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  • Día Nacional de Constantin Brâncuși

    Día Nacional de Constantin Brâncuși

    En 2015, el Parlamento aprobó una ley que declaraba fiesta nacional el 19 de febrero, Día Nacional de Constantin Brâncuși. Constantin Brâncuși, uno de los más grandes escultores del siglo XX, será homenajeado en todo el país con una serie de actos culturales en la capital y en varias ciudades.

    Los actos comenzaron el martes en el Instituto Cultural Rumano (ICR) de Bucarest con la proyección del documental Brâncuși, metamorfosis de la escultura, que utilizó archivos de vídeo poco comunes del taller del gran escultor romano. El ICR también está planeando una serie de eventos temáticos en el extranjero, y para este fin se están organizando exposiciones, proyecciones de películas y conferencias en Pekín, Estambul, Madrid, Tel Aviv, Londres, París, Viena, Lisboa y Estocolmo.

    Personalidad emblemática de la cultura rumana, Brâncuși contribuyó de manera esencial a la renovación de la visión plástica en la escultura universal contemporánea. Hijo de un carpintero pobre, nació el 19 de febrero de 1876 en Hobița, en el condado de Gorj. Desde muy joven abandonó varias veces su hogar y trabajó en diversos talleres, como boiangerie (taller de limpieza y pintura de objetos diversos), tiendas y tabernas. Trabajó como aprendiz en Craiova, donde descubrió sus habilidades artesanales construyendo un violín con materiales que encontró en el taller. Más tarde se matriculó en la Escuela de Artes y Oficios de la misma ciudad. Tras asistir a la Escuela de Arte de Craiova entre 1894 y 1898, se trasladó a Bucarest para licenciarse en 1902 en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Bucarest. Durante sus estudios realizó varias obras, muchas de las cuales obtuvieron medallas.

    En 1904 Brâncuși decide viajar a París a pie, haciendo escala en Budapest y Viena. En 1905 se matriculó en la Escuela Nacional de Bellas Artes de París, y un año más tarde sus obras se expusieron en el Salón de Otoño de París. En 1907, tres de sus obras se presentaron en el Salón de la Sociedad Nacional de Artes Francesas. El célebre escultor francés Auguste Rodin asistió a la inauguración e invitó a Brâncuși a convertirse en su aprendiz, oferta que fue rechazada por el escultor rumano, quien justificó su decisión diciendo: «nada crece a la sombra de los grandes árboles». En los años siguientes produjo esculturas que se hicieron famosas, como «El beso», «La doncella», «La señorita Pogany» y «El hijo pródigo».

    En 2024, la UNESCO incluyó en la Lista del Patrimonio Mundial el conjunto escultórico «Camino de los Héroes» en Târgu Jiu, un homenaje a los héroes caídos en la Primera Guerra Mundial. El conjunto consta de cuatro obras: la Mesa del Silencio, el Callejón de los Asientos, la Puerta del Beso y la Columna Interminable, diseñadas y construidas por el gran escultor rumano entre 1937 y 1938. Las cuatro obras están dispuestas en el mismo eje, orientadas de oeste a este, con una longitud de 1275 metros.

    Constantin Brâncuși murió el 16 de marzo de 1957 y fue enterrado en el cementerio de Montparnasse de París.

    Versión en español: Antonio Madrid

  • Relaciones diplomáticas entre Rumanía y Japón

    Relaciones diplomáticas entre Rumanía y Japón

    Hasta el siglo XX, cuando la globalización lo acercó todo, las personas tenían una atracción natural hacia sus parientes más lejanos. Querían conocer sus costumbres, aprender su idioma y conocer sus mentalidades.

    Rumanos y japoneses se conocen formalmente desde hace unos 125 años, los escritos del viajero rumano Nicolae Milescu Spătarul sobre los japoneses en la segunda mitad del siglo XVII son de una época en la que el movimiento de personas era limitado.

