Category: Cultura

  • Club Cultura: El Festival Internacional FILMIKON

    Club Cultura: El Festival Internacional FILMIKON

    La segunda edición del Festival Internacional FILMIKON propuso una selección de películas premiadas a lo largo de los años por jurados ecuménicos e interreligiosos en más de 30 festivales de cine de todo el mundo, pero también un diálogo sobre los valores cristianos y humanos a partir de estas producciones. Si la primera edición de FILMIKON tuvo lugar en Bucarest en 2024, la segunda edición se extendió, teniendo lugar en Iași, Cluj-Napoca, Oradea y el Vaticano, como parte del programa del Año Jubilar 2025. Hablamos con Ileana Bârsan, crítica de cine y directora de FILMIKON, sobre los valores en los que se basan las películas del programa del festival y la importancia del Premio Ecuménico del Jurado, que se otorga a los largometrajes en las competiciones de festivales internacionales de cine de todo el mundo, como Cannes o Berlín.

    «El nombre del premio puede sugerir que estas películas tienen una conexión muy estrecha con la religión, pero estas producciones no solo están dirigidas a personas que tienen una conexión cercana con la iglesia. El Jurado Ecuménico está compuesto por especialistas nominados por SIGNIS (Asociación Católica Mundial para la Comunicación) e Interfilm (organización internacional de cine interreligioso) y el premio es uno independiente que se otorga a las películas de estos festivales internacionales que enfatizan los valores humanos y cristianos, valores que hemos perdido a principios de este siglo. Hay algunas películas que intentan hacernos un poco más atentos a los demás, que por falta de tiempo, interés, generosidad a veces perdemos. Hay películas que vienen con historias particulares, pero que al final tienen un mensaje universal. Este fue el propósito del festival FILMIKON, traer películas premiadas por los jurados que están atentos a estos temas o matices, películas que ofrecemos al público rumano y crear debates, incluso preocupaciones que vayan más allá del cine. Es muy importante que estas historias cinematográficas maticen los graves problemas y temas que solemos escuchar en las noticias. Es por eso que, a través de estas películas, de alguna manera comenzamos a hacernos algunas preguntas y a mirarnos un poco, incluso a preguntarnos qué podemos hacer aquí, en nuestra comunidad. Porque a nivel global o, finalmente, a nivel político, en general, somos pequeños y no podemos controlar estas cosas, pero sí podemos controlar lo que está a nuestro lado».

    Por primera vez, a partir de 2024, el Festival Internacional de Cine de Transilvania TIFF ha establecido un Jurado Ecuménico, que incluía a Ileana Bîrsan. Summer Brother, dirigida por Joren Molter, la historia inquietante de dos hermanos, galardonada con el Premio Ecuménico del Jurado en el TIFF 2024, pero también la aventura Io, Capitano, dirigida por Matteo Garrone, ganadora del Premio SIGNIS en Venecia en 2023, una odisea contemporánea que supera los peligros del desierto, los horrores de los centros de detención de Libia y los peligros del mar, fueron incluidas en esta segunda edición del Festival Internacional FILMIKON.

    El festival también presentó un grupo de películas rumanas que abordan temas actuales o cuentan las historias de personajes reales, que pueden servir de modelos. Ileana Bârsan, directora de FILMIKON, nos cuenta:

    «A dónde van los elefantes es una película rumana realizada por Gabi Virginia Șarga y Cătălin Rotaru, película que recibió una Mención Especial del Jurado Ecuménico en el TIFF 2024. Es la historia de un niño alrededor del cual giran algunos adultos que están más desconcertados y perdidos en sus propias vidas que él. Este niño, que tiene un problema médico, está lleno de esperanza y serenidad y está tan lleno de vida que de alguna manera logra transformar la vida de los demás. El programa también incluyó el cortometraje The Dead Cat (dirigido por Ana-Maria Comănescu), que ganó el Premio SIGNIS, TIFF 2024. A Mountain of Love, otra película rumana proyectada en FILMIKON, una película muy reciente, terminada a finales del año 2024, está dirigida por el sacerdote Dan Suciu y tiene a Bogdan Slăvescu como director de fotografía. Es una película homenaje a un sacerdote que es un poco diferente, que lamentablemente murió, Florentin Crihălmeanu. También fue obispo greco-católico de Cluj-Gherla entre 2002 y 2021. Digo que era un sacerdote atípico, no solo porque estaba muy conectado con la gente, sobre todo con los jóvenes, que lo consideraban un líder espiritual, sino que también era un apasionado de la escalada, por lo que la película cuenta la historia de su relación con la gente y con las montañas. Y la última película rumana de la segunda edición del festival FILMIKON, realizada en 2019, El cardenal de Nicolae Mărgineanu, es una película sobre la vida del obispo Iuliu Hossu. Un cardenal greco-católico que significó mucho para la historia de Rumanía, un héroe de la Gran Unión, encarcelado en la prisión de Sighet y que terminó bajo arresto domiciliario. Estamos hablando del viaje de un mártir, desgraciadamente no único en aquella época».

    El cine-concierto Christus y la película El Cardenal también se presentaron en el Vaticano, en el marco del programa del Año Jubilar 2025, con motivo del Jubileo de las Comunicaciones Sociales, celebrado del 24 al 26 de enero. La institución del año jubilar es una tradición católica desde hace más de 700 años, que se repite cada 25 años.

    Versión en español: Mihaela Stoian

  • Club Cultura: El proyecto de Rumanía en la Bienal de Venecia

    Club Cultura: El proyecto de Rumanía en la Bienal de Venecia

    ¿Qué es trabajar? / What Works Is? es el proyecto seleccionado que representará a Rumanía en la 60ª edición de la Exposición Internacional Bienal de Arte de Venecia (La Biennale di Venezia). El proyecto pertenece al artista Șerban Savu y se presentará en el Pabellón de Rumanía en los Giardini della Biennale y en la Nueva Galería del Instituto Rumano de Cultura e Investigación Humanística en Venecia entre el 20 de abril y el 24 de noviembre de 2024.

     

    El tema del proyecto propuesto por Șerban Savu es la relación entre el trabajo y el ocio. Șerban Savu es un artista visual que vive y trabaja en Cluj (noroeste de Rumanía), graduado en la Universidad de Arte de Cluj, pintor realista que captura la vida cotidiana y la existencia contemporánea en Rumanía, con una predilección por los temas relacionados con el trabajo y el placer. El proyecto de la Bienal de Venecia está comisariado por el artista Ciprian Mureșan, colega de taller y colaborador de Șerban Savu.

