del salario mínimo bruto repercute en el sector privado, ya que provoca un aumento de los gastos. La mayoría de las instituciones estatales no tienen empleados con el salario mínimo, lo que significa que no registrarán gastos adicionales. El Gobierno sale ganando con esta medida, ya que unos salarios más altos implican mayores impuestos y mayores contribuciones a los presupuestos de sanidad y pensiones. En la UE hay desacuerdos históricos entre los países miembros sobre los salarios mínimos, debido a los diferentes sistemas nacionales para fijar las retribuciones. De acuerdo a Eurostat, en verano los ingresos oscilaban entre los 477 euros/mes en Bulgaria (el nivel más bajo) y los 2571 euros/mes en Luxemburgo.

     

  • La miscelánea: De la migración a la integración: la evolución de los rumanos en España

    La miscelánea: De la migración a la integración: la evolución de los rumanos en España

    Los rumanos han desarrollado un afecto especial por España por varias razones, la mayoría relacionadas con experiencias personales y condiciones socioculturales. Desde la década de 1990, muchos rumanos han emigrado a España en busca de mejores oportunidades laborales. España ha ofrecido puestos de trabajo en la agricultura, la construcción, los servicios y otros campos, y los rumanos han sido a menudo bien recibidos por su mano de obra. Esta experiencia económica positiva ha reforzado el sentimiento de afecto por el país. El clima cálido de España y sus hermosas playas son otra de las razones por las que los rumanos adoran el país. Muchos rumanos que viven allí disfrutan del generoso sol y de los paisajes mediterráneos, que contrastan con los inviernos más fríos de Rumanía. Los españoles son conocidos por su carácter cálido y abierto, lo que ha ayudado a muchos rumanos a sentirse bienvenidos e integrados en la sociedad. Existe una similitud cultural entre ambos pueblos en cuanto a valores tradicionales como la importancia de la familia y la hospitalidad. Tanto el rumano como el español pertenecen a la familia de las lenguas romances, lo que facilita el aprendizaje del español a muchos rumanos. Esta proximidad lingüística y cultural ayuda a crear una sensación de familiaridad y cercanía. Los rumanos en España forman una de las mayores comunidades de inmigrantes del país y su integración ha sido relativamente fácil. En muchas ciudades, los rumanos han conseguido crear comunidades sólidas con sus propias iglesias, escuelas y negocios, lo que les hace la vida en España más cómoda y agradable. Integrarse en la sociedad española no siempre ha sido fácil. Muchos rumanos se enfrentaron a la discriminación, las dificultades burocráticas o los retos que plantea el reconocimiento de títulos y cualificaciones profesionales.

    Tras la caída del comunismo en 1989, muchos rumanos empezaron a emigrar de Rumanía en busca de una vida mejor debido a los problemas económicos y la inestabilidad política. Al principio, España era un destino relativamente nuevo para los rumanos, que empezaron a venir sobre todo para trabajos estacionales en la agricultura y la construcción. Las primeras oleadas de rumanos eran principalmente hombres, que más tarde trajeron a sus familias. Durante este periodo, los rumanos se integraron gradualmente en la sociedad española, principalmente en sectores económicos con gran demanda de mano de obra, como la construcción y la agricultura. Muchos rumanos trabajaban inicialmente indocumentados o con contratos temporales.

    Un momento clave para la evolución de la comunidad rumana en España fue 2007, cuando Rumanía ingresó en la Unión Europea. Sin embargo, España impuso una serie de restricciones a los ciudadanos rumanos en el mercado laboral hasta 2011. Hasta entonces, muchos rumanos estaban en España legalmente, pero las restricciones económicas y el acceso limitado al mercado laboral complicaron el proceso de integración. Desde 2002, el número de rumanos en España ha crecido exponencialmente. Mientras que en 1998 había unos 6.000 rumanos en España, en 2006 este número había superado los 400.000. El crecimiento continuó después de 2007, llegando a más de 900.000 rumanos en 2011, según datos oficiales. En la década de 2000, la pujante economía española atrajo a un gran número de inmigrantes, entre ellos rumanos. La mayoría de ellos trabajaron en la construcción, el turismo, los servicios asistenciales y la agricultura, contribuyendo significativamente a la economía española. El periodo de crecimiento económico facilitó la integración de los rumanos, muchos de los cuales consiguieron traer a sus familias y establecerse de forma permanente.

    La crisis financiera golpeó duramente a España y el sector de la construcción, en el que trabajaban muchos rumanos. Durante este periodo, algunos rumanos se vieron obligados a volver a casa o emigrar a otros países europeos, pero la mayoría se quedó en España, adaptándose a las nuevas y difíciles condiciones económicas. Después de 2011, cuando la economía española empezó a recuperarse, la comunidad rumana reforzó su presencia. Los rumanos se adaptaron a diferentes sectores económicos y consiguieron establecer pequeños negocios, así como invertir en la educación de sus hijos, que asisten a colegios españoles. Después de 2011, se levantaron las restricciones del mercado laboral para los ciudadanos rumanos, lo que permitió a los rumanos acceder más fácilmente a empleos legales y estables, contribuyendo a una integración social más rápida y a la mejora de las condiciones económicas de sus familias.

