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  • Retos del mañana: Code for Romania

    Retos del mañana: Code for Romania

    Bajo el lema «Somos los que los que hemos estado esperando», en 2016 nació Code for Romania, una organización que construye cada día una enorme infraestructura dedicada al bien y a la democracia, creando herramientas digitales y soluciones informáticas para los problemas a los que se enfrenta la gente. La primera solución desarrollada fue votdiaspora.ro, una plataforma que facilitaba a los rumanos residentes en el extranjero encontrar el camino a los colegios electorales. Desde entonces, informáticos, sociólogos, investigadores, diseñadores, comunicadores y demás – unos 3.000 voluntarios en total – han proporcionado hasta ahora al Estado y a los ciudadanos rumanos decenas de aplicaciones gratuitas que les hacen la vida más fácil. ¿Cómo? Code for Romania procesa millones de datos, estadísticas o leyes y los convierte en sitios web y aplicaciones útiles para los ciudadanos. Los rumanos pueden, por ejemplo, seguir los resultados de su votación en tiempo real, y cualquiera puede encontrar información médica útil accediendo a las aplicaciones Sănătatea Mintală.ro o Centrul de sănătate.ro.

    También gracias a Code for Romania, el Departamento de Situaciones de Emergencia dispone de una plataforma informática a través de la cual puede coordinar los recursos humanitarios en caso de catástrofe. En este ámbito, la infraestructura digital se ha convertido en un modelo europeo, y ahora países como Holanda, Alemania e Italia admiran el modo en que Rumanía ha aplicado las nuevas tecnologías en este campo.

    El fundador de Code for Romania es Bogdan Ivănel, quien no es un experto en tecnología sino doctor en Derecho Internacional de París, con una formación académica que incluye la Universidad de Utrecht, Oxford y Berkeley. Decidió volver a Rumanía tras casi 11 años en el extranjero, siendo el factor desencadenante la tragedia del club Colectiv, donde decenas de asistentes a un concierto perecieron en el incendio.

    Para entender los problemas que intentaba resolver, Code for Romania puso en marcha durante ocho años Civic Labs, el mayor programa de investigación de la historia reciente de Rumanía, en el que se analizaron 37 grandes problemas en cinco áreas clave: educación, medio ambiente, grupos vulnerables, salud y participación ciudadana. El resultado son más de 400 soluciones digitales necesarias para Rumanía, y Code for Romania ya ha construido 70 de ellas.

    Bogdan Ivănel:

    «Nuestra ambición siempre ha sido construir todas las infraestructuras que Rumanía necesita desde el punto de vista digital. Cuando decimos que estamos digitalizando Rumanía, no pensamos sólo en los servicios públicos, en la ANAF, pensamos en todo el ámbito social donde hay una gran necesidad de estas cosas. Pondré un ejemplo de tecnología utilizada para el bien de la sociedad: un sistema de gestión de casos para las víctimas de la violencia doméstica. Para que las ONGs, para que los refugios que rescatan y ayudan a las víctimas de violencia doméstica puedan coordinarse entre sí, saber cuántas camas están disponibles, cuántos psicólogos tienen disponibles, cuántos abogados para acompañar a las víctimas al Instituto de Medicina Legal, a la Sala de Guardia, donde sean necesarios.»

    En 2022, Code for Romania diseñó la plataforma Dopohoma, el sistema a través del cual el Estado rumano distribuyó alojamiento y ayuda a los refugiados ucranianos. La plataforma informática llamó rápidamente la atención de los medios de comunicación y las organizaciones internacionales, y el proyecto fue premiado en el Foro de la Paz de París y en Estados Unidos. El siguiente paso se dio en 2023, cuando nació Commit Global, la versión global de Code for Romania, la primera ONG creada por rumanos con impacto internacional.

