En Rumanía, el proyecto de vigilancia electrónica de las órdenes de protección se extenderá a todo el país a partir del 1 de octubre, tres meses antes de lo previsto. El Ministerio del Interior tiene previsto aplicar el sistema de vigilancia a las personas bajo control judicial o arresto domiciliario a partir de la misma fecha, dos años antes de la fecha estimada inicialmente.
Por otra parte, el poder legislativo de Bucarest está trabajando en el endurecimiento de las penas por delitos muy graves. Tras eliminar la posibilidad de que los conductores que hayan consumido alcohol o estupefacientes y hayan causado accidentes de tráfico mortales puedan librarse con penas de prisión en suspenso, las condenas por tráfico de seres humanos, esclavitud o pornografía infantil ya no se suspenderán. Se trata de una de las modificaciones de la ley en este ámbito, que está pendiente de decisión en la Cámara de Diputados.
Las nuevas normas también endurecen las penas por estos delitos. Para la esclavitud, la pornografía infantil y la trata de seres humanos, la pena de prisión puede ser de hasta 12 años, y de hasta 20 años si hay menores implicados.
Los eurodiputados también debaten un proyecto de ley que introduce nuevas salvaguardas en el Registro Nacional Automatizado de Delincuentes Sexuales. De este modo, las personas inscritas en el registro de delincuentes sexuales deberán notificar periódicamente a las autoridades su lugar de trabajo. Al mismo tiempo, las estructuras policiales especializadas deberán comunicarlo inmediatamente a los empleadores del sistema educativo, sanitario o de asistencia social, así como a cualquier institución cuyo trabajo implique un contacto directo con niños o ancianos.
Otra disposición estipula que las relaciones laborales o de voluntariado cesan inmediatamente tras el registro si el interesado trabaja en ámbitos que impliquen contacto con niños o personas vulnerables.
El Gobierno ha puesto en marcha la Estrategia Nacional contra la Trata de Seres Humanos, que establece mecanismos coordinados a escala nacional e internacional para reducir la magnitud del fenómeno.
Rumanía ha adquirido una triste notoriedad, al ser reconocida desde hace casi dos décadas como uno de los países de origen de víctimas explotadas en Europa. Cada año se identifica a 500 rumanos como víctimas, pero la cifra real puede ser mayor, ya que la trata de seres humanos es un delito difícil de identificar directamente. «El año pasado convencimos a 451 víctimas de la trata de seres humanos para que nos pidieran ayuda, pero se necesita más porque los mayores aliados de los traficantes son el miedo y el silencio», declaró Maria Cristina Stepanescu, subdirectora de la Agencia Nacional contra la Trata de Seres Humanos.
Versión en español: Antonio Madrid
