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  • Escudo defensivo europeo

    Escudo defensivo europeo

    Al mismo tiempo, los Estados miembros tendrían más margen para cumplir las normas de la UE sobre deuda y déficit en materia de gasto de defensa, que suelen ser estrictas, así como la posibilidad de reasignar los fondos de desarrollo regional disponibles a inversiones militares. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea:

    «Vivimos tiempos muy importantes y peligrosos. No necesito describir la grave naturaleza de las amenazas a las que nos enfrentamos. O las devastadoras consecuencias que tendremos que soportar, si esas amenazas llegan a producirse. Porque la cuestión ya no es si la seguridad de Europa está amenazada de forma muy real. O si Europa debe asumir más responsabilidad por su propia seguridad. De hecho, hace tiempo que conocemos las respuestas a estas preguntas. La verdadera cuestión que se nos plantea es si Europa está preparada para actuar con la decisión que exige la situación. Y si Europa está preparada y es capaz de actuar con la rapidez y la ambición necesarias».

    En diversas reuniones celebradas en las últimas semanas, la respuesta de las capitales europeas ha sido tan rotunda como clara, afirmó Ursula von der Leyen: estamos en una era de rearme y Europa está dispuesta a aumentar masivamente su gasto en defensa. Esto es tanto para responder a la urgencia a corto plazo de actuar y apoyar a Ucrania, como para responder a la necesidad a largo plazo de que Europa asuma una responsabilidad mucho mayor de su propia seguridad. Ideas que también se transmitieron con fuerza en la cumbre extraordinaria de Bruselas, una reunión de emergencia que señaló que Europa ha entrado en una nueva era. ¿Qué tiene ahora a Europa tan alarmada? El historiador Adrian Cioroianu, profesor universitario y exministro de Asuntos Exteriores, cree que es la magnitud de la fractura:

    «Obviamente no sólo Donald Trump, mucho antes que él los presidentes estadounidenses habían hablado de aumentar la participación, desde George Bush hijo, luego el presidente Obama, en el primer mandato de Donald Trump, incluso Joe Biden. Excepto que era una sugerencia que venía, todavía, en un tiempo de paz. O lo percibimos como un tiempo de paz. Quiero decir, el mundo no se inmutó en 2008, cuando fueron los Juegos Olímpicos en verano, y Rusia entró en Georgia, en esas provincias separatistas, Occidente no se alarmó. Ni siquiera en 2014, Crimea, nos alarmamos. Ni en 2022, estábamos nerviosos por Ucrania, pero no había esta sensación de alarma».

    El estado de nerviosismo actual en Europa, añade Adrian Cioroianu, proviene de estos casi dos meses «en los que nos hemos dado cuenta no solo de que no hay quien ponga límites a Donald Trump, sino que los que están en su Administración parecen más bien animarle. Creo que de ahí viene esta sensación de urgencia europea. Y la guinda del pastel que puso el broche de oro a toda la historia es esta similitud de interpretación procedente de Washington y Moscú sobre ciertos temas. No creo que esto tenga precedentes, ni siquiera en el primer mandato de Donald Trump, y mucho menos de otros presidentes estadounidenses», afirma el profesor Adrian Cioroianu. Una de las consecuencias del comportamiento de la administración Trump podría ser despertar a Europa de sus propias dificultades, añade:

    «Una potencia económica, una potencia demográfica, una potencia intelectual, pero que no iba acompañada de una potencia militar. Europa no había pensado en ello en los últimos 70-80 años, no se le dio prioridad, después de los 90 fue la política de asimilación más bien de Europa Central y Oriental, aunque a principios de los 90 se había empezado a hablar de una política de seguridad común, pero la integración de Europa Central y Oriental dejó la seguridad en un segundo plano».

    El plan de la presidenta de la Comisión Europea contiene cinco instrumentos de financiación. El primero consiste en aumentar los presupuestos nacionales de defensa en un 1,5% anivel europeo, lo que movilizaría unos 650.000 millones de euros en los próximos cuatro años, gasto que no se incluiría en el cálculo de los déficits presupuestarios nacionales. Un segundo instrumento son los préstamos para proyectos europeos conjuntos de defensa por valor de 150.000 millones de euros.

