Nos desplazamos al este de la provincia de Brasov y visitamos dos iglesias fortificadas, una ciudadela y una reserva de bisontes.
Nos desplazamos al este de la provincia de Brasov y visitamos dos iglesias fortificadas, una ciudadela y una reserva de bisontes.
La Iglesia Ortodoxa Rumana celebra el 4 de febrero un siglo desde que se convirtió en patriarcado. La idea de convertirse en patriarcado había surgido unas décadas antes, después de que la institución se convirtiera en autocéfala en 1885, pero ello solo se materializó tras la Gran Unión de 1918, cuando contaba con 14 millones de fieles y tenía cinco sedes metropolitanas y 18 diócesis.
Al final de la Primera Guerra Mundial, las provincias con mayoría de población rumana ocupadas por los imperios multinacionales vecinos zarista y austrohúngaro quedaron bajo la autoridad de Bucarest: Basarabia (este), Bucovina (noreste), Transilvania (centro), Banat, Crișana y Maramureș (oeste). Además de su etnia, cultura y lengua comunes, también estaban vinculados a la madre patria por su fe predominantemente ortodoxa.
El Acta de Establecimiento del Patriarcado Ortodoxo Rumano, leída en el sínodo del 4 de febrero de 1925 y aprobada por unanimidad por sus miembros, fue adoptada posteriormente por el Parlamento. Ese mismo mes se promulgaron la ley y el estatuto de organización de la Iglesia Ortodoxa Rumana, según los cuales el Primado Metropolitano Miron Cristea se convirtió en Patriarca. Envió cartas de notificación al Patriarcado Ecuménico y a las demás Iglesias ortodoxas hermanas. El Patriarca Ecuménico Basilio III promulgó el acta de reconocimiento del Patriarcado rumano el 30 de julio de 1925, y la entronización de Miron Cristea como patriarca tuvo lugar el 1 de noviembre del mismo año.
Un siglo después de su fundación, el Patriarcado rumano proclama 16 nuevos santos. Se trata de líderes espirituales y teólogos que destacaron por sus confesiones de fe durante el régimen comunista ateo, instalado en el poder por el ejército de ocupación soviético, y las cárceles en las que cumplieron condena. Tres de los 16 son originarios de Besarabia, territorio del este de Rumanía anexionado en 1940 por la Unión Soviética estalinista y sobre el que se fundó la República de Moldavia.
De hecho, el Patriarcado de Bucarest reactivó su metropolitanato de Besarabia en 1992, justo un año después de la desintegración de la URSS, y muchos ciudadanos de la república vecina pertenecen a la Iglesia Ortodoxa Rumana. El Sínodo también apoya el establecimiento de la Iglesia Ortodoxa Rumana en la vecina Ucrania, donde viven más de 400.000 de étnicos rumanos, la mayoría cerca de la frontera, en el norte de Bucovina, el norte y el sur de Besarabia y en Tinutul Herta. También hay millones de creyentes ortodoxos rumanos en la diáspora en Occidente –Europa Occidental y Norteamérica–, que son pastoreados espiritualmente en sus parroquias por sacerdotes del país.
En el último censo rumano de 2021, casi 16,4 millones de personas del total de la población residente declararon su afiliación confesional. El 85,3% de ellos se declararon ortodoxos. El 4,5% se declaró católico romano, el 3% reformado y el 2,5% pentecostal. El 0,7% de los rumanos se declaran greco-católicos. El 0,9% de los encuestados declara no tener religión o ser ateo o agnóstico.
Versión en español: Antonio Madrid
Empezamos nuestro recorrido en el Delta del Danubio, un lugar que siempre ha sido considerado uno de los destinos más importantes para el ecoturismo. Este increíble ecosistema, que es uno de los más grandes y mejor conservados de Europa, es ideal para aquellos que buscan una experiencia tranquila, rodeados por una naturaleza virgen. En invierno, el delta se cubre con una capa de nieve, transformando el paisaje en una maravilla invernal. Aunque parece una estación tranquila, el invierno en el delta es el momento perfecto para observar aves migratorias y disfrutar de la paz que ofrece este increíble lugar. Ahora nos dirigimos hacia los Cárpatos, una de las regiones montañosas más imponentes de Rumanía. Este lugar es perfecto para el ecoturismo invernal, con sus bosques cubiertos de nieve y sus impresionantes paisajes montañosos. En el Parque Natural Apuseni, por ejemplo, puedes disfrutar de rutas de senderismo de invierno, explorar cuevas misteriosas o ver cascadas congeladas. Lo interesante es que, en los últimos años, se ha fomentado el ecoturismo aquí de forma que los turistas puedan disfrutar de la naturaleza sin causar daño a los ecosistemas frágiles. Los esfuerzos de conservación en esta región están ayudando a mantener intacto este paraíso natural. No podemos olvidarnos de Transilvania, una región famosa no solo por sus castillos y leyendas, sino también por su impresionante naturaleza. Además de ser el hogar de los famosos bosques de los Cárpatos, Transilvania alberga pequeños pueblos donde el ecoturismo es una forma de vida. Aquí, puedes disfrutar de experiencias auténticas, como alojarte en casas rurales sostenibles, aprender sobre la vida tradicional rumana o participar en actividades ecológicas como paseos en bicicleta y senderismo.
El ecoturismo en Rumanía no solo se trata de disfrutar de paisajes impresionantes, sino también de contribuir a la conservación de estos lugares. El país está implementando una serie de iniciativas para proteger sus recursos naturales y garantizar que el turismo no dañe el medio ambiente. Muchos de los destinos mencionados, como los Cárpatos y el Delta del Danubio, son gestionados de manera responsable, con prácticas ecológicas que minimizan el impacto ambiental. Esto incluye el uso de energías renovables en alojamientos, el reciclaje de residuos y el desarrollo de infraestructuras turísticas que respetan el entorno. Además, existen proyectos que fomentan la educación ecológica entre los turistas, ayudándolos a comprender la importancia de la conservación. Desde guías locales que promueven el turismo respetuoso hasta actividades que permiten a los visitantes participar activamente en la protección de la fauna y flora, el ecoturismo en Rumanía se está convirtiendo cada vez más en una experiencia de aprendizaje sobre cómo convivir con la naturaleza sin dañarla.
Si estás pensando en viajar a Rumanía para disfrutar de su naturaleza en invierno, aquí tienes algunos consejos para hacerlo de manera responsable. Primero, elige operadores turísticos que estén comprometidos con el ecoturismo y trabajen con las comunidades locales. Esto asegura que el dinero que gastes beneficie a las personas que viven en esas áreas y que se respete el medio ambiente. Además, recuerda siempre respetar las normas de los parques naturales y no dejar residuos. En el ecoturismo, cada pequeño gesto cuenta. También es importante reducir nuestra huella de carbono durante el viaje. Opta por el transporte público o vehículos eléctricos, y si puedes, haz turismo en zonas cercanas para evitar largos trayectos en avión. En cuanto a las actividades, siempre es preferible caminar, andar en bicicleta o utilizar transporte no motorizado, de forma que puedas disfrutar de la naturaleza sin dañarla.
