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  • Gaceta de Matemáticas

    Gaceta de Matemáticas

    Los cinco fundadores fueron los ingenieros Victor Balaban, Vasile Cristescu, Ion Ionescu, Mihail Roco e Ioan Zottu. Después de la muerte prematura de Balaban, el grupo cooptó a la matemática Constanța Pompilian. Pronto, los ingenieros Tancred Constantinescu, Emanoil Davidescu, Mauriciu Kinbaum y Nicolae Niculescu y los matemáticos Andrei Ioachimescu y Gheorghe Țiţeca también se unieron a este primer grupo.

    En sus 129 años de publicación ininterrumpida, Gaceta de Matemáticas ha sido el ágora en la que se han expresado los mejores matemáticos, investigadores, profesores, ingenieros, economistas, estudiantes y alumnos rumanos y otros amantes del campo. Además, en las páginas de la revista también hay nombres de matemáticos extranjeros. Gaceta de Matemáticas educó a generaciones de entusiastas y organizó competiciones. Al principio, la revista apareció en 16 páginas y con una tirada de 144 ejemplares que se vendían por suscripción. Luego, el número de compradores creció, alcanzando su mayor tirada en los años 80, cuando una edición llegaba a los 120 mil ejemplares.

    Con esta tradición, la revista Gaceta de Matemáticas es también una fuente de investigación sobre la evolución de la educación en Rumanía. El matemático y escritor Bogdan Suceavă señala la riqueza que la Gaceta ofrece en este sentido.

    «El hecho de que haya una base de datos en la que hay muchos problemas, durante 129 años, significa que se pueden mirar varias capas históricas, diferentes formas de pensar sobre la educación, diferentes maneras de encontrar problemas apropiados para un cierto rango de edad. Estos modelos se encuentran en la Gaceta. Durante más de un siglo, ha habido suficientes ejemplos, se han probado bastantes estrategias y, de esta manera, hemos visto cómo responde una población interesante. El hecho de que tengamos tantos ejemplos, tantas formas de pensar sobre la Gaceta, nos permitirá ver cómo esta experiencia es de interés en un marco más amplio».

    En su larga historia, que continúa hoy en día, la Gaceta de Matemáticas ha tenido altos estándares y ha fomentado permanentemente el pensamiento creativo. Bogdan Suceavă recuerda semejante episodio de pensamiento original:

    «Un caso interesante fue el de Sebastian Kaufman, que olvidó algunas fórmulas de trigonometría en el examen oral. Fue criticado en el editorial, no se le podía dejar. No hay problema, Kaufman aprende trigonometría y termina haciendo investigación utilizando técnicas que tienen que ver con coordenadas polares. Su obra aparece unos meses antes de que Rumanía entrara en la Primera Guerra Mundial. ¿De qué se trataba? Así como tenemos la fuerza del punto con respecto al círculo, que es un concepto introducido por Jakob Steiner en 1826, podemos tener la fuerza del punto con respecto a una curva algebraica plana. Propone que se escriba con coordenadas polares y vamos a ver qué pasa. Fue una obra extraordinaria escrita por un destacado estudiante de secundaria. Este era el ambiente de la Gaceta. Se está preparando para la competición, para el concurso de la Gaceta, se está reuniendo con los evaluadores, está lejos de ser perfecto. Se le critica y mejora y a partir de este entorno aparece algo creativo. El mismo problema de Kaufman se estudiaría después de la Segunda Guerra Mundial, y en otras referencias no creo que encontremos nada más publicado antes de 1956. El hecho de que un estudiante de secundaria estuviera haciendo algo así en Bucarest es notable».

