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  • República de Moldavia, final crucial

    República de Moldavia, final crucial

    El 3 de noviembre, los moldavos elegirán entre la proeuropea Maia Sandu, que se presenta como su propia sucesora, y el prorruso Alexandr Stoianoglo, respaldado por los socialistas. Sandu, favorita de los cancilleres occidentales, ganó la primera vuelta el 20 de octubre con más del 42% de los votos, mientras que Stoianoglo quedó segundo con el 26%. La mayoría de los analistas ven la votación del domingo como un asunto de todo o nada: la guerra de Rusia contra el régimen de Kiev ha dejado al pequeño Estado entre Ucrania y Rumanía enfrentado a múltiples crisis – energética, económica y, no menos importante, una profunda crisis de seguridad – y no hay tiempo para dar mal pasos si Chisinau realmente desea el desapego definitivo de su pasado de vasallaje hacia Moscú y unirse a la familia europea.

    Oleksii Arestovich, antiguo asesor del jefe de Estado ucraniano Volodimir Zelenski, advertía recientemente de que la República de Moldavia se vería arrastrada a la guerra si el candidato prorruso ganaba las elecciones presidenciales y, además, que el país podría convertirse en una avanzada rusa para atacar a Ucrania y Rumanía si las elecciones legislativas del año que viene dan como resultado un Gobierno próximo a Rusia. Por ello, instó a los moldavos a votar al candidato proeuropeo.

    El domingo, Maia Sandu se enfrentó a Alexandr Stoianoglo en un debate televisivo, acusándole de ser el hombre de Moscú y de permitir que los oligarcas moldavos huyeran del país mientras él era fiscal general de la República. De hecho, Maia Sandu destituyó a Stoianoglo del cargo. Tras la primera vuelta de las elecciones presidenciales y el referéndum sobre la integración europea, que pasó por poco, contrariamente a las expectativas optimistas, Maia Sandu acusó a grupos criminales de interferir en el proceso electoral, actuando supuestamente junto a fuerzas extranjeras hostiles a los intereses del país. Las elecciones presidenciales y el referéndum estuvieron bien organizados, pero la campaña electoral estuvo marcada por la injerencia extranjera y la desinformación, señala el informe de la OSCE.

    También la misión de observación del Instituto Republicano Internacional, una organización no gubernamental estadounidense, señaló importantes injerencias extranjeras en el proceso electoral, manifestadas a través de la compra de votos, la manipulación masiva, la propaganda y la falsificación. Moscú negó categóricamente cualquier injerencia en las elecciones y el referéndum.

    Para la ronda decisiva de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, es importante cómo se posicionen los candidatos eliminados tras la primera vuelta. El líder del partido populista Nuestro Partido, Renato Usatii, que quedó tercero, ha anunciado que no apoya a ninguno de los candidatos. Como era de esperar, los prorrusos instaron a sus partidarios a votar contra Maia Sandu, bajo cuyo mandato se concedió a la República de Moldavia el estatus de candidato a la UE y se iniciaron las negociaciones de adhesión.

     

  • Elecciones clave en la República de Moldavia

    Elecciones clave en la República de Moldavia

    Las elecciones presidenciales están previstas para el domingo en la República de Moldavia, país vecino de Rumanía de habla rumana, donde las elecciones presidenciales y un referéndum sobre la adhesión a la UE podrían quedar consagrados en la Constitución. Radio Chisináu informa de que la actual presidenta, la proeuropea Maia Sandu, es la favorita en las encuestas, pero Moldavia se enfrenta a una masiva campaña rusa de influencia y desinformación para distanciar al país de Europa.

    El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, advirtió recientemente de que Moscú intentará manipular el resultado de las elecciones presidenciales y del referéndum, incluso a través de la cadena de televisión de propaganda Russia Today, que supuestamente se coordina con los servicios de inteligencia rusos.

    Estados Unidos ha impuesto sanciones a varias entidades e individuos rusos por injerencia en las elecciones moldavas. Las personas sancionadas están acusadas de orquestar una campaña de compra de votos y apoyo a los candidatos favorables al Kremlin, y hace unos días el Parlamento Europeo también adoptó una resolución de apoyo a Moldavia en su lucha contra la injerencia rusa en el secuestro de los procesos democráticos nacionales, al tiempo que iniciaba las negociaciones de adhesión a la UE.

    Según los medios de comunicación, el gobierno de Chisináu calcula que Moscú canalizó al menos 100 millones de euros hacia la antigua república soviética para influir en las elecciones y el referéndum pro-UE del 20 de octubre.

    Maia Sandu, antigua funcionaria del Banco Mundial, fue elegida presidenta en noviembre de 2020 gracias a una ola de popularidad como reformadora anticorrupción con una agenda proeuropea. Ha abogado por un estilo de vida modesto, un marcado contraste con los políticos que han dominado durante mucho tiempo la política del país. En una entrevista reciente, la presidenta declaró que comparte un apartamento de dos dormitorios con su madre, mientras que en su declaración de bienes de 2023 figuraba un saldo bancario de 600 dólares.

    En 2021, el partido prooccidental PAS de Maia Sandu obtuvo la mayoría en las elecciones parlamentarias del país, lo que le otorgó un poder sin precedentes para aplicar reformas e impulsar el país hacia el oeste. Pero tres años después, Moldavia sigue sumida en la inestabilidad económica y política.

    La antigua república soviética se sumió en una crisis energética cuando Gazprom, controlada por el Kremlin, redujo el suministro de gas al país en un tercio y exigió más del doble de las tarifas anteriores para mantener el flujo, en lo que muchos consideraron una venganza política de Moscú por la postura prooccidental de la presidenta Maia Sandu. Después, la guerra de Rusia contra Ucrania sumió a Moldavia en una crisis financiera aún mayor.

    Situada a pocas horas en coche de Odessa, Moldavia ha recibido el mayor número de refugiados ucranianos per cápita, lo que ha puesto a prueba su sistema sanitario, sus servicios públicos y sus infraestructuras. La inflación se disparó hasta un 40%, mientras que el comercio con Moscú y Kiev cayó en picado.

    Versión en español: Antonio Madrid