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  • Un pacto criticado, el Pacto sobre Migración y Asilo

    Un pacto criticado, el Pacto sobre Migración y Asilo

    Lanzado en abril de 2024, el documento sustituye al antiguo Reglamento de Dublín III y pretende apoyar a la Unión Europea en el actual estancamiento migratorio: reforzar la seguridad en las fronteras del continente, agilizar los procedimientos de asilo y repatriación y fomentar la solidaridad con los Estados miembros situados en las fronteras exteriores de la Unión.

    Lejos de ser aplaudido unánimemente, el pacto ha sido ampliamente criticado por ONGs, publicaciones y especialistas de todo el continente, tanto por partidos antimigración y de extrema derecha (el nuevo reglamento no propone medidas suficientes para detener la migración) como por partidos y activistas de izquierda (el documento es una amenaza para los derechos humanos).

    A finales de 2023, 50 organizaciones sin ánimo de lucro firmaron una carta abierta a la Comisión Europea para expresar su temor ante un posible sistema con lagunas. Este sistema favorecería la normalización de la detención arbitraria de inmigrantes, la elaboración de perfiles raciales y el uso de procedimientos de «crisis» para rechazar la entrada a través de la frontera y redirigir a las personas a terceros países seguros, donde podrían sufrir violencia, tortura y detención arbitraria.

    El profesor Cristian Pîrvulescu, decano de la Facultad de Ciencias Políticas de la SNSPA y presidente del grupo de integración e inmigración del Comité Económico y Social Europeo, explicó a RRI algunos de los recelos que suscita el nuevo reglamento:

    «Teníamos nuestras dudas sobre el Pacto, en primer lugar, respecto a la definición de terceros países, porque la lista de países a los que se puede expulsar a quienes no obtienen asilo en la Unión Europea no es del todo segura. En nuestra opinión, la forma en que la Comisión ha elaborado esta lista adolece de muchas deficiencias y hay países que, aparentemente, son seguros, pero cuya situación geopolítica puede convertirles en países absolutamente inseguros. Otro aspecto problemático es el derecho, esencial para quienes llegan a las fronteras de la UE de solicitar la entrada en el territorio de la Unión y tener acceso a los procedimientos de asilo. Además, los procedimientos de asilo incluidos en el nuevo Pacto, se simplifican enormemente».

    En 2023, más de 117 millones de personas se vieron obligadas a desplazarse, y se calcula que a finales de 2024 la cifra ascenderá a 130 millones. Sin embargo, la mayoría permanece en sus regiones de origen y solo una pequeña parte busca protección en Europa.

    Con motivo del Foro Europeo de la Migración, RRI habló con Flavius Ilioni Loga, director ejecutivo de la Asociación LOGS, una organización de base presente en Timisoara desde 2019 que promueve la integración de los grupos de migrantes vulnerables a través de la educación y la lucha contra la trata de seres humanos. Ilioni fue designado «Héroe Urbano» en Timisoara en 2021 y su equipo está compuesto por trabajadores sociales, psicólogos y mediadores culturales.

    Le preguntamos cuáles son, en su opinión, los puntos débiles del nuevo Pacto de Migración y Asilo:

    «No estamos en la mejor posición para hacer un análisis jurídico del Pacto. Pero hay críticas a nivel de organizaciones sobre el modo en que se realizan las devoluciones de migrantes. También se critican las condiciones en las que se aplica el Pacto, con el apoyo exclusivo de las autoridades frente a la sociedad civil. Estamos hablando de la responsabilidad exclusiva de los gobiernos nacionales para determinar quién va a participar en el reasentamiento o la integración de personas procedentes de otros países. La tramitación de las solicitudes de asilo corresponde obviamente a las autoridades nacionales, pero, cuando se trata de asistencia jurídica y asesoramiento, ¿cómo se hará? Esto podría dificultar el acceso directo de organizaciones como la nuestra a las autoridades de Bucarest, por ejemplo, que está a 600 kilómetros de nuestra sede en Timisoara, y podría obstruir la ayuda y el apoyo al enfoque solidario a nivel local y comunitario».