Ahora, es interesante saber qué opinan los propios rumanos sobre el ecoturismo. En general, los rumanos valoran profundamente su naturaleza, y muchos ven el ecoturismo como una oportunidad de preservar sus paisajes y su biodiversidad, mientras fomentan el desarrollo económico en las zonas rurales. En regiones como Transilvania o el Delta del Danubio, el ecoturismo se ha convertido en una fuente importante de ingresos para las comunidades locales. Sin embargo, también existen preocupaciones sobre los posibles efectos negativos del ecoturismo si no se gestiona adecuadamente. Los rumanos temen que el aumento del turismo pueda poner en peligro los ecosistemas frágiles, como los bosques vírgenes o las especies de fauna autóctona. Por esta razón, muchos abogan por un ecoturismo responsable que no solo preserve la belleza natural del país, sino que también beneficie a las comunidades locales sin comprometer su bienestar. Además, las nuevas generaciones de rumanos están cada vez más interesadas en el ecoturismo como una forma de viajar que respete el medio ambiente. Conscientes de los problemas ambientales globales, como el cambio climático, los jóvenes buscan opciones de turismo que tengan un impacto mínimo en el entorno y que promuevan un desarrollo sostenible.
El concepto de ecoturismo surgió en los años 80, cuando la gente comenzó a tomar conciencia de los efectos negativos del turismo masivo sobre el medio ambiente. El término fue acuñado por el ecólogo Héctor Ceballos-Lascuráin en 1983. La idea central del ecoturismo es promover una forma de turismo que sea responsable, sostenible y que fomente la conservación de los recursos naturales, respetando las culturas locales y beneficiando a las comunidades receptoras. Este concepto se fue consolidando durante las décadas siguientes, con un énfasis creciente en el equilibrio entre la actividad turística y la preservación ambiental. Hoy en día, el ecoturismo es una de las formas más populares y aceptadas de viajar de manera sostenible. En Rumanía, el ecoturismo ha ganado mucha relevancia en los últimos años, y existen varias asociaciones y organizaciones dedicadas a promover esta forma de turismo. Rumanía está emergiendo como un destino clave para el ecoturismo en Europa, gracias a su biodiversidad y sus áreas naturales protegidas. Con el apoyo de diversas asociaciones y proyectos de conservación, el ecoturismo en el país está creciendo de manera responsable, promoviendo el turismo sostenible y contribuyendo a la conservación del medio ambiente. Estos proyectos no solo están ayudando a preservar la naturaleza, sino que también brindan beneficios económicos a las comunidades locales, creando un modelo de turismo que respeta tanto a la naturaleza como a las personas.
En resumen, el ecoturismo en Rumanía es una excelente forma de disfrutar de sus paisajes impresionantes mientras se contribuye a la conservación de la naturaleza. Desde el Delta del Danubio hasta los Cárpatos, cada rincón del país ofrece una experiencia única, donde el respeto por el medio ambiente es clave. Si estás buscando una manera de viajar de forma más sostenible, Rumanía te espera con los brazos abiertos para vivir aventuras inolvidables y responsables.
El invierno en Rumanía es más que solo frío y nieve, es una celebración de la cultura, las costumbres y la belleza natural. En los próximos minutos, vamos a explorar cómo se vive el invierno en distintas regiones de Rumanía, sus tradiciones más queridas y las actividades que no te puedes perder durante esta temporada. Hoy, hablaremos sobre las diferentes formas en que el invierno se manifiesta en el país, desde los valles cubiertos de nieve en los Cárpatos hasta las ciudades llenas de luces y festividades. Además, exploraremos las costumbres que marcan el inicio del año y algunas recomendaciones para disfrutar al máximo de esta estación tan especial.
Empezamos nuestro recorrido por Muntenia, la región donde se encuentra la capital, Bucarest. Aunque Bucarest no es conocida por tener inviernos excesivamente fríos, el clima puede ser bastante severo en algunas épocas del año, con temperaturas bajo cero y días de nieve. A pesar de la escasez de nieve, la atmósfera navideña en la ciudad es realmente única. Las luces de Navidad cubren las calles, y las plazas se llenan de mercados donde puedes encontrar todo tipo de productos tradicionales, como los cozonaci (pasteles de Navidad) y el vino caliente. Sin embargo, si nos desplazamos un poco hacia las montañas de los Cárpatos, la nieve se convierte en una compañera constante. El Valle de Prahova que incluye destinos como Sinaia o Bușteni, son conocidos por sus hermosos paisajes nevados y sus instalaciones para deportes de invierno. Si nos dirigimos hacia el centro del país, llegamos a Transilvania, conocida por sus paisajes montañosos, castillos medievales y una atmósfera única durante el invierno. En esta región, el frío se siente mucho más intenso y la nieve cubre los valles y bosques, creando un ambiente mágico, casi sacado de un cuento de hadas. Las estaciones de esquí de Poiana Brașov son muy populares entre los turistas, no solo por las excelentes condiciones para practicar deportes de invierno, sino también por la belleza del lugar. Además, las ciudades medievales como Brașov y Sibiu se convierten en centros turísticos durante el invierno, con mercados de Navidad que ofrecen todo tipo de productos artesanales y comida típica. No podemos olvidar el famoso Castillo de Bran, también conocido como el Castillo de Drácula, que en invierno tiene un aire aún más misterioso. Durante esta temporada, muchas personas visitan la región no solo por las actividades al aire libre, sino también por la magia histórica que ofrece.
En Moldavia, el invierno llega con temperaturas aún más frías y nevadas intensas. Las montañas de la región se cubren de blanco, y los paisajes se vuelven aún más impresionantes. En ciudades como Iași o Suceava, se viven tradiciones muy marcadas en la época navideña, con las calles decoradas de luces y los mercados llenos de productos tradicionales. Una de las particularidades de Moldavia es la importancia de la Navidad y las celebraciones de Año Nuevo. Las familias se reúnen para compartir una comida especial y celebrar en comunidad. Además, Moldavia es famosa por sus tradiciones de villancicos y los rituales que celebran el paso del viejo año.
Finalmente, en la región de Dobrogea, el invierno es más suave, especialmente en la costa del Mar Negro. Aunque no hay tanta nieve como en las montañas, el clima puede ser ventoso y frío, lo que da un toque especial a la región. Las ciudades costeras como Constanza tienen una atmósfera diferente, pero igualmente acogedora durante las festividades de invierno, con mercados navideños y eventos especiales. Aunque la nieve no es tan frecuente, el invierno en Dobrogea tiene su propio encanto. Imagina pasear por la costa del Mar Negro mientras el viento frío te acaricia la cara y las luces festivas iluminan el puerto.
