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  • La miscelánea: “Babele de Martie”, un ritual mágico en Rumanía para la llegada de la primavera

    La miscelánea: “Babele de Martie”, un ritual mágico en Rumanía para la llegada de la primavera

    La tradición de Babele tiene lugar en los primeros días de marzo, cuando en Rumanía se celebra una serie de días que marcan la transición entre el invierno y la primavera. Babele se refiere a un fenómeno que ocurre entre el 1 y el 9 de marzo, en el que cada día de este período se asocia con una “baba” o “anciana”, que, según la tradición, simboliza los diferentes estados del clima. De acuerdo con la leyenda, cada uno de estos días refleja un comportamiento meteorológico impredecible, y se cree que la forma en que el clima se comporta durante estos días predice el clima del resto del año. Así, por ejemplo, si un día de Babele es soleado y cálido, se espera una primavera y verano agradables. Si, por el contrario, el día es frío o lluvioso, eso podría presagiar un año de clima inestable.  En la mitología rumana, las “babe” o “ancianas” son consideradas figuras sabias, pero también impredecibles. Se cree que representan las estaciones del año, las cuales, como ellas, pueden ser tanto benévolas como severas.

    La tradición de Babele tiene sus raíces en las antiguas creencias paganas, en las que las personas veneraban las fuerzas de la naturaleza y buscaban interpretarlas como signos divinos. Los rumanos tienen una profunda conexión con la naturaleza y, a lo largo de la historia, se ha considerado que los días de Babele son una especie de prueba o advertencia para las personas. Se cree que si una persona desea conocer el clima que le espera en los próximos meses, debe observar atentamente los primeros días de marzo. Si el clima durante esos días es favorable, puede esperar un año próspero, mientras que un clima frío o tormentoso puede ser un indicio de dificultades en el futuro cercano. Además, Babele se asocian con el concepto de “renovación”. Al igual que las estaciones cambian, las personas también tienen la oportunidad de renovarse y transformarse, algo que refleja la sabiduría popular y las creencias rumanas sobre el ciclo de la vida.

    Numerosas tradiciones, supersticiones y creencias populares están vinculadas a este periodo. En estos primeros días de primavera, todas las mujeres eligen una anciana para saber cómo les irá el alma y la fortuna hasta la llegada de las ancianas del año siguiente. Se sabe desde la antigüedad que estos días de las Babe muestran el estado de ánimo de la gente a lo largo del año.  Asimismo, estos días tenían y siguen teniendo un significado especial en la formación de los valores familiares tradicionales y, además, era un «dador de esperanza» para la vida eterna. También de la tradición popular se desprende que la leyenda de Babele está asociada a Baba Dochia, responsable de la llegada del invierno, que, desde el 1 de marzo hasta el 9 del mismo mes, comienza a desprenderse de sus abrigos, señal de que el tiempo se va haciendo más cálido. Las leyendas sobre Baba Dochia son numerosas. Una de ellas la describe como una anciana que tenía una nuera, a la que acosaba siempre que tenía ocasión. Una vez, el 1 de marzo, la manda a lavar la lana, pero no una lana cualquiera, sino lana negra para hacerla blanca. Un ángel ayuda a la nuera. Le da una flor blanca y le dice que lave la lana con ella. Baba Dochia decide ir con las ovejas a las montañas, convencida de que había llegado la primavera porque había visto a su nuera con la flor en la mano. Se pone 9 abrigos de piel y se lleva a las ovejas a la montaña. Allí hace demasiado calor o demasiado frío, llueve y las ovejas se mojan. Se quita un abrigo cada vez, y cuando se queda en camisa, llega la escarcha y la congela. Dios la convirtió en una roca con las ovejas, para que la recordaran.

    En las familias tradicionales, cuando las personalidades femeninas se encontraban, a menudo ocurría que estas entraran en conflicto. Así, «Baba» simbolizaba no a una anciana fea y mezquina, sino a una mujer que se ganaba su propia autoridad. Dado que los primeros días de marzo siempre han presentado una mayor inestabilidad atmosférica, la asociación de cada mujer con uno de los nueve días se percibía anteriormente como una forma de empoderarla y educarla hacia el autocontrol y la conciencia de sus propios deberes dentro de la familia. Cada uno de los nueve días, en función del tiempo, revelaba el carácter, las cualidades y los defectos de cada mujer. Pero más allá de este juego que forma parte del periodo festivo de fechas fijas, del 1 al 9 de marzo, la tradición de Babele, simbolizada también por Baba Dochia, no es más que la última batalla entre el invierno y la primavera. Tras su muerte, los días comienzan a alargarse y triunfa el buen tiempo.

    La baba se elige en función del cumpleaños de la persona. Si el día está comprendido entre el 1 y el 9 de cualquier mes, la baba también será ese día, por ejemplo, si alguien nace el 6 de agosto, su baba será el 6 de marzo. Si la fecha de nacimiento se compone de dos dígitos, la elección de la fecha de nacimiento es la siguiente: si alguien nace el 28 de mayo, la fecha de nacimiento se calcula como 2+8=10, 1+0= 1 por lo que la fecha de nacimiento será el 1 de marzo. Así, los días luminosos y soleados traen la felicidad, la buena suerte y la abundancia, mientras que el tiempo frío, lluvioso y nevado significa lágrimas, penas, pobreza, insatisfacción.

    Las tradiciones relacionadas con estos días difieren de una zona a otra. Mientras que en Muntenia hay 12 viejas, y no 9 como en el resto del país, en Maramureș es costumbre llamar a las puertas en los primeros días de marzo, para que el invierno abandone la casa y deje paso a una estación con temperaturas más suaves, y en la región de Ardeal a las viejas se las llama Vântoase por el caprichoso clima.

     

  • Desde Rumanía hacia el mundo: Leyendas del Mărţişor

    Desde Rumanía hacia el mundo: Leyendas del Mărţişor

    En Rumanía, en el mes de marzo, la celebración del Martisor es una de las tradiciones más bellas y antiguas. Al ofrecer estos obsequios, nos alegramos, esperamos, damos la bienvenida y recibimos la primavera en nuestras almas. Este amuleto es considerado el símbolo de la primavera, del regreso a la vida de la naturaleza y todo lo que la rodea. Se ofrece cada año el 1 de marzo, día en el que se observan una serie de tradiciones y costumbres para tener un año de abundancia. El Martisor regalado el 1 de marzo se considera un talismán de suerte, aprecio y bienestar. Se lo dan los hombres a las damas y a las señoritas, como muestra de admiración y respeto, y lo usan durante dos semanas o todo el mes de marzo.
    La bella festividad que marca el inicio de la primavera tiene su origen, según la zona, en todo tipo de leyendas.
    Antiguamente, el Martisor se regalaba por la mañana antes del amanecer a los niños y jóvenes. Hoy en día, lo más frecuente es que los reciban mujeres y señoritas, pero todavía hay zonas, especialmente en Moldavia, donde se ofrecen a los hombres. La gente de Transilvania cuelga el Martisor en puertas, ventanas o cuernos de animales para ahuyentar a los malos espíritus. En Bihor, la gente se lava con agua de lluvia el 1 de marzo para embellecer y sanar sus cuerpos, y en el Banato, las jóvenes creen que serán amadas si se lavan con nieve el 1 de marzo. Todas estas tradiciones y costumbres tienen su origen en las hermosas leyendas de Martisor y hablan del comienzo de la festividad. Os contamos sólo algunas, las más interesantes.

     

     
    Una antigua leyenda del Martisor, que viene de Moldavia, habla de una bruja de invierno que se enojó y se negó a dejar que la primavera se estableciera en la tierra. Cuando el hada de primavera vio que no podía controlar a la bruja, finalmente recurrió a un gesto extremo. Se cortó el dedo y la sangre que brotó de la herida cayó sobre la nieve. Cuando las cálidas gotas de sangre cayeron de la herida sobre la nieve blanca, derritieron toda la nieve en el lugar. De esta manera, el invierno fue desterrado, y el blanco de la nieve y el rojo de la sangre inspiró el hilo del martisor, que simboliza el 1 de marzo, cuando, al menos desde el punto de vista del calendario, la primavera recupera sus derechos.
    Una de las hermosas leyendas de Mărțișor dice que un día, el sol tomó la forma de una bella joven para participar en la danza y descendió a la tierra. El dragón, al enterarse de esto, secuestró a la joven y la encerró en su castillo. Entonces la naturaleza murió, comenzó una noche interminable, las flores se marchitaron, los árboles perdieron sus hojas, los pájaros volaron, los niños dejaron de sonreír y jugar. Al ver lo mucho que todos extrañaban al Sol, un joven valiente y fuerte decidió buscar el castillo del dragón, enfrentarlo y liberar al sol. La búsqueda duró un verano, un otoño y un invierno. Al final de la última temporada, el joven encontró la mazmorra, y después de una dura lucha, liberó al Sol, la naturaleza empezó a cobrar vida, había llegado la primavera. Gravemente herido, el rescatador murió sobre la nieve, sobre la que caían gotas de sangre procedentes de las heridas del joven. En los lugares donde la nieve se ha derretido, han surgido los precursores de la primavera: las campanillas de invierno. Desde la muerte del valiente hombre, los jóvenes ofrecen simbólicamente, en marzo, martisoare acompañados de un cordón tejido con hilos blancos y rojos. Rojo por el amor y el coraje con el que el joven luchó para liberar al sol, símbolo de la luz, la felicidad, la belleza, y blanco, color de la nieve pero también de la campanilla de invierno, la flor que anuncia la primavera, por la pureza y la serenidad.

