Tag: personalidad

  • Club cultura: El proyecto BESTIAR

    Club cultura: El proyecto BESTIAR

    El proyecto abre la discusión sobre la preocupante tensión entre la necesidad de individualidad de los adolescentes y la presión de conformismo que ejerce la sociedad y el entorno en línea, las redes sociales. Anca Spiridon, relaciones públicas en el ámbito de la cultura, nos habla sobre las fuentes de inspiración para el proyecto:

    «La fuente de inspiración para la obra y, posteriormente, para el espectáculo Bestiar, la producción más reciente de Vanner Collective, fueron los retos de los jóvenes de hoy en día, especialmente en lo que concierne a su presencia en las redes sociales, la presión que ejercen los modelos de comportamiento, la apariencia física y el éxito que proponen. Y así, los jóvenes, como decía, se sienten presionados a conformarse con puntos de referencia que no son ni suyos, que son particularmente arbitrarios y rígidos y que no les permiten expresar ni su individualidad, ni su personalidad, ni su autenticidad, sino más bien entrar en una zona de conformismo. Hoy en día, me parece obvio que la tensión entre la necesidad de expresión de las personas de todas las edades, pero especialmente de los jóvenes, y la presión para alinearse con ciertos estándares se siente mucho en el entorno en línea y en las redes sociales, que promueven algunos modelos de comportamiento, apariencia física, éxito, que no son nuestros, ni de todos nosotros. Y, en modo particular, queríamos abordar la presencia en línea y los riesgos que conlleva».

    Anca Spiridon nos explica por qué Vanner Collective eligió este tema:

    «El equipo de Vanner consideró necesario abrir este debate, como yo suelo abrir debates difíciles en los proyectos que propongo, para mostrar al público, especialmente a los más jóvenes, que todos nos hemos enfrentado en algún momento a presiones sociales, independientemente de las elecciones que hayamos tenido que hacer. Ya sea la universidad a la que vamos a asistir, la carrera en la que perseveramos, un estilo de vida, la forma en que nos vemos y nuestras elecciones en general. A través de este proyecto, de este espectáculo Bestiar, quisimos crear un espacio seguro donde puedan expresarse, puedan ver que no están solos y, por qué no, sentirse más cómodos expresando su individualidad».

    ¿Cómo surgió el proyecto Bestiar? ¿Qué métodos de búsqueda y expresión artística utilizaron en el proyecto? Anca Spiridon, relaciones públicas en el ámbito cultural, nos lo cuenta todo:

    «Durante el proyecto realizamos una serie de talleres y grupos de enfoque con adolescentes y jóvenes, y de alguna manera la retroalimentación que recibimos de ellos fue que, efectivamente, la sociedad parece estar pidiéndoles bastante conformismo. Tienen la impresión de que son más fáciles de gestionar, que es mejor ser dóciles que expresar su opinión, su personalidad. Y eso reforzó nuestra convicción de que hemos abierto un buen debate y de que podemos ofrecer un contexto en el que se pueda expresar la individualidad. Utilizamos la metáfora de los animales sacrificados, del autosacrificio de la personalidad, precisamente como punto de partida para explorar los estereotipos y el conformismo. El equipo de Vanner partió de la idea de que cuando uno se conforma, pierde una parte de sí mismo, pierde lo que podría llegar a ser. Pierde la tribu, el grupo al que realmente pertenece cuando le dicen que se conforme a normas y estándares».

    Al final de nuestro debate, Anca Spiridon nos habla del espectáculo teatral Bestiar, espectáculo que representa la finalidad de todo el proyecto:

    «El espectáculo Bestiar se basa en un nuevo texto dramático, escrito por Raluca Mănescu y Denisa Nicolae, cofundadora de Vanner Colective. Denis Nicolae también se encarga del concepto y la dirección escénica y el equipo está formado por antiguos colaboradores de Vanner Colective, pero el elenco de actores que se verá en Bestiar son todos actores muy jóvenes A través de Bestiar, el equipo de Vanner Colective quiso acercarse a los jóvenes, hablar de sus problemas específicos y entablar un diálogo sostenido con ellos. También se propuso presentar sus desafíos al público, que tal vez no haya pasado por ellos, no los haya vivido en la forma en que los viven hoy en día, con toda la presión de las redes sociales, o quizá no los recuerde: padres, profesores, amigos».

    Versión en español: Mihaela Stoian

  • La guerra de la información, cada vez más sofisticada

    La guerra de la información, cada vez más sofisticada

    «Nos encontramos en un contexto tectónico, en el que además se avecina un año electoral. El conflicto que nos rodea nos obliga a tomar medidas de precaución en caso de un desarrollo inesperado». La valoración pertenece al profesor universitario Iulian Chifu, experto en seguridad y relaciones internacionales, que hizo un análisis del contexto geoestratégico en Radio Rumanía, en el que también habló de la guerra de la información.