Una de las tradiciones más emblemáticas del invierno en Rumanía son los villancicos, denominados en rumano ‘colinde’. Estos cantos se inician generalmente en la víspera de Navidad y continúan hasta Año Nuevo. Los grupos de niños o adultos recorren las casas para cantar villancicos, deseando salud y prosperidad a las familias. Cada región tiene sus propios villancicos, que varían en tono y estilo, pero todos comparten un mensaje de buenos deseos para el próximo año. Además de los villancicos, una de las tradiciones más queridas es el ‘plugusorul’, que se canta en la víspera de Año Nuevo, donde los jóvenes van de casa en casa deseando buena cosecha y suerte para el nuevo año. Los niños y jóvenes visitan las casas para cantar versos que piden prosperidad y buena suerte en el año venidero. Este es un rito muy antiguo que se remonta a las tradiciones agrícolas de Rumanía, donde se celebraba la fertilidad y la abundancia. Por otro lado, la ‘sorcova’ es un ritual realizado en la mañana de Año Nuevo. Los niños llevan una rama decorada, generalmente de una planta llamada sorcova, y la golpean suavemente a los familiares mientras cantan una canción especial que augura salud y éxito para el nuevo año. Por supuesto, no podemos olvidar la gastronomía de invierno en Rumanía. Durante las festividades de Navidad y Año Nuevo, la mesa se llena de platos tradicionales. Los más famosos son los sarmale, que son rollos de col rellenos de carne y arroz, acompañados de polenta. También se sirven piftie (gelatina de cerdo), cozonac (panes dulces rellenos de nueces o cacao) y, por supuesto, los deliciosos mici, unas salchichas a la parrilla muy populares durante las celebraciones. Cada comida en invierno es una oportunidad para compartir con la familia, creando recuerdos que perduran toda la vida.Si te gustan los deportes de invierno, Rumanía es un destino perfecto. Las estaciones de esquí como Poiana Brașov, Sinaia y Predeal ofrecen una amplia gama de actividades para los amantes de la nieve. Además del esquí y el snowboard, también puedes disfrutar de paseos en trineo o de excursiones a pie por la nieve. Si prefieres actividades más tranquilas, el invierno es un momento ideal para el senderismo. Las montañas rumanas ofrecen rutas únicas y espectaculares cubiertas de nieve, donde podrás disfrutar de la paz y belleza natural. Las ciudades como Sibiu, Brașov o Cluj-Napoca también son ideales para disfrutar de las luces de Navidad y de los mercados típicos de invierno.
Y con eso terminamos nuestro recorrido por el invierno en Rumanía. Esta temporada no solo nos trae paisajes impresionantes, sino también una gran riqueza cultural que se expresa a través de nuestras tradiciones y costumbres. Y con esto llegamos al final de nuestro programa sobre el invierno en Rumanía. Espero que, a través de las historias, las tradiciones y los paisajes que hemos compartido hoy, hayan podido sentir un pedazo de la magia que envuelve este maravilloso país durante los meses fríos del año. Como hemos visto, el invierno en Rumanía no es solo un momento para disfrutar de la nieve y el frío, sino también una oportunidad para sumergirse en la calidez de sus costumbres y la generosidad de la gente. Si alguna vez deciden visitar Rumanía durante el invierno, les aseguro que cada rincón de este país les ofrecerá algo único: desde los castillos medievales de Transilvania cubiertos de nieve hasta las montañas de los Cárpatos llenas de vida y deporte. Y, por supuesto, no olviden la calidez de las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, donde las tradiciones rumanas les harán sentir como parte de una gran familia, más allá de cualquier frontera.
Celebramos la Nochevieja y cada zona de nuestro país tiene platos específicos para la mesa festiva, pero la carne de cerdo es el elemento común de las tradicionales mesas rumanas. De hecho, en Rumanía, matar el cerdo es un ritual que se mantiene desde la antigüedad y se transmite de generación en generación.
Las tradiciones culinarias rumanas son un elemento esencial del patrimonio cultural del país, estando estrechamente vinculadas a su historia, valores y creencias. Durante las Fiestas de invierno, todas las familias se reúnen alrededor de la mesa para disfrutar de platos tradicionales, que no sólo son deliciosos sino también llenos de simbolismo. La mayoría de los rumanos respetan estas tradiciones, lo que demuestra lo profundamente arraigadas que están en la cultura rumana.
Las delicias tradicionales rumanas que enriquecen la mesa de Navidad y Año Nuevo son muy diversas. Cada plato tiene su propia historia, que refleja las costumbres y tradiciones locales.
Los platos más importantes presentes en las mesas de fiesta de los rumanos son: aperitivos, sarmale, embutidos (piftia), ensalada boeuf, salchichas caseras y postres.
Con diferencia, el plato tradicional más famoso en la mesa navideña y de Año Nuevo es el sarmale en todas las zonas del país. Al mismo tiempo, con motivo de la Natividad de Dios, en las mesas de los rumanos se pueden encontrar cerdo asado, salchichas y ensalada boeuf.
Como en todas partes del país, en Moldavia los sarmales también ocupan un lugar de honor en la mesa navideña. También son indispensables en esta zona la piftia (frialdad), los embutidos de cerdo, las carnes ahumadas, los caltabos y el vino tinto. Algo más específico de la zona son los prjoales, una especie de albóndigas que los moldavos sirven con orgullo a sus invitados en Navidad.
Entre todos los postres modernos, el cozonac sigue siendo una tradición en las mesas navideñas rumanas. Este postre tradicional es una especie de pan dulce con nueces, cacao, pasas o delicia turca, que se prepara en los hogares rumanos con mucho cariño y paciencia. El cozonac se puede acompañar con una copa de vino caliente, creando así una combinación perfecta de sabores. ¡Ni hablar del inconfundible aroma del bollo recién salido del horno!
Una de las supersticiones más famosas dice que la primera persona que cruce el umbral de la casa el primer día del Año Nuevo influirá en el año que acaba de comenzar. Se dice que si la primera persona en entrar a la casa es un hombre, entonces tendrás un año de suerte, pero si la mujer entra primero a la casa, el Año Nuevo será de mala suerte. Otra superstición de Nochevieja es que tanto el último día del año como el primer día del Año Nuevo es recomendable no gastar ni tirar nada fuera de casa, ni siquiera la basura, porque con ella tirarás lejos tu y suerte en la casa. Se dice que en Año Nuevo no es bueno tener deudas. De lo contrario, seguirás endeudado durante todo el año. La superstición de Año Nuevo dice que en Nochevieja es bueno tener dinero en el bolsillo, así atraerás la suerte a tu lado. La superstición dice que quien duerme la noche de Año Nuevo tendrá sueño todo el año. Otra superstición de Nochevieja es que no es bueno comer aves de corral en Nochevieja, ya que trae mala suerte. El primer día del Año Nuevo no lave ni barra, porque estas cosas pueden empobrecer la casa.
El 2025 nos espera con nuevos comienzos y nuevas oportunidades.
No hay nada más valioso que la amistad. ¡Os deseamos un 2025 lleno de nuevas experiencias, amor y éxito!
Se han escrito muchas leyendas sobre la aparición del vino, las evidencias más antiguas se registran en las zonas del Cáucaso, Mesopotamia o Egipto. Georgia sería la cuna del vino, aproximadamente en el año 6000 a.C., según un estudio en el que participaron expertos de siete países. Para llegar a esta conclusión, los científicos utilizaron la datación por carbono de fragmentos cerámicos que habían estado en contacto con el vino. También se han descubierto evidencias en Irán, Grecia o Sicilia, así como otras relacionadas con un vino preparado con uvas fermentadas, mezcladas con otras frutas, en China, que data de hace más de 7 mil años.
Los especialistas dicen que al principio las vides eran silvestres, siendo posteriormente domesticadas. Los arqueólogos descubrieron la bodega más antigua en un complejo de cuevas en Armenia. El sitio encontrado aquí data del año 4100 a. C. y contenía una prensa de vino, recipientes de fermentación, copas y semillas de vitis vinifera.
Además del hecho de que nos deleita de las formas más inesperadas, dependiendo de su apariencia, color, aroma o consistencia, el vino en la copa cuenta la historia de generaciones enteras, de la formación de pueblos y países, explica Cătălin Păduraru a Radio Rumanía, doctor de la Universidad de Ciencias Agrícolas y Medicina Veterinaria de Bucarest, presidente del concurso internacional de vinos más importante de Europa Central y Suroriental, que lleva el nombre de Vinarium.
