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  • Treinta y cinco años desde el inicio de la Revolución Rumana

    Treinta y cinco años desde el inicio de la Revolución Rumana

    Se ha dicho tanto que el tema parece que se ha agotado. Pero los historiadores siempre explicarán e interpretarán los significados de tal proceso. La Revolución Rumana de diciembre de 1989 es el momento de referencia de la historia reciente de Rumanía, es el punto cero de un eje en el que se han marcado las gradaciones de la historia desde ayer, anteayer y hasta hoy.

    El 16 de diciembre de 1989 comenzó una pequeña protesta en Timișoara que formará una avalancha de manifestaciones como una bola de nieve. La tormenta que se desató en todo el país conducirá, el 22 de diciembre, a la destitución de Nicolae Ceaușescu y su régimen a costa de unos 1150 muertos y 4100 heridos. De los que murieron entonces en Timișoara, a 44 de ellos el régimen trató de eliminarlos: se los llevaron a Bucarest, los metieron en los hornos del crematorio y arrojaron sus cenizas al canal colector en la zona de Popești-Leordeni, al sur de la capital.

    Luego, en Timișoara, los rumanos empezaron a luchar contra todo lo que la política llevada a cabo después de 1945 había significado para los derechos y para una vida mejor. El 16 de diciembre de 1989, muy pocas personas sospechaban lo que iba a suceder los días que se acercaban. El periodista Mircea Carp, uno de los exdirectores de Radio Europa Libre y uno de sus principales animadores, recordó, en una entrevista de 1997 con el Centro de Historia Oral de la Radiodifusión Rumana, las expectativas febriles que todos tenían.

    «Después de lo que sucedió en Braşov en 1987, siguieron los años 88-89, años en los que el Telón de Acero se derrumbaba, en los que los acontecimientos se precipitaban, en Alemania Oriental, en Polonia, en Hungría, en Checoslovaquia. Solo en nuestro país las cosas parecían no moverse. Ceauşescu parecía tener el control de la situación, tanto que incluso pudo realizar una visita oficial a Irán, desde donde regresó, informado de que estaban ocurriendo cosas graves en el país. Pero Ceauşescu, sin embargo, no creía que su posición estuviera en peligro». 

    Europa en 1989 estaba en ebullición, y la aparición de Solidaridad en la arena política polaca en la primavera fue la señal del regreso a la vida. Hasta diciembre, en toda Europa Central y Oriental, los vientos del cambio, como dice la letra de la famosa canción de la banda Scorpions, no podían detenerse. Para Mircea Carp, el inicio de la revolución rumana en Timișoara fue el cumplimiento de un deseo ardiente, pero también un golpe.

    «Llegó diciembre de 1989 y con él la primera chispa, los acontecimientos de Timişoara. Debo decir que nos tomaron por sorpresa en cuanto al momento en que tuvieron lugar, porque, por supuesto, nos habíamos preparado tanto espiritualmente como desde el punto de vista de la organización de los programas sobre un posible cambio de régimen en Rumanía. Pero, en sí, el 16 y el día siguiente del 17 de diciembre de 1989 llegaron inesperadamente para nosotros. En cuanto a mí, estaba de permiso por un corto tiempo, ni siquiera estaba en la oficina esos días. El primero en transmitir lo que estaba sucediendo en Timişoara fue mi colega Sorin Cunea. A partir del 18 de diciembre, nos organizamos y empezamos a trabajar en equipo y a trabajar las 24 horas del día. Trabajamos en equipos de 3 o 4 personas, sin parar, preparando todos estos programas con mucha prisa solo sobre la base de la información que teníamos de las agencias de prensa extranjeras, de algunos viajeros en Rumanía».

    Los rumanos, que habían vivido durante tantas décadas en miedo y humillación, tenían un apoyo moral muy importante en las emisoras de radio en rumano. Mircea Carp dijo que durante los días de la liberación de Timișoara, él y su emisora cumplieron con su deber lo mejor que pudieron.