    Otra bonita leyenda dice que el primer día de marzo, la Dama de la Primavera vio una campanilla de invierno luchando por salir de la nieve en el borde del bosque. Queriendo ayudarla, comenzó a apartar la nieve congelada y las ramitas para darle a la campanilla el espacio que necesitaba para crecer hermosamente. La ayuda ofrecida a la campanilla de invierno enfureció a Invierno, quien envió viento y escarcha para destruir a la pequeña flor. Para protegerla de las heladas, la Primavera la resguardó bajo sus manos, lastimándose con los ventisqueros, pero no pudo salvarla, la campanilla se congeló. Pero la gota de sangre que cayó sobre los pétalos de campanilla de invierno en sus manos lo devolvió a la vida. ¡La primavera ha ganado la batalla al invierno! Los colores del hilo simbolizan precisamente esta lucha, ¡pero también el color de la sangre de la primavera sobre el blanco de las campanillas y el manto de nieve!
    Hoy en día, el martisor se usa durante todo el mes de marzo, después del cual se ata a las ramas de un árbol florido. Se cree que esto trae abundancia a los hogares. Se dice que si alguien pide un deseo mientras cuelga el martisor del árbol, se hará realidad inmediatamente. A principios de abril, en los pueblos rumanos, los árboles se decoran con martisoare.

  • La miscelánea: La conexión entre el Mărțișor y los rituales de protección en las tradiciones rumanas

    La miscelánea: La conexión entre el Mărțișor y los rituales de protección en las tradiciones rumanas

    ¿Sabían que este pequeño amuleto no solo celebra el cambio de estación, sino que también tiene una profunda relación con la protección, la buena suerte y la salud de quienes lo llevan? Antes de entrar en los rituales de protección, es importante entender el origen del Mărțișor. Esta tradición se remonta a tiempos antiguos, antes de la cristianización de la región de los Balcanes, y está relacionada con la celebración del final del invierno y la llegada de la primavera. Tradicionalmente, el Mărțișor se presenta como un hilo rojo y blanco que simboliza la dualidad de la vida: el blanco representa la pureza y la salud, mientras que el rojo está asociado con la fuerza y la vitalidad. En la antigüedad, los habitantes de la región creían que el Mărțișor, al ser llevado en la ropa o colgado en la casa, protegía contra las fuerzas malignas y atraía la suerte. Esta creencia está profundamente arraigada en la relación entre los humanos y la naturaleza, y cómo los cambios estacionales influencian la salud y el bienestar.

    En muchas comunidades rumanas, el Mărțișor no solo es un símbolo de bienvenida a la primavera, sino que también juega un papel crucial como amuleto protector. Las personas lo colocan en sus casas, en las puertas o lo llevan colgado en el pecho durante el mes de marzo, como una forma de alejar las malas energías y evitar enfermedades. Este ritual tiene raíces en la creencia de que los primeros días de marzo son particularmente poderosos para la protección contra las malas influencias. Una tradición comúnmente asociada al Mărțișor es que, al regalarlo, se desea salud, prosperidad y buena suerte para la persona a quien se le entrega. Además, durante este mes, es común realizar ciertos rituales de purificación, como el “spălarea cu apă rece” (lavarse con agua fría), que se creía que ayudaba a limpiar el cuerpo de energías negativas y revitalizaba al portador. Algunos rumanos creen que al llevar el Mărțișor colgado cerca de su cuerpo, están “invocando” la protección de fuerzas invisibles, como las de la naturaleza, las divinidades protectoras o incluso sus propios antepasados. Esta creencia tiene sus raíces en el hecho de que, en la antigüedad, los cambios de estación, como la llegada de la primavera, eran momentos de transición y vulnerabilidad, y la protección se volvía especialmente importante. Por eso, el Mărțișor no solo es un símbolo de renovación, sino también de defensa contra las adversidades. El ritual del Mărțișor es acompañado de pequeños rezos o plegarias de protección, donde se pide por la salud y el bienestar del portador durante todo el año. A menudo se dice que el poder protector del Mărțișor se extiende a todo lo que esté relacionado con el bienestar personal: las casas, las cosechas, las relaciones familiares y las comunidades en general.

    El 1 de marzo, cuando se celebra el inicio oficial de la primavera, los rumanos se encuentran con amigos y familiares para intercambiar Mărțișoare. Este acto, aunque sencillo, es profundamente simbólico: se le desea al otro salud, prosperidad y protección durante todo el año. Es común que los jóvenes regalen Mărțișoare a sus seres queridos, como una forma de honrar la tradición y fortalecer los vínculos afectivos.

    En algunas zonas de Rumanía, es habitual también que el Mărțișor se cuelgue en los árboles frutales o en las ventanas, con la esperanza de que proteja a las cosechas del mal tiempo y atraiga buena fortuna. Esta conexión entre lo personal y lo colectivo muestra la importancia de la comunidad y la naturaleza en la vida de los rumanos. La fiesta del Mărțișor es también un momento de alegría compartida. A pesar de que el clima en Rumania aún puede ser frío en marzo, la sensación de renovación, esperanza y protección llena el aire. Los rumanos, especialmente en las zonas rurales, se preparan para esta celebración con entusiasmo. La tradición se mantiene viva en la práctica cotidiana, pero también se respira un sentido de nostalgia y amor por las tradiciones ancestrales que conectan a cada persona con su tierra, sus raíces y su cultura.

    Otro aspecto interesante de esta tradición es la relación entre el Mărțișor y las figuras protectoras de la mitología rumana. En el folclore, existen numerosos personajes que son considerados protectores de la vida y de la naturaleza, como la “Baba Dochia”, seres que guardan el equilibrio entre las estaciones y cuidan del bienestar de la gente. La creencia popular sostiene que el Mărțișor ayuda a invocar la protección de estos seres míticos. Por ejemplo, la historia de Baba Dochia está vinculada a la llegada de la primavera. Según la leyenda, Baba Dochia representa el invierno, y su transformación en una figura anciana simboliza la lucha entre el frío y la calidez, el invierno y la primavera. El Mărțișor se asocia con este cambio estacional y se considera un medio para equilibrar las energías que estas figuras representan.

    Hoy en día, aunque el Mărțișor sigue siendo un símbolo de protección, su forma ha evolucionado. Si bien en el pasado se usaban hilos rojos y blancos sencillos, ahora los Mărțișoare pueden incluir pequeños adornos, charms o símbolos modernos. Sin embargo, la esencia de protección y deseo de bienestar sigue siendo la misma. En las grandes ciudades, la tradición del Mărțișor se mantiene viva, aunque se ha globalizado en ciertas formas. Ahora, muchas personas compran y venden Mărțișoare no solo como regalos, sino también como parte de la decoración en lugares públicos, lo que también cumple la función de atraer la buena suerte y mantener alejadas las energías negativas. El Mărțișor es mucho más que un simple amuleto o una tradición de bienvenida a la primavera. A través de los siglos, ha servido como un símbolo profundo de protección, esperanza y renovación, anclado en las creencias ancestrales rumanas.

    Desde las leyendas populares hasta los rituales que rodean su uso, el Mărțișor continúa siendo un ejemplo de cómo las tradiciones pueden perdurar y adaptarse, manteniendo su esencia protectora en un mundo que cambia constantemente. Así, el Mărțișor no es solo un regalo que se da o se recibe; es un símbolo cargado de energía protectora, de amor y de esperanza. Para los rumanos, es una tradición que conecta generaciones, que ofrece una forma de renovar y protegerse, y que recuerda a cada uno de nosotros la importancia de mantener viva la conexión con nuestras raíces culturales. A medida que se lleva este pequeño amuleto, los rumanos continúan la tradición de invocar la buena suerte y la protección para ellos y sus seres queridos. Aunque el mundo cambia, las tradiciones como la del Mărțișor siguen siendo una fuente de fuerza y un recordatorio del poder de la naturaleza, la comunidad y el amor.

     

  • La miscelánea: Más allá del amor, Rumanía y sus historias románticas

    La miscelánea: Más allá del amor, Rumanía y sus historias románticas

    Pero no vamos a hablar de las festividades tradicionales que todos conocemos, sino de cómo el amor ha sido vivido y celebrado a lo largo de la historia en este país, de las tradiciones románticas menos conocidas y de algunas historias que nos hablan de la pasión, la conexión y los sentimientos a través del tiempo. En Rumanía, el amor no es solo una cuestión de fechas señaladas. De hecho, si echamos un vistazo a las costumbres tradicionales de los pueblos rumanos, descubrimos que el amor ha estado siempre presente de manera significativa en la vida diaria. Por ejemplo, en las aldeas rumanas, el cortejo siempre estuvo marcado por rituales simbólicos que reflejaban el profundo respeto y la admiración. A menudo, los jóvenes se encontraban en festivales o en bailes comunitarios, donde el destino parecía jugar un papel fundamental en los encuentros amorosos. Las miradas cómplices y las canciones de amor eran una forma de cortejo popular, y los gestos románticos solían ser muy cuidadosos y llenos de simbolismo.

    El amor siempre ha estado entrelazado con las costumbres cotidianas. No solo en las grandes festividades, sino también en los pequeños gestos y rituales que reflejan el respeto mutuo y el compromiso. Por ejemplo, una de las prácticas más conocidas de las zonas rurales era el ‘Hora dragostei’ (El baile del amor), que consistía en danzas grupales durante las fiestas en las cuales los jóvenes se reunían para expresarse y, a través de las danzas y canciones, declaraban sus sentimientos. Estos bailes eran momentos de encuentro donde la comunidad se reunía para celebrar la vida, el amor y las relaciones que nacían de esa unión social.

    Uno de los elementos románticos tradicionales de Rumanía es la figura de Dragobete, que, aunque se celebra en su propia festividad (24 de febrero), también está profundamente arraigado en los mitos populares. Se dice que Dragobete era un joven apuesto que se encargaba de reunir a los enamorados en los bosques durante la primavera para que pudieran cortejarse sin ser observados. Este mito refleja la conexión especial entre el amor y la naturaleza en las tradiciones rumanas.

    Además, en varias regiones de Rumanía se cree que los enamorados deben realizar ciertos actos simbólicos para asegurar la prosperidad de su relación. Por ejemplo, en algunas zonas del país, los novios deben caminar juntos por un puente de madera o un sendero forestal, un gesto que simboliza el paso conjunto a una nueva etapa de la vida y el compromiso mutuo.