«Es una característica de la vid que ha cambiado fundamentalmente la migración de los grandes pueblos. Las plantas de cereales se llevan, se almacenan, en la migración las poblaciones seguían adelante, las replantaban, esperaban la primera cosecha, las recolectaban, las consumían, guardaban semillas, iban adelante. Cuando estas poblaciones migratorias de este a oeste pasaron por la cuenca del Cáucaso y se encontraron con vitis vinifera e inmediatamente llegaron al territorio de lo que hoy es Rumanía y la República de Moldavia y plantaron vides, no se fueron, porque no podían hacer un acto sin sentido. Tuvieron que esperar 4-5 años para disfrutar de los frutos de la vid. Por eso digo que alrededor de la viña se formaron pueblos y países. Ha cambiado totalmente la velocidad de movimiento de los pueblos».
En Rumanía, el cultivo de la vid tiene una larga tradición, históricamente atestiguada, que sin duda ha contribuido a que el país se sitúe, hoy en día, entre las zonas vitícolas del mundo. Pero también en términos de las cantidades de vino producidas –ocupa el decimotercero lugar en el mundo y sexto lugar en Europa– el vino es cada vez más apreciado, tanto en el país como en el extranjero.
Un vistazo al mapa vitícola revela que en Rumanía hay ocho regiones: las colinas de Moldavia, la meseta de Transilvania, las colinas de Muntenia y Oltenia, las colinas del Banato, las colinas de Crișana y Maramureș, las terrazas del Danubio, las colinas de Dobrogea, así como los arenales y otras zonas menos favorables del sur del país. Cada una de estas zonas tiene sus propias particularidades, dicen los especialistas: la altitud, la exposición o la inclinación, por ejemplo, elementos que dejan su huella en la diferente maduración de las uvas.
Estas variaciones son una ventaja para Rumanía como país productor de vino, ya que estas diferencias ecoclimáticas se traducen en diferentes variedades cultivadas en determinadas zonas y diferentes períodos de maduración de la uva. En otras palabras, una gran diversidad.
De nuevo, Cătălin Păduraru, con otra interpretación del famoso dicho latino in vino veritas, la verdad se esconde en el vino:
«Hicimos un experimento único en el mundo, logramos crear la voz del vino, la huella sonora, y en cierto momento empezamos a ver que estas voces son cada vez más diferentes. Y también llegué a una conclusión lógica, lo repito más o menos en la forma en que lo he dicho siempre, tal vez en algún momento se quede así, si confiamos en que un pedazo de silicio, un dispositivo electrónico puede registrar la memoria, ¿por qué no tener la fe de que la materia orgánica puede registrar información? De alguna manera, un vino que tiene algunos años, que ha sido testigo de algunos acontecimientos, ciertamente tiene la información incluida, nuestro único problema es que todavía no sabemos cómo descifrarla. Eso es lo que significa, en mi opinión, que la verdad se esconde en el vino».
Actualmente, en Rumanía, unas 80 bodegas practican el enoturismo –la mayoría de ellas situadas en la parte sur del país, en Muntenia– y alrededor de una cuarta parte de ellas ofrecen también la posibilidad de alojamiento. Pero Rumanía podría hacer un mayor uso de esta importante modalidad de turismo, dice Cătălin Păduraru:
«Pensamos en el Instituto del Vino, donde también está el Vinarium, un nuevo tipo de turismo que está vinculado a un gran proyecto del país, la autopista A7, que llega a la República de Moldavia, incluso desde Iași, y podría llamarse la Autopista de los Viñedos. Porque pasa por los viñedos más importantes del país, por Dealul Mare, por Vrancea, luego por Moldavia. Esto no quiere decir que minimice la importancia de los viñedos en el resto del país. Se puede desarrollar un nuevo tipo de turismo, el turismo de caravanas. No se pueden construir docenas de hoteles en bodegas de la noche a la mañana. Se pueden organizar espacios para acampar y caravanas, pero durante la noche, todo lo que necesitan es agua y electricidad. Y podemos tener, en esta carretera, una gran cantidad de extranjeros que opten por este tipo de turismo».
De repente, las bodegas podrían llenarse, afirma Cătălin Păduraru.
(Versión en español: Mihaela Stoian)
En el programa de hoy hablamos sobre la región de Transilvania, una importante región histórica de Rumanía, y luego nos centramos en la magnífica ciudad de Cluj-Napoca.
Alba Iulia es la ciudad donde se firmó el documento que unió Transilvania con el reino rumano, considerada, desde hace un siglo, la capital simbólica de Rumanía.
En 2024 es el 106 aniversario de la Gran Unión del 1 de diciembre de 1918. Rumanos de todas las regiones del país estuvieron presentes en Alba Iulia el 1 de diciembre, a pesar de que este año la Fiesta Nacional coincidió con las elecciones parlamentarias.
La Alba Iulia actual es una ciudad multicultural, cuyo perfil está definido por una mezcla de culturas y por un patrimonio arquitectónico único, que es necesario descubrir y redescubrir, incluso reconstituir desde perspectivas tanto históricas como étnicas, antropológicas y culturales.
En el Museo de la Unidad Nacional, en el mismo edificio donde tuvo lugar la creación de la Rumanía de hoy, está grabado en piedra, en el frontispicio del arco triunfal de la entrada:
“En el año del Señor de 1918, el 1 de diciembre, en este lugar se proclamó para siempre e irrevocablemente, por el voto solemne y unánime del pueblo, la unión de Transilvania con toda Daco-Rumania. Que el recuerdo de este gran acto sea eterno”. Los momentos más concurridos para una visita, pero al mismo tiempo los más espectaculares, son la Noche de los Museos y el 1 de diciembre, Día Nacional de Rumanía.
Alba Iulia, la ciudad-ciudadela donde tuvo lugar este gran acto histórico, la ciudad que mejor enfatiza los ideales de unidad e identidad de los rumanos a lo largo de los tiempos, es un verdadero centro espiritual y cultural de los rumanos de todas partes, con una historia turbulenta que se pierde en la noche de los tiempos.
Alba Iulia es una de las ciudades más antiguas y hermosas de Rumanía y fue declarada, por ley, promulgada el 27 de diciembre de 2018, “Capital de la Gran Unión”.
En 1922 se construyó en Alba Iulia la Catedral de la Reunificación de la Nación donde, el 15 de octubre, tuvo lugar la coronación del rey Fernando y la reina María.
Después de la Primera Guerra Mundial y el colapso del imperio austrohúngaro, las fuerzas políticas de la nación rumana en Transilvania, apoyadas por todo el espíritu rumano, continuaron realizando el ideal de siglos: la unión de Transilvania con Rumania y la La ciudad de Alba Iulia recibió la gran y noble misión de acoger el desarrollo de este gran acto en la vida de la Rumanía moderna.
El 1 de diciembre de 1918, 1.228 delegados oficiales se agolparon en el edificio, cuyo gran salón se llama ahora Sala Unirii, entonces casino militar, y en la meseta detrás de la fortaleza, el campo de Horea, se reunieron más de 100.000 personas procedentes de todos los rincones de Transilvania, Banat, Crișana y Maramureş, con banderas y corazones llenos de un pensamiento: “queremos la unión de todos los rumanos”.