    Se trata de gastar mejor e invertir juntos en capacidades paneuropeas, como defensa aérea, sistemas de artillería, misiles, drones, pero también en cibernética o movilidad militar. Este instrumento ayudará a los Estados miembros a crear demanda para la industria, y con este equipamiento también aumentaremos masivamente la ayuda a Ucrania, afirma Ursula von der Leyen.

    El tercer instrumento se refiere a la posibilidad de que los Estados miembros utilicen los fondos de cohesión para proyectos de defensa, mientras que los dos últimos ámbitos de actuación se centran en el capital privado, junto con los préstamos del Banco Europeo de Inversiones. «Este es el momento de Europa y debemos estar a la altura», destacó la Jefa del Ejecutivo europeo.

    Versión en español: Monica Tarău

  • Rumanía, en las consultas de París

    Rumanía, en las consultas de París

    La seguridad del continente europeo fue el tema de una nueva reunión organizada este miércoles en París por el presidente francés, Emmanuel Macron, tras la celebrada el lunes en formato restringido. Esta vez también estuvo presente Rumanía, a través de su presidente interino Ilie Bolojan, así como los líderes de Noruega, Canadá, Lituania, Estonia, Letonia, República Checa, Finlandia, Grecia, Suecia y Bélgica. Las reuniones se producen tras un cambio radical de actitud de Estados Unidos hacia los países europeos, la administración de Kiev y Moscú. Por un lado, el Gobierno de Donald Trump critica a Europa por no implicarse más en la resolución del conflicto, tacha de dictador al presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, por no convocar elecciones a tiempo, y le culpa en parte de iniciar la guerra, a pesar de que Rusia invadió Ucrania ya en 2014 con la anexión de la península de Crimea.

    Washington, por su parte, parece haber suavizado el tono de sus conversaciones con el régimen del Kremlin y, según se teme, podría negociar unilateralmente no sólo una paz forzada en Ucrania, sino también, según las agencias de prensa, una redistribución de las esferas de influencia siguiendo el modelo de la infame conferencia de Yalta de 1945, en la que se cedió Europa del Este a la Unión Soviética. En este contexto, el presidente interino de Rumanía, Ilie Bolojan, declaró que la seguridad de Ucrania es también la seguridad de Europa y de Rumanía.

    Por otra parte, Francia aumentará su apoyo a Rumanía, declaró Ilie Bolojan, tras entrevistarse por separado con el dirigente francés:

    «Nos hemos vuelto a asegurar mutuamente que, al igual que Francia ha estado al lado de Rumanía en momentos muy importantes de la historia de nuestro país, hoy estará a nuestro lado. Hemos reconfirmado nuestra asociación estratégica con Francia. También hemos reconfirmado la estabilidad de la presencia militar francesa en Rumanía. A petición de nuestro país, esta presencia se reforzará en el próximo periodo».

    Al final de la reunión, Bolojan afirmó que los países de Europa del Este son los primeros en sentir las consecuencias de la guerra en Ucrania. Subrayó que, ahora más que nunca, la unidad europea y la cooperación con Estados Unidos en el seno de la OTAN son vitales para resolver el conflicto.

    Ilie Bolojan:

    «No estamos al lado de Ucrania sólo por un sentimiento humanitario. En primer lugar, por esa razón, y por injusticia, pero también lo estamos por un interés estratégico para nuestro país. Y la segunda conclusión importante fue que una mayor cooperación entre los países europeos y los Estados Unidos de América puede ser la mejor fórmula para resolver esta crisis, para que no sólo tengamos un alto el fuego, sino que tengamos una paz justa, para que en los próximos años no se reinicie un nuevo conflicto. Y esta paz justa y una paz equitativa no pueden realizarse sin la participación de Ucrania y de la Unión Europea en el cierre de estas negociaciones

    Por su parte, el presidente francés dijo que veía a Rusia y a Vladimir Putin como «una amenaza existencial para Europa». Tanto él como el primer ministro británico, Keir Starmer, han sido invitados a Washington la próxima semana para celebrar consultas sobre la paz en Ucrania, según ha anunciado el asesor de Seguridad Nacional del presidente Donald Trump, Mike Waltz.