    El amor en Rumanía siempre ha estado estrechamente vinculado con la naturaleza. Las parejas rumanas a menudo se encuentran conectadas con los elementos naturales: los valles, los montes y los ríos o el mar. La vida rural ha influido profundamente en las relaciones amorosas, y la naturaleza ha sido un reflejo de los sentimientos humanos. Por ejemplo, en muchas áreas rurales, las parejas solían trabajar juntas en la agricultura, lo que fortalecía su vínculo. Estos actos de trabajo conjunto no solo eran románticos, sino que también representaban una forma de compromiso mutuo, de compartir tanto los momentos de felicidad como de esfuerzo.

    En nuestro país, como en muchas otras culturas, el amor ha sido una fuerza que desafía los límites del tiempo y el espacio, pero también ha estado marcado por obstáculos aparentemente insuperables. A lo largo de la historia, muchas parejas se han visto separadas por diferencias sociales, políticas o incluso geográficas. En la cultura rumana, el amor es algo que no solo sobrevive a través de los retos cotidianos, sino que también desafía las expectativas y las normas. Es un amor profundo que está dispuesto a cruzar cualquier frontera.

    El amor es un concepto universal que ha sido abordado en la literatura a lo largo de todos los tiempos. En la literatura clásica, el amor se describía como una fuerza poderosa que puede inspirar y destruir. En la literatura medieval, el amor se planteaba como una fuerza espiritual que puede unir a las personas con Dios. En la literatura renacentista, el amor se aborda como una fuerza humana que puede inspirar y destruir. El amor es un concepto central en la literatura rumana, ya que se aborda en las obras de Mihai Eminescu, Ion Creangă, Liviu Rebreanu, Camil Petrescu, Mircea Cărtărescu o Herta Müller.  Uno de los ejemplos más conocidos es la historia de Mihai Eminescu, considerado el poeta nacional de Rumanía. Su famosa obra ‘Luceafărul’ es una de las historias de amor más emblemáticas de la literatura rumana, una historia trágica de amor imposible entre una joven humana y el eterno Luceafăr (la estrella del mar). Este poema refleja el amor idealizado, el sacrificio y el desdén del destino, elementos que marcan el amor en la literatura rumana, como algo profundo pero a veces inalcanzable. En la misma línea, autores como Ion Creangă y Liviu Rebreanu también exploraron el amor a través de relatos que iban más allá de los clichés románticos, sumergiéndose en las complejidades de las emociones humanas. Ion Creangă, en particular, con su obra ‘Amintiri din copilărie’ (Recuerdos de la infancia), nos ofrece una visión del amor juvenil y puro, a menudo expresado a través de pequeños gestos y símbolos sencillos, pero profundamente significativos.

    Hemos explorado solo algunas de las muchas formas en que el amor se ha vivido y celebrado en Rumanía, no solo en fechas especiales como Dragobete o San Valentín, sino también en las tradiciones diarias, las historias literarias y las leyendas populares. A través de la historia, la naturaleza y la cultura, el amor en Rumanía ha sido una constante, un tema que inspira, que conecta y que desafía las barreras del tiempo y del espacio. Así que, este febrero, más allá de las celebraciones conocidas, pensemos también en el amor profundo y duradero que ha sido una parte fundamental de la identidad rumana.

     

  • Destino ecoturístico Pădurea Craiului

    Destino ecoturístico Pădurea Craiului

    Senderos temáticos y rutas de senderismo, cuevas, antiguas iglesias de madera, vías ferratas, carreras de montaña o rutas en bicicleta de montaña, sin olvidar la comida tradicional, son solo algunos de los ingredientes de unas vacaciones inolvidables. Con la familia, los amigos o los colegas, para relajarse o vivir aventuras, Pădurea Craiului puede ser el refugio natural perfecto. He aquí un destino ideal para sus vacaciones.

    Situada al oeste de Rumanía, la zona se caracteriza por sus densos bosques y picos en forma de cúpula, pero también por sus ricos fenómenos cársticos y por poseer la mayor densidad de cuevas de Rumanía. Primero fijamos los límites de este destino ecoturístico con Paul Iacobaș, director del Centro de Áreas Protegidas y Desarrollo Sostenible.

    «Pădurea Craiului está en el noroeste de los montes Apuseni. Se extiende hasta el distrito de Bihor. En el norte, podríamos decir que está bordeado por el Crișul Repede, que fluye desde el distrito de Cluj hacia Bihor, con el desfiladero del Criș Repede y las mesetas cársticas, en una superficie de diez hectáreas, llamadas Damiș-Ponoraș. Al sur, tenemos la Depresión de Beiuș, el País de Beiuș como nos gusta decir en Bihor. Es una zona etnográfica muy especial del distrito. Al oeste, hacia Oradea, es una zona de colinas, y al este, tenemos el Valea Iadului y el macizo de Vlădeasa, que también forma parte de los montes Apuseni. Es básicamente un país entre dos ríos. Al norte tenemos el Crișul Repede y al sur el Crișul Negru».

    Toda esta zona compacta se ha convertido, con el tiempo, en uno de los destinos con mayor diversidad de experiencias naturales de Rumanía, en un territorio tan pequeño.

    «Hablamos sobre todo de cuevas, porque tenemos mucho relieve accidentado y varias cuevas preparadas para el turismo. También tenemos una red de cuevas para turistas espeleólogos, que son cuevas más técnicas que solo se pueden visitar con guía y equipo de espeleología. Al mismo tiempo tenemos varias vías ferratas, una ruta de rafting, tenemos muchas zonas donde se puede practicar ciclismo o bicicleta de montaña. La escalada también está muy bien representada en las paredes rocosas del Bosque Craiului. También hay rutas de senderismo, así como rutas “Eduventure”, es decir, de educación a través de la aventura, para jóvenes y mayores. Por último, pero no por ello menos importante, podemos mencionar las carreras de montaña, para las que contamos con una infraestructura desarrollada y, últimamente, también se ha desarrollado la equitación, incluido el turismo ecuestre. También sería importante decir que es una buena zona para el descanso, tanto si se opta por alojarse en el patio de la casa de huéspedes, a menudo una casa tradicional que se ha restaurado de forma agradable para los turistas, como en glamping y campings».

    Una vía ferrata significa trepar por paredes rocosas, pisando sobre piezas metálicas, firmemente fijadas en la roca, aseguradas con equipamiento específico por un cable metálico. En resumen, la máxima aventura con el mínimo riesgo. Las vías ferratas de Pădurea Craiului ofrecen experiencias desafiantes tanto para principiantes como para los más experimentados. Y tienen una historia interesante, como nos cuenta Viorel Lascu, espeleólogo y alpinista.

    «La historia de la Vía Ferrata se remonta a la Segunda Guerra Mundial, cuando las tropas italianas tenían que cruzar de un lado a otro de las montañas. En aquella época se crearon escalones de hierro accionados por cable. Desde entonces han evolucionado, pero se han mantenido en las rocas. Después de la guerra, empezaron a utilizarse como senderos turísticos. Así, de un lugar a otro, se desarrolló la Vía Ferrata. En los últimos años, se ha convertido en un fenómeno. Hemos desarrollado senderos en esta zona, hay muchos senderos para profesionales, pero el número de escaladores profesionales ha disminuido, no son tantos. Sin embargo, la zona de vías ferratas es accesible a cualquier tipo de turista en buena forma física con un mínimo de entrenamiento. No hace falta ser un profesional. Además de esos escalones de hierro, hay un cable que llamamos el “cable de la vida”. Va desde abajo, desde el inicio del sendero hasta la salida. Todo turista de Vía Ferrata está obligado a entrar con su propia protección, debe llevar arnés con amortiguador, amortiguador, casco y, opcionalmente, guantes».

    También encontrarás un pequeño código QR al comienzo de los senderos, que puedes escanear con tu teléfono para conocer todos los detalles. Es una gran ayuda para los turistas que vienen aquí, como nos cuenta Viorel Lascu, espeleólogo y alpinista. Hay muchos senderos, de distintos grados de dificultad, para avanzados, principiantes y niños.

    «Tenemos un recorrido, por ejemplo, hecho antes de los dos recorridos profesionales, que se llama Piticot. Acostumbro a los niños a ese recorrido, que tiene una altura máxima de 20 metros. He visto a padres parados en los bordes y animándoles, pero no habían subido hasta allí para darse cuenta de lo que significa. Los 20 metros son mucho. Es tan alto como un bloque de apartamentos de cuatro plantas. Pero poco a poco te acostumbras. Los que hacían las rutas pequeñas hace unos años ya se han pasado a las grandes. Las grandes alcanzan alturas de 40, 60, 80 metros. La gran mayoría tienen unos 150 metros. Cada vía ferrata es diferente. Ninguna puede ser igual porque la roca es diferente. Todas son preciosas, todas hay que recorrerlas. También hemos seguido atentamente el movimiento turístico y ya hay gente que quiere hacer todas las vías ferratas de Rumanía».

    Pădurea Craiului también está atravesado por una ruta europea de iglesias de madera, explica Paul Iacobaș, director del Centro de Áreas Protegidas y Desarrollo Sostenible.

    «Nos referimos en particular a dos monumentos históricos: la iglesia de madera de Beznea y la iglesia de madera de Valea Crișului, ambas situadas cerca de Crișul Repede, en la parte norte del destino y de fácil acceso. Pero hay más. Por ejemplo, también hay una iglesia de madera en Josani, en la comuna de Măgești, al norte de la región. También hay iglesias en el sur. Aunque no sean tan valiosas, porque no están clasificadas como monumentos históricos, son muy interesantes por la arquitectura y las pinturas de su interior, la antigüedad y el hecho de que hayan durado tanto tiempo.»

    En la página del destino ecoturístico, padureacraiului.ro, descubrirá información completa sobre todas las experiencias turísticas, tanto sobre la superficie como bajo tierra.