Apulum, Bălgard, Alba Iulia, Weissenburg, Gyulafehervar, Alba Carolina, Carlsburg, Karolyfehervar son los nombres con los que Alba Iulia entró en la historia. Las diferencias son sólo de esencia lingüística, dadas por el registro en documentos oficiales o por la pronunciación de los habitantes de origen rumano, húngaro y alemán.
El Museo de la Unión fue construido entre 1851 y 1853 y es el edificio de estilo romántico más grande de Alba Iulia. El destino estaba bien definido: alojar a los oficiales del ejército de los Habsburgo en la Ciudadela. Los inquilinos fueron reclutados en todos los rincones del Imperio Habsburgo, por lo que se dice que en este pabellón de oficiales se hablaban todas las lenguas de la tierra. Entonces, los lugareños llamaron con razón al edificio “Babilon”. A través de sus gruesos muros, de más de un metro de altura, el edificio con más de 100 habitaciones parece una fortaleza. “Babilon” sirvió en el ejército incluso después de la unión de 1918, sólo que los soldados ya no tenían un origen multiétnico, sino que eran rumanos. Cambió de destino el 28 de noviembre de 1968, cuando se inauguró aquí el Museo de la Unión Nacional. El acto tuvo lugar en presencia de Nicolae Ceaușescu, que en ese momento ocupaba el cargo más importante del estado, el de secretario general del Partido Comunista Rumano. Se cumplieron 50 años de la unión de Transilvania con Rumania.
Es uno de los museos más famosos de Rumanía, en términos de patrimonio y reputación científica. Sus colecciones suman alrededor de 200.000 objetos patrimoniales. El museo es el lugar donde se puede retroceder a la prehistoria, permanecer en la época de los dacios y los romanos, recorrer la Edad Media, “participar” en la revuelta de Horea, pero también en las guerras mundiales. Para despertar su interés, mencionamos sólo algunas de las piezas de resistencia: el cráneo de la Edad del Bronce; el tesoro dacio de Lupu; tres espléndidas estatuillas romanas de mármol descubiertas en las últimas tres décadas y dedicadas a los dioses Liber Pater y Némesis, respectivamente al héroe Hércules; una maqueta del complejo balneario Apulum, premiado internacionalmente y con más de cien años de antigüedad; un bajorrelieve que representa a Rómulo y Remo siendo amamantados por una loba; Silbato, abrigo y bufanda de Avram Iancu.
La fortificación Alba Iulia es la ciudadela más grande de Rumanía y tiene más de 300 años. Una de las atracciones turísticas más importantes de Alba Iulia, la fortaleza es el lugar donde se puede retroceder en el tiempo, más de dos milenios, entre los restos de tres fortificaciones, de otras tantas épocas diferentes. Es decir, cada ciudadela construida aquí incorporaba la antigua: la Ciudadela Romana, la Ciudadela Medieval y la de Alba Carolina.
Los rumanos celebraron el Día Nacional el domingo 1 de diciembre, conmemorando el 106º aniversario de la puesta bajo la autoridad de Bucarest de todas las provincias en las que los rumanos son mayoría. Así pues, el 1 de diciembre de 1918 marca el establecimiento del Estado nacional rumano unitario. Al final de la Primera Guerra Mundial, todas las provincias habitadas mayoritariamente por rumanos, que antes habían estado bajo la autoridad de los imperios austrohúngaro y zarista –Transilvania, Banato, Bucovina y Besarabia– pasaron a formar parte del Reino de Rumanía.
El presidente Klaus Iohannis, que ofreció su última recepción del Día Nacional como jefe de Estado, envió un mensaje de unidad y solidaridad para superar las crisis y avanzar con dignidad. En su opinión, el pueblo rumano es fuerte y apegado a los valores democráticos y seguirá defendiéndolos. Klaus Iohannis instó a los rumanos a mirar hacia atrás con gratitud por los sacrificios y la lucha por la unidad y la soberanía, pero también hacia adelante, hacia el futuro que debe construirse con sabiduría. Klaus Iohannis:
«El 1 de diciembre de 1918, nuestros antepasados consiguieron hacer realidad su sueño de tener un solo país, logrando la Gran Unión en Alba Iulia. Desde entonces, hemos vivido guerras, dictaduras, revoluciones, graves crisis sanitarias y económicas. Gracias al espíritu de unidad y solidaridad demostrado ante los objetivos comunes, siempre hemos conseguido superar estas crisis, adaptarnos y levantarnos más fuertes que antes».
Por su parte, el primer ministro Marcel Ciolacu afirmó que la Fiesta Nacional de este año es más importante que nunca, subrayando la necesidad de un Parlamento que «mantenga las cosas bajo control» para no deslizarse «por una pendiente peligrosa. Este 1 de diciembre se trata de elegir entre la estabilidad y el caos, entre el desarrollo y la austeridad», declaró el primer ministro Ciolacu. Según él, es necesario un equilibrio para preservar la orientación proeuropea de Rumanía, para que continúen las inversiones con fondos europeos y para que los ciudadanos conserven sus puestos de trabajo y sus pensiones.
El presidente del Senado, Nicolae Ciucă, también destacó en un mensaje del Día Nacional el deber de anteponer la estabilidad, el diálogo y el respeto a los ciudadanos, en el contexto del actual periodo marcado por retos y decisiones importantes. «Es un momento en el que recordamos los sacrificios de nuestros antepasados, que sentaron las bases de un Estado unido y soberano, pero también la responsabilidad que tenemos de continuar con este legado», dijo el presidente del Senado, haciendo un llamamiento a la unidad.
«Quiero que este día nos reúna, independientemente de nuestras diferencias de opinión, en torno a los valores que nos definen como nación: unidad, solidaridad y fe en un futuro mejor. Rumanía tiene los recursos y el potencial para crecer, pero esto requiere trabajo duro, honestidad y coraje», subrayó Nicolae Ciucă.
Con la intención de poner en valor el patrimonio cultural de nuestro país, la Asociación de Diseñadores, Pensadores y Creadores ha creado el programa Cultura y Culturas, que tiene como objetivo revitalizar la cultura, con un enfoque en la promoción de los sitios de la UNESCO y los valores locales, a menudo desconocidos para el público.
Han empezado por el recorrido autoguiado de Biertan. El porqué de esta elección y cuáles fueron las etapas del programa nos lo cuenta Alexandra Mihailciuc, arquitecta y coordinadora de programas culturales de la Asociación:
«Pensé en este programa Cultura y Culturas como una especie de programa de recuperación cultural que construí para proteger y valorizar el patrimonio de Rumanía. De alguna manera habla de la cultura, de las diversas culturas étnicas, pero también de la cultura en el sentido primario, relacionada con la tierra, es decir, con los territorios alrededor de la casa, la mansión, el pueblo. Esto significa que se trata tanto de cuidar al prójimo como de cuidar a los lejanos, porque están umbilicalmente unidos. Y el propósito de este programa, de hecho, es utilizar todos los medios posibles para construir un buen clima, apropiado para la cultura, pero en definitiva importante para la calidad de la vida. Y uno de los componentes esenciales de este programa es la educación patrimonial. Nos dimos cuenta de que es importante para todos los estratos sociales y para todas las edades. No me avergüenza decir que es, desde nuestro punto de vista, una de las urgencias de la sociedad en Rumanía. Vemos a nuestro alrededor lo mucho que se destruye, lo poco que se reconoce el patrimonio de las comunidades, lo poco que se ama y se comprende y lo poco que se explota. Este programa engloba varios proyectos culturales. El proyecto que hicimos este año, Heritage Lab. Connecting the Dots, es solo uno de los proyectos de este programa, que también tiene tres ejes: educación, investigación y diseño».
