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  • Desde Rumanía hacia el mundo: La historia del Tren Real de Rumanía

    Desde Rumanía hacia el mundo: La historia del Tren Real de Rumanía

    Os contamos hoy, queridos amigos, la historia del Tren Real, que fue testigo de una parte importante de la historia de Rumanía, pasando por tres formas de gobierno: la monarquía, el comunismo y la democracia. El tren fue encargado por el rey Fernando I en 1926 a las fábricas Ernesto Breda Construzioni Meccaniche de Milán, para que él y la reina María pudieran realizar visitas de Estado a los países vecinos. El tren estuvo listo un año después de la muerte del rey Fernando y permaneció en uso para su familia.

    Los vagones fueron construidos en Milán en 1928, el tren fue utilizado durante una década por la familia real para viajes no solo a Sinaia, sino también a Săvârşin, y después de la Segunda Guerra Mundial se convirtió en un tren presidencial, y en 1955 tuvieron lugar en él las conversaciones entre Gheorghiu-Dej y Khrushchev, sobre el tema de la retirada de las tropas soviéticas del país.
    Con 97 años, el Tren Real Rumano es probablemente el tren real en funcionamiento más antiguo del mundo. Desde su puesta en marcha, el Tren Real de Rumanía ha recorrido miles de kilómetros, llevando los pasos de reyes y reinas, de la Familia Real, así como de líderes políticos rumanos, europeos y estadounidenses, de 1948 a 1989. La historia de Rumania incluye muchos momentos importantes que sucedieron o están relacionados con el Tren Real.

    El tren está compuesto por el vagón restaurante, el vagón del Rey, el vagón de la Reina, el vagón de invitados y el vagón de la Casa de Su Majestad el Rey. El Vagón Comedor es donde se celebraban las cenas oficiales y consta de un comedor, donde pueden sentarse a la mesa 24 personas, y un salón con 12 plazas.
    A lo largo del tiempo, cuatro generaciones de la Familia Real han viajado en el Tren Real: la reina María, el rey Carlos II, la reina Elena, el rey Miguel y Su Majestad Margarita.
    El Tren Real que actualmente utiliza la Familia Real entró en funcionamiento en 1928 y fue diseñado como medio de transporte para el Rey Fernando el Unificador y la Reina María, en sus numerosas visitas al territorio de la Gran Rumanía. Desde la década de 1870 hasta la de 1920, el rey Carlos I y el rey Fernando utilizaron otros dos conjuntos de trenes.

    El tren fue fabricado en Italia por encargo del Estado rumano, en las fábricas Ernesto Breda – Construzioni Meccaniche Milano, entre 1926 y 1928. Fue entregado a Rumanía y entró al servicio de la Casa Real un año después del fallecimiento del rey Fernando. El actual Tren Real llevó los pasos de la reina María, la reina Madre Elena y el rey Carlos II en diversas comunidades del país y en sus viajes al exterior, con motivo de visitas de Estado. El tren trajo a la Reina Madre Elena al país en 1940, cuando regresó del exilio.

    El rey Mihai viajó mucho en el Tren Real durante los años de la Segunda Guerra Mundial. El Rey Mihai y la Reina Madre visitaron Chisinau, viajando en el Tren Real. Fue el Tren Real el que transportó a la Familia Real en el trágico camino hacia el exilio en enero de 1948.
    A partir de 2012, partiendo de la estación de tren de Baneasa, el Tren Real fue utilizado periódicamente por SAR la princesa Margarita de Rumanía y por invitados rumanos y extranjeros de la Familia Real para realizar viajes simbólicos, que gozaron de amplia popularidad y participación pública, en las paradas de las estaciones.
    Actualmente, el Tren Real reanudó sus viajes, llevando a miembros de la Familia Real a ciudades de todo el país.

    El 15 de octubre de 2012, con motivo del 90 aniversario de la Coronación, los habitantes de Alba Iulia y las autoridades locales celebraron el acontecimiento recreando fielmente, paso a paso, la presencia de la Familia Real en la Estación de Tren de Alba Iulia, en la Catedral de la Coronación y en el Gran Salón de la Unión. Fue el primer viaje de la Familia Real en el Tren Real, después de 64 años de interrupción (el tren llevó al Rey Miguel I y a la Reina Madre Elena al exilio, del 3 al 6 de enero de 1948).

    El 1 de diciembre de 2013, el segundo viaje de la Familia Real incluyó las ciudades de Sinaia, Câmpina, Ploiești y Bucarest, como homenaje rendido en el Día de la Gran Unión al Rey Fernando I y a la Reina María. Un gran número de residentes de las ciudades visitadas y autoridades locales acudieron a la estación para saludar la presencia de la Familia Real y ver el Tren Real.

    En junio de 2014, la Familia Real realizó su tercer viaje en el Tren Real en los tiempos modernos, parando durante dos días en Craiova. La Familia Real fue invitada por las autoridades de Craiova, en el cumpleaños de su ciudad.
    El tren también se exhibe en Gara de Nord Estación del Norte durante eventos como las exposiciones InfraTRANS.