     

    Debido a que las guerras ya no se libran solo en el frente de batalla clásico, en el plano físico, sino cada vez más en el plano informativo, los enfrentamientos de los ejércitos modernos tienen lugar predominantemente en el plano de la inteligencia y la psique humana. Componente de la guerra híbrida, pero también instrumento por derecho propio, «la guerra informativa es la creación de realidades alternativas pervirtiendo la verdad objetiva ‒basada en datos, hechos y argumentos contundentes‒ y tergiversándola mediante una combinación de elementos, hechos y trozos de verdad seleccionados, interpretados, combinados con razonamientos alterados mediante el uso de silogismos, sofismas, propaganda, interpretación forzada, todo ello relleno de una multitud de mentiras», explicaba, hace algún tiempo, en un análisis realizado para el periódico Adevărul, el profesor Iulian Chifu.

     

    El objetivo general y principal de la guerra de información es determinar, controlar o al menos alterar las decisiones estratégicas, de política exterior, seguridad y defensa, pervertir o dificultar los instrumentos destinados al componente militar de un Estado, y las herramientas utilizadas, dice el analista, son una combinación de narrativas, ideas alternativas, sembrar dudas, promover y validar lo más creíble posible mentiras que entran en el subconsciente como percepciones de la verdad, interpretaciones exageradas y dirigidas, exageraciones, manipulación, desinformación. ¿Están preparados los rumanos para la guerra de la información? El profesor universitario Iulian Chifu:

     

    «Hicimos una evaluación, hace relativamente poco, de la situación de la guerra de la información. En primer lugar, hay que dejar muy claro que este debate sobre las fake news, sobre las falsedades, sobre las distorsiones, sobre la desinformación en el entorno público ha marcado una gran diferencia. El rumano medio conoce muy bien y puede reaccionar correctamente ante este tipo de influencias, sospecha, sabe que puede ser una falsificación, mira dos veces de dónde vienen las noticias, hace preguntas; estamos hablando del rumano medio. Porque la conjetura del espacio público actual de los medios sociales nos dice que hay dos componentes. El primero es que hay audiencia para la más horrible de las mentiras, la más obvia de las mentiras, y eso tiene audiencia. La segunda conjetura es que cualquiera, incluso el individuo mejor preparado, puede ser víctima de noticias falsas, es más, con su propia legitimidad puede multiplicarlas, creyéndolas verdaderas. ¿Por qué? Porque el espacio informativo se ha enriquecido tanto que no tienes tiempo de comprobar, de documentar cada cosa que lees, que ha pasado ante tus ojos, de la que te has enterado en diferentes coyunturas, y tiendes a hacer esta multiplicación».

     

    La guerra de la información utiliza tres niveles de acción distintos, explica Iulian Chifu: el primer componente se refiere a la alteración del espacio público de un objetivo, implicando en el ámbito mediático, Internet y las redes sociales, pero también en otros niveles más sutiles, una inyección de propaganda, manipulación y desinformación difícil de probar. El segundo elemento, el lobbying, las Relaciones Públicas, si hablamos de una empresa o una personalidad, o la diplomacia pública, si hablamos de un Estado. Aquí, el dinero se utiliza para conseguir personas creíbles que defiendan las tesis expuestas por el pagador con el objetivo de influir en los responsables de la toma de decisiones a través de ideas puestas en la palestra pública. El tercer nivel está relacionado con las operaciones psicológicas elaboradas, en las que cuenta la información difundida, pero sobre todo el efecto creado por la información en el público objetivo. Se trata del nacimiento y creación o acentuación de temores, de la creación de emociones colectivas, de la preparación del público para reaccionar ante futuros acontecimientos con una fórmula dirigida, preparada y previamente sopesada. ¿Hasta qué punto ha avanzado la guerra de la información? De nuevo, el profesor universitario Iulian Chifu:

     

    «Ya hemos llegado a la sexta generación de guerra de información. Las tres primeras iban dirigidas como grupo, a grupos en su conjunto, sin refinar, las tres últimas ya van dirigidas individualmente, según tipologías, preferencias, pero individualmente, son temas preparados. Las dos últimas, la quinta y la sexta generación, ya se relacionan con la cognición, con el conocimiento, ya se relacionan con valores, con cosas fundamentales. La quinta generación, por ejemplo, tiene la capacidad de hacer que un hombre, un individuo que es el objetivo, no crea en sus propios sentidos, en la vista, en el oído, acaba a partir de esta guerra de información no confiando en la percepción directa de los sentidos. La sexta generación es el famoso hackeo de las mentes, es decir, hackear las mentes, hackear los mecanismos del pensamiento, alterar o dirigir el pensamiento de un individuo. Aquí los objetivos son individuales, las construcciones son individuales. Por supuesto, la sexta generación solo está formulada teóricamente. Putin pidió a sus estructuras de Inteligencia a principios de 2022 que crearan un arma en esta dirección, y el pensador Yuval Harari afirma que ya existe. Hasta el momento no tenemos datos de que exista una herramienta operativa de este tipo, pero, insisto en esto, la instrumentación en la guerra de la información es cada vez más sofisticada y nuestra capacidad para discernirla y enfrentarnos a ella cuando nos convertimos en objetivos es cada vez menor».

     

    Sin embargo, el mundo ha inventado fórmulas de reacción, explica el experto en seguridad y relaciones internacionales Iulian Chifu. Incluso en Rumanía hay un área de seguridad de la que se encargan los servicios de inteligencia, el área de seguridad tiene las herramientas necesarias, concluye.