Alexandra Mihailciuc, arquitecta y coordinadora de los programas culturales de la Asociación de Diseñadores, Pensadores y Creadores, nos detalla:
«Este año nos hemos propuesto diseñar el programa centrándonos en el patrimonio cultural de las Colinas de Transilvania, especialmente en el pueblo de Biertan y en el pueblo de Chirpăr, con el fin de resaltar este valioso patrimonio cultural de la región y llevar al gran público todo lo que es desconocido, pero es valioso, es decir, todo lo que de alguna manera existe, pero no se valora. Y pensamos que sería una buena idea empezar por un sitio de la UNESCO, porque los sitios de la UNESCO son la punta de lanza del patrimonio mundial, los tesoros más preciados de la humanidad. Y, sin embargo, en nuestro país, todavía no forman parte de la mentalidad colectiva».
Asistió a una escuela de verano llamada Heritage Lab, con un componente teórico en el que los estudiantes estudiaban los sitios de la UNESCO, escribían sobre ellos, dibujaban, hacían materiales interpretativos, pero también tenía un componente práctico, el trabajo con las manos, en el que aprendían a hacer yeso histórico con cal, arena, a hacer una mampostería de piedra o de ladrillo correctas, partiendo de la base que los estudiantes de arquitectura necesitan estos laboratorios para prepararse para su futuro profesional. Alexandra Mihailciuc añade:
«Hicimos dos audioguías bilingües, en rumano e inglés, para el sitio de Biertan y para el pueblo de Chipăr, y he aquí que incluso logramos lanzar el recorrido digital del sitio de la UNESCO de Biertan en la iglesia fortificada, con un programa, creo yo, proteico, que incluía la presentación del proyecto, las estaciones con los proyectos relevantes del lugar, pero también un concierto de órgano. El espacio estaba lleno de música de Transilvania de diferentes épocas, música perteneciente a la época romántica, de alguna manera coincide con la antigüedad del órgano de la iglesia fortificada. Y lo que era único es que en realidad este concierto de órgano se convirtió en un taller musical o en una sala de estar musical alrededor del órgano, taller en el que se nos explicaba el sistema de funcionamiento y se hacían pequeñas incursiones sonoras en las múltiples facetas de este instrumento. Los que acudieron pudieron pasar por el resto de las estaciones que se encuentran repartidas por todo el pueblo, porque esta era precisamente la idea de invitar a los turistas a descubrir no solo la iglesia fortificada, sino también lo que hay alrededor, a propósito de Cultura y Culturas. Y así pueden pasar por estaciones sobre la UNESCO y las iglesias hermanadas, sobre la farmacia estatal, que parece ser la primera de su tipo en la Transilvania rural, sobre las costumbres, sobre la multiculturalidad del lugar, sobre los ornamentos, por qué no, sobre la Via Transilvanica que cruza el centro del pueblo, sobre la arquitectura, las decoraciones y las parcelas».
A continuación, se inaugurará una exposición sobre la valiosa cerámica de Chipăr, así como los Talleres Culturales Cigüeña de Bucarest, una serie de exposiciones, proyecciones de películas, arquitectura, artesanía y seminarios también en este ámbito del patrimonio cultural.
Versión en español: Mihaela Stoian
Harghita, junto con sus vecinas Covasna, al sur, y una parte de Mures, al oeste, forman lo que se conoce hoy en día como el País Sículo (en rumano Ținutul Secuiesc, en húngaro Székelyföld). Los sículos son una etnia de habla húngara que viene habitando desde el siglo VIII esta zona de Transilvania, situada en la parte oeste de los Cárpatos Orientales, y cuya población hoy en día supera los 600.000 habitantes.
Situado en la zona el este de Transilvania, en el centro de Rumanía, la capital del distrito de Harghita es el municipio de Miercurea Ciuc, si bien más de la mitad de la población vive en el medio rural, en un paisaje conformado por montañas, montes y prados que esconden muchas maravillas turísticas que visitamos en nuestro episodio de hoy.
Comenzamos recordando que, alrededor del mundo, muchas culturas tienen sus propias formas de rendir homenaje a los difuntos. Sin embargo, en Rumanía, estas tradiciones tienen un matiz único, una mezcla fascinante de costumbres cristianas ortodoxas y antiguos ritos precristianos. Rumanía es predominantemente ortodoxa, y la Iglesia juega un papel esencial en estas celebraciones. Una de las tradiciones más significativas es la de los “Moșii de toamnă”, o “Abuelos de otoño”. Se trata de una serie de sábados dedicados a recordar a los antepasados, donde las familias acuden a las iglesias y cementerios para realizar ofrendas y oraciones. Pero, ¿en qué consisten estas ofrendas? Las familias preparan comidas tradicionales como la colivă, un postre hecho de trigo cocido, miel y nueces, que simboliza la resurrección y la vida eterna. También ofrecen pan, vino y frutas, que son bendecidos por el sacerdote antes de ser distribuidos entre los asistentes y, simbólicamente, compartidos con los difuntos.
En los días previos, es común ver a las familias en los mercados comprando flores y velas. La luz juega un papel fundamental en estas tradiciones. Se encienden velas en las tumbas y en las ventanas de las casas para iluminar el camino de las almas que regresan a visitar a sus seres queridos. Es una forma de guiar y honrar a aquellos que ya no están en el mundo de los vivos. Pero las tradiciones rumanas van más allá de lo visible.
Existen numerosas leyendas y mitos que enriquecen esta celebración. Se dice que durante este período, el velo entre los mundos es más delgado, permitiendo que los espíritus transiten libremente. Aquí es donde aparecen figuras como el “vâlva”, espíritus protectores de la naturaleza y los hogares, que pueden ser benevolentes o traviesos. Y, por supuesto, no podemos hablar de Rumanía sin mencionar su conexión con las leyendas de vampiros y la figura de Drácula. Aunque el conde Drácula es una creación literaria, está inspirado en el personaje histórico de Vlad Țepeș, también conocido como Vlad el Empalador. Si bien estas historias son más propias del folclore y el turismo, reflejan ese halo de misterio que envuelve a las tradiciones rumanas sobre la vida y la muerte.
A continuación exploraremos las tradiciones únicas del Día de los Difuntos en diferentes regiones de Rumanía. Cada zona tiene costumbres específicas que reflejan la rica herencia cultural de nuestro país. Desde los habitantes de Oltenia, en el sur del país, hasta los transilvanos del centro, cada comunidad mantiene vivas las memorias de sus seres queridos de una manera especial. En Oltenia, el Día de los Difuntos es una celebración de carácter profundamente espiritual. La gente suele ir al cementerio unos días antes del día dedicado a los muertos para limpiar las tumbas y adornarlas con flores, especialmente crisantemos, que simbolizan la memoria. En la noche anterior al Día de los Difuntos, es costumbre que las familias preparen una mesa con platos tradicionales, como sarmale, coliva y cozonaci. Un aspecto interesante es que, en algunas localidades, se organizan procesiones en el cementerio, donde se cantan himnos religiosos y se encienden velas, creando un ambiente solemne y lleno de respeto.