    El nombre de Gaceta de Matemáticas también está vinculado a la Olimpiada Internacional de Matemáticas, una prestigiosa competición. Rumanía ha participado en todas las ediciones hasta ahora y ha ganado 78 oros, 146 platas, 45 bronces y 6 menciones. Por lo tanto, ocupa el sexto lugar en el ranking de todos los tiempos. Rumanía ha acogido 6 ediciones, en 1959, 1960, 1969, 1978, 1999 y 2018. A continuación, Bogdan Suceavă:

    «La iniciativa de las Olimpiadas Internacionales perteneció a la Sociedad Rumana de Ciencias Matemáticas y Físicas, las discusiones tuvieron lugar entre 1956 y 1959. La primera edición fue en el año 1959. En ese momento, el presidente de la sociedad era Grigore Moisil, los vicepresidentes eran Caius Iacob y Nicolae Teodorescu. Esto sucedió durante ese período y, desde el punto de vista político, en aquel entonces no era fácil organizar un evento internacional, había varias limitaciones. La primera de ellas era obtener todas las aprobaciones necesarias. La segunda eran los contactos internacionales y el nivel de prestigio para iniciar un proyecto internacional de tal envergadura. Su generación tuvo como modelo el concurso Gaceta y si comparamos el formato, inicialmente esta era la idea: no se les daban muchos problemas para resolver en muy poco tiempo, sino problemas que requerían mucho tiempo de reflexión, aproximadamente una hora y media por problema. Esta era la idea inicial y era muy similar a lo que se había intentado antes».

    La Gaceta de Matematicas es la publicación de referencia de los matemáticos rumanos, de la escuela rumana de matemáticas. Es matemática, pero también es educación, historia, mentalidad colectiva, relevo generacional. Y, sobre todo, es una tradición que continúa.

    Versión en español: Mihaela Stoian

  • El humor rumano antes de 1989

    El humor rumano antes de 1989

    A los regímenes políticos dictatoriales, autoritarios y antiliberales no les gusta el humor porque es una manifestación de la libertad personal del individuo, de la creatividad del espíritu humano y del estado natural de la sociedad. El sarcasmo, la farsa, la ironía y otras formas lúdicas de ver el mundo que lo rodeaba fueron severamente castigadas por las dictaduras. Aunque el régimen comunista llevó la forma de ver la sociedad humana a las cotas más altas del absurdo, fue la fuente de las fórmulas más ingeniosas de diversión. La diversidad del humor en tiempos que no generaban sólo buen humor demuestra que los individuos querían hacer más tolerable la existencia social. En Rumanía, como en todas partes en el campo socialista, el humor en los años de la dictadura comunista estaba estrechamente ligado al régimen político, al culto a la personalidad del líder, a la precaria situación económica, a la violación de los derechos y libertades, a un futuro cada vez más oscuro, sin perspectivas de mejora.

     

    El poeta, periodista y humorista Ioan T. Morar fue uno de los que se enfrentó a la censura antes de 1989 en un intento de hacer su trabajo lo mejor posible. Escribió sobre el humor y lo estudió.

     

    «La definición del humor de Henri Bergson dice que el humor es algo mecánico colocado en nuestras vidas. Tengo otra definición interesante del humor que pertenece a Nicolae Ceaușescu: “usa el arma del humor, satiriza los defectos que se manifiestan en la sociedad y en las personas, haz de tu arte un instrumento para la mejora continua de la sociedad y del hombre, de afirmar la justicia y la equidad social de la forma socialista y comunista de trabajar y vivir”. Esto es lo que Ceaușescu vio en el humor, un arma que, afortunadamente, se volvió contra él tantas veces. Lo satirizaron y lo insultaron de muchas formas».

     

    El humor antes de 1989 se puede dividir, temporalmente, en dos períodos: el anterior a 1965, cuando por un chiste con una referencia política trivial el individuo que lo decía podía pasar duros años en prisión, y el posterior a 1965, que fue de gran inventiva y diversidad. El humor anterior a 1989 también se puede dividir en humor estatal, oficial y no oficial.

     

    El humor oficial también fue mencionado por Ioan T. Morar.

     

    «Los trabajadores tenían brigadas de agitación, competían entre sí y se burlaban de los que a su alrededor desobedecían las leyes y las normas. Una frase de una brigada de agitación que vi en la televisión decía: “Porque del trabajo sale la savia / La Asociación de construcción Deva”. O el humor tonto en los comerciales. Rumanía produjo dos tipos de aspiradoras, Practic e Ideal. Y el anuncio era así, para ambos: la aspiradora Practic es ideal y la aspiradora Ideal es práctica».