    Versión en español: Antonio Madrid

  • La miscelánea: Descubriendo el ecoturismo invernal en Rumanía

    La miscelánea: Descubriendo el ecoturismo invernal en Rumanía

    Empezamos nuestro recorrido en el Delta del Danubio, un lugar que siempre ha sido considerado uno de los destinos más importantes para el ecoturismo. Este increíble ecosistema, que es uno de los más grandes y mejor conservados de Europa, es ideal para aquellos que buscan una experiencia tranquila, rodeados por una naturaleza virgen. En invierno, el delta se cubre con una capa de nieve, transformando el paisaje en una maravilla invernal. Aunque parece una estación tranquila, el invierno en el delta es el momento perfecto para observar aves migratorias y disfrutar de la paz que ofrece este increíble lugar. Ahora nos dirigimos hacia los Cárpatos, una de las regiones montañosas más imponentes de Rumanía. Este lugar es perfecto para el ecoturismo invernal, con sus bosques cubiertos de nieve y sus impresionantes paisajes montañosos. En el Parque Natural Apuseni, por ejemplo, puedes disfrutar de rutas de senderismo de invierno, explorar cuevas misteriosas o ver cascadas congeladas. Lo interesante es que, en los últimos años, se ha fomentado el ecoturismo aquí de forma que los turistas puedan disfrutar de la naturaleza sin causar daño a los ecosistemas frágiles. Los esfuerzos de conservación en esta región están ayudando a mantener intacto este paraíso natural. No podemos olvidarnos de Transilvania, una región famosa no solo por sus castillos y leyendas, sino también por su impresionante naturaleza. Además de ser el hogar de los famosos bosques de los Cárpatos, Transilvania alberga pequeños pueblos donde el ecoturismo es una forma de vida. Aquí, puedes disfrutar de experiencias auténticas, como alojarte en casas rurales sostenibles, aprender sobre la vida tradicional rumana o participar en actividades ecológicas como paseos en bicicleta y senderismo.

    El ecoturismo en Rumanía no solo se trata de disfrutar de paisajes impresionantes, sino también de contribuir a la conservación de estos lugares. El país está implementando una serie de iniciativas para proteger sus recursos naturales y garantizar que el turismo no dañe el medio ambiente. Muchos de los destinos mencionados, como los Cárpatos y el Delta del Danubio, son gestionados de manera responsable, con prácticas ecológicas que minimizan el impacto ambiental. Esto incluye el uso de energías renovables en alojamientos, el reciclaje de residuos y el desarrollo de infraestructuras turísticas que respetan el entorno. Además, existen proyectos que fomentan la educación ecológica entre los turistas, ayudándolos a comprender la importancia de la conservación. Desde guías locales que promueven el turismo respetuoso hasta actividades que permiten a los visitantes participar activamente en la protección de la fauna y flora, el ecoturismo en Rumanía se está convirtiendo cada vez más en una experiencia de aprendizaje sobre cómo convivir con la naturaleza sin dañarla.

    Si estás pensando en viajar a Rumanía para disfrutar de su naturaleza en invierno, aquí tienes algunos consejos para hacerlo de manera responsable. Primero, elige operadores turísticos que estén comprometidos con el ecoturismo y trabajen con las comunidades locales. Esto asegura que el dinero que gastes beneficie a las personas que viven en esas áreas y que se respete el medio ambiente. Además, recuerda siempre respetar las normas de los parques naturales y no dejar residuos. En el ecoturismo, cada pequeño gesto cuenta. También es importante reducir nuestra huella de carbono durante el viaje. Opta por el transporte público o vehículos eléctricos, y si puedes, haz turismo en zonas cercanas para evitar largos trayectos en avión. En cuanto a las actividades, siempre es preferible caminar, andar en bicicleta o utilizar transporte no motorizado, de forma que puedas disfrutar de la naturaleza sin dañarla.

    Ahora, es interesante saber qué opinan los propios rumanos sobre el ecoturismo. En general, los rumanos valoran profundamente su naturaleza, y muchos ven el ecoturismo como una oportunidad de preservar sus paisajes y su biodiversidad, mientras fomentan el desarrollo económico en las zonas rurales. En regiones como Transilvania o el Delta del Danubio, el ecoturismo se ha convertido en una fuente importante de ingresos para las comunidades locales. Sin embargo, también existen preocupaciones sobre los posibles efectos negativos del ecoturismo si no se gestiona adecuadamente. Los rumanos temen que el aumento del turismo pueda poner en peligro los ecosistemas frágiles, como los bosques vírgenes o las especies de fauna autóctona. Por esta razón, muchos abogan por un ecoturismo responsable que no solo preserve la belleza natural del país, sino que también beneficie a las comunidades locales sin comprometer su bienestar. Además, las nuevas generaciones de rumanos están cada vez más interesadas en el ecoturismo como una forma de viajar que respete el medio ambiente. Conscientes de los problemas ambientales globales, como el cambio climático, los jóvenes buscan opciones de turismo que tengan un impacto mínimo en el entorno y que promuevan un desarrollo sostenible.

    El concepto de ecoturismo surgió en los años 80, cuando la gente comenzó a tomar conciencia de los efectos negativos del turismo masivo sobre el medio ambiente. El término fue acuñado por el ecólogo Héctor Ceballos-Lascuráin en 1983. La idea central del ecoturismo es promover una forma de turismo que sea responsable, sostenible y que fomente la conservación de los recursos naturales, respetando las culturas locales y beneficiando a las comunidades receptoras. Este concepto se fue consolidando durante las décadas siguientes, con un énfasis creciente en el equilibrio entre la actividad turística y la preservación ambiental. Hoy en día, el ecoturismo es una de las formas más populares y aceptadas de viajar de manera sostenible. En Rumanía, el ecoturismo ha ganado mucha relevancia en los últimos años, y existen varias asociaciones y organizaciones dedicadas a promover esta forma de turismo. Rumanía está emergiendo como un destino clave para el ecoturismo en Europa, gracias a su biodiversidad y sus áreas naturales protegidas. Con el apoyo de diversas asociaciones y proyectos de conservación, el ecoturismo en el país está creciendo de manera responsable, promoviendo el turismo sostenible y contribuyendo a la conservación del medio ambiente. Estos proyectos no solo están ayudando a preservar la naturaleza, sino que también brindan beneficios económicos a las comunidades locales, creando un modelo de turismo que respeta tanto a la naturaleza como a las personas.

    En resumen, el ecoturismo en Rumanía es una excelente forma de disfrutar de sus paisajes impresionantes mientras se contribuye a la conservación de la naturaleza. Desde el Delta del Danubio hasta los Cárpatos, cada rincón del país ofrece una experiencia única, donde el respeto por el medio ambiente es clave. Si estás buscando una manera de viajar de forma más sostenible, Rumanía te espera con los brazos abiertos para vivir aventuras inolvidables y responsables.

     

  • 070 Rumaniando en la Radio

    070 Rumaniando en la Radio

    En el episodio de hoy tenemos la ocasión de escuchar a Bianca Comsa, voluntaria en Tasuleasa Social, la ONG que ha puesto en marcha el proyecto Via Transilvanica.

    Bianca nos comparte sus impresiones y nos da detalles muy interesantes sobre esta iniciativa, como por ejemplo, su inspiración en el Camino de Santiago.

    Via Transilvanica se ha convertido en uno de los proyectos más importantes a nivel turístico en Rumanía en los últimos años, obteniendo un amplio reconocimiento nacional e internacional.

     

     

     

  • Turismo activo en Rumanía

    Turismo activo en Rumanía

    Los Cárpatos son uno de los destinos favoritos para practicar senderismo, montañismo y escalada, con rutas de todos los niveles de dificultad. Los aficionados al ciclismo pueden explorar los pintorescos senderos de montaña y carreteras panorámicas de Transilvania, o dirigirse sobre dos ruedas a las bodegas. En invierno, las estaciones de esquí atraen a los aficionados a los deportes de nieve. El turismo activo es también una forma perfecta de descubrir la belleza natural y las tradiciones locales.

    Ana Voican crea y promueve paquetes de turismo activo en Rumanía y organiza eventos dedicados a los amantes de esta forma de turismo.

    «Yo diría que Rumanía es un destino muy atractivo para el turismo activo. En primer lugar, tenemos una diversidad geográfica extraordinaria, que permite vivir la Rumanía activa durante todo el año. En primavera, verano, otoño, invierno, cuando quieras, hay algo que hacer, hay algo donde elegir, y las zonas a las que puedes ir son muy atractivas en este sentido. En invierno nos decantamos por la opción de los deportes de nieve, pero eso no es todo. Hasta que caiga la nieve, podemos optar por ir en bici a Dealul Mare, por ejemplo, cerca de Bucarest, donde podemos visitar bodegas, ya desde el 1 de diciembre. Elegimos una ruta fácil de 20 km con un desnivel de 200 metros, por lo que es apta tanto para adultos como para niños. Podemos visitar los lugares de interés de la zona, pero también parar en las bodegas para catar, disfrutar de un brunch y de fiestas con amigos y familiares».

    Una vez caída la primera capa de nieve, las estaciones son el destino perfecto para los amantes de los deportes de invierno. En Rumanía hay unas 300 pistas de esquí homologadas, por lo que la oferta es rica.

     «A partir del 1 de diciembre se abren las pistas, así que empezamos a esquiar y a hacer snowboard. Podemos dirigirnos a las estaciones del valle de Prahova, pero también a Straja, Păltiniș, donde suelen organizarse fiestas y competiciones únicas durante toda la temporada de invierno, dirigidas a todos los consumidores de estos deportes. Y lo mejor de todo es que hay fiestas tanto de día como de noche para los que quieran disfrutar de la vista de las pistas por la noche. En las estaciones de Rumanía podemos disfrutar de las tradiciones de decorar el árbol de Navidad, escuchar villancicos y dar la bienvenida a Papá Noel. Pero durante el día también podemos hacer senderismo y conocer los lugares de interés de la zona. Hemos apreciado y promocionado mucho los paquetes que también ofrecen opciones de relajación en balnearios. Aquí pongo el ejemplo de Băile Herculane, Băile Felix, Băile Govora, porque, además del SPA, el jacuzzi, las terapias, pueden hacer senderismo por reservas naturales, observar aves, observar la fauna de esta época y relajarse haciendo ejercicio, lo que sin duda combina con la parte de relajación».