En Transilvania, las costumbres relacionadas con el Día de los Difuntos son igualmente variadas. Aquí, en algunos pueblos, existe la tradición de llenar las tumbas con heno o flores silvestres, simbolizando un lugar de descanso placentero para las almas de los fallecidos. Los transilvanos también tienen una serie de rituales específicos, como encender velas en las tumbas como símbolo de la luz que guía las almas en el más allá. Además, la coliva juega un papel importante, siendo preparada con mucho cuidado. En algunas zonas, hay la costumbre de reunir la coliva en un solo lugar, donde se lleva a cabo un pequeño servicio religioso, y luego se reparte entre los asistentes. Este acto simboliza la comunión entre los vivos y los muertos.
En Moldavia, región ubicada en el este de Rumanía, el Día de los Difuntos se marca con una serie de costumbres que reflejan el devoto recuerdo hacia los que han partido. Los moldavos suelen recordar a los muertos organizando mesas festivas en las que se sirve coliva, vino y platos tradicionales. Estas comidas se preparan en honor a los que han pasado a la otra vida y son una ocasión para que las familias se reúnan. Otro hábito específico de Moldavia es encender velas no solo en el cementerio, sino también en casa, para crear un ambiente de tranquilidad y llamar a las almas a regresar en medio de la familia. Además, se cree que en la noche anterior al Día de los Difuntos, las almas regresan a casa, por lo que las familias preparan lugares especiales para ellas. Así, observamos que, aunque existen diferencias entre las tradiciones regionales de Rumanía, todas ellas tienen en común un profundo respeto y un amor incondicional por aquellos que nos han dejado. Ya sea en Oltenia, Transilvania o Moldavia, los rumanos mantienen vivas las memorias a través de rituales que refuerzan los lazos familiares y comunitarios.
El Día de los Difuntos nos recuerda la fragilidad de la vida, pero también la belleza de los recuerdos que guardamos en nuestros corazones.
¡Hola, amigos oyentes, bienvenidos a la edición de hoy que dedicamos a los valores premiados de patrimonio de Rumanía, parte del gran patrimonio cultural europeo!
Este mes de octubre, la capital de Rumanía, Bucarest, acogió un evento de alto perfil celebrado en el emblemático edificio del Ateneo Rumano. La ceremonia de los Premios del Patrimonio de este año, presidida por Iliana Ivanova, comisaria europea de Innovación, Investigación, Cultura, Educación y Juventud, y el prof. Dr. Hermann Parzinger, presidente ejecutivo de la organización Europa Nostra.
Según Radio Rumanía, Iliana Ivanova, comisaria europea de Innovación, Investigación, Cultura, Educación y Juventud, afirmó: “El patrimonio cultural es la base de la identidad y la diversidad de Europa. Felicitaciones cordiales a los ganadores de los Premios del Patrimonio Europeo/Premios Europa Nostra 2024 por sus extraordinarios logros. Son un testimonio del poder del patrimonio para inspirar la innovación, promover la participación comunitaria y apoyar el desarrollo sostenible en nuestro continente. Estos proyectos resaltan la importancia de proteger nuestro patrimonio cultural compartido y al mismo tiempo adaptarlo a los desafíos del futuro en beneficio de las generaciones futuras”.
La cumbre reunió a unos 800 profesionales del patrimonio, voluntarios, entusiastas y simpatizantes de toda Europa. Entre los invitados de honor el Prof. Dr. Sergiu Nistor, consejero presidencial; Raluca Turcan, ministra de Cultura de Rumanía; y Nicușor Dan, alcalde general de la capital.
La ceremonia de entrega de premios fue el evento más importante de la Cumbre Europea del Patrimonio Cultural 2024, que tuvo lugar en Bucarest entre el 6 y el 8 de octubre, organizada por Europa Nostra y cofinanciada por el Programa Europa Creativa de la Unión Europea, bajo el alto patrocinio del presidente de Rumanía, Su Excelencia Klaus Iohannis.
Los Premios del Patrimonio Europeo Europa Nostra fueron lanzados por la Comisión Europea en 2002 y desde entonces han sido gestionados por esta organización. Los premios cuentan con el apoyo del programa Europa Creativa de la Unión Europea. Durante 22 años, los premios han destacado y difundido la excelencia y las mejores prácticas en materia de patrimonio en toda Europa, fomentando el intercambio transfronterizo de conocimientos y conectando a las partes interesadas en el patrimonio dentro de redes más amplias. Los premios aportaron importantes beneficios a los ganadores, como una mayor exposición (inter)nacional, financiación adicional y un mayor número de visitantes. Además, los Premios promovieron un mayor cuidado de nuestro patrimonio común entre los ciudadanos europeos. Por tanto, los premios han sido una herramienta clave para reconocer y promover los múltiples valores del patrimonio para la sociedad, la economía y el medio ambiente de Europa.
Los cinco galardonados del Gran Premio de 2024 son:
Mina histórica de Ignacy, Rybnik, POLONIA, Ganador del Gran Premio de la categoría Conservación y Reutilización Adaptativa.
un proyecto de renovación único en el emplazamiento de una antigua mina de carbón, una de las más antiguas de Polonia, fundada en 1792 y en funcionamiento desde hace más de 200 años. Gracias a los esfuerzos de los antiguos mineros, la ciudad de Rybnik, el Estado polaco y fondos de la UE, el complejo fue salvado y adaptado para nuevos propósitos como centro cultural y recreativo.
Iglesia sajona en Alma Vii, RUMANIA
Ganador del Gran Premio de la categoría Conservación y Reutilización Adaptativa
Este proyecto restauró un hito cultural que representa siglos de historia y artesanía en la pintoresca ciudad de Alma Vii en Transilvania. La restauración integral no sólo preservó la integridad arquitectónica e histórica de la iglesia, sino que también fortaleció a la comunidad local y promovió el desarrollo del turismo sostenible. El proyecto, apoyado por el Fondo de Embajadores de Estados Unidos para la Conservación Cultural y subvenciones de la EEA, fue coordinado por la Fundación Mihai Eminescu.
Edificios agrícolas tradicionales, IRLANDA el Gran Premio de la categoría Educación, Formación y Habilidades.
El principal objetivo de este proyecto nacional es ayudar a los agricultores a preservar el valor cultural de las construcciones agrícolas tradicionales. Desde que se creó el proyecto en 2008, se han reparado más de 1.000 edificios. Fue iniciado por el Consejo del Patrimonio en asociación con el Departamento de Agricultura, Alimentación y Medio Marino del Gobierno irlandés, y está cofinanciado por el Gobierno y la Unión Europea a través del Programa de Desarrollo Rural de Irlanda.
Rehabilitación de la fortaleza de Tsiskarauli por parte de ciudadanos, Akhieli, GEORGIA. Gran Premio de la categoría Implicación y Sensibilización Ciudadana
A lo largo de tres años, 46 ciudadanos georgianos e internacionales trabajaron junto con expertos técnicos y artesanos tradicionales para restaurar la Fortaleza Tsiskarauli. El proyecto aumentó el nivel de conciencia sobre el valor del patrimonio georgiano dentro del patrimonio europeo. La Organización Internacional de Fondos Nacionales (INTO) fue el socio principal, trabajando en estrecha colaboración con la Organización de Fondos Nacionales de Georgia, (Francia) y la Fundación Castillo de Chudow (Polonia).