    A principios del siglo XX, más precisamente en 1902, el embajador japonés inició contactos en Viena con la parte rumana y expresó su deseo de que se establecieran relaciones bilaterales entre los dos países. Ese año se firmó un tratado comercial que constituiría la base legal para el desarrollo de la relación. Al estallar la Primera Guerra Mundial, Rumanía y Japón estaban en el mismo lado de las trincheras, en la alianza de la Entente. En agosto de 1917, Rumanía abrió su representación diplomática en Tokio, mientras que Japón hizo lo mismo en Bucarest cinco años después, en 1922. Entre 1922 y 1927, cerraron la legación rumana en Tokio debido a los recortes presupuestarios, pero después de 1927, cuando se reabrió la legación rumana, las relaciones funcionarían ininterrumpidamente hasta septiembre de 1944. En la Segunda Guerra Mundial, Rumanía y Japón volvieron a ser aliados, esta vez dentro del eje Roma-Berlín-Tokio.

    Después de la guerra, las relaciones se reanudaron en 1959 y Ion Datcu fue nombrado embajador de Rumanía en Japón en 1966. En 1994, entrevistado por el Centro de Historia Oral de la Radiodifusión Rumana, Datcu recordó que cuando llegó a la emisora no encontró a muchos funcionarios japoneses que supieran mucho sobre el país del que procedía.

    «En relación con Rumanía, me sorprendió el escaso conocimiento que había en los círculos parlamentarios, incluso entre los miembros del Gobierno. Sabían muy poco y recuerdo que, en ese momento, cuando estábamos discutiendo ciertos problemas, incluso europeos, no podían entender el hecho de que tuviéramos posiciones diferentes a las de la Unión Soviética. Veían esta parte de Europa como un bloque monolítico. De hecho, esto no era solo algo japonés, encontré lo mismo en los Estados Unidos. Pero quiero decir que los empresarios, en cambio, sabían, tenían intereses. Visitamos muchas empresas, ya estábamos comprando barcos, estábamos construyendo barcos, también bauticé algunos buques de carga de minerales y también se compraron barcos de pesca. Incluso las grandes empresas de equipos electrónicos estaban prospectando el mercado. Me di cuenta de esta diferencia interesante entre los políticos y los empresarios. Había una gran discrepancia».

    Pero Ion Datcu iba a tener una gran sorpresa en el encuentro con el soberano japonés.

    «El emperador Hirohito era un hombre extraordinariamente agradable, más allá de su aura de misticismo, era un hombre extremadamente cálido y cercano. Y me sorprendió mucho que el emperador supiera más sobre Rumanía que los miembros del gobierno en ese momento. Empezó a hablarme del delta del Danubio y era un gran especialista en fauna, sobre todo en peces. Y él realmente me enseñó esto, tenía algunos libros, y entonces le prometí “Su Majestad, haré todo lo que pueda” y cuando me fui de vacaciones traje algunos libros que encontré, con mapas del delta del Danubio, y se los di. Y siempre me preguntaba ¿cuánto durará este paraíso en Europa?” Y se me ocurrió la idea, le dije “tal vez pueda venir a ver el Danubio, el delta del Danubio y el mar Negro”, área que consideraba de gran interés para sus estudios. Probablemente había estudiado biología y se había instruido sobre varios animales acuáticos».

    Las relaciones rumano-japonesas estuvieron dominadas por cuestiones económicas. Ion Datcu llegó a decir que los japoneses habían inventado un nuevo tipo de diplomacia, la económica.

    «Mi mandato en Bucarest fue, de hecho, casi enteramente económico. En ese momento, teníamos la idea de modernizar una serie de capacidades industriales, entre ellas la fábrica de aluminio. Recuerdo que lo hicimos con una empresa, Marubeni, hicimos una flota, y estábamos tratando de exportarnos y hasta logramos exportar palanquillas a un país que producía acero de ciertos tipos y tamaños, producían rodamientos y muchos otros productos, hasta recuerdo una pasta de huevo. No era un interés político muy grande desde el punto de vista del gobierno rumano. En ese momento, Japón era un interés económico, y desde el punto de vista japonés fue el período de florecimiento de la llamada diplomacia económica. Inauguraron la diplomacia económica. Para mí, que había estudiado mucho estos aspectos, tenía la impresión de que la diplomacia económica no se puede hacer al margen de la política, al margen de los factores militares y demás, como es normal. La verdad es que los japoneses, de hecho, han desarrollado y refinado la diplomacia económica. ¿Qué significaba esto? Sus prioridades de política exterior y diplomacia fueron establecidas, aparte de los Estados Unidos, por el área vecina y en otros lugares, de acuerdo con los intereses económicos».

