El estancamiento de los últimos días en Rumanía en torno a la formación de una mayoría parlamentaria que proponga un primer ministro y, por tanto, la imposibilidad de formar un nuevo Gobierno se resienten con fuerza en el plano económico. El jueves, la Bolsa de Bucarest cerró en rojo. El índice BET, que incluye las 20 empresas más negociadas, se depreció un 2%, mientras que el BET-Plus, que muestra la evolución de las 43 acciones más líquidas, cayó un 1,97%. El índice de referencia para la rentabilidad de los fondos de inversión o el índice que mide la evolución de las 10 empresas de energía y servicios públicos también cerraron a la baja. Invocando la incertidumbre política en Rumanía, la agencia de calificación Fitch había rebajado la perspectiva del país de estable a negativa durante la semana, lo que significa que es posible una nueva rebaja. Esto significa que el endeudamiento internacional de Rumanía se encarecerá, lo que lleva a los economistas a discutir incluso la necesidad de que Bucarest recurra, eventualmente, a la experiencia del Fondo Monetario Internacional, conocido por sus políticas de austeridad. ¡Si no hubiera existido inestabilidad política, la situación económica de todos modos habría sido sombría!
Los déficits presupuestario y por cuenta corriente son muy elevados, la inflación sigue jorobando financieramente a la población, el crecimiento económico se ralentiza notablemente y la deuda pública ha superado el 50% del Producto Interior Bruto y sigue aumentando: todo esto dibuja el panorama económico del momento. Si continúa la inestabilidad política, es probable que la economía se enfrente a nuevos problemas, advierte el profesor Mircea Coșea, quien cree que los responsables políticos están saboteando de hecho su propia economía:
ʺ¿Cuál es el efecto inmediato? La caída de la Bolsa. La Bolsa es el termómetro más importante de la temperatura económica. Hay una pérdida de 1.000 millones de euros más o menos en unos minutos. Podría haber efectos en el tipo de cambio del leu, el leu podría tener problemas. Aquí, el Banco Nacional se esforzará, como siempre ha hecho, por mantener el leu, pero no puede indefinidamente. Es muy complicado. Veremos un estancamiento del interés de los inversores por venir a Rumanía y una congelación de los proyectos de los inversores extranjeros durante esta inestabilidad política. La Unión Europea también vigilará mucho más de cerca lo que ocurra en el ámbito fiscal-presupuestario, dado que hemos firmado un programa fiscal de 7 años con la Unión Europea para remediar el déficit. En el contexto en el que tenemos grandes retrasos con el PNRR, este PNRR no es un programa a largo plazo, todavía queda un año y medio de su aplicación, en estas condiciones, también podría ser difícil sacar el dinero del PNRR.ʺ
En otras palabras, añade Mircea Coșea, un país que no es estable es un país imprevisible. Y la imprevisibilidad es la mayor dificultad que puede encontrar un plan de negocio, también a nivel nacional.