    El artista Șerban Savu nos cuenta lo siguiente sobre el proyecto que representará a Rumanía:

    «¿Qué es trabajar? / What Works Is? es el título de un poema de Philip Levine, un poeta que se preocupaba por el trabajo y se preguntaba qué es el trabajo y respondía de una manera absolutamente admirable. Me encontré a mí mismo en sus poemas. No es casualidad que mi libro de 2018 gire en torno a cinco poemas de Philip Levine relacionados con el trabajo. He estado trabajando en este tema o he estado interesado en este tema durante bastante tiempo. En cierto modo, lo vi a través del filtro de la historia del arte, mirando el arte propagandístico anterior al año 1989, que sin embargo se quedó con nosotros y todavía existe hoy, pero de manera no tan visible. Y, como dijo Ciprian, todavía no sabemos cómo relacionarnos con él. Ha pasado muy poco tiempo para tener una actitud relajada u objetiva. Somos demasiado subjetivos. Y así abordamos el tema del trabajo, tratando de entender quiénes somos realmente hoy. Pero con la ayuda del arte, de su historia».

     

    ¿Qué podrá ver el público en la bienal? Șerban Savu:

    «En el Pabellón Central habrá un gran políptico (n. ed: obra compuesta de varios paneles desplegables), que contendrá cuarenta y pico obras. Un muro dominante, obviamente, se completará con una estructura de pedestales sobre los que se expondrán cuatro maquetas de edificios emblemáticos con inserciones de mosaico. Y en la Nueva Galería del Instituto Cultural Rumano produciremos, durante siete meses, un gran mosaico, con una escena de picnic, una escena de relajación, un 1 de mayo, pero un 1 de mayo diferente de lo que solía ser. Un 1 de mayo en el que el mundo sea libre de festejarlo como quiera, sin implicaciones propagandísticas».

     

    Por qué Șerban Savu eligió el políptico como la forma de presentar su arte:

    «Es una forma canónica. Miro la realidad y mi entorno a través del filtro de la historia del arte, y la política, la forma de arte religioso, sirve a mis ideas cuando miro la ideología, como la religión, en cierto modo. Antes, el trabajo formaba parte del arte oficial y del arte propagandístico, y era algo fundamental en la construcción de la sociedad. Ahora las cosas son diferentes, obviamente, y me interesaba ver cómo el mundo de hoy puede encontrar su independencia y cómo puede eludir los sistemas productivos y encontrar su autonomía. El trabajo implica, por supuesto, un estado de alienación, especialmente el trabajo en el extranjero, alienación por parte de los que abandonan el país, pero también de los que regresan después de mucho tiempo en el extranjero y regresan a otras realidades de las que se sienten alienados».

     

    El comisario del proyecto, Ciprian Mureșan, nos ofrece más detalles sobre la temática y la inspiración del proyecto y sobre la relación de los dos artistas creativos:

    «Los artistas tienen una relación especial con el trabajo. Siendo artista, de hecho, no curador de profesión, ahora soy curador coyuntural, porque soy colega de taller de Șerban, vecino de estudio de Șerban, lo que significa que compartimos el estudio juntos, pero trabajar para nuevos artistas significa hacerlo por la mañana, yendo al taller hasta la noche, cuando sí, y trabajando sin obtener necesariamente resultados. Por supuesto, los artistas también pueden ser bohemios. Empezamos con una selección de obras. Podemos decir que llegamos a una conclusión bastante rápida, porque estamos en la misma frecuencia de onda debido a la división del taller. Somos bastante intuitivos, de alguna manera. Nos movimos y llegamos a una conclusión».

     

    Ciprian Mureșan describe los elementos de la exposición en la bienal y nos da un breve retrato de Șerban Savu:

    «Șerban Savu es pintor, de hecho, como formación. Como pintor, empezó a trabajar un poco con el mosaico en 2008-2009. Le gustaban mucho los mosaicos antiguos, romanos y griegos. Veremos en el pabellón una selección de pinturas de 2005 a 2024, 45 pinturas reunidas en una política, en una especie de altar, digamos, para hacer una especie de diálogo con Venecia».

     

    Por último, la comisaria rumana de la Bienal de Venecia, Ioana Ciocan, habla sobre el proceso de selección de los proyectos y sobre la elección de este año:

    «Debo decir que cada vez el pabellón rumano en la Bienal de Venecia no pasa desapercibido. Este año son casi 90 los países que cuentan con pabellones nacionales, Rumanía ha tenido la suerte desde 1938 de tener su propio pabellón en los Giardini de la Biennale. Cada vez, Rumanía ha enviado a artistas importantísimos y mencionaré a aquellos en los que nadie piensa: Nicolae Grigorescu, Ștefan Luchian, Henry Mavrodin, Geta Brătescu o Adrian Ghenie, para acercarme a la época contemporánea. Sin duda, será un pabellón muy querido en el que la gente conocerá y encontrará escenas que les resultarán extremadamente familiares. Creo que más artistas, más curadores, deberían tener el coraje de participar en la Bienal. Sí, la competición es siempre extremadamente reñida, pero creo que todos deberían hacer un esfuerzo, todos los que quieran, y enviar sus expedientes para que los examine el jurado. Es un proceso difícil, especialmente para los miembros del jurado, que son nacionales, pero también internacionales. Es un proceso difícil, porque la responsabilidad es muy alta, por lo que enviamos un proyecto para representar a un país. Realmente es un proceso complicado».

     

    Versión en español: Mihaela Stoian

  • La exposición “Entre Rumanía y Francia. Un viaje plástico extraordinario”

    La exposición “Entre Rumanía y Francia. Un viaje plástico extraordinario”

    La exposición anual de la Galería de Arte de Bucarest, dentro del Museo del Municipio de Bucarest (MMB), tiene una importancia especial porque se enmarca en el contexto general de celebración de los 30 años de francofonía en Rumanía. Así, en el Palacio Suțu, en el centro de la capital, uno de los lugares emblemáticos del Museo del Municipio de Bucarest, tiene lugar la exposición Entre Rumanía y Francia. Un viaje plástico extraordinario, que podrá visitarse hasta el otoño de este año, a finales de septiembre.



    Sobre la exposición hablamos con la directora adjunta del Museo del Municipio de Bucarest, Elena Olariu:


    «La exposición se inauguró el 17 de noviembre de 2023 y permanecerá abierta hasta el 26 de septiembre de 2024, por lo que hay mucho tiempo para que los amantes del arte la vean. En 2023 se celebraron los 30 años de la francofonía en Rumanía y por ello también se inauguró esta exposición. La idea más importante que se desprende a través de las obras expuestas es el vínculo intrínseco entre el arte rumano y francés. A partir del siglo XIX, en la segunda mitad del siglo y sobre todo en la primera parte del siglo XX, hasta la instauración del régimen comunista, los jóvenes rumanos iban a Europa a estudiar arte. Estudiaban en Múnich y París. En París estudiaban en la academia de arte más grande del mundo, la Beaux Arts, porque París se había convertido en el centro mundial del arte, al menos en la segunda mitad del siglo XIX».



