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  • Schengen: ventajas e inconvenientes para Rumanía

    Schengen: ventajas e inconvenientes para Rumanía

    Tras 13 años de espera, Rumanía y Bulgaria entraron en el espacio Schengen con su fronteras aéreas (Air Schengen) y marítimas el domingo 31 de marzo. Entre los países que se han opuesto a la adhesión a lo largo de los años han estado Alemania y Francia -países que entre tanto han expresado su apoyo a la adhesión- y los Países Bajos, y las razones aducidas fueron los problemas con la justicia y la corrupción de alto nivel en ambos países candidatos.

     

    Air Schengen significa que los pasajeros procedentes de Rumanía y Bulgaria ya no serán sometidos a un control de pasaportes más que por la compañía aérea en la puerta de embarque.

     

    23 millones de pasajeros pasaron por los aeropuertos rumanos el año pasado. Se registraron más de 160.000 vuelos en 2023 -el 66% de ellos Schengen- y más de la mitad de los vuelos Schengen en el aeropuerto de Otopeni. Se trata de 23 millones de pasajeros, con el mayor número de pasajeros registrados en el Aeropuerto de Otopeni, alrededor de 14 millones, seguido por el Aeropuerto de Cluj-Napoca con alrededor de 3 millones y el Aeropuerto de Iasi con alrededor de 2 millones. Del total de pasajeros, 300.000 eran menores, y a 2.500 de ellos se les denegó la salida. Los primeros vuelos procedentes del espacio Schengen que aterrizaron el domingo, 31 de marzo, en el aeropuerto Henri Coandă fueron los procedentes de París, Viena, Hamburgo, Roma, Zúrich, Múnich, Ámsterdam y Ginebra, informó la Compañía Nacional de Aeropuertos de Bucarest.

     

    Se espera que el verdadero impacto, especialmente para la economía, venga cuando se liberalice la vía terrestre, ya que un 39,3 % del transporte de mercancías de Rumanía se produce por carretera y un 20% por tren, según datos de Eurostat del año 2021. El transporte por mar y ríos supone el 39,3 y el aéreo sólo el 1,4 %.

     

    Las consecuencias de la no adhesión al espacio Schengen por tierra son importantes desde el punto de vista económico. Permanecer en la frontera terrestre de Schengen también supone problemas para los transportistas y el medio ambiente, como refleja la resolución del Parlamento Europeo aprobada el pasado verano. El ex ministro de Economía Florin Spătaru calculó que Rumanía pierde 10.000 millones de euros anuales por quedarse en la frontera del espacio de libre circulación. Mientras que los tiempos de espera para los camiones que cruzan las fronteras entre los Estados miembros de Schengen oscilaron entre 10 y 30 minutos en 2021, y muchos cruces no registraron ningún retraso, para los países no pertenecientes a Schengen los retrasos en los pasos fronterizos pueden ser de horas o incluso días. El alto nivel de contaminación provocado por los miles de vehículos que hacen cola a diario, esperando varias horas o incluso días para cruzar las fronteras entre Hungría y Rumanía, Rumanía y Bulgaria y Bulgaria y Grecia es también una amenaza para el medio ambiente, así como para la salud de los conductores, los trabajadores de aduanas y los habitantes de las zonas fronterizas.

     

    El Gobierno rumano estima en un 0,5 % del PIB nacional las pérdidas económicas sólo por las largas esperas de los transportistas en los controles fronterizos. Los empresarios rumanos esperan que la adhesión parcial al espacio sin fronteras de Schengen impulse la cooperación empresarial con otros Estados miembros de la UE, pero temen que ello anime a los trabajadores extranjeros de Rumanía a buscar empleos mejor remunerados en otros lugares del bloque, escribe fDi Intelligence, una publicación del Financial Times.

     

    La población de Rumanía descendió de 23,2 millones en 1990 a 19 millones en la actualidad, ya que los jóvenes rumanos buscaron mejores oportunidades en Europa Occidental y otros lugares tan pronto como terminaron los años comunistas. La adhesión a Schengen plantea ahora la cuestión de si aún más gente abandonará el país.

     

    Algunos empresarios señalan otro tipo de riesgo de fuga de cerebros. Rumanía se ha beneficiado de una afluencia de trabajadores no europeos en los últimos cinco años, en gran medida para compensar la migración de rumanos a Europa Occidental. Según las cifras de Eurostat, el número total de permisos de residencia expedidos a ciudadanos de fuera de la UE por motivos laborales alcanzó la cifra récord de 31.079 en 2022, frente a solo 1.542 en 2013. En toda la UE, solo Croacia y Malta registraron los mayores aumentos durante este periodo. A Rumanía se han trasladado trabajadores de fuera de la UE procedentes de países como Nepal, Sri Lanka y Filipinas. Una vez en Schengen, esta mano de obra no tendrá absolutamente ninguna restricción para viajar al extranjero y conseguir un trabajo mejor pagado.