    Y si quiere mantenerse activo durante unas vacaciones en familia, Rumanía tiene mucho que ofrecer, afirma Ana Voican, promotora de turismo activo y organizadora de eventos.

    «Es mi zona del alma: el turismo activo. En este momento iría a Băile Balvanyos, por ejemplo, y lo elegiría porque tengo acceso a condiciones de cuatro estrellas. Pero también tengo acceso a la zona de SPA, piscina cubierta o al aire libre. También puedo ir con mi familia, con mis dos hijos, y también puedo disfrutar del paisaje de la zona. También podemos ir en trineo, podemos hacer actividades al aire libre que se organizan para las vacaciones. Así que básicamente toda la paleta de experiencias está bien definida».

    La primavera es la estación del ciclismo y el senderismo, pero también de los eventos.

    «Al mismo tiempo empezamos a practicar deportes acuáticos, rafting, kayak, y podemos combinarlos en un paquete, porque luego llega el verano. Para el verano tenemos un festival para familias y niños. Será en Pentecostés, del 6 al 9 de junio, en las montañas de Buzăului. Durante cuatro días, acamparemos, bajo un cielo lleno de estrellas, en tiendas de campaña, caravanas, glamping, cabañas para acampada y muchas actividades al aire libre. Nos alejamos un poco del ruido de la ciudad y nos relajamos en la naturaleza con los niños, donde buscamos la conexión tanto con la naturaleza como con la familia a través de actividades específicas para scouts, aprender sobre la naturaleza, sobrevivir en ella, pero también divertirnos. Haremos talleres creativos, talleres educativos, observación de estrellas y constelaciones, hogueras con conciertos. Hay tantas cosas que podemos apreciar y aprovechar y creo que es hora de avanzar también hacia experiencias como ésta».

    La Vía Transilvánica, «el camino que une», es una ruta turística de 1400 kilómetros que atraviesa Rumanía en diagonal, diseñada para practicar senderismo, ciclismo y equitación. La ruta está señalizada con hitos pintados, postes indicadores y un poste indicador de andesita tallado individualmente en cada kilómetro. Estos forman quizá la galería de arte más larga del mundo y acompañan a los viajeros durante toda la caminata, como nos cuenta Ana Voican.

    «Me gustaría centrarme un poco en un proyecto muy apreciado, que merece ser mencionado en estos debates en los que destacamos experiencias. Se trata de la Vía Transilvánica, en la que se ha invertido mucho en señalizar la ruta que se puede recorrer tanto a pie como en bicicleta en algunos tramos. Es espléndida y merece la pena visitarla porque ofrece una imagen completa de Rumanía que se puede recorrer a pie. Nos relacionamos con turistas extranjeros. Lo primero que nos dicen cuando les preguntamos “¿por qué han elegido Rumanía como destino?”, la respuesta es que Rumanía es salvaje, “la Rumanía salvaje”. Tienen acceso a animales que pueden ver no solo en la televisión o en las revistas, sino que los ven con sus propios ojos cuando recorren nuestros senderos. De hecho, se sorprenden de la cantidad de cosas que pueden ver, cosas que no pueden ver en los países de los que vienen».

    Ana Voican, promotora del turismo activo en Rumanía y organizadora de eventos, afirma que la mayoría de los turistas que buscan ofertas de turismo activo llegan a Rumanía procedentes de los Países Bajos, Dinamarca, Alemania, España, Italia y Estados Unidos. En una época de digitalización, en la que estamos rodeados de pantallas, todo el mundo aprecia volver a conectar con la naturaleza.

    Versión en español: Monica Tarău

  • La miscelánea: Rumanía en otoño – colores, aromas, fiestas

    La miscelánea: Rumanía en otoño – colores, aromas, fiestas

    Desde los vibrantes colores de los bosques de los Cárpatos hasta los mercados llenos de las riquezas de la cosecha, el otoño rumano nos ofrece un espectáculo visual y cultural inolvidable. El otoño convierte a Rumanía en un verdadero cuadro de cuento de hadas. Los paisajes más hermosos pueden admirarse en las regiones montañosas y rurales. Los Cárpatos, cubiertos de bosques mixtos, se vuelven una explosión de colores: rojo, amarillo intenso, naranja y tonos cobrizos. Por ejemplo, los Montes Apuseni o Bușteni son destinos populares para hacer senderismo en esta época del año, cuando los caminos están rodeados de hojas crujientes y los colores del bosque son impresionantes. La tranquilidad de la naturaleza y el aire fresco hacen que el otoño sea ideal para una escapada en plena naturaleza. Además de las montañas, el Delta del Danubio también ofrece un espectáculo único: la vegetación salvaje y las aves migratorias crean un paisaje inolvidable. Las mañanas frescas y la suave luz del sol otoñal hacen que cualquier paseo por la naturaleza sea mágico. El otoño es también la temporada de las cosechas abundantes en Rumanía. Los mercados de todo el país se llenan de verduras y frutas frescas: manzanas, peras, uvas, calabazas y, por supuesto, maíz. La cosecha de otoño es una oportunidad para que las comunidades celebren el trabajo de todo el verano. Un ejemplo de tradición relacionada con esta estación es la vendimia y la producción de vino. Regiones como Prahova, Moldavia o Dobrogea son conocidas por sus extensos viñedos.

    En octubre, se organizan festivales locales dedicados al vino, donde la gente se reúne para cosechar las uvas y celebrar con comida tradicional y danzas populares. Además, el otoño es la temporada en que las familias preparan conservas para el invierno: zacusca, una pasta tradicional de la gastronomía rumana, hecha principalmente de verduras asadas o cocidas, encurtidos y mermeladas. Esta costumbre, transmitida de generación en generación, llena las casas de aromas como los de los pimientos asados o la mermelada recién cocida, trayendo consigo recuerdos de la infancia y de las comidas familiares.

    El otoño también trae una serie de fiestas y eventos tradicionales en Rumanía. San Demetrio (26 de octubre) es una de las fiestas religiosas más importantes de esta estación. Marca el inicio del invierno pastoral y el final de la temporada agrícola. En los pueblos de montaña, los pastores descienden con sus rebaños desde las montañas y se organizan festivales de la trashumancia, una tradición viva en el país. Asimismo, la festividad de San Andrés (30 de noviembre) está rodeada de supersticiones y costumbres. Según la tradición, la noche de San Andrés los espíritus malignos y los strigoi (espíritus vampíricos) aparecen, y para protegerse, la gente unge las puertas y ventanas con ajo. Además, durante esta temporada se celebra el Día Nacional de Rumanía (1 de diciembre), una oportunidad para reflexionar sobre la historia del país y celebrar la unidad de los rumanos con desfiles, conciertos y fuegos artificiales. El otoño no solo es una temporada de cambio natural, sino también un momento para la introspección. Después del ajetreo del verano, la gente tiende a pasar más tiempo en casa, reflexionar y reconectarse consigo misma. La luz suave, los días más cortos y las temperaturas más bajas nos invitan a buscar comodidad y tranquilidad. Los cafés se llenan de personas disfrutando de bebidas calientes como té de frutas o vino caliente, y las tardes pasadas con un buen libro o cerca de la chimenea forman parte del encanto de esta estaci

    Si  pasean por Bucarest en esta época del año, no podrán dejar de notar la agitación y el encanto característico de los mercados de la ciudad. En otoño, estos se convierten en verdaderos puntos de atracción, ofreciéndonos una rica paleta de colores, aromas y tradiciones culinarias. Uno de los mercados más conocidos es Piața Obor, que mantiene su reputación como el corazón del comercio tradicional en Bucarest. Aquí, en cada esquina, pueden encontrar puestos llenos de verduras y frutas frescas, directamente de los productores locales. Manzanas rojas y amarillas, peras jugosas, uvas perfumadas y calabazas de todos los tamaños y formas – todo esto encanta nuestros sentidos e invita a llenar las bolsas de compras. Además de Obor, también Piața Matache o Piața Amzei son lugares que vibran de vida en esta época. Aquí, el otoño trae una variada oferta de productos de temporada: pimientos, berenjenas, pimientos morrones para zacusca, col para encurtir en invierno y, por supuesto, hierbas aromáticas como tomillo o eneldo, que dan sabor a los platos tradicionales. Cada mañana, los mercados de Bucarest están animados por vendedores llenos de energía y clientes que negocian con una sonrisa en el rostro por sus productos favoritos. Los compradores no vienen solo a por verduras y frutas, sino para disfrutar del ambiente auténtico de un mercado rumano, donde los pequeños productores muestran con orgullo los frutos de su trabajo durante el verano. No solo las frutas y verduras son atractivos de los mercados otoñales. En cada paso, se siente el aroma de las castañas asadas, el maíz hervido o las tartas recién salidas del horno, ofrecidas por los pequeños comerciantes. Todo parece recordarte los sabores de la infancia y las comidas en familia. Y no olvidemos el mosto, la bebida preferida de los rumanos en esta época, el jugo fresco de uvas que se obtiene antes de que comience el proceso de fermentación para producir vino. Es una bebida dulce y refrescante, muy popular en las regiones donde se cultivan uvas, especialmente durante la cosecha de la vid. Se consume como bebida, pero también es el primer paso en la elaboración del vino. En muchos mercados de Bucarest, especialmente en Piața Domenii o Piața 1 Mai, puedes encontrar botellas de mosto recién exprimido, un verdadero manjar otoñal. Es ese jugo de uva dulce, ligeramente efervescente, que te hace sentir que el otoño ha llegado plenamente a la ciudad. Además, los mercados otoñales también traen consigo festivales de la cosecha, donde los productores vienen de todas partes del país con sus mejores productos, y los visitantes pueden degustar delicias tradicionales: desde quesos y embutidos hasta dulces tradicionales y conservas. El ambiente siempre es festivo, con música folclórica y buen ánimo.