    Elena Olariu nos dio más detalles sobre la historia de la francofonía rumana desde la perspectiva de las artes plásticas y la atracción de los artistas rumanos hacia Francia y, especialmente, hacia París. Elena Olariu también nos habló del inicio del arte moderno en Rumanía y de la fundación de la escuela superior de arte, iniciada por el pintor Theodor Aman (1831-1891).


    «Theodor Aman, por ejemplo, va a la capital de Francia y completa sus estudios de arte en París. Con él abrimos nuestra exposición. Aman incluso empieza a exponer en los salones oficiales de allí, salones que eran grandes exposiciones de arte, las más grandes de Europa, donde exponían artistas franceses, pero también artistas que estudiaban en Francia o artistas que se quedaban después de sus estudios en París, para continuar una brillante carrera. Así Theodor Aman cumple su gran sueño de estudiar en la capital europea del arte. Regresa a Rumanía y funda aquí la Escuela de Bellas Artes».



    La directora adjunta del Museo del Municipio de Bucarest pasa revista a algunos nombres importantes de artistas rumanos (como Nicolae Grigorescu, 1838-1907, Ion Andreescu, 1850-1882 o Ștefan Luchian, 1869-1916), artistas cuyas obras se pueden ver en la exposición del Palacio Suțu, influenciados por Francia y por los vínculos artísticos con el arte de allí:


    «Otro artista importante, un gran maestro, pintor nacional, Nicolae Grigorescu, también viaja a París para completar sus estudios de arte. Muchos de ellos fueron anteriormente pintores de iglesias e iban a París para aprender arte moderno, el arte de la pintura de caballete, diríamos hoy. Lo mismo hizo Andreescu. Tenemos una obra interesante en la exposición. (…) Después de Grigorescu y Andreescu, llega a París Ștefan Luchian, quien, aunque inicialmente había estudiado en Múnich, se queda un tiempo en París. Por lo tanto, esta peregrinación, digamos muy interesante entre Múnich y París, se conserva durante mucho tiempo».



    Elena Olariu describe también la extraordinaria relación entre el pintor rumano Theodor Pallady y el gran pintor francés Henri Matisse:


    «En Francia, los artistas rumanos también conocen a grandes maestros franceses. Pallady, por ejemplo, se hace amigo de Matisse… y, para los que no lo saben, contamos la extraordinaria historia de las blusas tradicionales rumanas (denominadas «ii» en rumano. Pallady le regala al gran artista francés una pequeña serie de blusas tradicionales rumanas, cosidas de una manera extraordinaria. Se las regala a Matisse, quien también realiza una importante serie de obras de arte, no solo arte gráfico sino también pintura, con estas blusas tradicionales campesinas rumanas, llevadas por mujeres jóvenes que posan como modelos. (…) Estas conexiones extraordinarias no solo dieron resultados a nivel artístico, sino también a nivel de promoción de la cultura rumana en general, y es muy importante señalarlo».



    ¿Qué otros artistas están presentes en la exposición «Entre Rumanía y Francia»?


    «Otros artistas importantes, que podemos ver en la exposición, son Ștefan Popescu, que realmente estudió en Múnich, pero vivió muchos años en París. Kimon Loghi, por ejemplo, es otro artista importante que pinta, viaja por Francia y pinta. Iosif Iser, Max Arnold, Ștefan Constantin y muchos otros artistas que oscilan entre Rumanía y Francia. Por último, también me gustaría mencionar a Cecilia Cuțescu-Storck, que está representada en la exposición con una serie de obras de arte gráfico y una pintura».



    Al final de nuestra charla, Elena Olariu nos declaró:


    «Creemos que esta exposición refleja plenamente estas importantes relaciones establecidas entre Rumanía y Francia, especialmente en el período de entreguerras, y el apogeo que el arte rumano alcanzó durante ese período».

  • La exposición Peregrino del artista Vlad Ciobanu

    La exposición Peregrino del artista Vlad Ciobanu

    A principios de diciembre del año pasado, en la capital, en la Biblioteca Metropolitana de Bucarest (BMB), dentro de la Artoteca BMB, tuvo lugar la inauguración de la exposición de uno de los artistas plásticos contemporáneos más apreciados y valiosos: Vlad Ciobanu y la exposición de arte Peregrino. Vlad Ciobanu es uno de los escultores rumanos contemporáneos más famosos, se graduó en el Instituto de Bellas Artes de Bucarest, participó en numerosos salones y exposiciones personales y colectivas, tanto en el país como a nivel internacional. La exposición Peregrino la inauguró el invitado especial del artista, el conocido crítico de arte Pavel Șușară.



    Sobre la exposición en la Biblioteca Metropolitana de Bucarest y lo que presentó en la exposición en las pantallas de la galería Artoteca BMB, el artista plástico Vlad Ciobanu dijo:



    «Expusimos obras, dibujos de dos ciclos, principalmente, del ciclo Peregrino y del ciclo Tierra Suplicante. Y vieron que es una especie de figurativo, en el sentido de que partí de la idea de que el peregrino tiene un objetivo, una búsqueda, y ese objetivo y esa búsqueda lo transforman, lo construyen, y él se convierte en esa estaca, ese objetivo, esa búsqueda. La tierra suplicante significa muchos hitos religiosos en este mundo, consagrados. Y esa tierra se transfigura, porque es una tierra de las oraciones, consagrada en este sentido. Además, como es sabido, el hombre mismo es una tierra que ora, porque Adán, como sabemos por la traducción, significa tierra roja. Y luego expusimos algunas obras más, empezando por el rojo, el amarillo y el azul, que tienen como idea, lo que es fácil de deducir, un homenaje a este país cada vez menos querido por nosotros mismos, desgraciadamente. Y al mismo tiempo, en la representación, es el símbolo de las representaciones cromáticas, el azul está consagrado al Padre, el rojo, como es sabido, es el Hijo, y el amarillo es el Espíritu Santo. Y ahí aparece el personaje que desciende los escalones, es decir, el que se separa de la Trinidad y desciende para salvarnos. Los tres están vinculados y para mí son más como oraciones. Quizás haya una especie de reflexión, pero para mí en gran medida son formas de oración. Y tenemos dos dibujos más, uno de Nichita Stănescu, y otro de Los Llantos de Nichita. Éramos hermanos y pensé que, 90 años después de su nacimiento y 40 años después de su muerte, ahora, el 13 de diciembre, sentí la necesidad de evocarle y hacerle una referencia».



    ¿Cómo fue el 2023 para el artista Vlad Ciobanu? ¿Y qué le hizo traer exclusivamente dibujos a la exposición Peregrino en la Artoteca BMB?



