En el tercer trimestre del año pasado, un hogar rumano registró unos ingresos totales mensuales medios de 8255 leus, equivalentes a unos 1650 euros, lo que supone un aumento del 0,5% por hogar en comparación con el segundo trimestre del mismo año.
Según el Instituto Nacional de Estadística, calculados para una sola persona, los ingresos medios mensuales fueron de casi 3300 leus, es decir, un 0,7% más. En comparación con el tercer trimestre del año anterior, los ingresos medios mensuales totales de un hogar y los de una persona sola aumentaron algo más del 13%.
De los 8255 leus que ganó una familia el año pasado en el tercer trimestre, la mayor parte se gastó. Un 9% más que el año anterior, el gasto total medio mensual representó en conjunto el 85% de los ingresos. El año pasado aumentó el poder adquisitivo de la población, afirma el analista financiero Adrian Codirlașu, que explica por qué la inflación se percibe más alta de lo que muestran las estadísticas:
«Estamos asistiendo a un aumento del gasto superior a la inflación. Es cierto que también hay un componente de volumen, como los ingresos han subido, se ha comprado más y, bueno, lo ideal sería poder separar la parte de volumen de la parte de aumento de precios. Pero es posible que ciertas cosas que forman parte del componente de gasto no se recojan en la inflación y por eso la inflación se perciba en realidad mucho más de lo que es. En principio, las ponderaciones se han mantenido relativamente similares a lo que ocurrió en el periodo anterior».
La fuente más importante de ingresos de los rumanos eran los salarios y otros derechos laborales, seguidos de las prestaciones sociales, es decir, pensiones, subsidios, desempleo o asistencia social. Los ingresos medios mensuales totales de un hogar en las zonas urbanas eran 1,3 veces superiores a los de las zonas rurales, y 1,5 veces superiores en el caso de una persona sola.
Los principales destinos del gasto en el tercer trimestre del año pasado fueron el consumo de productos agroalimentarios, bebidas no alcohólicas y productos no alimentarios, el pago de facturas de servicios públicos, el pago de impuestos, contribuciones, gravámenes o tasas, y la compra de ropa y calzado. El nivel más bajo del gasto medio mensual de los hogares rumanos se registró en la educación, y el «85% de los ingresos se destinó a impuestos y a gastos», señala la prensa de Bucarest, que concluye, irónicamente: «los rumanos tienen mayores ingresos, pero se lo gastan casi todo».
Versión en español: Antonio Madrid
