Los socialdemócratas rumanos tienen motivos para estar satisfechos tras las elecciones locales y al Parlamento Europeo del domingo, porque los resultados les permiten negociar futuros acuerdos políticos y electorales desde una posición favorable de cara a las elecciones presidenciales de septiembre y las legislativas de diciembre.
El Partido Social Demócrata (PSD) ganó por goleada la batalla por las alcaldías y los consejos locales y comarcales, y junto con su socio liberal en el Gobierno obtuvo casi la mitad de los votos para los eurodiputados. El presidente socialdemócrata y primer ministro en funciones, Marcel Ciolacu, no descarta una alianza política con los liberales, pero no contempla la posibilidad de que el PSD no tenga candidato presidencial.
La inercia del Partido Nacional Liberal (PNL) se está ralentizando claramente, tras haber perdido varios consejos comarcales en favor de su socio socialdemócrata, pero siguen siendo, como ha señalado el vicepresidente primero Rareș Bogdan, la principal fuerza de derechas de Rumanía, con casi el 30 % de los votos emitidos. Y como el PNL es un partido responsable, no creará caos ni desequilibrios internos abandonando el gobierno, como se especuló tras estos resultados electorales no tan buenos, aseguró Bogdan.
En la votación para alcaldes y concejales, la Unión Democrática de Húngaros en Rumania (UDMR) ocupa el tercer lugar, con casi un 7 %, gracias a la proverbial disciplina mostrada por el electorado húngaro en Transilvania. Son los mejores resultados obtenidos por la UDMR en los últimos 20 años, afirma su presidente, Kelemen Hunor. La UDMR también obtuvo representación en el Parlamento Europeo.
Con casi un 15 % ganado en las elecciones para las legislativas de la UE, los soberanistas ultranacionalistas de la Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR) reclaman, por voz del presidente George Simion, el estatuto de principal partido de la oposición en Rumanía. Simion ha declarado que la AUR ocupará seis escaños en el Parlamento Europeo, tendrá concejales en todos los distritos excepto en Harghita y Covasna, donde los húngaros étnicos viven en gran mayoría, y atacará con confianza las elecciones presidenciales.
Menos del 9 % de los votos recibidos en las elecciones al Parlamento Europeo, importantes alcaldías perdidas y, en general, un voto político muy débil, es el desastroso balance de la Unión Salvemos Rumanía (USR), el partido insignia de la Derecha Unida, en las elecciones conjuntas del domingo. El líder de la formación, Cătălin Drulă, ha admitido su fracaso y ha anunciado que abandona la dirección del partido, puesto que asumirá de forma interina Dominic Fritz, reelegido como alcalde de Timisoara.
Sin embargo, Derecha Unida sigue siendo una fuerza en Bucarest, donde es primera en el Ayuntamiento y apoyó al alcalde reelegido, Nicușor Dan. En cambio, REPER, el partido centrista creado por el ex primer ministro Dacian Ciolos, no alcanzó todos sus objetivos. Los casos de ambos demuestran que para tener éxito en política no basta con guiarse por principios y valores. Y a veces esto incluso está contraindicado, prueba de ello es que el Partido S.O.S. Rumanía, una disidencia pro-rusa, anti-UE, conspiranoica y agresiva de la AUR, enviará dos representantes a Estrasburgo.
Versión en español: Antonio Madrid