    Así que, el otoño en los mercados de Bucarest es una verdadera celebración para los sentidos. Ya sea que estén buscando las mejores verduras para hacer conservas o simplemente quieran disfrutar del ambiente auténtico de un mercado rumano, los mercados son el lugar perfecto para sentir la vibración de esta estación. Si aún no han visitado un mercado otoñal, les recomiendo dar un paseo y dejarse llevar por los aromas y colores de esta generosa temporada.

    En conclusión, el otoño en Rumanía es mucho más que una simple estación de transición. Es un tiempo de abundancia, de tradiciones ricas y de reconexión con la naturaleza. Ya sea que hablemos de la belleza de los bosques cobrizos, de los festivales locales o de las costumbres que nos acercan a la familia y los amigos, el otoño es una fuente de inspiración y emoción. Les invito a disfrutar de esta temporada especial, ya sea paseando por un parque o escapando a la naturaleza, o simplemente saboreando una taza de té caliente junto a una ventana abierta hacia el paisaje otoñal.

     

     

     

  • Desde Rumanía hacia el mundo: “El delta de Ivan”

    Desde Rumanía hacia el mundo: “El delta de Ivan”

    Si llegas al delta del Danubio, podrás descubrir, sobre el agua, la primera ruta de turismo lento, entre Tulcea y Mila 23. En este lugar especial se ha creado una nueva infraestructura turística, conmemorativa y cultural, única en Rumanía. La idea perteneció al múltiple campeón rumano de piragüismo Ivan Patzaichin, que quería crear una experiencia única cerca de su aldea natal.
    Entre los que aceptaron el desafío por naturaleza figura el creador de “La Columna de Iván”.
    Los visitantes podrán acampar, legalmente, por la noche, en varios puntos que determinarán las autoridades. La ruta se inició en el marco de una caravana organizada durante la fiesta dedicada al gran deportista.

     

     
    Ivan Patzaichin es el piragüista rumano más conocido, cuatro veces medallista de oro olímpico (1968, 1972, 1980 y 1984), tres veces medallista de plata (1972, 1980 y 1984) y reconocido como uno de los mayores campeones del siglo XX. Recibió la distinción “Corona de Plata”. Nacido en el pueblo de Mila 23 el 26 de noviembre de 1949, en una familia de pescadores Lipoveni, Ivan Patzaichin parecía destinado a convertirse en pescador, al igual que su padre y su abuelo, con quienes pasaba sus vacaciones. A los 16 años trabajó con su padre como ayudante de pescador y a los 17 comenzó su carrera en el Clubul Sportiv Dinamo Bucarest.
    Ivan Patzaichin practicó kayak y remo durante 18 años como deportista y 25 años como entrenador. Comenzó su carrera como entrenador en 1985.
    Tiene más de 150 medallas olímpicas, mundiales y europeas.
    En 2010, junto con el arquitecto Teodor Frolu, Ivan Patzaichin fundó la Asociación Ivan Patzaichin – Mila 23, con el objetivo de explotar el potencial local del Delta y otras zonas del patrimonio hidrográfico de Rumanía.
    La ruta fue aprobada por la Administración de la Reserva de la Biosfera del Delta del Danubio. La institución también anunció una nueva regulación para acampar en la reserva. Hasta ahora esto estaba sancionado.

    Bogdan Bulete, gobernador del delta del Danubio: “Se les llama “puntos de pernoctación relacionados con el turismo slow”. En principio, desde las 6 de la tarde hasta la mañana siguiente, a las 7, 8, podrán acampar legalmente en el territorio de la reserva.

    El Festival Ivan Patzaichin está dedicado al múltiple campeón olímpico, mundial y europeo.
    El proyecto “Museo Flotante – Lotca: Tradición y Mitología en el Delta del Danubio” es un proyecto de la Asociación Ivan Patzaichin – Mila 23, que promueve el barco pesquero tradicional en el Danubio como elemento identitario fundamental del delta, abarcando el área comprendida entre los pueblos de Mila 23, Crișan y Caraorman. La Asociación Ivan Patzaichin – Mila 23 apoya el desarrollo de las comunidades del Delta promoviendo las tradiciones locales y protegiendo la biodiversidad cultural y natural.
    El Museo de la Canoa Mila 23 es una atracción turística en el delta del Danubio, diseñado para ser accesible a niños y turistas. Un museo al aire libre que pretende reconectar a la gente con la naturaleza y la tradición.
    El Museo de la Canoa Mila 23 presenta el lugar privilegiado del barco en la historia del pueblo, a través de relatos e historias orales recopiladas de los mayores del pueblo y de los campeones mundiales, olímpicos y europeos de kayak y piragüismo.

    En el pasado, la lotca era el único medio de transporte para los lugareños y el único medio de supervivencia para las familias de pescadores en los pueblos “lacustres”. Hoy en día, el Museo de la Canoa Mila 23 destaca la importancia económica y social de la lotca en la vida de los lugareños: muestra viejos barcos de madera con sus documentos técnicos de construcción y presenta antiguos utensilios de pesca.
    En el Museo de la Canoa Mila 23, los significados simbólicos del piraguismo provienen de las historias de los campeones y de la oportunidad que se ofrece a los niños del Delta del Danubio de destacarse en deportes acuáticos como el kayak y el remo, a través de la experiencia de remar. Los significados culturales valoran la lotca como símbolo del patrimonio del Delta del Danubio, marcando la cultura local de estas comunidades multiétnicas y reviviendo las tradiciones de Lipoveni.

    En 2024, se lanzó la película biográfica que es una incursión documental histórica en la trayectoria del múltiple campeón olímpico Ivan Patzaichin, pero también una exploración de la naturaleza compleja y auténtica del ” hombre más querido del planeta”, como lo llamaba su hija..
    “IVAN el hombre con raíces en el agua” reconstruye con originales imágenes de archivo, la transformación del adolescente de 16 años que abandonó el pueblo de pescadores en el múltiple campeón olímpico.
    El rendimiento deportivo siempre estuvo precedido de innumerables fracasos y cada medalla de oro olímpica se ganó en casa, gracias a un entrenamiento asiduo, nos cuenta Iván. El regreso a sus raíces, a partir del sentido del deber hacia la gente y el lugar que lo formó, lo animó en la última década de su vida cuando pasó de ser entrenador a emprendedor social.
    Tras retirarse de la vida deportiva, Iván Patzaichin no olvidó sus propias raíces y se sintió obligado a devolver algo a aquellas personas entre las que se encontraba, para aportar un beneficio real a su comunidad natal. Los últimos diez años de su vida los dedicó a este “deber” que quería cumplir. Legó a su hija y a su único “hermano del alma” una misión difícil pero no imposible: reconstruir los puentes entre el hombre y la naturaleza.

  • 055 Rumaniando en la Radio

    055 Rumaniando en la Radio

    Recorremos una nueva etapa de la famosa Via Transilvanica, en la jornada de hoy analizamos el recorrido entre Sadova y Pasul Mestecanis, sin duda una de las etapas más espectaculares del recorrido en esta zona del país.

     

     

  • La miscelánea: Dâmbovița Delivery 2024 – arte, naturaleza y comunidad

    La miscelánea: Dâmbovița Delivery 2024 – arte, naturaleza y comunidad

     

    A lo largo de la historia, los ríos han sido esenciales para el desarrollo de las comunidades, pero en el contexto de la modernización, el río Dâmbovița ha perdido esta relación vital con los habitantes de la capital. El evento Dâmbovița Delivery pretende revivir esta asociación natural, transformando el río de un simple canal en un corredor verde-azul y un lugar de encuentro para los habitantes de Bucarest. Con esta iniciativa, los organizadores pretenden construir un espacio público vibrante que fomente la socialización, el recreo y la educación en un espíritu de sostenibilidad.

    Tener un río que atraviesa la ciudad es un privilegio para sus habitantes, y las grandes ciudades del mundo explotan este recurso para ofrecer a las personas espacios de recreación y esparcimiento, de actividades educativas y deportivas, de descanso y socialización.

    El evento de este año incluyó una serie de actividades interactivas destinadas a reforzar la relación entre los habitantes de Bucarest y el medio ambiente, haciendo hincapié en la necesidad de implicar a la comunidad y concienciarla sobre las prácticas sostenibles. Entre las sesiones dirigidas al público en general figuraron actividades en el agua, los participantes pudieron descubrir el río desde una nueva perspectiva, tanto si optaron por los paseos en canoa Patzaichin como si decidieron probar el kayak o el stand up paddleboard. Muchos participantes expresaron su interés en la sostenibilidad y en las iniciativas comunitarias:  se organizaron talleres ecológicos para niños, talleres de reciclaje y restauración creativa, ferias comunitarias para donar o intercambiar plantas y talleres de medición de la calidad del aire mediante sensores portátiles. Además, el Pabellón del Departamento de Sostenibilidad estuvo abierto durante todo el evento para ofrecer información y concursos temáticos. Diálogo sobre el Agua fue otra actividad del acontecimiento. Se celebraron debates con expertos en diversos campos sobre temas de interés público, como la sostenibilidad urbana, la ecología y el papel de los ríos en la transformación de las ciudades.

    Tampoco faltó el arte urbano: actividades como grafitis, plantillas de asfalto, visitas guiadas de arte callejero o búsquedas del tesoro para descubrir los entresijos del arte urbano. Los  amantes del movimiento pudieron participar en talleres de crossfit y calisthenics, yoga, QiGond y danza.

    Asimismo, Dâmbovița Delivery 2024 pretendió llevar el arte al corazón de la ciudad mediante una serie de exposiciones e instalaciones artísticas en las calles y a orillas del río. Estas obras, diseñadas por artistas locales, aportaron una estética urbana a la vez que sirvieron de puntos de reflexión sobre la relación entre la ciudad y la naturaleza.