    De nuevo, Bogdan Ivănel:

     «Muy pronto nos dimos cuenta de que estas herramientas que estábamos construyendo en Rumanía eran necesarias en muchos otros lugares del mundo. Muchas organizaciones de otras partes del mundo y Gobiernos se pusieron en contacto con nosotros para decirnos: “Nosotros también necesitamos este instrumento que habéis creado”. Pero nosotros no teníamos capacidad para hacerlo. Porque éramos pocos y porque nuestra misión, al fin y al cabo, es Rumanía. Y nos dimos cuenta de que las necesidades son las mismas, el 90% de las necesidades son las mismas en todo el mundo. Un terremoto o una inundación son iguales en México, Turquía, China o Rumanía. Las cosas que necesitamos después de un terremoto son las mismas, hablemos el idioma que hablemos. Conseguimos convencer a Gobiernos de todo el mundo, obtuvimos el apoyo de la ciudad de La Haya y ahora nuestra sede mundial está en La Haya y todo un equipo de rumanos trabaja desde allí. Recibimos apoyo del Gobierno alemán, que es nuestro socio estratégico y al que conseguimos convencer. Hemos conseguido abrir puertas en todo el mundo. Nos han recibido en la Casa Blanca, hemos hablado con el Gobierno suizo, el Gobierno sueco, el Gobierno británico, para incorporarlos a esta coalición de Estados y donantes que hará posible esto: una infraestructura global a la que cualquier organización que haga el bien pueda conectarse y no tengamos que construir las mismas cosas una y otra vez, gastando mucho dinero.»

    La idea era que si la organización está construyendo una tecnología para ayudar después de un terremoto, para ayudar a las mujeres embarazadas, para ayudar a combatir la violencia doméstica, por qué no ir a otros países del mundo y la propuesta con la que llegamos a la mesa global fue que tenemos una gran emergencia global, tenemos muchas crisis que no hacen más que multiplicarse cada día, dice Bogdan Ivănel. Y añade que, para ser resistentes ante estas crisis, tenemos que dotar a las organizaciones que salvan nuestras vidas de la tecnología que necesitan para ser más rápidas y coordinadas.

     

  • Vulnerabilidades del ciberespacio

    Vulnerabilidades del ciberespacio

    Más de 8,5 millones de ordenadores con software Windows se vieron afectados por el mayor apagón de Internet del mundo en julio de este año. Las cifras convierten al incidente en el mayor ciberataque, superando todos los ataques y sucesos anteriores. Fue un glitch, un fallo informático, pero tuvo efectos muy similares a los de un ciberataque: provocó la interrupción de servicios, ordenadores con sistema operativo Windows que no funcionaban y no arrancaban, graves trastornos en los servidores que funcionaban en el entorno virtual. Dan Cîmpean, Director General de la Dirección Nacional de Ciberseguridad:

    «Esto nos muestra, por un lado, lo dependientes que nos hemos vuelto, como economía, como sociedad, como usuarios, de los diversos componentes de software que se ejecutan en los dispositivos que utilizamos en nuestra vida cotidiana. Así que cada vez es más complejo, muy sofisticado, y tenemos que estar preparados, como usuarios, como profesionales de las TI, como profesionales de la ciberseguridad, para estar preparados para este tipo de incidentes, de nuevo, cibernéticos en este caso, no un ciberataque, incidentes que pueden ocurrir en el futuro».

    Dan Cîmpean señala que «el nivel de complejidad está aumentando de forma absolutamente espectacular. Entendemos, como usuarios o como responsables de ciberseguridad, cada vez más difícil comprender los datos clave sobre estas tecnologías, su arquitectura, sus componentes, sus vulnerabilidades. Eso supone, de hecho, un esfuerzo absolutamente espectacular o un aumento sostenido del esfuerzo para poder gestionar todos los riesgos asociados a las nuevas tecnologías».

