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  • Teatro radiofónico para niños

    Teatro radiofónico para niños

    Los niños son un público numeroso y las emisiones para ellos siempre han centrado la atención de gerentes y periodistas. Las dramaticaciones radiofónicas han disfrutado un verdadero éxito gracias al esfuerzo de guionistas y adaptadores de textos clásicos, actores, directores y equipos técnicos. Todos ellos escribieron la historia del radioteatro para niños y dejaron esos recuerdos que conservan los futuros adultos. En los archivos sonoros de Radio Rumanía hay páginas de referencia de la historia del teatro radiofónico para niños, con nombres importantes vinculados a él.

     

    La escritora Silvia Kerim también fue periodista de radio y trabajó con dedicación en las dramatizaciones para niños. Empezó a trabajar en 1961 y acabó en una redacción con gente de calidad que intentaba escapar de la ideología política de la época. En 1998, el Centro de Historia Oral entrevistó a Silvia Kerim y averiguó cómo los periodistas de dramatizaciones radiofónicas para niños eran capaces de mantener la calidad de su producto:

     

    “Me destinaron a un lugar muy agradable para mí, se llamaba  Teatro infantil al micrófono. Fue una suerte porque la mayoría de las obras que componían el repertorio del teatro infantil eran cuentos. Procedían de la literatura clásica, así que la mentira ideológica no encajaba allí. Los actores eran grandes y muy grandes, los directores eran grandes y muy buenos, así que el compromiso y la mentira no encajaban realmente”.

     

    Como en cualquier lugar, son las personas las que hacen que las cosas funcionen y Silvia Kerim tuvo colegas abiertos:

     

    “En el Teatro infantil al micrófono tuve como jefe a Eduard Jurist, de él aprendí lo que significa ser modesto como jefe, no hacerse el jefe, tener una atención repartida por igual hacia los redactores más jóvenes o más mayores. También tuve como colega a Vasile Mănuceanu. Había, en aquella redacción de los programas juveniles, un escritor de raro talento llamado Călin Gruia. Me gustaría mencionar a Mioara Paler que, en un determinado momento, fue jefa de la sección de programas para niños y a la que debo la alegría de escribir para niños. Percibieron en mí este amor por los niños, este deseo de escribir para los niños”. 

     

    Silvia Kerim escribió guiones para dramatizaciones radiofónicas infantiles y recordaba lo importantes que eran para ella los cuentos de la infancia que le contaban sus padres:

     

    “Me encargaron a adaptar algunos cuentos que estaban mal traducidos de la literatura china o japonesa. Me dieron cuentos y cuentos cortos que tenían un significado propio. Al contarlos, me di cuenta de que ponía mucho de mi imaginación en ellos y que, en algún momento, yo misma podría escribir las historias que rondaban por mi cabeza, que a su vez tenía una raíz mágica. Mi madre nos contaba cuentos a mi hermano y a mí noche tras noche cuando éramos muy pequeños. Normalmente la primera parte era “Blancanieves”, creo que un año seguido escuchamos “Blancanieves” cada noche, ya fuera en episodios o abreviado. Y si mi madre se confundía en algún detalle, saltábamos los dos para contradecirla y recordarle que en realidad no era el Tímido quien había hecho y dicho tal y cual cosa. El segundo cuento era en general sobre animales a los que mi madre quería mucho, al igual que mi padre. Ambos padres nos transmitieron ese amor por los animales”. 

     

    En los años en que Silvia Kerim daba vida a los cuentos infantiles en las ondas, el régimen comunista adoctrinaba con fuerza al público. Pero la periodista optó por oponerse sutilmente a la grosería ideológica:

     

    “Quiero decir que tal intento, en el caso de mis textos, fue bastante difícil. Nunca escribí la palabra “pionero”, las palabras “partido”, “pionero”, “halcón” nunca aparecieron en mis guiones. Mis guiones y cuentos son historias tristes de gente pobre, de abuelos que mueren, de la tarta más cara que es la tarta de manzana o del postre más agradable que es una tostada con mermelada de ciruela. Siempre he pensado que hay muchos más niños infelices y huérfanos que niños ricos y mal criados. Y que estos cuentos tienen que llegar también a ellos. En una época en la que se suponía que sólo debíamos escribir sobre niños felices, que en nombre del partido crecen sanos y sin preocupaciones, cuando había que enfrentarse a algunos escritos en los que la realidad parecía bastante triste y desesperanzadora, no era fácil que un texto pasara la censura”.

             

    El radioteatro infantil fue un milagro para acercar la radio a mentes inocentes. Y las personas que lo hicieron posible transmitieron lo que habían recibido.

  • La miscelánea: El impacto de las redes sociales en los niños y adolescentes rumanos

    La miscelánea: El impacto de las redes sociales en los niños y adolescentes rumanos

    Alrededor del 80% de las personas nacidas después del año 2000 tiene al menos una cuenta en las redes sociales más populares. Por un lado, Instagram, TikTok, Facebook, X (antes Twitter) son los inventos ideales de nuestro tiempo, que facilitan estar en contacto con nuestros seres queridos, enterarse rápidamente de lo que pasa en el mundo. Pero, por otro lado, muchos padres empiezan a lanzar una señal de alarma: sus hijos están todo el día en estas redes. Hoy el mundo está dividido en dos bandos: defensores y detractores de las redes sociales en la vida de niños y adolescentes. Los primeros sostienen que Internet permite a los niños ampliar su interacción social, lo que facilita su adaptación a las nuevas tecnologías. Los segundos están convencidos de que las redes sociales tienen un efecto negativo en la conciencia de los niños y pueden causar consecuencias a largo plazo y, a veces, irreversibles.