    A la pregunta de si las autoridades estatales consultaron a las ONGs a la hora de redactar el Pacto sobre Migración y Asilo, el experto responde lo siguiente:

    «No, por lo que tengo entendido, y esta fue otra observación que hice no solo yo, sino varias organizaciones a nivel europeo: que las organizaciones de la sociedad civil, especialmente las pequeñas, no fueron consultadas a la hora de redactar este pacto. Por otro lado, podemos entender en cierto modo la naturaleza política del acuerdo, el mecanismo jurídico y el de los líderes políticos. Estamos de acuerdo con lo que apoya el Pacto, porque se construye en torno a la solidaridad europea en la que también creemos, y por primera vez, con algunas pequeñas excepciones, todos los Estados han mostrado su apoyo a este Pacto a nivel declarativo».

    Según los datos facilitados por la Dirección General de Migraciones para su publicación e interpretación por el Consejo Europeo para los Refugiados y los Exiliados, en 2023 Rumanía recibió un total de 10 346 solicitudes de protección internacional, de las cuales solo 5561 habían sido tramitadas a finales de ese mismo año. De estas, solo 491 obtuvieron el estatuto de refugiado y 438 protección subsidiaria. Estos datos muestran una abrumadora tasa de rechazo del 83,3 % de las solicitudes de protección. La mayoría de los solicitantes procedían de Bangladesh (donde no se aceptó ninguna solicitud), Siria, Pakistán y Nepal.

    Flavius Ilioni cree que Rumanía solo podrá crecer si aprende a abrazar la diversidad y a ser más inclusiva con las minorías, no solo con las locales o tradicionales, sino también con las nuevas personas que llegan de otros continentes en busca de una vida mejor. El activista sostiene que debemos darnos cuenta de que los inmigrantes que llegan a Rumanía en número creciente no solo aportan valor y contribuyen al presupuesto del Estado, sino que también aportan todo tipo de talentos que pueden enriquecer nuestra comunidad.

    Versión en español: Victoria Sepciu

  • Acuerdo político para la nueva Comisión Europea

    Acuerdo político para la nueva Comisión Europea

    Los líderes de los tres principales grupos políticos del Parlamento Europeo han dado luz verde a los miembros de la próxima Comisión Europea. Finalmente han acordado aprobar las siete candidaturas al puesto de Comisarios de la UE que aún se estaban estudiando, poniendo fin a semanas de bloqueo entre las facciones políticas de la UE sobre la composición de la próxima Comisión. El Parlamento escuchó a los posibles comisarios europeos del nuevo equipo de Ursula von der Leyen entre el 4 y el 12 de noviembre. Pero durante más de una semana tras las audiencias, el destino de los seis vicepresidentes y del comisario húngaro de Salud Pública y Bienestar Animal, Olivér Várhelyi, estuvo bloqueado por las disensiones políticas entre el Partido Popular Europeo Renew, y los socialistas y demócratas.

    Entre los que tuvieron que esperar estuvo Roxana Mânzatu, candidata rumana al puesto de vicepresidenta ejecutiva de Personas, Competencias y Formación. Durante la audiencia, tuvo que dar explicaciones no sólo sobre los derechos de los trabajadores y el programa Erasmus, sino también sobre la ampliación ilegal de su casa de Brasov, de la que también se hizo eco la prensa rumana. En un mensaje en una red social, el primer ministro rumano, Marcel Ciolacu, saludó la validación de Roxana Mînzatu como vicepresidenta de la CE, teniendo también «una cartera relevante» como comisaria europea. Es una profesional extraordinaria y hará honor a Rumanía, declaró el jefe del Gobierno rumano.

    Es la primera vez desde 1999 que no se rechaza a ningún candidato de un país para el puesto de comisario en la Comisión Europea, lo que supone un retroceso para el poder del PE, señala la publicación Politico.

    Junto al acuerdo sobre los miembros de la futura Comisión Europea, los líderes de los principales partidos con representación en Bruselas han firmado también un documento en el que se comprometen, como mayoría parlamentaria, a trabajar juntos durante este mandato para apoyar a Ucrania, aumentar la seguridad e impulsar la competitividad de la UE. Mencionan que quieren adoptar un nuevo acuerdo industrial e impulsar la economía circular respetuosa con el medio ambiente. Por último, pero no por ello menos importante, se prevé una política migratoria eficaz.

    La votación final del Parlamento Europeo sobre la nueva Comisión Europea presidida por Ursula von der Leyen tendrá lugar la próxima semana en la sesión de Estrasburgo. Se necesitan dos tercios de los eurodiputados para aprobarlo. Según el calendario procedimental, si el voto es favorable, los nuevos comisarios tomarán posesión el 1 de diciembre. La fórmula propuesta por Ursula von der Leyen cambia ligeramente. Habrá un puesto de vicepresidente para la jefa de la diplomacia de la UE, Kaja Kallas, cinco puestos de vicepresidente ejecutivo, que también coordinarán determinadas políticas, y 20 carteras de comisarios.