    «Cuando comenzó la revolución, por supuesto que estábamos atentos a las otras emisoras de radio y a Europa Libre, tal vez en primer lugar a Europa Libre. Pero, en cualquier caso, en realidad no contribuimos al desencadenamiento de los acontecimientos de diciembre a través de programas incendiarios, a través de programas que alentaran a la población a levantarse contra el régimen. Tal vez hubiera sido mejor, tal vez hubiera sido peor. Lo que quiero decir es que el gobierno estadounidense, estoy hablando de la Voz de América o Europa Libre, no habría permitido de ninguna manera una acción de parte de nuestras emisoras de radio, una acción que llevara a una revolución sangrienta, una revolución que costara vidas humanas y destrucción».

    El 16 de diciembre de 1989, hace 35 años, comenzaron a escribir en Timișoara el libro sobre la historia reciente de Rumanía. Un nuevo libro que será leído y entendido por aquellos que quieran saber por qué Rumanía es hoy tal como es.

    Versión en español: Mihaela Stoian

  • Rumanía y las garantías de seguridad

    Rumanía y las garantías de seguridad

    El presidente Klaus Iohannis declaró el miércoles que no existe ninguna amenaza directa contra Rumanía y que no tiene ninguna señal o indicio de que haya peligro de atentados u otros acontecimientos indeseables dirigidos contra Rumanía. Es muy importante comprender que no estamos solos, estamos junto a nuestros aliados y afrontamos muy bien cualquier situación, dijo el jefe del Estado.

    Klaus Iohannis explica:

    «No hay ninguna amenaza directa. Por toda la información de que dispongo, puedo decirles que Rumanía es un país seguro. Los rumanos no deben tener miedo, pero siempre debemos estar preparados para acontecimientos inesperados. No hay que dejarse llevar por el pánico ni creer que Rumanía está amenazada de algún modo. Rumanía tiene hoy las garantías de seguridad más importantes que jamás hemos tenido».

    Klaus Iohannis se mostró reservado sobre la posible transferencia de un sistema Patriot a Ucrania, afirmando que es un asunto que debe discutirse con especialistas militares y decidirse en el Consejo Supremo de Defensa del País (CSAT). La transferencia del sistema de defensa Patriot al ejército ucraniano es, según el jefe del Estado, una cuestión aún delicada, que dista mucho de estar resuelta.

    Klaus Iohannis:

    «No es sencillo. No acepto bajo ninguna circunstancia que Rumanía se quede sin defensa antimisiles y defensa antiaérea. Así que, en la medida en que, al final, se renuncie a algo, Rumanía debe obtener algo a cambio, de lo contrario no se hará nada».

    También el miércoles, el jefe del Estado Mayor de la Defensa, general Gheorghiță Vlad, declaró que Rumanía debe acelerar el equipamiento de las fuerzas de defensa en el contexto de la situación de seguridad en la región. El Ministerio de Defensa estaba estudiando la posibilidad de una posible escalada de los actuales conflictos militares, declaró el general, quien advirtió que era necesario aumentar la capacidad de respuesta del ejército mediante nuevos equipos e instalaciones militares.

    Gheorghe Vlad explica: 

    «Nuestra previsión de la realidad del mañana incluye desarrollos y escenarios, algunos de los cuales indican la probabilidad de una escalada de los conflictos, incluidos los militares. Para mitigar esta probabilidad, seguimos confiando en el efecto disuasorio de una capacidad defensiva nacional y aliada creíble. Por eso seguimos apretando el acelerador para fortalecer la institución de la defensa nacional y reforzar la postura de disuasión y defensa de la OTAN».

     Estamos en tiempos de paz, afirma el General Gheorghe Vlad, pero la realidad actual está marcada por complejos retos de seguridad. En este contexto, en la región del mar Negro, así como en todo el Flanco Este aliado, Rumanía se está centrando en intensificar el adiestramiento multinacional y conjunto y en aumentar la interoperatividad de estructuras y capacidades. En este momento, para el Ejército Rumano, las inversiones, las nuevas tecnologías y el equipamiento son y seguirán siendo una prioridad fundamental, concluyó el funcionario.