     

    El humor de Estado, el permitido, se incluye también en la revista Urzica, que sin embargo fue una revista de éxito en aquellos años. Ioan T. Morar:

     

    «Estaba la revista Urzica donde se reían de los camareros, las suegras, los barberos, los calvos. Creyendo que Ceaușescu nunca moriría, quise llegar a la revista Urzica, yo trabajando en la revista Vida de estudiante en aquel entonces. En la revista Urzica, Ceaușescu nunca estuvo en la portada y nunca se escribió sobre él. Alguien intentó una vez escribir un texto sobre el 40º aniversario del nuevo humor rumano. Y le dijeron: camarada, eso no es lo que hacemos».

     

    Los casos de las brigadas artísticas estudiantiles, cuyo funcionamiento era permitido por las direcciones universitarias, eran aquellos en los que el humor se dirigía de manera ambigua. Los significados, los gestos de quienes subían al escenario y la entonación en las voces hacían que los chistes aparentemente inofensivos tuvieran una carga política. Y los chistes políticos directos eran el humor no oficial por excelencia. Ioan T. Morar:

     

    «De la categoría prohibida de chistes y humor estaban los chistes políticos, aunque tal vez a veces algunos chistes eran para poner a prueba a los grupos. Los chistes eran formas de establecer conexiones, a menudo eran un código. Contábamos chistes comprobando nuestro entorno porque a menudo se relacionaba con si te reías de los chistes o contabas chistes».

     

    Antes de 1989, el humor rumano no oficial también tenía un héroe colectivo: Bulă (el equivalente a Jaimito en España). No se sabe quién lo inventó, pero a través de lo que vivió, el universo de Bulă solo podía ser la Rumania de la década de 1980. Ioan T. Morar:

     

    «Lo que salvó al pueblo rumano, porque la risa es un salvador, fue este sentido del humor, la capacidad de producir chistes, de hacer válvulas para reducir la tensión que todos hemos experimentado. Bulă fue uno de nuestros salvadores psíquicos, el personaje Bulă, que desapareció después de la Revolución. ¿Quién más está haciendo chistes de Bulă hoy en día? ¿Quién es Bulă, de dónde viene? Creo que Bulă fue uno de los que resolvió todos los problemas, pero también es un pensador, es el tonto del sistema, es el que sufre, que no entiende las realidades».

     

    El humor rumano antes de 1989 era uno que solo puede entenderse en relación con aquel período. Para las generaciones futuras, necesitará explicaciones históricas.

     

    Versión en español: Mihaela Stoian

  • Pro Memoria: De la historia de la prensa femenina en Rumanía

    Pro Memoria: De la historia de la prensa femenina en Rumanía

    Los derechos y libertades del individuo, enunciados desde el siglo XVIII, han puesto en su centro la promoción de la igualdad, más allá de cualquier criterio de religión, raza, etnia y género. La emancipación de la mujer ha sido un tema que ha atraído cada vez más adeptos desde la segunda mitad del siglo XIX, y el socialismo y el feminismo tenían como objetivo abogar más por los derechos de la mujer en una sociedad moderna. Los esfuerzos más insistentes se han hecho por los derechos salariales y políticos de las mujeres, siendo el derecho al voto una conquista que han tenido desde el siglo XX. Y la prensa también hizo campaña por la igualdad de derechos para las mujeres, convirtiéndose en uno de los medios más poderosos a través de los cuales se lograron los objetivos del movimiento feminista.

    En Rumanía también surgió la emancipación de la mujer y el feminismo en la segunda mitad del siglo XIX, y la lucha por los derechos se libró asimismo a través de la prensa. En todas las publicaciones solían aparecer artículos de diferentes tamaños y con diferentes temas de interés para las mujeres. Pero las revistas que asumieron el papel de la emancipación de la mujer comenzaron a tener una audiencia constante, y entre las que se comprometieron con el proyecto de emancipación de la mujer estaba la revista La mujer. Las revistas con la palabra mujer en sus títulos aparecieron a partir de 1868, La mujer. Diario no político fue la primera. Otras revistas como La mujer rumana, La mujer del pueblo, La mujer y el hogar, La mujer ortodoxa, La mujer elegante, La mujer del distrito de Dâmbovița, La mujer trabajadora surgieron durante períodos más o menos largos y, por el título, se podía adivinar su perfil. El período más largo de vigencia de una revista femenina fue entre 1946 y 1989, titulada La mujer, que sigue apareciendo aún hoy en día.