     

    La adhesión al espacio Schengen también significaría el aumento de la delincuencia. Con la supresión de los controles fronterizos, podrían aumentar los peligros para la seguridad interior. Los delincuentes del espacio Schengen podrían entrar en Rumanía, pero al mismo tiempo, muchos miembros de bandas criminales de nuestro país podrían aprovecharse de que ya no hay controles aduaneros. Asimismo podría aumentar el tráfico de seres humanos y la prostitución.

     

    El espacio Schengen es uno de los logros más importantes del proyecto europeo. Comenzó en 1985 como un proyecto intergubernamental entre cinco países de la UE -Francia, Alemania, Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo- y se ha ido ampliando gradualmente hasta convertirse en la mayor zona de libre circulación del mundo. Schengen es el nombre de un pequeño pueblo de Luxemburgo situado en la frontera con Alemania y Francia, donde se firmaron el Acuerdo de Schengen y el Convenio de Schengen en 1985 y 1990, respectivamente. El espacio Schengen abarca actualmente más de 4 millones de kilómetros cuadrados, con una población de casi 420 millones de personas.

     

  • Preparativos para Schengen por aire y mar

    Preparativos para Schengen por aire y mar

    Rumanía y Bulgaria entrarán en el espacio Schengen de libre circulación por aire y mar a partir del 31 de marzo, lo que significa que se suprimirán los controles fronterizos para las personas que viajen hacia y desde otros países Schengen. En Rumanía, han concluido los preparativos técnicos en 17 aeropuertos y cuatro puertos marítimos. En los aeropuertos, se han reconfigurado las puertas de control, de modo que a partir del domingo, tras los controles personales de seguridad y equipaje, los pasajeros pasarán directamente a las zonas de embarque con sus pasaportes o documentos de identidad y los documentos de viaje exigidos por la ley. La medida se aplica también a los menores de edad.

     

    Bogdan Despescu, Secretario de Estado del Ministerio del Interior:

     

    “Concretamente, las personas que accedan a la terminal, tras pasar por el procedimiento de control de seguridad, no estarán sujetas al control fronterizo en los mostradores que todos conocemos. Estos mostradores funcionarán, a partir del domingo, sólo en el flujo no Schengen”.

     

    Sin embargo, las personas que viajen hacia o desde otros países miembros de Schengen podrían ser controladas sin previo aviso por los guardias fronterizos en los aeropuertos en base a un análisis de riesgos. Para ello, el Ministerio del Interior ha comprado 4.000 tabletas, terminales móviles que escanearán los documentos de identidad.

     

    Al mismo tiempo, en vísperas del 31 de marzo, algunos grandes aeropuertos rumanos han inaugurado este fin de semana nuevas terminales. En Iași (este), construido sobre 3 hectáreas y con una capacidad de procesamiento de más de 3,5 millones de pasajeros al año, una nueva terminal asegurará tanto los vuelos Schengen como los nacionales. En Timișoara (oeste), una nueva terminal con numerosas zonas comerciales, restaurantes y cafeterías se destinará exclusivamente a vuelos exteriores. Pero no perdamos de vista que el mayor flujo de personas y mercancías hacia y desde Schengen se produce por tierra. Sin embargo, debido a la feroz oposición de Austria, Rumanía y su vecina Bulgaria, que técnicamente están preparadas desde hace más de una década, tendrán que esperar para incorporarse al espacio de libre circulación con este componente.

     

    El politólogo y profesor universitario Cristian Pârvulescu describe las decisiones políticas que podrían conducir a la plena adhesión:

     

    “He hablado con innumerables austriacos que dicen que esto es una injusticia que se ha cometido con los dos Estados, entienden muy bien el contexto político y dicen, y esto es muy importante, que en realidad ni siquiera han conseguido sus objetivos, porque al final esta situación sólo ha aumentado el peso electoral de la extrema derecha, del Partido de la Libertad, y no del Partido Popular del Canciller Nehammer.”

     

    Como resultado, dice Cristian Pârvulescu, es posible que hacia finales de este año las negociaciones entren en una zona algo más rápida, dependerá tanto de la Presidencia húngara como de la nueva Comisión Europea.