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  • La miscelánea: El hospital Colțea, la primera unidad médica de Bucarest

    La miscelánea: El hospital Colțea, la primera unidad médica de Bucarest

    La mayoría de los hospitales de Rumanía funcionan en edificios construidos entre 1900 y 1970, y 68 hospitales tienen edificios anteriores a 1900. En el centro de Bucarest se encuentra un espectacular palacio que oculta un hospital entre sus magníficos muros. Desde hace 320 años. Es el Hospital Colțea, el primer y más espectacular centro médico de Rumanía y no solo  con una historia única e impresionante detrás. Es el primer hospital del país, es el más bonito y está en el centro de la capital. Es un edificio realmente único en el paisaje urbano. De hecho, la historia del hospital está entrelazada con la historia de Bucarest, que creció y se desarrolló alrededor de este edificio único ubicado en la avenida I.C. Brătianu, número 1. El Hospital Colțea es obra de Mihail Cantacuzino, un hombre de cultura que contribuyó al crecimiento y desarrollo de Bucarest. No es de extrañar que en el patio del hospital, justo enfrente, haya una estatua suya, hecha de mármol de Carrara. Entonces, ¿por qué el hospital no se llama Cantacuzino sino Colțea? La explicación es sencilla: el terreno en el que Mihail Cantacuzino construyó el hospital fue donado por Vornicul Colțea. Como muestra de gratitud por este esfuerzo, el patrocinador decidió llamar al hospital Colțea, según informa infoanunt.ro. En primer lugar, hay que decir que el término hospital en el siglo XVIII no significaba lo mismo que hoy. En aquella época, el hospital era una institución social, destinada a curar y ayudar a los necesitados. Se les daba comida y ropa, y el hospital ayudaba a las jóvenes en situación de pobreza a prepararse para el matrimonio. Más concretamente, el objetivo del hospital era ayudar a los menos afortunados con la ayuda de los ricos, que lo veían como una forma de expiar sus pecados. Al principio, el hospital tenía su sede en el monasterio de Colțea, siguiendo el modelo del «Santo Lazzaro e Medicanti» de Venecia, una farmacia «con varias curas y hierbas curativas». Aunque pequeño, con sólo 24 camas, el hospital de Colțea era uno de los más avanzados de Europa cuando se inauguró en diciembre de 1704, junto con el Guy’s Hospital de Londres y el Charite de Berlín. El complejo de Colțea comprendía la gran iglesia del centro (que aún existe hoy en día), tres capillas dispuestas simétricamente en los lados este, norte y sur de la iglesia, el hospital de Colțea, inaugurado el 14 de diciembre de 1704, la farmacia, la casa del cirujano, la casa del arcipreste, la casa del arcipreste extranjero y varios anexos. De estas 24 camas, 12 eran para mujeres y 12 para hombres. Las mujeres y los hombres eran atendidos en pabellones diferentes, y sólo las enfermeras trabajaban en el pabellón femenino y los enfermeros en el pabellón donde estaban hospitalizados los hombres.  El hospital estaba gestionado por ocho obispos, cuatro primarios y cuatro secundarios.

    El hospital del complejo del monasterio de Colțea funcionó tal y como fue construido por Mihail Cantacuzino hasta 1739, cuando un incendio calcinó todo el edificio. El hospital se reconstruyó pronto con la ayuda de Constantin Mavrocordat, gobernante de Valaquia en aquel momento, que se dio cuenta de la importancia de un asentamiento de este tipo en Bucarest. Esta forma del hospital se amplió con el paso de los años, construyéndose nuevos edificios para que el Hospital Colțea tuviera el mayor número posible de salas. El hospital fue reconstruido en 1836 según los planos de los arquitectos Conrad Schwick y Faiser, ya que el edificio había resultado gravemente dañado por el «Gran Terremoto» de 1802 y el descuido de la administración de la época.  En 1887, el hospital fue demolido por última vez y el edificio fue sustituido por el que aún vemos hoy en el centro de la capital. Obviamente, a lo largo de los años, el número de camas del hospital aumentó. Si al principio sólo había 24 camas, en 1848 el número aumentó a casi 100, en 1888, con la inauguración del nuevo edificio, había 210 camas disponibles, y en 1980 había 502 camas a disposición de los pacientes. Un aspecto interesante relacionado con el Hospital Colțea es que hasta 1833 sólo trabajaban aquí médicos traídos del extranjero, lo que cambió con la llegada del doctor Ioan Serafim. Este momento también marcó el inicio de la realización de muchas personalidades emblemáticas en la historia de la medicina rumana, encabezadas por Nicolae Crețulescu. En 1842, Nicolae Crețulescu creó la primera escuela de medicina de Valaquia -la «escuela de cirugía menor»- en el Hospital Colțea. También sentó las bases de la publicación «Manual de cirujía menor », lanzada en 1844. En las salas y laboratorios del hospital trabajaron grandes nombres de la historia de la medicina rumana como Amza Jianu, Victor Babes y Carol Davila, todos los cuales se esforzaron por innovar las prácticas médicas y elevar el nivel del país al de Occidente. Por ejemplo, Carol Davila creó la primera escuela de enfermeras en Colțea en 1877.