    «Trabajé poco, pero las búsquedas se ven menos que en los momentos de éxito. También quería mostrar esculturas, pero primero quería ver cómo se unían los dibujos, si es que unen un mundo, y luego introducir esculturas. Y en la medida en que los dibujos se volvieran parásitos, los extraeríamos. Habría quedado solo con lo que se incluía orgánicamente en la exposición. Ya no traje la escultura, porque, naturalmente, entre el 21 y el 22 de diciembre y el 7 de enero, la exposición permaneció cerrada, porque esta sala pertenece a la Biblioteca Sadoveanu. Y luego dije que es un gran esfuerzo y casi no se puede ver. Y vamos a hacer esta exposición de nuevo, ya veremos, en otra sala. Esta es bastante pequeña y, desafortunadamente, bastante discreta, como saben. Pero, para mí, esta exposición está hecha principalmente para entender si las cosas pueden seguir por este camino y si, aparte de las obras en sí, constituyen un universo, un mundo, si proponen algo. Y me parece que pueden seguir. Así que, en conclusión, el 2023 fue un buen año, ya que logré llegar a una conclusión provisional, pero conclusión».



    Como estamos al comienzo de un nuevo año calendario, pero también laboral y lleno de eventos culturales, Vlad Ciobanu nos cuenta qué espera de 2024 y qué está preparando en cuanto a las exposiciones o reuniones artísticas:



    «Estás invitado a las reuniones. Ahora ya no me dedico a la curaduría. Vamos a ver esto de las reuniones, vamos a ver. No lo sé en Ploiești, pero estoy preparando una exposición para Iași, para la Sala de la Cúpula, y para 2025 y una gran exposición algo retrospectiva en el Palacio de la Cultura de Iași. Yo, que soy moldavo, quiero empezar por ahí y probablemente me pondré muy al día. También estoy trabajando en dos o tres libros, pero más al azar y menos sistemáticamente, porque la escultura no me lo permite. De momento, tengo proyectos. Dios me mantiene sano. Espero que tenga algunos planes más para mí».



    Versión en español: Mihaela Stoian

  • El Día Nacional de la Cultura 2024

    El Día Nacional de la Cultura 2024

    El Día Nacional de la Cultura, que tiene lugar cada 15 de enero, se celebra en 2024 a través de varios eventos en los museos, teatros e institutos culturales del país: desde exposiciones hasta obras de teatro con acceso gratuito al Teatro Nacional de Bucarest, entradas gratuitas a más de 20 museos subordinados al Ministerio de Cultura, conciertos y talleres para estudiantes o presentados por estudiantes.



    El Instituto Cultural Rumano celebra el Día Nacional de la Cultura con más de 30 eventos, celebrados tanto en el país como en el extranjero. El público internacional está invitado a conciertos, exposiciones, espectáculos de teatro y ballet, espectáculos y recitales de poesía.



    Esta fecha no fue elegida por casualidad, es el día en el que nació el poeta nacional Mihai Eminescu (1850-1889). Cada año, este acontecimiento se celebra como homenaje a las personalidades emblemáticas de Rumanía, así como a los valores culturales.



    Mihai Eminescu nació el 15 de enero de 1850 en el pueblo de Ipotești, distrito de Botoșani. Los profesores rumanos y los críticos literarios póstumos lo consideraron la voz poética más importante de la literatura rumana. Fue un poeta, prosista y periodista rumano, receptivo a la corriente romántica europea, propia de los siglos XVIII y XIX.

  • La Exposición „Cuza 150”

    La Exposición „Cuza 150”

    A principios de octubre de 2023 tuvo lugar en el Museo Nacional de Historia de Rumanía (MNHR) la inauguración de la exposición conmemorativa “Cuza 150“, 150 años de la muerte del príncipe Alexandru Ioan Cuza (1820-1873). Cuza fue el primer gobernante de los Principados Unidos y del estado nacional de Rumanía. Una figura histórica extremadamente importante, controvertida y fascinante, con una influencia abrumadora en lo que iba a convertirse en el Estado rumano moderno.


    Cornel Ilie, director adjunto del MNHR, creador de la exposición “Cuza 150”, nos cuenta lo que representa este evento:



    “Evidentemente, representa el 150° aniversario de la muerte de Alexandru Ioan Cuza. Pero, como he dicho en otras ocasiones, esta exposición no es una exposición que se refiere a la muerte de Cuza. Mencionamos esto, entre otras cosas, pero es una exposición que se centra más en la vida y actividad de Alexandru Ioan Cuza. Por lo tanto, prácticamente, “Cuza 150” fue un pretexto para que de alguna manera volviéramos a centrarnos en Alexandru Ioan Cuza, un personaje muy importante de la historia moderna, de hecho, diría, de nuestra historia, sin que me limite a la historia moderna. Un personaje cuyo nombre está vinculado a un momento importantísimo de la Unión de los Principados Rumanos. Y luego hay una serie de acontecimientos y acciones que contribuyeron de manera esencial a lo que sería la Rumanía moderna. Nuestra exposición no es sólo una exposición sobre el príncipe Alexandru Ioan Cuza. Por supuesto, buena parte de la exposición se centra en este aspecto, pero es una exposición que también habla del hombre Cuza. En un momento pensé en que un título alternativo para la exposición, a mí personalmente me hubiera gustado más que fuera “Cuza, hombre y príncipe” porque, más allá de todo, Alexandru Ioan Cuza era y es un hombre con todo lo que caracteriza a un hombre: con cualidades, con ciertos defectos, con debilidades, con pasiones, con personas que lo rodearon, algunas de mejor calidad, otras de calidad más dudosa y que también tuvieron un impacto en su reinado, en sus acciones. Por eso, quienes vengan a ver la exposición encontrarán a Alexandru Ioan Cuza en estas poses.”



    ¿Cómo ilustra la exposición las dos hipóstasis en las que está presentado Alexandru Ioan Cuza: la de príncipe, de político y la de hombre en su vida privada? Cornel Ilie:



    “Hemos intentado ilustrar estos dos aspectos a través de una serie de objetos patrimoniales muy interesantes que nos hablen, por ejemplo, de la familia de Alexandru Ioan Cuza, de sus padres y su ascendencia, que nos cuenten de Cuza antes de ser príncipe, que nos cuenten de Alexandru Ioan Cuza el diplomático, Cuza el soldado, porque, como podrán comprobar quienes vengan a la exposición, Alexandru Ioan Cuza aparece en todos los retratos que quedaron sólo en uniforme militar. Por lo tanto, nunca aparece vestido de civil”.