Sociedad de Amigos de las Antigüedades en Dubrovnik, CROACIA . Ganador del Gran Premio de la categoría Heritage Champions
Esta asociación de la sociedad civil ha financiado y completado proyectos de investigación y conservación de los monumentos de Dubrovnik, incluidas las murallas de la ciudad, desde 1952. La sociedad participó activamente en la inclusión del casco antiguo de Dubrovnik en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1979. Desde entonces, ha desempeñó un papel clave para garantizar la protección y valorización de este lugar excepcional.
La destacada rehabilitación de la Iglesia Sajona en Alma Vii, RUMANIA, es la gran ganadora de 2024: recibió tanto el Gran Premio como el Premio del Público 2024. Esta impresionante iniciativa recibió el mayor número de votos, emitidos en una encuesta en línea en la que participaron aproximadamente 10.000 ciudadanos. Participaron personas de toda Europa.
Alma Vii, un pueblo tradicional sajón de Transilvania, es conocido por su iglesia fortificada, testimonio de siglos de historia y artesanía. La iglesia y sus alrededores estaban en un estado de deterioro, lo que hacía que su conservación fuera una preocupación apremiante. La mampostería, compuesta tanto de piedras del siglo XIV como de ladrillos hechos a mano del siglo XVI, no era homogénea, lo que daba lugar a debilidades estructurales y grietas visiblemente pronunciadas, grandes fisuras de intervenciones pasadas, dislocaciones y juntas comprometidas. Los revoques de las fachadas estaban deteriorados, especialmente en el lado norte, lo que provocaba problemas en el interior.
La conservación de la Iglesia Sajona en Alma Vii es un claro ejemplo para las iglesias fortificadas y para el patrimonio religioso que ya no tiene una comunidad original circundante que lo cuide.
Europa Creativa es el programa de la UE que apoya a los sectores cultural y creativo, permitiéndoles aumentar su contribución a la sociedad, la economía y el entorno de vida de Europa. Con un presupuesto de 2.400 millones de euros para el período 2021-2027, apoya a organizaciones en los ámbitos del patrimonio, las artes escénicas, las bellas artes, las artes interdisciplinares, la edición, el cine, la televisión, la música y los videojuegos, así como a decenas de miles de artistas, profesionales de la cultura y el audiovisual.
El estatus de Valle Regional de la Innovación fue otorgado por la Comisión Europea, bajo la firma de las representantes de la Comisión, Iliana Ivanova (Dirección General de Innovación, Investigación, Cultura, Educación y Juventud) y Elisa Ferreira (Dirección General de Cohesión y Reformas).
La concesión del título no es sólo un reconocimiento a los resultados de nuestro país, sino también un compromiso a medio y largo plazo para continuar las acciones en áreas consideradas prioritarias: reducir la dependencia de los combustibles fósiles, aumentar la seguridad alimentaria mundial, gestionar la transformación digital (incluyendo ciberseguridad), mejorar los servicios médicos y lograr la circularidad.
La región Centro tiene una población total de 2.523.021.
La densidad es de 73,99/km², inferior al promedio nacional de 91,3/km².
La región es una de las con mayor diversidad étnica de Rumanía: la población está compuesta por rumanos (65,4%), húngaros (29,9%) y romaníes (4%).
La región Centro recibió el título de Valle Regional de la Innovación, como resultado del objetivo asumido hace casi 10 años y las acciones emprendidas por la Agencia de Desarrollo Regional Centro, para transformarse en una región innovadora. La designación de la Región Centro como Valle Regional de la Innovación es una ventaja tanto para los representantes del sector privado como para los representantes de la administración pública de los seis distritos de la región: Alba, Brașov, Covasna, Harghita, Mureș y Sibiu.
Lanzado en marzo de 2024, el Programa Valles Regionales de Innovación (RIV) es una iniciativa dentro de la Nueva Agenda Europea de Innovación (NEIA), con el papel de crear el contexto necesario para coordinar las políticas e inversiones regionales en el campo de la investigación y la innovación, pero también fortalecer la cultura de la cooperación.
Las regiones con este estatus se han comprometido a fortalecer sus políticas e inversiones en innovación, centrándose en los desafíos que enfrenta la UE como se describe en la NEIA. Estos incluyen reducir la dependencia de los combustibles fósiles, aumentar la seguridad alimentaria global, dominar la transformación digital (incluida la ciberseguridad), mejorar la atención médica y aumentar la circularidad. Además de la financiación, la Comisión también apoyará a estas regiones a través de actividades de creación de comunidades, eventos de creación de redes y acciones de comunicación específicas.
Este estatus facilita el acceso de empresas, institutos de investigación y universidades de la Región Centro a socios e inversores de otras regiones europeas innovadoras para contribuir al desarrollo de la actividad de investigación-innovación y a una integración más fácil en las cadenas de valor europeas clave.
Además, la presencia entre las regiones designadas como Valles de la Innovación, el acceso directo a socios y ejemplos de buenas prácticas en el campo de la investigación, la innovación, a la experiencia de otras regiones en la implementación de estrategias de especialización inteligente.
También se brindará apoyo para fortalecer la capacidad administrativa para la gestión del Centro de la Estrategia de Especialización Inteligente (RIS3) 2021-2027, que es un requisito previo para la implementación efectiva del Programa de la Región Centro.
Otra categoría de compromisos se refiere a aumentar el nivel y la calidad de la colaboración interregional con el fin de identificar las medidas de política pública necesarias para apoyar la innovación, incluso en áreas comunes o complementarias de especialización inteligente, y aumentar la cohesión entre regiones con diferentes niveles de desarrollo y/o desempeño en innovación, incluyendo a las regiones emergentes.
La consolidación e interconexión de ecosistemas regionales de innovación a través de planes de acción conjuntos para la innovación, con el fin de establecer Valles Regionales de Innovación conectados en base a estrategias de especialización inteligente y correlacionados con Alianzas Regionales de Innovación (PRI), se alinea con las prioridades establecidas por la Estrategia de Especialización Inteligente de la Región Centro 2021.2027 y actúa como un compromiso adicional del Centro ADR hacia la Región y sus ciudadanos.
La Comisión ha identificado 151 regiones como Valles Regionales de Innovación (RIV) como parte de la Nueva Agenda Europea de Innovación (NEIA). Al reunir a una serie de regiones de Europa con diferentes niveles de innovación y conectar a actores clave de la innovación, los RIV tienen como objetivo fortalecer los ecosistemas de innovación regionales, reducir la brecha de innovación de Europa y mejorar el desempeño general de la innovación en Europa. La UE apoyará esta iniciativa con 116 millones de euros en el marco del programa Ecosistemas Europeos de Innovación (EIE) de Horizonte Europa, el programa de investigación e innovación de la UE y el Fondo para Inversiones Interregionales en Innovación (I3) del Fondo Europeo de Desarrollo Regional.
Conocer, preservar, promover y explotar el patrimonio natural y cultural de cada Región es una condición importante para reducir las brechas territoriales. Las regiones de Rumania tienen un potencial turístico natural y humano de gran valor.
En el programa de hoy nos desplazarmos hasta el distrito de Mures. donde vamos a descubrir la capital del distrito, Targu Mures, el castillo de Ghurghiu y la estación balnearia de Sovata, muy conocida en toda Rumanía.