    Las revistas femeninas no solo las escribieron mujeres, como podría pensarse. Podría decirse que, por el contrario, las mujeres entraron más tarde en el mundo del periodismo defendiendo sus derechos. La socialdemócrata Elena Gugian fue una de ellas. En el año 2000, cuando el Centro de Historia Oral de la Radiodifusión Rumana la entrevistó, Gugian recordó que, a los 19 años, en 1944, cuando se afilió al Partido Socialdemócrata, su carrera había seguido los círculos obreros a los que había pertenecido y de los que se inspiraba para los textos que publicaba en la revista para la que trabajaba.

    «En las organizaciones del partido había muchas mujeres de las fábricas. Eran de APACA, en su mayoría mujeres, una fábrica de ropa. Eran de la fábrica de dulces Anghelescu, en la calle Şoseaua Viilor. Eran de la Fábrica de Flora, la fábrica de conservas, también de Şoseaua Viilor, de la Fábrica de Medicinas y de la Fábrica de Cigarrillos. Allí donde la mayoría de los empleados eran mujeres, teníamos organizaciones y nos reuníamos con ellas allí, en el trabajo. Me reunía con las mujeres, hablaba con ellas además de ser periodista, es decir, tomaba apuntes de lo que se discutía allí para la revista de la organización de mujeres, que se llamaba La mujer trabajadora».

     

    La revista La mujer trabajadora de la socialdemocracia rumana intentó implicarse mucho en los asuntos de las trabajadoras. Elena Gugian recuerda los primeros números de la revista y su renacimiento en la posguerra:
    «Con este nombre se conoce desde 1930, cuando apareció en un pequeño cartel, de 2-3 páginas, y desapareció con la desaparición de los partidos históricos, los partidos democráticos, en 1938. Reapareció en 1946, tomando el nombre de La mujer trabajadora y apareciendo como revista. En 32 páginas, al principio aparecía solo en blanco y negro, luego en rojo, luego en combinaciones de rojo y negro o rojo y azul, dependiendo de la tinta que pudiéramos encontrar en ese momento».

    Elena Gugian hacía trabajo de campo y estaba literalmente enamorada de su trabajo:

    «Yo, que era el miembro más joven del equipo, iba de un lado para otro con el reportero gráfico sacando fotos, informando y recopilando datos. Siendo la más joven, siempre iba de un lado a otro, incluso a los servicios de prensa de algunas legaciones o embajadas establecidas hasta entonces en Bucarest, donde obtenía fotos y artículos sobre mujeres socialdemócratas en sus países».

     

    Después de 1945, al final de la Segunda Guerra Mundial, había que reconstruir todo, había que reconstruir la paz especialmente. Y Elena Gugian y sus colegas participaron en el esfuerzo general.

    «Nos interesaban las mujeres por varias razones. Después de la guerra, muchas mujeres se encontraron de repente como cabezas de familia, con hijos que criar, porque sus maridos habían muerto en el campo de batalla o porque habían regresado de la guerra sin poder trabajar. Y entonces, las mujeres se vieron obligadas a buscar trabajo. La gran mayoría de ellas eran analfabetas. Y nuestra gran preocupación era ayudarlas organizando algunos cursos de alfabetización. Queríamos enseñarles a leer y escribir, al menos para que aprendieran a firmar en la nómina, si no más. Pero poco a poco, a algunas de ellas empezaron a gustarles, empezaron a leer y salieron adelante».

     

    De 1945 a 1948, la revista La mujer trabajadora siguió su misión y continuó militando por los grandes principios de la igualdad. Convertida en La mujer a partir de 1948, con la llegada del régimen comunista comenzó otro capítulo, el de la prensa propagandística en un régimen represivo.

     

    Versión en español: Mihaela Stoian