    ¿Qué pueden ver los visitantes en la exposición “Cuza 150”? El creador de la exposición nos hace un breve repaso de algunos objetos que contiene:



    “Por supuesto que hay ciertos objetos simbólicos como los dos tronos, el trono de Alexandru Ioan Cuza y el trono de Doña Elena Cuza, tronos que también fueron utilizados por el Príncipe Carlos y Doña Isabel hasta 1881, en el momento de la coronación de los dos como rey y reina de Rumanía. También se encuentra el bello retrato oficial de Alexandru Ioan Cuza, que todo el mundo conoce por los libros de historia, realizado por Carol Popp de Szatmari. Es quizás el cuadro más importante dedicado a la Unión de los Principados, el realizado por Theodor Aman, en el que intentamos distinguir a todos los personajes que allí se encuentran y quienes vendrán a la exposición también podrán asociar dicho rostro a un nombre y saber cómo se llamaban los que contribuyeron a la consecución de un acto tan importante como el de la Unión de los Principados. Hay objetos que nos hablan, por ejemplo, de la reforma agraria, que fue un momento muy importante que generó unos cambios significativos en la vida política del país. Objetos que recuerdan la creación de las dos universidades de Iași y de Bucarest, las primeras universidades. Son objetos muy interesantes que se refieren a la implementación del sistema único de medidas y pesos, pues hasta entonces era un caos total, cada provincia utilizaba todo tipo de unidades de medida. Son objetos que nos recuerdan la reforma militar, por así decirlo, los estrenos importantísimos registrados durante el reinado de Cuza. En 1860 se crearon todo tipo de instituciones absolutamente esenciales para la evolución de Rumanía: instituciones culturales, academias de ciencias, institutos de bellas artes y el Instituto de Estadística en 1860, cuando además se realizó el primer censo de Rumanía. Tenemos aquí la primera arma producida en Rumanía, en la Fábrica Rumana de Armas. Luego hay cosas que, como decía, nos hablan de su vida personal. Hay objetos que nos hablan de doña Elena Cuza, de la relación que tuvo con ella, pero también hay objetos que tocan un tema tabú, el de la relación que tuvo con María Obrenovici.”



    Finalmente, Cornel Ilie comparte con nosotros una creencia personal sobre la exposición del MNHR:



    “Es una exposición que, en mi opinión, de alguna manera tiene un enfoque diferente a lo que podría esperar alguien que haya visto exposiciones sobre Cuza anteriormente o haya participado en diferentes eventos. Es una exposición que creo que vale la pena ver, ya que hemos reunido objetos de muchos museos del país. Creo que los visitantes podrían venir a ver y comprender verdaderamente a esta personalidad compleja, interesante e indiscutible, figura admirable de nuestra historia, precisamente porque fue un hombre y un príncipe.”




  • Club Cultura: La actriz Dorina Lazăr, intérprete de un papel principal

    Club Cultura: La actriz Dorina Lazăr, intérprete de un papel principal

    Dorina Lazăr, una de las actrices más apreciadas en Rumanía, recibió el Premio de Excelencia en el marco de la Gala Radio Rumanía Cultural este año. Admirada tanto por el público, como por los críticos de cine, Dorina Lazăr ha interpretado decenas de papeles, tanto en teatro como en cine. Como directora del Teatro Odeón durante casi 20 años, siempre apoyó a los jóvenes artistas y apostó por producciones innovadoras.



    A sus 83 años, Dorina Lazăr regresa al teatro y al cine con dos papeles notables. Interpreta un papel importante en la nueva película No esperes demasiado del fin del mundo, dirigida por Radu Jude, que se estrenó en el Festival Internacional de Cine en Locarno, Suiza. El director fue galardonado con el Leopardo de Plata –el Premio Especial del Jurado–, y también obtuvo la mención especial del Jurado Ecuménico y el primer premio del Jurado Joven. El segundo papel importante de Dorina Lazăr es el papel principal en la obra Ansiedad de Ivan Vyrypaev, dirigida por Bobi Pricop este año.



    La película más reciente escrita y dirigida por Radu Jude, la propuesta de Rumanía para los Premios Oscar 2024, en la categoría «mejor largometraje internacional», es una sátira sobre el nuevo capitalismo rumano. Además, es una película de carretera en la que Ángela (interpretada por Ilinca Manolache) atraviesa Bucarest, una ciudad abarrotada y hostil, y un drama sobre un hombre que queda parapléjico tras un accidente de trabajo. Y también es una comedia sobre la producción de una película cuya trama es la seguridad y la salud en el trabajo. Hablamos con Dorina Lazăr sobre la película No esperes demasiado del fin del mundo, el papel que interpreta y el montaje, donde las imágenes de la película rumana Angela goes on, dirigida por Lucian Bratu en 1982 y protagonizada por Dorina Lazăr, llegan a crear un diálogo junto con las imágenes del presente.



    «Fue una experiencia muy agradable y grata para mí, fue un verdadero placer conocer a Radu Jude y actuar en su película. Trabajé con un equipo maravilloso, me refiero especialmente a los actores, extremadamente talentosos y concienzudos. Angela goes on es una película muy buena y se la recomiendo de corazón. Es una película que sigue siendo apreciada hoy en día, a pesar de que se hizo durante el régimen comunista. Realmente es una película muy bien interpretada por todo el equipo de actores y dirigida por Lucian Bratu con mucho refinamiento. El guion fue escrito por Eva Sîrbu y realidad había sido escrito para la actriz Rodica Tapalagă, pero ella no sabía conducir y fue entonces cuando decidieron elegir a alguien que tuviera un permiso. Y como yo solía conducir habitualmente, me eligieron para el papel de Ángela. El equipo realmente se sintió afortunado de que yo supiera conducir, porque el rodaje fue muy duro. Volviendo a la película de Radu Jude, le agradezco por haber sido tan delicado, fue extraordinario que haya podido filmar las escenas con mi viejo compañero, László Miske, en el mismo apartamento donde también filmamos Angela goes on. Me di cuenta de que, durante el rodaje, en la habitación había unas fotos mías y de László Miske en las estanterías desde hace 40 años, cuando filmamos Angela goes on. No puedo decirles lo bien y apreciada que me sentí, es un placer trabajar con Radu Jude. Además, él puede con todo, pase lo que pase».



    Ansiedad es la cuarta obra escrita por Ivan Vyrypaev, dramaturgo, director de teatro y cine, guionista, productor y actor ruso contemporáneo establecido en Polonia y actualmente prohibido en los teatros de su país natal, debido a su posicionamiento antibélico. La obra está puesta en escena por el director Bobi Pricop en el Teatro Odeón. «Como la vida, el teatro es y causa ansiedad; cada uno de nosotros es un enredo de ansiedades que el arte, en todas sus formas, intenta, y tal vez incluso ayuda, a desenredar», dice el director Bobi Pricop, quien considera que el papel de Dorina Lazăr es «absolutamente fantástico, de una fuerza abrumadora y una verdad escénica». Dorina Lazăr, quien interpreta a la escritora Ula Richter­:



    «Cuando invité al director Bobi Pricop a hacer un espectáculo en el Teatro Odeón el año pasado, yo seguía siendo directora. Entonces le dije a Bobi Pricop que hiciera algunas propuestas, y se le ocurrió esta obra, Ansiedad de Ivan Vyrypaev. Le pregunté por el elenco y me dijo que yo interpretaría el papel principal. Inmediatamente me negué, le dije que no por dos razones. La primera es la edad que tengo y no sabes cuándo llega ese momento, por eso no me gustaría que el teatro invirtiera en un espectáculo que luego, quizás, no se pudiera representar. La segunda es perder mi memoria y es muy difícil encontrar a alguien que te reemplace en ese papel. Pero cuando leí el texto traducido al rumano –inicialmente lo había leído en inglés–, me di cuenta de que me gusta mucho y que, pase lo que pase, quiero interpretar este papel. Y así empezamos con otros cinco actores, todos famosos».