    El fin de semana de Dâmbovița Delivery concluyó con proyecciones de películas al aire libre que abordaron temas relacionados con el agua, el medio ambiente y la sostenibilidad en un formato educativo, incluido el documental «IVAN – El hombre con raíces en el agua». El proyecto estuvo coorganizado y se llevó a cabo con el apoyo de la Secretaría General del Gobierno, a través del Departamento de Desarrollo Sostenible, creado en 2017 para aplicar las disposiciones europeas y de las Naciones Unidas en materia de desarrollo. En este sentido, el Departamento coordina a nivel nacional las actividades de implementación derivadas del conjunto de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible – ODD de la Agenda 2030.

    El evento es una iniciativa destinada a transformar el río Dâmbovița y sus espacios adyacentes en un espacio público vibrante para las comunidades. A través de esta acción, se pretende crear una conexión más estrecha entre los habitantes de Bucarest y su río, aprovechando su potencial como zona de recreo, deporte, cultura y socialización. El potencial del río Dâmbovița está lejos de ser verdaderamente explotado por la gente de Bucarest.

    Actualmente, el río representa el espacio sin uso más grande de Bucarest, y junto con los bulevares adyacentes, representa una barrera y un separador entre sectores y barrios.

  • La miscelánea: Lugares para bañarse en Bucarest y alrededores

    La miscelánea: Lugares para bañarse en Bucarest y alrededores

    Si sienten la necesidad de descansar del ajetreo, el bullicio y el calor de la ciudad, pero su presupuesto no les permite ir al mar, o simplemente quieren evitar la costa rumana, Bucarest tiene la ventaja de contar con lugares cercanos perfectos para tomar el sol o hacer un pícnic. Se puede llegar a ellos rápidamente, así que merece la pena probarlos los días en los que no quieran quedarse en casa pero quieran aprovechar al máximo el sol de la mañana a la tarde.

    El proyecto más reciente Lagoon Park Bucharest, la primera playa urbana artificial de Europa que se inauguró el pasado 13 de junio en Bucarest y Therme Bucarest, el mayor centro de relajación y entretenimiento de Europa, un concepto de bienestar para un estilo de vida moderno dedicado al wellness, son dos propuestas para refrescarse y combatir el calor en la capital.

    Cerca de Bucarest, en la ciudad de Calarasi,  les espera la playa de Samskara que ofrece arena fina, el Danubio y la tranquilidad de la naturaleza. La playa es pequeña, pero está limpia y equipada con tumbonas, sombrillas, duchas y vestuarios. El agua no es muy profunda y un baño siempre es bienvenido, pero tengan cuidado ya que las corrientes son bastante fuertes y es aconsejable saber nadar. Otra solución para los que quieren disfrutar de los rayos del sol pero no quieren viajar lejos, puede ser la Isla de Calnovat, situada a 175 kilómetros de la capital. Se encuentra en el distrito de Teleorman, cerca de la comuna de Islaz, y se extiende unos 10 kilómetros hasta la confluencia de los ríos Olt y Danubio. Se trata de una zona protegida, donde existe un auténtico ecosistema y una gran variedad de aves, en un entorno que les llegará directamente al corazón. Sigue siendo una parte salvaje de Rumanía, y quizá ahí resida toda su belleza, pero no faltan sombrillas de paja en la arena, tumbonas y un bar improvisado donde comer o beber algo.

    Continuamos con otra playa, esta vez cerca de Giurgiu, en el este del país, a 70 kilómetros de la capital. Aquí encontrarán la playa Gostinu situada a orillas del Danubio, donde podrán disfrutar del sol en plena naturaleza. Pocos turistas conocen este maravilloso rincón a sólo una hora en coche de la capital. Algunos turistas incluso dicen que es mejor opción que la costa rumana. La ventaja es que la playa es amplia, tiene arena fina y el agua invita a refrescarse.

    La última propuesta de hoy es el lago Paltinu o Paltinoasa, un embalse situado a poca distancia de Câmpina y cerca de Bucarest y Brasov. Rodeado de bosques de coníferas y caducifolios, este lago adquiere un precioso color verde esmeralda en verano. Construido en la década de 1960, el dique que sostiene el lago tiene una imponente altura de 108 metros y una longitud aproximada de 465 metros. Su finalidad principal es abastecer de agua potable e industrial a los municipios de Câmpina y Ploiești, garantizando las necesidades vitales de estas comunidades. El embalse de Paltinu, con una impresionante superficie de unas 215 hectáreas, rodea el dique, proporcionando un paisaje pintoresco y encantador en medio de una espectacular zona montañosa. Este lago se ha convertido en una popular atracción turística, ofreciendo un oasis de tranquilidad y belleza natural tanto a turistas como a lugareños. El bosque cercano les mantiene a la sombra mientras el agua espera a que se refresquen, pero más vale que sepan nadar porque no hay instalaciones ni socorristas. Si se sienten más activos y no sólo quieren pasar el rato en la playa, pueden probar todo tipo de senderos y paseos por la zona mientras disfrutan del entorno. No es una zona abarrotada, de hecho mucha gente viene a hacer barbacoas aquí, pero es lo suficientemente espaciosa como para encontrar su propio rincón tranquilo. El dique y el lago adyacente ofrecen oportunidades para el ocio, el deporte y el turismo, atrayendo a visitantes deseosos de disfrutar de la belleza natural y relajarse en un entorno idílico.

  • Vacaciones en las montañas, en la región de Zărnești

    Vacaciones en las montañas, en la región de Zărnești

    La mayoría de los turistas viene a Zărnești por la vida silvestre y por la observación de animales en el bosque. Les atrae la multitud de grandes carnívoros de la zona. Hay algunas agencias especializadas que organizan visitas guiadas para la observación de animales, aunque aquí también encontrarán un museo del Parque Nacional Piatra Craiului, una iglesia construida hace más de cinco siglos, un parque de aventuras y una reserva de osos de 70 hectáreas, única en Rumanía.

    Andreea Maria Nuță es guía de montaña. Hace seis años se mudó a Zărnești, donde fundó una empresa a través de la cual promociona la zona y guía a todos los turistas a los lugares más interesantes. Zărnești es una pequeña ciudad, dice nuestro invitada, un asentamiento que era industrial, porque, en el pasado, varias fábricas funcionaban allí. Actualmente, es conocida, sobre todo, por su sorprendente naturaleza y por las fiestas especiales que allí se pueden organizar.

    «En términos de ubicación y sensación, se compara con las grandes estaciones de los Alpes, como Chamonix, pero también con las estaciones de los montes Tatra, como Zakopane, en Polonia, por lo que, de alguna manera, es exactamente el punto de partida de, quizás, algunas de las rutas más bellas de Rumanía. Se encuentra cerca de la curvatura de los Cárpatos, al final del famoso corredor Rucăr-Bran, que hace la transición del sur de Rumanía a Transilvania y al noroeste de Rumanía, rodeado de montañas. Su ubicación está justo al lado del castillo de Bran, un poco fuera del eje principal de la carretera, lo que permite tener un poco más de tranquilidad, a los pies de las montañas Piatra Craiului. Así que, como ubicación geográfica, creo que es quizás la ciudad mejor situada de Rumanía».

    Desde Zărnești, se pueden realizar decenas de rutas hacia los macizos montañosos más importantes, bellos y altos de Rumanía. Además, el asentamiento tiene muchas características de la arquitectura sajona representativa del sur de Transilvania en el siglo XIII, continúa Andreea Maria Nuță, guía de montaña:

    «Las casas y toda la arquitectura del lugar recuerdan a las casas sajonas, diferentes de las que suelen encontrarse en Rumanía. Las rutas más cercanas son las de Piatra Craiului, que es un parque nacional. Me gusta decir que es la pequeña joya de los Cárpatos rumanos, porque no es una montaña muy grande, pero está hecha de piedra caliza. Además de muchas formaciones, desfiladeros, cuevas, grutas, arcos y todo tipo de formaciones rocosas que hacen que uno se enamore de la Piatra Craiului, también podemos disfrutar de una luz especial dependiendo de las horas del día. Por ejemplo, al atardecer las paredes de piedra caliza se vuelven rosadas, al amanecer son de color blanco brillante. Es especialmente hermoso. Por lo tanto, cualquier visita a Piatra Craiului, siempre que tenga una preparación física de nivel medio, se lo recomiendo con toda confianza a cualquier turista».

    Todas las rutas que conducen a las cabañas de Piatra Craiului son rutas de senderismo a través de bosques de hayas, abetos o abedules. Además, quien llega a Piatra Craiului debe comer la famosa tarta de manzana con galletas de la suerte, que son, por regla general, citas referentes a las montañas. Y, más allá de las cabañas, la ruta se complica y se vuelve más ardua. Los conocedores la llaman scrambling.

    «Es una combinación de senderismo y, de alguna manera, escalada. Hay pasajes dispuestos con cadenas en zonas de cantos rodados. Hay zonas expuestas, en las que también tenemos que ayudarnos unos a otros con las manos para avanzar. La ruta más espectacular de Piatra Craiului es, obviamente, la ruta de la cresta. En su totalidad, son 23 kilómetros, pero cruzar la cresta requiere una buena condición física, comprende áreas expuestas donde los turistas deben estar bien preparados físicamente. Hay zonas muy estrechas por las que pisar, por lo que la mejor recomendación para un turista que nunca haya estado en Piatra Craiului, pero que también le gustaría ver lo que ocurre por encima del bosque, sería Piatra Mică, que es un pico individualizado en Piatra Craiului. Es un preestreno con absolutamente todos los elementos que estas montañas pueden ofrecer y que cuenta con bosques densos. También se pasa por la cabaña Curmătura y se sube la cima de Piatra Mică de los montes Craiului, que tiene zonas con cadenas. El pico de Piatra Mică, que se encuentra a poco menos de 1900 metros de altitud sobre el nivel del mar ofrece una panorámica onírica de 360 grados de toda la zona circundante».