  • El culto a los héroes de la patria

    El culto a los héroes de la patria


    En 2014, Europa conmemoraba el centenario del inicio de la primera guerra mundial, conflicto que tuvo enormes consecuencias para la sociedad de su época y marcó la historia del siglo XX. Fue un siglo que puso en práctica las ideas del siglo XIX, ideas que habían nacido, a su vez, durante la revolución francesa del último decenio del siglo XVIII.



    El socialismo y el nacionalismo, ideas generosas que habían tenido como principal objetivo la emancipación del individuo y de la sociedad, habían abandonado su misión inicial pasando a la fase de radicalización.



    A través de la guerra mundial de 1914-1918, la humanidad había consumido sangrientamente una parte de la energía desencadenada del radicalismo, pero sin embargo muchas energías no se consumieron y volvieron a manifestarse en la segunda guerra mundial.



    Los héroes modernos son los productos de las guerras que sacudieron Europa en la primera mitad del siglo XX. Hombres y mujeres, de diferentes condiciones, se fueron a luchar con entusiasmo por sus ideas. Tampoco faltaron los rumanos, centenares de miles de muertos son pruebas claras en este sentido. En 1918, en los tratados de paz, los descendientes de los 10 millones de muertos después de 4 años de lucha quisieron que su sacrificio no fuera olvidado. Así, apareció el culto a los héroes en su forma grandiosa, monumental. En Rumanía, la que honró la memoria de los que murieron durante la guerra fue la reina María, la personalidad femenina más fuerte de la historia de Rumanía de la primera parte del siglo XX.



    El historiador Daniel Gheorghe ha descrito el cuadro en el que aparece el culto a los héroes :



    “Después de la primera guerra mundial, el Tratado de Paz de Versalles establece el culto a los héroes como medida de reconciliación y acercamiento entre los pueblos que acababan de enfrentarse en la guerra, saldada con decenas de millones de víctimas. Rumanía es uno de los primeros países europeos en asumir la responsabilidad y homenajear tanto a sus propios héroes como a los extranjeros que habían perdido sus vidas en tierras rumanas luchando contra los rumanos. El día de los héroes fue instituido mediante un decreto-ley firmado por el rey Fernando I el 4 de mayo de 1920, un mes antes del Tratado de Trianon que estableció la unión de 1918, después de 3 años de luchas en el frente y dos años de luchas diplomáticas. En París, la reina María tuvo un importante papel político-diplomático en el reconocimiento de la unión. ”



    Desde siempre las comunidades han sentido la necesidad de celebrar a sus héroes. Su culto en forma moderna se debe al impacto traumatizante de la primera guerra mundial.


    Nuevamente ante los micrófonos de RRI, Daniel Gheorghe:



    “El culto a los héroes funcionó también durante el reinado de Carlos I, período en que fueron homenajeados especialmente los héroes de la Guerra de Independencia de 1877-1878, así como los héroes de la lucha de Dealul Spirii del 13 de septiembre de 1848. En la primera guerra mundial, Rumanía perdió aproximadamente 960.000 ciudadanos, especialmente debido a las enfermedades y epidemias devastadoras. Con el arma en las manos murieron al menos 350.000 rumanos, 30.000 tan sólo en la batalla de Marasesti de 1917. El sacrificio era inmenso y el homenaje a los héroes era una forma de reconocimiento.”



    Los años que siguieron a la guerra conmemoraron el sacrificio de los que murieron en el frente. Las construcciones más representativas, además de los innumerables cementerios, osarios o monumentos, son la tumba de Marasesti, la tumba del héroe desconocido de Bucarest y el conjunto “El camino de los héroes”, la obra del famoso escultor Constantin Brancusi de la ciudad de Targu Jiu.


    Escuchemos de nuevo al historiador Daniel Gheorghe:



    De este culto se encargaron tanto la Casa Real como la Iglesia Ortodoxa. En Rumanía había centenares de cementerios de los héroes rumanos pero también de otros pueblos tales como: alemanes, rusos, británicos, estadounidenses, franceses, húngaros, búlgaros o polacos que murieron en la primera y segunda guerra mundial. El papel principal en la administración de los cementerios pertenecía a la Sociedad de los Héroes Caídos de la que se encargaba la reina María.”



    El día de los héroes es, en el presente, un día para todos los héroes rumanos que fallecieron en la lucha contra los enemigos de la democracia y de la libertad. El mes de diciembre en especial tiene una importancia muy grande para los rumanos dado que en diciembre cayó la dictadura comunista en Rumanía. Daniel Gheorghe:



    “El día de los héroes se estableció precisamente el día de la Ascensión de Jesucristo y conmemora a todos los que murieron por el país y por la libertad, a los héroes y mártires de las cárceles comunistas, de la resistencia armada anticomunista, a los héroes de diciembre de 1989. El significado era el sacrificio que salva, que libera, que alza. El patriotismo era el valor fundamental, una sociedad no podía existir sin los valores nacionales. Hubo incluso una generación del ideal nacional de 1918, de algunos políticos como los hermanos Bratianu, Iuliu Maniu, Alexandru Vaida-Voevod, Nicolae Iorga y otros.”