    Nicoleta Lefter, Niko Becker, Alexandru Papadopol, Mihai Smarandache y Gabriel Pintilei completan el elenco de la obra Ansiedad, seleccionada en la reciente edición del Festival Nacional de Teatro.



    Versión en rumano: Mihaela Stoian

  • El Proyecto Acelerador

    El Proyecto Acelerador

    El arte contemporáneo concluyó la lucha por la financiación europea en octubre. El Programa de Aceleración, Tutoría y Producción para Artistas Emergentes, implementado por la Asociación Cultural Eastwards Prospectus (ACEP), es uno de los programas que ayuda y promueve el arte contemporáneo. Este programa se creó como una incubadora, con el fin de ayudar las carreras de 10 artistas emergentes, dándoles lo necesario para abordar de manera estratégica, integrada y sostenible su propia carrera artística. Uno de los socios importantes del programa fue la Galería GAEP, una galería local con estándares internacionales.



    Andrei Breahnă, director de la Galería GAEP, gerente de proyecto y presidente de la Asociación Cultural Eastwards Prospectus (ACEP), declaró lo siguiente sobre el Proyecto Acelerador:


    «El proyecto Acelerador, un programa de mentoría y producción para artistas emergentes, está llegando a su fin, tras dos años de duro trabajo y muchas aventuras, podemos decir. La última etapa que tuvo lugar durante el verano fue el proyecto artístico en el espacio público. Después de las sesiones de mentoría en la galería y la exposición que tuvo lugar en la Galería G4 durante tres meses, que también organizó otros eventos relacionados, nos movilizamos para organizar este proyecto artístico en el espacio público, donde contamos con siete de los diez artistas que participaron con proyectos en esta última etapa. Adoptaron un enfoque bastante flexible. No queríamos tener un enfoque rígido, ni condicionar los trabajos a un tema determinado. Básicamente, decidimos proponerles la idea de trabajar con comunidades y encontrar espacios habitados, de alguna manera, por las comunidades, y tratar de crear una conexión entre las personas que viven en los espacios públicos y en esos espacios, a través de su trabajo, desde la fase de redacción del proyecto», dijo Andrei Breahnă.



    ¿Qué tipo de trabajos generó el Proyecto Acelerador?


    Andrei Breahnă explicó el recorrido artístico del Proyecto Acelerador a través de la presentación de un trabajo en grupo, realizado en Bucarest y coordinado por el mentor del proyecto, una artista contemporánea de Islandia, experta en el arte en el espacio público:


    «Obtuvimos una serie de trabajos muy diversos, sobre todo en el área experimental. Realmente los animamos mucho a experimentar, especialmente en el contexto del proyecto. Tuvimos una artista de Islandia, que fue mentor en el proyecto y vino a Rumanía para los dos días del programa de mentoría. Puedo decir que es una artista especializada en proyectos artísticos en el espacio público. Además, nos presentó unos trabajos extremadamente ambiciosos, durante su viaje de investigación a Islandia. Trabajamos en varias ciudades. Fue uno de los trabajos que se presentó en Bucarest, Timișoara y Cluj, un trabajo experimental en grupo, que consistía en una bola de tiza que rodaba y de alguna manera atravesaba y creaba una línea visible o invisible entre diferentes zonas de la ciudad. La idea de este trabajo experimental es mostrar que las grandes ciudades son, en realidad, espacios geográficos extensos. Muchas veces hay barrios enteros que no tienen acceso a la cultura y tienen que recorrer zonas muy, muy largas para poder acceder a un espacio cultural. Y de alguna manera, los artistas imaginaron esta conexión, que se realizó de una forma muy concreta, porque cada artista participante hizo rodar esta bola y creó un vínculo directo entre los espacios de las ciudades. Esta idea de interacción fue realmente interesante», explicó Andrei Breahnă.



    El director de la Galería GAEP también nos habló de otro trabajo del Proyecto Acelerador, un trabajo sonoro, realizado en Oltenița (sur de Rumanía). Además, Andrei Breahnă nos contó las dificultades a las que se enfrentó al implementar el proyecto:


    «Tuve un trabajo sonoro en Oltenița. Una de las artistas del proyecto, Alina Ion, es originaria de allí. Ella se imaginó una especie de paseo que nosotros dábamos con los auriculares. La escuchaba cómo se refería a diferentes zonas de la ciudad, desde una perspectiva infantil o a veces muy íntima. Y la ciudad es muy interesante, porque allí está el Danubio. Tenemos un trabajo muy interesante, con un carácter semipermanente, de alguna manera mejor que el cine Gloria de Bucarest, del distrito 3, que es un trabajo de Maria Mandea. Ella suele tener investigaciones relacionadas con el juego, la propiedad, nuestra manera de vivir y los espacios. Y también organizamos un evento, donde había muchos juegos que jugábamos con los que venían allí, e incluso con los participantes en el trabajo. Fue toda una aventura, sobre todo porque nunca antes habíamos hecho este tipo de proyectos. Tuvimos que interactuar bastante con las autoridades locales para conseguir autorizaciones. Por desgracia, también nos enfrentamos a una especie de vacío legal, porque no existe una legislación específica para el arte en el espacio público en Rumanía, tal y como la vemos a nivel conceptual, no solo desde la perspectiva del monumento o del evento. Pero al final conseguimos realizar estos trabajos y, en cierto modo, logramos nuestro objetivo, porque conseguimos llegar a varias ciudades, interactuar con varias comunidades e involucrar a los artistas. Añadimos deliberadamente esta capa, esta dimensión del arte al espacio público, porque queríamos dar una dimensión mucho más grande, mucho más accesible al arte contemporáneo», detalló Andrei Breahnă.



    ¿Continúa el proyecto Acelerador?


    Andrei Breahnă:


    «El proyecto no termina aquí, y muy a menudo, hablamos de proyectos culturales como este, y por eso se llaman proyectos, porque empiezan y acaban. Lo bonito de este proyecto es que se basa en dos necesidades muy concretas: primero, la de ofrecer una dimensión estratégica a los artistas, que ya terminaron los estudios y tienen experiencia artística, y segundo, la de mostrarles qué es el sistema del arte contemporáneo, cómo funcionan el mercado artístico, el arte en el espacio público, cómo comunicar en el contexto de la práctica artística y cómo trabajar con un mentor. El proyecto continúa y quiero que esta serie de aceleradores sea una identidad, un elemento identitario de nuestra asociación», concluyó Andrei Breahnă.