    Según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística de España, el número de rumanos residentes en el país ha aumentado de forma constante. Este crecimiento fue más marcado entre 2014-2018, cuando el número de rumanos en España aumentó más del 50%. En los últimos años, el crecimiento ha sido más moderado, pero el número de rumanos en España ha seguido aumentando. Los rumanos son actualmente la segunda comunidad extranjera en España, después de los marroquíes. La mayor concentración de rumanos se da en las comunidades de Madrid, Cataluña y Valencia. Las zonas con mayor concentración de rumanos son Madrid (276.000 rumanos, el 42,5% de todos los rumanos de España), Cataluña, (124.000 rumanos) y la Comunidad Valenciana (104.000 rumanos). Estas regiones han atraído a los inmigrantes por las oportunidades económicas, así como por las comunidades establecidas que ofrecen apoyo y redes de ayuda a los recién llegados.

    Además de su contribución económica, desempeñan un papel activo en la promoción de la cultura y las tradiciones rumanas. Se están organizado eventos culturales, como festivales, conciertos y exposiciones, que no sólo proporcionan un espacio para que los rumanos se expresen, sino que también contribuyen a la diversidad cultural de España. Estos actos son oportunidades para celebrar el patrimonio rumano, pero también para tender puentes entre las comunidades rumana y española. En muchas regiones de España, especialmente en grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla, se han abierto escuelas y clases de lengua rumana para los hijos de los emigrantes, dándoles la oportunidad de aprender y preservar su lengua materna y su cultura.

    Estas iniciativas son esenciales para mantener los vínculos con Rumanía y garantizar la transmisión de las tradiciones y la identidad cultural rumanas a las nuevas generaciones. La Embajada de Rumanía en España y los consulados en las principales ciudades apoyan activamente a la comunidad rumana, facilitando la integración y prestando apoyo jurídico y administrativo. También existen numerosas asociaciones y organizaciones de rumanos que contribuyen a la preservación de la identidad cultural y a la integración en la sociedad española. Las relaciones entre Rumanía y España se han reforzado a través de intercambios culturales, económicos y políticos, que también benefician a la comunidad rumana. Rumanía y España han firmado numerosos acuerdos bilaterales en diversos ámbitos, como el mercado laboral y la educación.

    La comunidad rumana en España es un ejemplo de éxito de integración en el contexto de un país europeo que ha ofrecido importantes oportunidades económicas y sociales. Además del impacto económico, los rumanos contribuyen a la diversidad cultural y social de España, formando un sólido puente entre ambos países.

     

  • Noticias del día

    Noticias del día

    TITULARES:

    -Los gobernantes rumanos prometen presentar un plan de siete años para reducir el déficit presupuestario antes del 15 de octubre, fecha límite fijada por la Comisión Europea.

     

    – El desarrollo de Rumanía depende de la inversión y la iniciativa, y nuestro país necesita gente con actitud occidental para trabajar, ha declarado el primer ministro Marcel Ciolacu. 

     

    – Este jueves, en el astillero Damen de Galati (este de Rumanía), ha comenzado la construcción del primer buque portadrones de Europa.

     

    DÉFICIT – El ministro rumano de Inversiones y Proyectos Europeos, Adrian Câciu, ha declarado que Rumanía presentará un plan de siete años para reducir el déficit presupuestario antes del 15 de octubre, fecha límite impuesta por la Comisión Europea. Según Câciu, el plan viene acompañado de una serie de reformas que se incluyen en el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia. Las medidas consisten principalmente en recortar gastos innecesarios en las instituciones públicas y mejorar la recaudación de ingresos para el presupuesto.

     

    DIÁSPORA – El desarrollo de Rumanía depende de la inversión y de la iniciativa, y nuestro país necesita personas con una actitud occidental hacia el trabajo, ha declarado el primer ministro Marcel Ciolacu, presente este jueves en una cumbre de rumanos en el extranjero organizada en Bucarest. El jefe del Ejecutivo ha precisado que sólo entre 2008 y 2022 emigraron más de 3 millones de rumanos, señalando, sin embargo, que el año pasado fue la primera vez que regresaron al país 190.000 rumanos. Presente en el acontecimiento, el presidente del Senado, Nicolae Ciucă, ha declarado que desea vivamente que los rumanos de la diáspora vuelvan a su país, señalando que la implicación del Estado para facilitar el retorno de los rumanos al país es «absolutamente necesaria e importante».