    Zărnești se encuentra en el llamado País de Bârsa, nombre que le dan los ríos que atraviesan toda la zona, dice nuestra guía de montaña, Andreea Maria Nuță. Esta tierra de Bârsa está rodeada por Piatra Craiului, el macizo de Făgăraș, las montañas más altas de Rumanía, las montañas de Bucegi, la cuna del alpinismo rumano y los Cárpatos de curvatura. Todas estas montañas son, de alguna manera, diferentes entre sí. Por lo tanto, Zărnești puede ser el destino perfecto para cualquier ruta de montaña, incluido un recorrido de observación de la vida silvestre.

    «Esto debe hacerse con un guía especializado que sepa buscar, seguir, interpretar las huellas que dejan los animales no solo en el sendero, sino también en los árboles y en todo lo que sucede en el bosque. Pero, para cualquier persona, la mejor recomendación es el santuario de osos en Zărnești, Libearty. Es un lugar particularmente alegre. De hecho, los osos que ya no pueden ser devueltos a la naturaleza por varias razones acaban allí, pero no son enjaulados ni tratados como en un zoo. Es un lugar particularmente amplio, los osos tienen corrales muy grandes. Aunque en este momento el santuario alberga a 127 osos, existe la posibilidad de que quienes entren solo vean unos pocos osos, porque el lugar es bastante grande, y los osos viven allí como en su entorno natural. Las excursiones con turistas se limitan a dos al día, en rumano e inglés, para limitar el acceso de los osos y su interacción con los seres humanos».

    Pero, ¿qué más les impresiona a los turistas?

    «Interactué con turistas extranjeros, incluso con muchos de ellos. Obviamente, lo que más les impresiona de Rumanía, especialmente para aquellos que vienen de Europa Occidental, es la vida silvestre. Todavía tenemos absolutamente todos los animales que tienen que vivir en este tipo de clima y vegetación. Tenemos osos, lobos, zorros, linces, gatos monteses, castores, casi todos los animales. Asimismo, todavía tenemos bosques vírgenes y seculares y una gran variedad de flora. Nuestra mayor riqueza sigue siendo el recurso natural, la flora y la fauna que aún tenemos aquí. Los turistas se van impresionados, sin saber que Rumanía es un país tan hermoso con tantas cosas que ofrecer. Algunos repiten y vuelven a por más».

    Si les hemos convencido para visitar la zona, no tienen que pensar en ninguna temporada en particular. Se puede llegar en cualquier época del año. Encontrarán casas de huéspedes de dos a cuatro estrellas. El precio para seis noches de alojamiento sin comidas incluidas, en julio, por ejemplo, oscila entre los 300 euros en un alojamiento de dos estrellas, y los 1000 euros en uno de cuatro estrellas.

    Versión en español: Mihaela Stoian

  • Turismo ecológico en el delta del Danubio

    Turismo ecológico en el delta del Danubio

    Está considerado un paraíso de la naturaleza y un destino para el turismo sostenible. En este programa descubrimos el ecoturismo respetuoso con el medio ambiente, para que nuestras vacaciones conserven intacta la belleza de la zona.

    El guía de nuestro viaje será Iliuță Goean, que declara ser un turista enamorado del delta del Danubio desde hace 20 años. Dirige su propia agencia desde hace 15 años y ayuda a otros a descubrir, cuidando la naturaleza, las zonas que tanto ama.

    «¡Imaginaos el paraíso! Eso es el delta del Danubio. Es el último lugar salvaje de Europa, el último sitio donde uno puede sentirse realmente en plena naturaleza. Es la zona con mayor biodiversidad de Europa. Tenemos el mayor número de especies de aves, insectos, plantas, peces. Si quieres ver más que en ningún otro lugar de Europa, hay que venir al delta del Danubio, en términos de naturaleza. El turismo ecológico significa un turismo en el que no interfieres con la naturaleza de ninguna manera, dejas la menor huella posible al pasar por la zona y, sobre todo, no la destruyes. Para ello, hay que trabajar mucho en el ámbito de la educación, sobre todo para los jóvenes, porque es ahí donde está el futuro, y debemos enseñarles a hacer ecoturismo».

    Si queremos recorrer el delta sin tener la sensación de haber destruido algo a nuestras espaldas, debemos elegir un programa con embarcaciones de velocidad media o baja, pero no con embarcaciones rápidas, afirma Iliuță Goean. Las embarcaciones rápidas son especialmente perjudiciales para el ecosistema del delta. En cambio, si estás acostumbrado a moverte, puedes elegir un viaje en kayak o canoa.

    «Estas son realmente las formas más ecológicas de explorar el delta del Danubio. Yo no soy de aquí, del delta. Vine hace 20 años para quedarme. Llevaba muchísimos años viniendo, todos los veranos, otoños, a pescar. Pero hace 20 años decidí quedarme aquí y me instalé en Mila 23. Después de alojarme en diferentes lugares del delta, elegí Mila 23 porque me parece el mejor lugar desde el cual explorar el delta. Está en la antigua esquina del brazo Sulina. No está muy afectado por la navegación comercial, como ocurre en los brazos principales del Danubio. Es un lugar tranquilo, hermoso y, sobre todo, con una cocina tradicional excepcional. Aquí también se ha abierto recientemente el Museo Ivan Patzaichin. Ahora es un punto de referencia en el delta del Danubio. La Asociación Ivan Patzaichin también ha conseguido, después de muchos años, establecer una ruta en barca de remos y muy pronto lanzará una aplicación que se puede utilizar para explorar el delta del Danubio. Para los que les apetezca una lancha motora, hay programas los lunes, jueves y domingos. Recogemos a la gente en Tulcea y la llevamos a la Mila 23. Sabemos exactamente cómo hacer nuestras actividades. Trabajamos con alojamientos locales, administrados por lugareños, que saben cocinar la comida a la manera en la que se hace aquí en el delta».

    Existe la tentación de buscar el propio alojamiento antes de venir al delta del Danubio, y luego buscar traslados y excursiones. Sin duda, el resultado no será el adecuado, dice Iliuță Goean.

    «Mucha gente se imagina que cuando llega al centro del delta se encuentra con una avalancha de guías y barcas esperando para llevarlos a algún sitio. No es así en absoluto, porque los alojamientos suelen ser pequeños y toda la logística se adapta a la casa. Así que, si tienes tu alojamiento en algún sitio y no consigues las excursiones en barco, te quedarás fuera. Por eso, siempre recomiendo a la gente que compre un paquete completo, porque así uno puede estudiar qué tipo de barca te van a llevar. Si se trata de aquella embarcación cubierta con plásticos desde la que no se ve absolutamente nada, es algo que hay que evitar a toda costa. Recomiendo encarecidamente las embarcaciones abiertas desde las que se puede vivir una experiencia auténtica. Puedes ver, puedes oír. Hay cientos de especies de pájaros cantando, sobre todo en primavera, que es una pena no oír. Y, sobre todo, se perderá el espectáculo de las aves en vuelo. La mitad de las aves que verá estarán en vuelo. En un barco cerrado, te privarás de esa experiencia».

    El delta del Danubio es el destino perfecto en Rumanía para observar algunas especies singulares de aves. La observación de aves es una actividad recreativa, para conocer el entorno, observar las condiciones favorables para la existencia de las aves y otros animales salvajes. Durante esta actividad, no se recomienda acercarse demasiado a los nidos, para no molestar a las aves y no asustarlas. La fotografía se realiza sin flash y la comunicación entre los turistas es tranquila, para que todos disfruten: tanto los turistas amantes de la naturaleza como las aves, que tienen que poder seguir con su rutina diaria.

    «Los programas de observación de aves cuestan desde 1500 leus por persona para cuatro días y tres noches, incluidos dos traslados. El primer y el último día son traslados con paradas para observar aves, y dos días completos de actividades. Se incluyen programas de iniciación para niños. Hay muchas familias que quieren educar a sus hijos y llevarlos a este tipo de ecoturismo. Vienen con ellos a una excursión introductoria de observación de aves. Son guías entregados, gente con muchas ganas de enseñar a los niños el arte de observar aves, de explicarles qué son las aves. A los niños les fascina esta información y lo que descubren y crean un hermoso camino en la vida a través de estos programas».

    Los fotógrafos o los aficionados a las aves pueden venir en cualquier época del año. En cambio, los que quieran descubrir la naturaleza y relajarse pueden venir de abril a octubre. Durante el resto del año, las temperaturas no son muy propicias, dice Iliuță Goean, guía turístico y propietario de una agencia de viajes en el delta del Danubio.

    «A finales de otoño vienen los pescadores, en invierno los fotógrafos y los observadores de aves, porque hay especies de aves que solo hibernan en Rumanía. Solo se pueden ver en invierno, no en verano. Pero venir con tu hijo de vacaciones al delta en invierno, si no tienes estas aficiones, no es muy cómodo. Recomiendo encarecidamente que vengáis a ver el delta del Danubio, a descubrirlo. Hay que estar muy atentos al comprar un paquete turístico. Hay que elegir bien los barcos para vivir una experiencia maravillosa y para recomendar cariñosamente a otros que repitan lo que vosotros habéis experimentado. Podréis disfrutar de la naturaleza, la gastronomía, la tranquilidad, todo lo que no suele encontrar en otros lugares. Si os gustan los pájaros, hay que venir del 15 de abril al 15 de junio; si queréis que haga calor y que puedan bañarse e ir al mar, hay que venir a Sulina en verano. Si os gustan los pájaros, septiembre-octubre es también una época muy buena».

    Así pues, la temporada de vacaciones en el delta del Danubio comienza en abril y se prolonga hasta octubre. El calendario de eventos es amplio e incluye el Festival Internacional de Cine Independiente ANONIMUL, Tulcea Fest, los Días de la ciudad de Sulina, la Fiesta de la Aldea Mila 23, la Fiesta de la Sopa de Pescado de Crişan, el Maratón del delta del Danubio en Sulina. Todos tienen lugar durante la temporada de verano.

    Versión en español: Monica Tarău