    Autores: Marius
    Tița, Ion Puican


    Versión en español: Mihaela Stoian

  • La primera exposición a gran escala dedicada a Brâncuşi en Rumanía

    La primera exposición a gran escala dedicada a Brâncuşi en Rumanía

    A finales de 2023 y principios de 2024 tiene lugar en Timișoara (oeste de Rumanía), en el marco del programa «Timișoara 2023: Capital Europea de la Cultura», la exposición más importante dedicada a Constantin Brâncuşi en Rumanía y Europa del Este en los últimos 50 años: «Brâncuşi: fuentes rumanas y perspectivas universales».


    Constantin Brâncuși (1876-1957) fue un escultor rumano con importantes contribuciones a la renovación del lenguaje y la visión plástica en la escultura contemporánea universal, considerado simbólicamente «el padre de la escultura moderna». Brâncuşi comenzó su carrera artística en Rumanía; luego, a partir de 1903, la continuó en París, realizando sus obras de madurez en Francia.


    A principios de septiembre se celebró una rueda de prensa en Bucarest, en la sede del Banco Nacional de Rumanía, en la que se presentaron al público los detalles de esta exposición en Timișoara.


    Hablamos con Ovidiu Şandor, presidente de la Fundación Art Encounters, comisario de la exposición dedicada a Brâncuşi, sobre lo que ésta representa para los visitantes:


    «Creo que esta exposición es importante desde varios puntos de vista. Es la primera exposición de Brâncuşi en 50 años en Rumanía. Creo que este regreso simbólico de Brâncuşi a su país natal es de alguna manera importante, incluso en el contexto de lo que sucede a nuestro alrededor, en momentos complicados como los que estamos atravesando ahora, volver a nuestros puntos fijos, de los rumanos, de la cultura rumana, como lo es Brâncuşi, creo que es importante. Es una exposición única en una generación. Es una oportunidad para que el mundo vea a Brâncuși en su juventud, pero también sus obras de madurez, las obras que lo hicieron famoso. Una presentación especial, en un discurso curatorial concebido por Doina Lemny, que presenta de manera equilibrada tanto todas esas influencias rumanas con las que Brâncuşi parte a París, pero también ese proceso de transformación y refinamiento, que lleva las obras de Brâncuşi a su relevancia universal».



    Ovidiu Şandor también nos habló de las obras presentes en la exposición:


    «Aunque todos creamos conocer a Brâncuși, es importante que a veces veamos sus obras en vivo, para sumergirnos en este universo Brâncuşi, que propone la exposición con sus más de 100 obras, para ver sus diversas actividades: escultura, fotografía, dibujo, presentadas tanto en relación con Rumanía y con lo que conecta a Brâncuși con su país natal, como también con esta relevancia en el arte universal que Brâncuşi alcanzó (…). Traeremos un importante conjunto de esculturas. Hay más de 20 esculturas. Tanto algunas de sus esculturas icónicas “Pájaro fantástico”, “Pájaro en el espacio”, “Señorita Pogany”, “El beso”, etc., como también esculturas menos conocidas, como “El poste fronterizoʺ, obra realizada por Brâncuși en 1945, cuando Rumanía pierde Besarabia, pero al mismo tiempo, quizás algunos componentes menos conocidos de su obra, como la parte fotográfica, sin duda, el dibujo importante para cualquier escultor, documentos que muestran cómo se mantuvo en contacto con determinadas personas del país. Película, película realizada por Brâncuși, película realizada por otros artistas importantes, en la que aparece Brâncuși. Por lo tanto, es una presentación, aunque no necesariamente pretende ser una retrospectiva, es una exposición que sintéticamente logra presentar la complejidad de su obra y los diversos proyectos que tuvo como artista y, por supuesto, más allá de su arte, también trasciende, obviamente, la persona Brâncuşi. Y más allá de la exposición, se está preparando un catálogo importante, una publicación muy seria, también coordinada por Doina Lemny, con 16 nuevas contribuciones sobre Brâncuşi y quizás también sea importante mencionar la primera exposición de Brâncuşi, en la que Brâncuşi se sitúa en el contexto rumano».



    Doina Lemny, curadora de la exposición y una de las más importantes expertas internacionales en el arte de Constantin Brâncuşi, declaró:


    «Es un regreso simbólico de Brâncuși a su país natal, que nunca abandonó en su mente. Brâncuşi permaneció apegado a su país, pero se desarrolló en Francia. Si intentamos juzgarlo, por qué dejó el taller, la vieja historia, por qué dejó el taller a Francia, es porque allí creó durante cincuenta años todas las obras maestras. Pero él sabía muy bien, era consciente de que sus primeras obras estaban en Rumanía, es decir, las que se encuentran en el Museo de Craiova y en el Museo Nacional de Arte de Bucarest».



    Doina Lemny nos explicó la procedencia de las obras de la exposición «Brâncuşi: fuentes rumanas y perspectivas universales»:


    «Los dos museos, nos limitamos a sólo dos museos, dos museos y la Fundación de Venecia, ya que el espacio del museo de Timișoara no es muy generoso. Hay muy pocas salas, 11 salas de exposición, y las esculturas no se pueden amontonar para presentarlas todas a la vez, porque si no se ven, se matan entre sí. Así que recurrimos a dos, a la generosidad de dos grandes museos, el Tate Gallery, que nos prestó tres obras de las cuatro que tiene, y el Centro Pompidou, que posee, a través del Taller de Brâncuşi, la mayor colección de Brancuşi del mundo. No recurrimos a los museos estadounidenses por razones de espacio, como decía, y por razones de coste».



    Al final de nuestra conversación, Doina Lemny nos contó qué significa el artista Brâncuşi en su concepción:


    «Brâncuşi significa un hombre al que debo interrogar constantemente, porque guarda su misterio. Cuanto más avanzo, más me hago preguntas sobre este hombre que supo analizar cada momento de la vida y cómo reproducirlo, porque reprodujo en las formas, pero no reprodujo el ser, no reprodujo una idea y no reprodujo un personaje. Para mí, Brâncuşi sigue siendo un misterio y no, tal vez ni siquiera tenga esa tendencia a penetrar plenamente su misterio. De hecho, él mismo decía: “No pregunten a los creadores, no hay que revelarlo, no hay que levantar el velo por completo.”»