     

    BUQUE PORTADRONES – En el Astillero Damen en Galati (este de Rumanía) comenzó el jueves la construcción del primer buque portadrones de Europa. El buque multifuncional, destinado a la Marina portuguesa, podrá utilizarse para misiones de rescate e investigación y está diseñado para transportar y lanzar drones submarinos, aéreos y de superficie. Este año se están construyendo en el Astillero Damen tres buques militares para Estados europeos.

     

    COMISARIOS – Los comisarios propuestos por los Estados miembros y la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, serán escuchados en las comisiones de especialidad del Parlamento Europeo el mes que viene. La presidenta del órgano legislativo de la UE, Roberta Metsola, anunció en las redes sociales que los posibles futuros comisarios serán aprobados por los eurodiputados entre el 4 y el 12 de noviembre. France Presse señala que la investidura de la nueva Comisión Europea será posible así a principios de diciembre. La representante de Rumanía, Roxana Mînzatu, ha sido nombrada vicepresidenta ejecutiva de Competencias y Educación, Empleo y Derechos Sociales.

     

    ENCUESTA UE – El coste de la vida es la principal preocupación tanto de los ciudadanos de la UE como de los rumanos, y es esta cuestión la que ha impulsado a la mayoría de ellos a votar en las elecciones al Parlamento Europeo de este año. Este es el resultado de la encuesta postelectoral del Parlamento Europeo, y las preocupaciones de los ciudadanos se consideran prioritarias para la próxima Comisión Europea. Al 42% de los europeos les preocupa la subida de los precios y el coste de la vida, y en Rumanía la cifra es mayor: el 44%. En segundo lugar, con un 41%, está la situación económica, y aquí las preocupaciones de los rumanos son de nuevo más altas, con un 45%. A un tercio de los europeos les preocupa la situación internacional, mientras que a los rumanos les inquieta la protección social y el acceso a la asistencia médica. Por último, los rumanos son más optimistas que la media europea sobre el futuro de la UE, un 68% frente a un 65%, según la encuesta del PE.

     

    IMPORTACIONES – Rumanía está dispuesta a aplicar el mecanismo de licencias de importación para los productos avícolas, los huevos y la carne de ave procedentes de Ucrania, ha anunciado este jueves el ministro de Agricultura, Florin Barbu. El ministro ha afirmado que la Comisión Europea debe intervenir en relación con estas importaciones, teniendo en cuenta el hecho de que los agricultores locales están sujetos a ciertas condiciones para la cría de aves de corral, que implican costes mucho más elevados en comparación con los de fuera de la UE. La plena liberalización de las importaciones de aves de corral procedentes de Ucrania a partir de 2022 ha provocado un aumento significativo de las cantidades importadas del país vecino.

     

    REPATRIACIÓN – Un grupo de ciudadanos rumanos y sus familias, procedentes del Líbano, fueron repatriados el jueves a Rumanía. Según un comunicado del Gobierno de Rumanía, 69 personas fueron transportadas en un avión de la Fuerza Aérea Rumana, en el contexto del fuerte deterioro de la situación de seguridad en Oriente Medio. Las autoridades rumanas precisan que proseguirán sus esfuerzos para repatriar a los demás ciudadanos rumanos y a sus familiares que han solicitado ayuda y siguen en Líbano.

  • ¿Cuándo viajaremos sin visado a EE.UU.?

    ¿Cuándo viajaremos sin visado a EE.UU.?

    Rumanía ha cumplido todas las condiciones técnicas para formar parte del Programa de Exención de Visado “Visa Waiver” y los primeros rumanos podrán viajar a EE.UU. sólo con su pasaporte, probablemente en la primera parte del próximo año. El anuncio lo hizo el embajador de Rumanía en Washington, Andrei Muraru, en una red social.

    Andrei Muraru:

    «El año fiscal ha terminado en Estados Unidos, y la última condición que Rumanía tenía que cumplir se ha cumplido. Por supuesto, estamos esperando una confirmación de los socios estadounidenses en el próximo período, pero nuestra evaluación, basada en el número de solicitudes de visado de este año, así como en la fuerte tendencia a la baja de los últimos años, es que Rumanía ha caído por debajo de la tasa de rechazo del 3%. La exención de visado para Estados Unidos es el mejor reconocimiento de una solidaridad irreversible entre rumanos y americanos. »

    Rumanía aún tiene que dar pasos importantes en los próximos meses para poder participar en el Programa de Exención de Visado, advirtió la embajadora estadounidense en Bucarest, Kathleen Kavalec. Añadió que este otoño se celebrarán nuevas consultas entre ambos Gobiernos para revisar la adhesión de Rumanía a una serie de medidas de seguridad previamente acordadas. Kathleen Kavalec:

    «En caso de que el Gobierno estadounidense adopte una decisión favorable para incluir a Rumanía en su programa de exención de visado, prevemos que habrá una cuidadosa preparación y difusión de información pública antes de que pueda aplicarse cualquier cambio en los actuales requisitos de visado. Los datos sobre la tasa de denegación de visados de todos los solicitantes de exención de visado de su país suelen publicarse a más tardar en enero. Si se cumplen todas las condiciones previstas, el programa podría entrar en vigor en algún momento de 2025. »

    A su vez, el primer ministro Marcel Ciolacu prometió, tras la reunión que mantuvo en Bucarest con la diplomática estadounidense, que el Ejecutivo seguirá tan implicado como siempre en todo lo que signifique dar los siguientes pasos procedimentales para la inclusión de Rumanía en el Programa de Exención de Visado.

    Recientemente, la ministra de Asuntos Exteriores, Luminița Odobescu, subrayó, durante las reuniones que mantuvo en Nueva York, al margen de la Asamblea General de la ONU, la especial importancia de la adhesión de Rumanía al programa y anunció que había recibido señales positivas al respecto. En este contexto, la jefa de la diplomacia afirmó que había sido un trabajo de equipo que debe continuar hasta que se logre el objetivo.

    Cabe recordar que el Gobierno rumano se había comprometido a cumplir los criterios técnicos para adherirse al Programa Visa Waiver antes del 30 de septiembre de 2024. El programa permite a los ciudadanos de los países incluidos en el mismo viajar sin visado a América durante un máximo de 90 días con fines turísticos o de negocios.

     

  • Rumanía, cada vez más atractiva para los inmigrantes

    Rumanía, cada vez más atractiva para los inmigrantes

    Rumanía es cada vez más atractiva para los trabajadores extranjeros, según un estudio realizado por la Fundación para el Desarrollo de la Sociedad Civil. En los últimos años, el mercado laboral ha experimentado un aumento significativo en el número de empleados extranjeros, superando la marca de 200.000 en 2023. Esta tendencia refleja una creciente diversificación de la fuerza laboral, en un momento en que el país enfrenta una crisis de recursos humanos en ciertos sectores.

    Hay varias razones por las que Rumanía se está convirtiendo en un destino favorito para los trabajadores extranjeros. En primer lugar, los salarios ofrecidos suelen ser más altos en comparación con los de sus países de origen, especialmente para los trabajadores asiáticos. Además, muchas empresas rumanas e internacionales que operan en Rumanía se enfrentan a una escasez de mano de obra cualificada, por lo que traer trabajadores del extranjero se convierte en una solución atractiva. Aunque los trabajadores extranjeros contribuyen al crecimiento económico, también enfrentan algunos problemas, como abusos por parte de los empleadores.

    Según el estudio, los países de origen de la mayoría de los trabajadores extranjeros son Nepal, Turquía, Italia, la República de Moldavia, Sri Lanka y la India. Los trabajadores extranjeros trabajan en la construcción, los servicios HoReCa y el comercio minorista. Los datos de la Inspección General de Inmigración muestran que el 80% de ellos realizan trabajos no cualificados. La integración de los trabajadores extranjeros no es fácil, pero es importante para el crecimiento económico de Rumanía, afirmó Ramona Chiriac, jefa de la Representación de la Unión Europea en Rumanía.

    Ramona Chiriac:

     

    “El estudio de la FDSC pondrá de relieve las barreras lingüísticas, la legislación mal adaptada en materia de seguridad social, en algunos casos un acceso limitado de los trabajadores a servicios públicos de calidad, los diversos abusos por parte de los empleadores, todo lo cual requiere nuevas políticas públicas adecuadas para transformar este fenómeno en una historia de éxito, tanto para Rumanía como para quienes vienen a Rumanía.”

     

    Por su parte, Victoria Stoiciu, asesora Estatal en la cancillería del primer ministro, afirmó que los representantes de varios ministerios están trabajando juntos en un marco legislativo para ayudar a los inmigrantes. Esto significaría fortalecer las instituciones estatales de control, como la Inspección del Trabajo, para garantizar condiciones laborales decentes, buenos salarios y protección contra la trata de personas para los inmigrantes.

    Contratar trabajadores extranjeros es una situación en la que todos ganan, ya que aumenta la eficiencia y la productividad de las empresas, mientras que los trabajadores disfrutan de mejores condiciones de vida y de trabajo. Sin embargo, las diferencias culturales y lingüísticas pueden crear barreras de comunicación, y las condiciones de vida y de trabajo de estos trabajadores no siempre son óptimas. Sin embargo, muchos de ellos se declaran satisfechos con las oportunidades encontradas en Rumanía y aprecian tanto la estabilidad de sus puestos de trabajo como la posibilidad de enviar dinero a casa para mantener a sus familias.

     

    (versión en español: Simona Sarbescu)