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  • Declaraciones en el Día Nacional

    Declaraciones en el Día Nacional

    Los rumanos celebraron el Día Nacional el domingo 1 de diciembre, conmemorando el 106º aniversario de la puesta bajo la autoridad de Bucarest de todas las provincias en las que los rumanos son mayoría. Así pues, el 1 de diciembre de 1918 marca el establecimiento del Estado nacional rumano unitario. Al final de la Primera Guerra Mundial, todas las provincias habitadas mayoritariamente por rumanos, que antes habían estado bajo la autoridad de los imperios austrohúngaro y zarista –Transilvania, Banato, Bucovina y Besarabia– pasaron a formar parte del Reino de Rumanía.

    El presidente Klaus Iohannis, que ofreció su última recepción del Día Nacional como jefe de Estado, envió un mensaje de unidad y solidaridad para superar las crisis y avanzar con dignidad. En su opinión, el pueblo rumano es fuerte y apegado a los valores democráticos y seguirá defendiéndolos. Klaus Iohannis instó a los rumanos a mirar hacia atrás con gratitud por los sacrificios y la lucha por la unidad y la soberanía, pero también hacia adelante, hacia el futuro que debe construirse con sabiduría. Klaus Iohannis:

    «El 1 de diciembre de 1918, nuestros antepasados consiguieron hacer realidad su sueño de tener un solo país, logrando la Gran Unión en Alba Iulia. Desde entonces, hemos vivido guerras, dictaduras, revoluciones, graves crisis sanitarias y económicas. Gracias al espíritu de unidad y solidaridad demostrado ante los objetivos comunes, siempre hemos conseguido superar estas crisis, adaptarnos y levantarnos más fuertes que antes».

    Por su parte, el primer ministro Marcel Ciolacu afirmó que la Fiesta Nacional de este año es más importante que nunca, subrayando la necesidad de un Parlamento que «mantenga las cosas bajo control» para no deslizarse «por una pendiente peligrosa. Este 1 de diciembre se trata de elegir entre la estabilidad y el caos, entre el desarrollo y la austeridad», declaró el primer ministro Ciolacu. Según él, es necesario un equilibrio para preservar la orientación proeuropea de Rumanía, para que continúen las inversiones con fondos europeos y para que los ciudadanos conserven sus puestos de trabajo y sus pensiones.

    El presidente del Senado, Nicolae Ciucă, también destacó en un mensaje del Día Nacional el deber de anteponer la estabilidad, el diálogo y el respeto a los ciudadanos, en el contexto del actual periodo marcado por retos y decisiones importantes. «Es un momento en el que recordamos los sacrificios de nuestros antepasados, que sentaron las bases de un Estado unido y soberano, pero también la responsabilidad que tenemos de continuar con este legado», dijo el presidente del Senado, haciendo un llamamiento a la unidad.

    «Quiero que este día nos reúna, independientemente de nuestras diferencias de opinión, en torno a los valores que nos definen como nación: unidad, solidaridad y fe en un futuro mejor. Rumanía tiene los recursos y el potencial para crecer, pero esto requiere trabajo duro, honestidad y coraje», subrayó Nicolae Ciucă.

  • La miscelánea: Día de los Difuntos en Rumanía – misticismo y tradiciones

    La miscelánea: Día de los Difuntos en Rumanía – misticismo y tradiciones

    Comenzamos recordando que, alrededor del mundo, muchas culturas tienen sus propias formas de rendir homenaje a los difuntos. Sin embargo, en Rumanía, estas tradiciones tienen un matiz único, una mezcla fascinante de costumbres cristianas ortodoxas y antiguos ritos precristianos. Rumanía es predominantemente ortodoxa, y la Iglesia juega un papel esencial en estas celebraciones. Una de las tradiciones más significativas es la de los “Moșii de toamnă”, o “Abuelos de otoño”. Se trata de una serie de sábados dedicados a recordar a los antepasados, donde las familias acuden a las iglesias y cementerios para realizar ofrendas y oraciones. Pero, ¿en qué consisten estas ofrendas? Las familias preparan comidas tradicionales como la colivă, un postre hecho de trigo cocido, miel y nueces, que simboliza la resurrección y la vida eterna. También ofrecen pan, vino y frutas, que son bendecidos por el sacerdote antes de ser distribuidos entre los asistentes y, simbólicamente, compartidos con los difuntos.