    Un estudio reciente demuestra que los niños están familiarizados con los teléfonos y las redes sociales desde los 5 años. Según los expertos, la franja de edad en la que el uso de las redes sociales adquiere importancia en los niños rumanos es de 5 a 10 años. El 32% de los padres con niños de esta edad afirma que su hijo o hija utiliza TikTok, el 21% Instagram, el 19% Facebook y el 17% Snapchat. El estudio ha sido realizado por la organización Save the Children. El 34% de los jóvenes de entre 16 y 17 años se conecta entre 4 y 6 horas al día, y el 14%, más de 6 horas. Además, 2 de cada 5 niños dicen haberse sentido ofendidos o haber recibido mensajes molestos en línea, lo que supone un aumento en 3 puntos porcentuales respecto a 2021, según la última encuesta realizada entre niños.

    Ver contenidos de vídeo y jugar son las principales actividades indicadas por los padres a los que se pregunta qué hace su hijo o hija en Internet. El uso de las redes sociales aumenta significativamente con la edad, con especial atención a Instagram y WhatsApp, a las que accede el 86 % de los adolescentes, seguidas de TikTok.

    La principal preocupación para el 75% de los padres encuestados es que sus hijos vean cosas inapropiadas en Internet y les prohíben, en primer lugar, que faciliten datos personales a desconocidos. El 50% de los padres encuestados permite a sus hijos utilizar Whatsapp en cualquier momento y el 67% de los padres afirma que sus hijos sólo pueden jugar en sus dispositivos con permiso.

    Cabe destacar que, a medida que el niño crece, la supervisión diaria de Internet por parte de los padres disminuye significativamente. En el caso de los menores de 5 años, el 92% de los padres los controla a diario, el 72% en el caso de los niños de 5 a 10 años, el 50% de los padres controla a diario a los niños de 11 a 15 años y el 21% a los adolescentes mayores de 16 años. Son datos facilitados por la organización Save the Children Rumanía, que insta a los padres a rellenar un cuestionario disponible en el sitio web de la organización para ayudar a identificar los riesgos en línea.

     

  • Riesgos para los niños no vacunados

    Riesgos para los niños no vacunados

    La ola de casos de rubeola podría aumentar, han anunciado este miércoles los médicos del Hospital de Enfermedades Infecciosas Victor Babeş de Timişoara, distrito situado en el oeste de Rumanía y el que se ha visto más afectado por la epidemia, ya que en los 3 primeros días de 2017, 30 pacientes han sido trasladados al hospital, entre ellos un récord de edad, un bebé de solo 6 semanas.


    El año pasado en diciembre habían sido hospitalizados otros 124 niños. La epidemia de rubeola que ha habido desde el otoño pasado en Rumanía ha hecho que el Ministerio de Sanidad junto con representantes de la OMS, UNICEF y el Instituto de Sanidad Pública, propongan una serie de medidas destinadas a luchar contra el virus. Entre dichas medidas figura la bajada de la edad mínima de vacunación a 9 meses, ya que según los expertos, una característica de esta epidemia es que afecta a los niños menores de 12 meses y también la vacunación de los niños de entre 5 y 9 años que no han recibido la segunda dosis.


    Hasta ahora se han confirmados 10 muertos y más de 2.000 casos de rubeola registrados en nuestro país. Según el Ministerio de Sanidad, la causa del aumento del número de casos es el rechazo de la gente de vacunar a sus niños. Los expertos advierten que lo importante es respetar las regulaciones epidemiológicas, de prevención específica como la vacunación, ya que la vacuna es el mejor método para prevenir este tipo de enfermedades.


    Aunque la vacunación no aporta una inmunidad completa, la enfermedad contagiada será más leve. Los médicos han advertido sobre las complicaciones que pueden aparecer por la contagión del virus de la rubeola, como la bronquitis, y la otitis supurativa, la pneumonia viral y la encefalitis.



    La epidemia de rubeola ha vuelto a plantear un tema controvertido en Rumanía. En los últimos años, la campaña de vacunación ha dividido la sociedad rumana. Cada vez más padres han interrumpido la vacunación de sus hijos tras haber sufrido varias reacciones adversas. Según datos oficiales, en Rumanía, la tasa de vacunación ha disminuido de manera dramática, alcanzando incluso un 20%, por debajo del nivel de seguridad del 95%, recomendado por la OMS. Es más, en Rumanía se registra el mayor número de casos de rubeola, tuberculosis y hepatitis B en Europa. Aunque estas graves enfermedades se pueden prevenir a través de la vacunación, en Rumanía la inmunización de la población es bastante difícil.


    Entre las causas figuran la falta de vacunas y la desconfianza entre los rumanos respecto a este procedimiento médico. Por otro lado, los médicos han denunciado los problemas frecuentes del Programa Nacional de Inmunización que se deben a la falta de vacunas. En Rumanía hay un plan de vacunación aprobado por el Ministerio de Sanidad, pero los padres pueden rechazarlo completa o parcialmente, sin tener que soportar las consecuencias.


    (traducido: S. Sarbescu )