     

  • Del déficit presupuestario al salario mínimo europeo

    Del déficit presupuestario al salario mínimo europeo

    El Fondo Monetario Internacional ha revisado a la baja su previsión de crecimiento para la economía rumana este año, del 2,8% en abril al 1,9% en el más reciente informe publicado por la institución financiera mundial. Se espera que la inflación media anual alcance el 5,3% a finales de 2024 y el 3,6% el año que viene, mientras que el desempleo se mantenga en el 5,6% y baje al 5,4% en 2025. El déficit por cuenta corriente se estima en el 7,5% del PIB este año y el 7% el próximo. Casi simultáneamente a las predicciones del FMI, la Oficina Europea de Estadística (Eurostat) publica datos que revelan que el déficit público en la Unión Europea ha pasado del 3,2 por ciento del PIB en 2022 al 3,5 por ciento en 2023, con los niveles más altos registrados el año pasado en Italia (menos 7,2 por ciento), Hungría (menos 6,7 por ciento) y Rumanía (menos 6,5 por ciento).

     

    En el caso de Rumanía, los datos de Eurostat muestran que el déficit público aumentó de más de 88.000 millones de leus en 2022 a casi 105.000 millones de leus el año pasado (1 euro = aprox. 5 leus). Esto se debe a que el gasto público cayó del 40,4% del Producto Interior Bruto en 2022 al 40,3% el año pasado y los ingresos disminuyeron del 34% al 33,7%. Anteriormente, la Agencia Internacional de Calificación de Riesgo Standard & Poor’s volvió a confirmar la buena calificación de la deuda pública de Rumanía y su perspectiva estable. La agencia advertía, sin embargo, que la calificación de Rumanía podría rebajarse si el déficit sigue superando las previsiones y si persisten otros desequilibrios, como una inflación elevada o un déficit por cuenta corriente, es decir la diferencia entre unas importaciones elevadas y unas exportaciones bajas.

     

    Standard & Poor’s también prevé que el actual gasto preelectoral, marcado por las subidas de las pensiones y los salarios del sector público, elevará el déficit de Rumanía al 7,3% este año. Como las estadísticas macroeconómicas impresionan poco a muchos rumanos, que siguen siendo pobres y han visto disminuido drásticamente su poder adquisitivo por la inflación galopante de los últimos años, los políticos han decidido ofrecerles una medida de consuelo.

     

    A poco más de un mes de las elecciones presidenciales y parlamentarias, la Cámara de Diputados de Bucarest ha aprobado, como órgano decisorio, el proyecto de ley sobre el salario mínimo adecuado. La ley transpone una directiva europea destinada a mejorar las condiciones de trabajo y de vida de los asalariados. El documento estipula que el salario base bruto mínimo garantizado debe fijarse anualmente, actualizarse periódicamente, tras consultar con los sindicatos y las organizaciones patronales representativos a nivel nacional, y debe tener en cuenta el coste de la vida y los indicadores económicos y sociales. El sueldo mínimo bruto se fijaría entre el 47% y el 52% del salario promedio por economía.

     

  • Ana Pauker

    Ana Pauker

    Desempeñó un papel decisivo en el equipo que instaló al partido comunista en el poder en Rumanía, entre 1947 y 1952, como miembro del gobierno de Petru Groza, el primer gobierno del partido comunista. También ocupó posiciones muy relevantes en la jerarquía del Partido Comunista Rumano y en la del Partido Comunista de la Unión Soviética.

    Ana Pauker nació en 1893 en la región de Vaslui, en el este de Rumanía, como Hana Rabinsohn, en el seno de una familia judía religiosa, cuyo abuelo era rabino. En 1920 conoció en Francia a Marcel Pauker, su futuro marido, un judío de Bucarest, comunista radical, con quien se involucró en las actividades de la Internacional Comunista (Comintern). Se convirtió en agente soviética y fue detenida en 1922 y 1935, pero en 1941 fue liberada y se fue a la URSS. Durante su encarcelamiento en 1938, su marido fue ejecutado por Stalin como espía de Occidente. Durante la guerra, en Moscú, fue la jefa del grupo de comunistas rumanos exiliados conocido como la facción de Moscú.

