Las elecciones presidenciales en Rumanía suelen despertar el mayor interés y pasiones. Además, este año – especial porque, después de dos décadas, llega con todas las elecciones posibles – las dos vueltas de las elecciones al cargo supremo se organizan antes y después de las elecciones legislativas, lo que aumenta lo que está en juego electoralmente. En la jerga comercial, la demanda del electorado es alta, pero la oferta – no en número, porque hay 13 candidatos, sino en calidad – es muy pobre, quizá la más débil en 35 años, dicen al unísono comentaristas y analistas. Y tienen sus razones: la mayoría de los candidatos no tienen un perfil profesional bien definido, aunque tuvieran experiencia política, tienen poco o ningún carisma, y algunos de ellos no han salido indemnes de escándalos de corrupción; por otra parte, también hay candidatos cuya competencia en política exterior y seguridad, áreas que dominan la descripción del puesto presidencial, ha quedado demostrada y es incuestionable, pero sufren en términos de apoyo político porque entraron en la carrera como independientes.
Además, este escrutinio presidencial sufre en otro aspecto: uno de los candidatos se considera seguro para la ronda decisiva del 8 de diciembre, pero al menos dos, si no tres personajes luchan por el segundo puesto, lo que paradójicamente diluye la tensión de la competición. Todavía están en la memoria colectiva los enfrentamientos entre Ion Iliescu y Emil Constantinescu en 1992 y 1996, entre Traian Băsescu y Adrian Nastase en 2004, y el de 2014 entre Klaus Iohannis, actual presidente, y su antiguo adversario Victor Ponta. Todas fueron disputas entre los principales bloques políticos, izquierda y derecha, con victoria de esta última en las dos últimas décadas. Salvo una excepción, sólo hubo un debate televisado durante la actual campaña presidencial, y ni siquiera eso reunió a todos los candidatos.
Desde el punto de vista ideológico, están representadas todas las corrientes ideológicas, desde los socialdemócratas a los liberales, desde los europeístas de centro a los nacionalistas populistas y soberanistas.
Cabe recordar que en Rumanía, el baile electoral se abrió el 9 de junio, con la celebración simultánea de elecciones legislativas locales y europeas. El 24 de noviembre y el 8 de diciembre se celebrarán las dos vueltas de las elecciones presidenciales, y entre medias, el 1 de diciembre, Fiesta Nacional, habrá elecciones legislativas. Los electores rumanos que vivan o residan en el extranjero podrán votar en la primera vuelta de las elecciones presidenciales durante 3 días, viernes, sábado y domingo. Las autoridades han organizado la cifra récord de 950 colegios electorales en el extranjero. Según la Autoridad Electoral Permanente, unos 7.000 rumanos residentes en el extranjero optaron por votar por correo.