    Por eso recomienda a todas las organizaciones que asignen presupuestos a la ciberseguridad. Porque, como afirma, «la ciberseguridad tiene un precio que no es en absoluto pequeño, pero sigue siendo mucho menor que el coste de solucionar un incidente cibernético que afecte a una organización u otra». La explotación de vulnerabilidades de software implica que los atacantes utilicen puntos débiles o fallos de un programa o sistema operativo para obtener acceso no autorizado a recursos, comprometer datos o tomar el control de un sistema. Los atacantes pueden aprovechar las vulnerabilidades para instalar programas maliciosos, extraer datos confidenciales o interrumpir el funcionamiento normal de un sistema. Los riesgos existen incluso después de un incidente cibernético. De nuevo, el Director General de la Dirección Nacional de Ciberseguridad:

    «Uno de los riesgos es que los actores maliciosos crean sitios, crean sitios que parecen ser una fuente creíble de soluciones, por lo que podría ser una empresa u otra, invitando a los usuarios a descargar programas que parecen resolver el problema, pero en realidad podría estar desplegando software malicioso, creando problemas totalmente diferentes. Por eso es muy, muy importante que cualquier usuario, cualquier equipo informático, sólo obtenga sus soluciones e información de los sitios web legítimos de los fabricantes de tecnología implicados».  

    Tenemos una guerra fronteriza híbrida, que ha cambiado de manera fundamental y muy brutal muchos aspectos de la cibernética, dice Dan Cîmpean: es una guerra total, algo así como 160 grupos pro-Ucrania contra 60-70 grupos pro-Rusia, lanzando cualquier cosa en todas direcciones. No hay fronteras en el ciberespacio, los atacantes se dirigen a activos, servidores, portátiles, routers, etc. Con la guerra, las capacidades se han desarrollado de forma absolutamente espectacular en ambos bandos.

    El director general de la Dirección Nacional de Ciberseguridad sigue explicando: «por ejemplo, en Ucrania de 70 personas especializadas que había antes de la guerra, se ha pasado a 3.200 y tienen alrededor de 3.000 contratistas más, examinados y validados, que se dedican únicamente a operaciones cibernéticas. La ciberpolicía ucraniana ha pasado de 430 a 14.400 efectivos. Se trata de aumentos absolutamente fenomenales en el número de expertos y personas que se ocupan de este tema. El gran problema que tenemos es que no hay fronteras en el ciberespacio, todo está a un clic y es muy fácil lanzar una operación».

    Según Dan Cîmpean, «actualmente, en Rumanía, cerca del 80% de los problemas detectados están relacionados con la ciberdelincuencia. Hay grupos motivados fundamentalmente por el beneficio económico, que quieren robar datos, cifrarlos, pedir un rescate, realizar todo tipo de chantajes, obtener accesos no autorizados, venderlos, monetizar este tipo de acciones. Es lo que hemos estado viendo en los últimos 3-4 años, continúa como tendencia, y probablemente va a continuar en el futuro inmediato como el principal problema al que nos vamos a enfrentar».

    ¿Qué hacer en caso de incidente cibernético? En primer lugar, cuando se haya producido un incidente de cualquier tipo, hay que identificar rápidamente la causa del mismo, afirma Dan Cîmpean, que también esboza los pasos que deben seguir aquellos cuyos sistemas se hayan visto afectados:

    «El primero y el primer paso, obviamente, tienen que dirigirse a su propio equipo informático, es decir, a los especialistas de su propia organización, que son personas que conocen su propia infraestructura, con las partes buenas y las reales de la misma, con las características específicas y la arquitectura, ellos están en el primer paso. Un segundo lugar donde podemos obtener información y donde podemos acudir, obviamente, es el fabricante del software en cuestión, que es la organización que mejor conoce las características técnicas de ese software. Y en tercer lugar, podría decir, son las autoridades competentes a nivel nacional o las organizaciones internacionales que publican soluciones de este tipo».

    Y cuando se trata de digitalización y ciberseguridad, afirma Dan Cîmpean, la responsabilidad debe ser colectiva.

    Versión en español: Antonio Madrid