    En 1994, el Centro de Historia Oral de la Radiodifusión Rumana entrevistó al doctor Gheorghe Brătescu, yerno de Ana Pauker. Citó un documento soviético en el que su suegra era apreciada por sus cualidades, pero también criticada por sus incapacidades.

    «En su caracterización de 1946 se dice lo siguiente: entre los dirigentes del Partido Comunista Rumano (PCR), la camarada Pauker es la mejor preparada desde el punto de vista teórico y goza de una gran influencia en el Partido. Es por eso que dirige, desde todos los puntos de vista, la actividad del Comité Central del PCR. Es muy popular entre el pueblo rumano como resultado de su actividad ilegal en el pasado. Aparte de su ocupación como secretaria del Comité Central, dirige el grupo comunista en el Parlamento. Asegura la colaboración del PCR con los demás partidos del Bloque Democrático. Participa activamente en el trabajo de la Federación Internacional de Mujeres Antifascistas. Sin embargo, la camarada Pauker tiene una debilidad importante como organizadora. No usa su influencia y autoridad lo suficiente como para fortalecer el partido ideológica y organizativamente».

    El final de la Segunda Guerra Mundial y la presencia del ejército soviético en Rumanía significaron el camino hacia las más altas esferas del poder político. La eligieron como secretaria del Comité Central del Partido Comunista Rumano y, tras la abdicación forzada del rey Miguel I el 30 de diciembre de 1947, la nombraron ministra de Asuntos Exteriores.

    Los primeros años de la década de 1950 marcaron su declive. En 1952, el líder Gheorghe Gheorghiu-Dej empezó a eliminar a los grupos competidores. Ana Pauker formaba parte de uno de ellos, en el que también estaba su camarada Vasile Luca. Acusados de desviacionismo de derecha y sabotaje, los miembros del grupo fueron encarcelados y Lucrețiu Pătrășcanu, oponente de Dej y asociado al grupo, fue ejecutado. En 1953 se le concedió el domicilio obligatorio a Ana Pauker y al año siguiente fue expulsada del partido. Vivió hasta 1960 y trabajó como traductora del francés y del alemán en la editorial Política, sin derecho a firmar. Formó parte del equipo de traductores que produjo la primera edición completa de las obras de Marx y Engels en rumano.

    Después de 1965, el nuevo líder Nicolae Ceaușescu intentó rehabilitar a algunas de las víctimas de Dej. Gheorghe Brătescu dijo que Ana Pauker no estaba entre ellos y dio detalles sobre los últimos años de su vida.

    «Absolutamente nunca se ha intentado esto. Es más, incluso el trabajo en la Editorial Política se llevó a cabo en condiciones completamente anormales. Ni siquiera recibía allí su salario, se lo enviaban a través de la criada. Ella llevaba los materiales que escribía y en esa ocasión también recibía su salario. Mientras Gheorghiu-Dej vivió, la consideraron la persona más peligrosa, especialmente después de la liquidación de Pătrăşcanu. Esto explica que hasta 1968 no se empezara a hablar de su actividad política. Además, en 1961, un año después de su muerte, se le retiraron las condecoraciones. En otras palabras, en cierto modo, incluso el recuerdo de ella se consideraba peligroso, por lo que no se intentó recuperar su memoria».

    Entre 1953 y 1960, Ana Pauker recibió la visita de varias personas, una de ellas fue el abogado Radu Olteanu, defensor de los comunistas y antifascistas en los juicios de 1930, y la otra fue una antigua compañera de prisión. Gheorghe Brătescu:

    «Una trabajadora que había estado en la cárcel con Ana Pauker llamada Maria Andreescu venía sin ninguna reserva, y era conocida como Băbica. Por lo que sabíamos, también se mantenía en contacto con algunos viejos conocidos, amigos, compañeros, admiradores de Ana Pauker. Cuando Ana fue ingresada en el Hospital de Colentina, Maria Sârbu fue a visitarla. Y al funeral, probablemente movilizado por Băbica, también asistió ese viejo traidor oportunista que era Gheorghe Cristescu, que en cierto modo representaba al viejo movimiento socialista».

    Ana Pauker fue, como tantos otros, una persona cegada por los ideales de una sociedad perfecta que en la práctica significaba terror. Y dejó este mundo derrotada por la cruel realidad.

    Versión en español: Mihaela Stoian