    En los días previos, es común ver a las familias en los mercados comprando flores y velas. La luz juega un papel fundamental en estas tradiciones. Se encienden velas en las tumbas y en las ventanas de las casas para iluminar el camino de las almas que regresan a visitar a sus seres queridos. Es una forma de guiar y honrar a aquellos que ya no están en el mundo de los vivos. Pero las tradiciones rumanas van más allá de lo visible.

    Existen numerosas leyendas y mitos que enriquecen esta celebración. Se dice que durante este período, el velo entre los mundos es más delgado, permitiendo que los espíritus transiten libremente. Aquí es donde aparecen figuras como el “vâlva”, espíritus protectores de la naturaleza y los hogares, que pueden ser benevolentes o traviesos. Y, por supuesto, no podemos hablar de Rumanía sin mencionar su conexión con las leyendas de vampiros y la figura de Drácula. Aunque el conde Drácula es una creación literaria, está inspirado en el personaje histórico de Vlad Țepeș, también conocido como Vlad el Empalador. Si bien estas historias son más propias del folclore y el turismo, reflejan ese halo de misterio que envuelve a las tradiciones rumanas sobre la vida y la muerte.

    A continuación exploraremos las tradiciones únicas del Día de los Difuntos en diferentes regiones de Rumanía. Cada zona tiene costumbres específicas que reflejan la rica herencia cultural de nuestro país. Desde los habitantes de Oltenia, en el sur del país, hasta los transilvanos del centro, cada comunidad mantiene vivas las memorias de sus seres queridos de una manera especial. En Oltenia, el Día de los Difuntos es una celebración de carácter profundamente espiritual. La gente suele ir al cementerio unos días antes del día dedicado a los muertos para limpiar las tumbas y adornarlas con flores, especialmente crisantemos, que simbolizan la memoria. En la noche anterior al Día de los Difuntos, es costumbre que las familias preparen una mesa con platos tradicionales, como sarmale, coliva y cozonaci.  Un aspecto interesante es que, en algunas localidades, se organizan procesiones en el cementerio, donde se cantan himnos religiosos y se encienden velas, creando un ambiente solemne y lleno de respeto.

    En Transilvania, las costumbres relacionadas con el Día de los Difuntos son igualmente variadas. Aquí, en algunos pueblos, existe la tradición de llenar las tumbas con heno o flores silvestres, simbolizando un lugar de descanso placentero para las almas de los fallecidos. Los transilvanos también tienen una serie de rituales específicos, como encender velas en las tumbas como símbolo de la luz que guía las almas en el más allá. Además, la coliva juega un papel importante, siendo preparada con mucho cuidado. En algunas zonas, hay la costumbre de reunir la coliva en un solo lugar, donde se lleva a cabo un pequeño servicio religioso, y luego se reparte entre los asistentes. Este acto simboliza la comunión entre los vivos y los muertos.

    En Moldavia, región ubicada en el este de Rumanía, el Día de los Difuntos se marca con una serie de costumbres que reflejan el devoto recuerdo hacia los que han partido. Los moldavos suelen recordar a los muertos organizando mesas festivas en las que se sirve coliva, vino y platos tradicionales. Estas comidas se preparan en honor a los que han pasado a la otra vida y son una ocasión para que las familias se reúnan. Otro hábito específico de Moldavia es encender velas no solo en el cementerio, sino también en casa, para crear un ambiente de tranquilidad y llamar a las almas a regresar en medio de la familia. Además, se cree que en la noche anterior al Día de los Difuntos, las almas regresan a casa, por lo que las familias preparan lugares especiales para ellas. Así, observamos que, aunque existen diferencias entre las tradiciones regionales de Rumanía, todas ellas tienen en común un profundo respeto y un amor incondicional por aquellos que nos han dejado. Ya sea en Oltenia, Transilvania o Moldavia, los rumanos mantienen vivas las memorias a través de rituales que refuerzan los lazos familiares y comunitarios.

    El Día de los Difuntos nos recuerda la fragilidad de la vida, pero también la belleza de los recuerdos que guardamos en nuestros corazones.