    Hoy en día, la estatua del fundador del hospital, Mihail Cantacuzino, se encuentra justo a la entrada del hospital y es obra del escultor Karl Storck, que la realizó en 1869. La estatua es de mármol blanco de Carrara, obra del italiano Ippolito Lepri, y lleva con orgullo el título de primer monumento de Bucarest. La obra costó 82.000 leus, una suma impresionante para la época, y fue el resultado de un proceso de dos años. Esta obra fue el primer encargo hecho a un escultor rumano para un monumento representativo. Inicialmente, el monumento se colocó frente a la iglesia Colțea, tras lo cual se trasladó al lugar donde se encuentra hoy, en el centro del patio del hospital. Dado que el espacio abierto parece encoger los volúmenes, la estatua se dimensionó más grande que la altura natural de la figura y, como resultado, denota equilibrio, lo que demuestra inequívocamente que su autor, Karl Storck, había alcanzado la madurez artística. Karl Storck sólo realizó el modelo, la ejecución y transposición en mármol corrió a cargo de su hijo Carol Storck. Hasta 1888, la entrada al patio del hospital y el monasterio Colțea se hacía bajo el edificio más alto de Bucarest, la Torre Colții. Con sus 50 metros de altura, la torre sobresalía por encima de los demás edificios de la ciudad e impresionaba a transeúntes y lugareños cada vez que pasaban junto a ella o bajo sus pies. Desgraciadamente, un terremoto en 1802 provocó el derrumbe parcial de la torre, que fue finalmente demolida por completo en 1888.

  • ¡Chocolate Plus!

    ¡Chocolate Plus!

    Se han propuesto cambiar la razón por la que la gente compra y consume chocolate, pasando del placer al consumir un alimento a una experiencia inolvidable. Y como les gusta que las cosas sean sencillas, han optado por elaborar recetas de chocolate realizadas con semillas de cacao de primera calidad, procedentes predominantemente de Perú, a las que añaden ingredientes provenientes de la agricultura ecológica para obtener un claro beneficio para la salud. Nos lo cuenta Constantin Joițescu, fundador de la marca Chocolate con beneficios:

     

    «El chocolate con beneficios es un chocolate funcional en el que utilizamos semillas de cacao puro y lo enriquecemos con otros ingredientes procedentes de la agricultura ecológica, en función del beneficio para el que hemos diseñado cada receta. Por ejemplo, tenemos recetas para la concentración y la memoria, para la relajación, para tener energía y con efecto afrodisíaco».

     

    Nuestro entrevistado nos contó que la empresa existe desde 2014 y que hace muchos años, en San Valentín, lanzaron una edición limitada de chocolate con efecto afrodisíaco que tuvo muy buena acogida. Por eso, hace un año, cuando reorganizaron la marca, decidieron que esa podría ser una receta innovadora, y, como la ficha en la que estaban trabajando se llamaba chocolate con beneficios, al final se convirtió en el propio nombre de la marca. Constantin Joițescu, fundador de la marca Chocolate con beneficios, añadió:

     

    «Comer chocolate negro es muy bueno para la salud porque este tipo de chocolate tiene más de 400 nutrientes. No es el chocolate que comíamos de pequeños, que lleva leche y azúcar en la receta, o sea más del 60 % de contenido y que no es muy sano, la verdad. El chocolate negro hecho con semillas de cacao puro es un chocolate saludable y la Unión Europea incluso recomienda un consumo mínimo de 10 gramos al día. Básicamente hemos añadido otros ingredientes, con efecto afrodisíacos o para alimentar el cerebro. Para la concentración y la memoria hemos añadido setas, es el único chocolate producido en Rumanía con setas».

     

    Constantin Joițescu detalló:

     

    «Utilizamos tres tipos de setas: Chaga, Cordyceps y Hericium cuyas propiedades para la concentración, la memoria y el buen humor se conocen desde hace miles de años. Además, tienen antioxidantes y combinan muy bien y deliciosamente con el chocolate. Mi chocolate favorito por su sabor y que también sirve para relajarse contiene Passiflora, Ashwagandha y Rhodiola Rosea. También hay otro con Ginseng Siberiano y Brahmi que ayuda a tener buen humor y además tiene un sabor excepcional. Nuestro chocolate es una nueva categoría de producto porque no es realmente chocolate negro, tampoco es ese chocolate con leche que solíamos comer cuando éramos niños. Tiene un sabor y un gusto distintos. De hecho, si lo comparamos, todas nuestras variedades de chocolate tienen un sabor muy distinto y para nosotros es el mejor chocolate del mundo».

     

    Y porque «Somos lo que comemos», como reza un conocido eslogan, para los creadores del chocolate con beneficios lo esencial es la salud, así el cliente se beneficia de un producto 100 % natural, siempre con beneficios y una experiencia de compra en línea inolvidable. A la pregunta de si hay suficientes clientes educados para probar este tipo de experiencias, Constantin Joițescu respondió:

     

    «En relación con la población, no, pero hemos conseguido vender nuestro chocolate a más de 5.000 clientes en menos de cuatro meses lo que es toda un logro en Internet. En el sitio web tenemos reseñas, vídeos y todo tipo de materiales porque hemos intentado llegar al mayor número de personas posible. La experiencia culinaria es realmente única y los beneficios también están probados con ingredientes cuyas propiedades se conocen desde hace miles de años».

     

    Nuestro interlocutor nos aseguró que, aunque sea una exageración llamarlo el mejor chocolate del mundo, estamos hablando sin duda del mejor chocolate de Rumanía, aunque solo sea porque aquí no hay productores de chocolate.

     

    Versión en español: Victoria Sepciu