    Rumanía y Japón, dos países muy distantes entre sí, ya tienen una tradición centenaria de contactos bilaterales. Es una tradición que los mantiene unidos a través del pasado, pero también a través de los valores del presente.

    Versión en español: Mihaela Stoian

  • El PPE apoya la plena adhesión de Rumanía y Bulgaria a Schengen

    El PPE apoya la plena adhesión de Rumanía y Bulgaria a Schengen

    El Partido Popular Europeo (PPE) adoptó por unanimidad, el miércoles, en la primera jornada de su Congreso celebrado en Bucarest, un manifiesto electoral en el que pide la plena adhesión de Rumanía y Bulgaria al espacio Schengen. Se trata de un documento aprobado por los más de 2000 participantes en el Congreso.

     

    En otras palabras, el manifiesto también recibió, sorprendentemente, el voto favorable de los populares de Austria, país cuyo canciller, Karl Nehammer, que forma parte de la misma familia política, se había opuesto hasta ahora vehementemente a esta perspectiva, a pesar de que los rumanos y los búlgaros están técnicamente preparados desde hace años para su pleno ingreso en el espacio de libre circulación de personas y mercancías, y a pesar de los reiterados llamamientos de los altos cargos de la UE al más alto nivel.

     

    Además, en Bucarest, el presidente del Partido Popular Europeo (PPE), Manfred Weber, reiteró el miércoles que Rumanía y Bulgaria reunían todos los requisitos, pero no olvidó mencionar el desafío de Viena. «Quiero pedirles, igualmente, a los socialistas de Austria que reconsideren su postura, porque ellos también se oponen al pleno acceso de Rumanía y Bulgaria a Schengen, así que tenemos ante nosotros un desafío austriaco y debemos convencer a todos los partidos de allí para que den luz verde a esta entrada en Schengen», dijo Manfred Weber.

     

    Nicolae Ciucă, el presidente del Partido Nacional Liberal (PNL), que forma parte de la coalición gobernante de Rumanía, declaró que los rumanos que vivían y trabajaban en el extranjero estaban esperando que el ingreso en el espacio Schengen incluyera, asimismo, las fronteras terrestres.

     

    El presidente de la Unión Democrática de Húngaros en Rumanía (UDMR), Kelemen Hunor, manifestó que postergar la plena adhesión de Rumanía iba a perjudicar a Europa:

    «El “tango” político en torno a la adhesión a Schengen ni se puede asumir, ni se puede continuar. Tenemos que decirlo alto y claro aquí también, en nuestra familia política. Podemos proteger y protegeremos las fronteras exteriores de la Unión. Estamos preparados para hacerlo. Se pueden inventar todo tipo de excusas y pretextos para retrasar la plena adhesión al espacio Schengen, pero esto hará un daño enorme a corto plazo. Pido por favor a todos los que han tenido reservas acerca de la adhesión de Rumanía al espacio Schengen que su prioridad número uno la representen nuestros intereses comunes a medio y a largo plazo, y no el beneficio político inmediato».

    En diciembre de 2023, el Consejo de la Unión Europea votó a favor de la adhesión de Rumanía y Bulgaria a Schengen solo por vía aérea y marítima, a partir de marzo de 2024. Viena, sin embargo, impuso condiciones para aceptar la plena adhesión de los dos países al espacio de libre circulación, es decir, fronteras terrestres incluidas, que son el componente más importante. ¿Se atenuarán estas condiciones ante la necesidad de obtener buenos resultados en las elecciones al Parlamento Europeo, de junio o, por el contrario, las condiciones favorecerán la obtención de buenos resultados electorales?

    Traducción al español: Gabriela Ristea