    Autores: Eugen Cojocariu, Ion Puican

  • Aspectos de la periferia de Bucarest en el período de entreguerras

    Aspectos de la periferia de Bucarest en el período de entreguerras

    A partir de septiembre y hasta mediados de noviembre, el Museo de la Ciudad de Bucarest (MMB), en su sede en el centro de la capital, el Palacio Suțu, presenta al público de la capital y a todos los interesados una exposición que lleva al visitante al pasado de la ciudad de Bucarest: «Aspectos de la periferia de Bucarest en el período de entreguerras».



    El período de entreguerras se define históricamente como el intervalo de 21 años entre las dos guerras mundiales, 1918-1939. La capital de Rumanía, la ciudad de Bucarest, es el centro industrial y comercial más importante del país, el centro de la vida artística, cultural y mediática. En 2011 su población se establecía en torno a los 2 millones de habitantes, sin tener en cuenta a las personas en tránsito o los pueblos alrededor de la ciudad. La primera mención de Bucarest aparece en 1459, y en 1862 se convierte en la capital de los Principados Unidos (Rumanía y Moldavia). Hablamos con el comisario de la exposición, el museógrafo Cezar Petre Buiumaci, sobre parte de la historia de la capital y detalles de la ciudad del período de entreguerras:



    «La idea de esta exposición surgió de la necesidad de exponer al público la evolución de la capital a lo largo del tiempo, la forma en que la ciudad se transformó cuando experimentó una de las mayores expansiones territoriales horizontales, concretamente en el período de entreguerras. Esto se debe a que Bucarest era una ciudad abierta y acogedora, aunque hubo frecuentes intentos de limitar la expansión geográfica o demográfica. La fundación de la capital de Valaquia a orillas del Dâmbovița, entonces capital de los Principados Unidos y de la Gran Rumanía, creó un espejismo que atrajo permanentemente a extranjeros, personas que llegaron a realizarse y que trajeron consigo su propio bagaje cultural, transformando la ciudad en una metrópoli con múltiples matices. Sin embargo, la mayoría de los que llegaron aquí no eran ricos y por eso se establecieron en las zonas más baratas, concretamente en las afueras de la ciudad. Así, contribuyeron a la expansión geográfica de la ciudad».



    El Museo de Bucarest tiene en su patrimonio una documentación fotográfica de la periferia de la ciudad, de las zonas que iban a ser objeto de la ampliación de la capital, una periferia que desapareció en la segunda mitad del siglo pasado. ¿Qué intentó lograr el comisario Cezar Buiumaci al componer esta exposición a partir de los recursos del patrimonio del MMB?



    «Intenté y espero haber logrado crear un espejo de la periferia urbana de una ciudad en desarrollo. La dinámica de Bucarest es única en el paisaje rumano, siendo la expansión una constante y por eso asistimos a un cambio permanente. Si en el siglo XVII se limitaba al área de la Universidad, a principios del siglo XIX llegó a la zona del actual Ateneo, de modo que a finales de este siglo llegó a la Plaza Victoriei o, mejor dicho, seguía una vía circular periférica, en un recorrido que conectaba las principales estaciones de tren de la ciudad. Para comprender el fenómeno de la expansión geográfica, debemos recurrir a las estadísticas, que nos presentan los siguientes datos demográficos: en 1831, Bucarest tenía aproximadamente 60 000 habitantes, y en 1859 esta cifra se duplicó. En 1878, la cifra se triplicó hasta alcanzar aproximadamente 230 000 habitantes a finales del siglo XIX y 300 000 a principios del siglo siguiente. En 1930, es decir, en pleno período de entreguerras, había 640 000 almas en Bucarest, y a mediados de siglo llegó a 1 millón, de modo que en los años 80 esta cifra también se duplicaría».



    ¿Qué presenta al público visitante la exposición en el Palacio Suțu, en el centro de la capital? Cezar Buiumaci:



    «La exposición presenta las afueras de la ciudad en un recorrido que sigue la carretera mencionada anteriormente, pero lo que se encontró en ese momento fuera de esta vía periférica, zonas que iban a ser demolidas y que fueron documentadas a petición de la administración local por los grandes fotógrafos de la época. La exposición presenta en 60 fotografías, en 60 paradas, en 60 clichés, aspectos de la vida y el habitar de los barrios. Los visitantes pueden ver cómo eran los pubs del barrio, cómo eran algunas calles antes de ser obstruidas o tapadas, cómo eran las principales carreteras que salían de la ciudad antes de ser pavimentadas o el aspecto de zonas como el “Valle de los Lamentos”, áreas que hoy ya no existen. Pueden ver cómo la gente se iba a bañar y ahí, en la misma imagen, podemos ver cómo se lavan los animales, los automóviles o cómo se lavaban las personas. Cómo se retiraba el hielo de la esclusa en invierno para usarlo para enfriar los alimentos en verano. Cómo se herraban los caballos o cómo se pastoreaban las ovejas en Calea Plevnei. Por lo tanto, mostramos por primera vez imágenes encargadas por el ayuntamiento que presentan la apariencia de la periferia».



    Versión española: Simona Sarbescu

  • «Para una mujer bárbara», un nuevo volumen firmado por Saviana Stănescu

    «Para una mujer bárbara», un nuevo volumen firmado por Saviana Stănescu

    Un nuevo volumen de teatro firmado por Saviana Stănescu, «Para una mujer bárbara», apareció recientemente en la editorial Tracus Arte y se presentó en la librería Cărturești Verona de Bucarest. En la presentación del volumen, traducido del inglés y con un estudio introductorio de Diana Benea, intervinieron el director del Museo Nacional de Literatura Rumana, Ioan Cristescu, la crítica teatral Oana Cristea Grigorescu y el director Andrei Măjeri. La actriz Adelaida Zamfira (que actuó en el primer espectáculo de Saviana Stănescu, «¿Sabías que los trenes cuentan historias con niños?») leyó algunos monólogos del libro. «En los últimos veinte años, Saviana Stănescu se ha convertido en una figura emblemática de la dramaturgia estadounidense, una exponente de la intersección entre Oriente y Occidente, entre diferentes culturas y tradiciones teatrales, entre el absurdo y el carnaval de Europa del Este y el realismo psicológico estadounidense. Si toda la actividad de la autora puede encerrarse en la metáfora de los puentes que construye generosamente entre continentes, culturas, lenguas y artistas de diversos espacios, entonces la presente edición espera fortalecer ese puente hacia el público rumano, a través de una selección de obras recientes, montadas y publicadas principalmente en la última década».



    Saviana Stănescu ganó el premio UNITER a la Mejor Obra del Año en 2000. Sus primeras obras en rumano (Infanta. Mod de Întrebuințare; Numărătoarea Inversă) fueron puestas en escena por los directores Radu Afrim, Theo Herghelegiu, Anca Maria Colțeanu, Tudor Țepeneag. Con motivo del lanzamiento en Rumanía de su nuevo volumen de teatro, Saviana Stănescu habló sobre el péndulo entre los dos espacios, el rumano y el estadounidense, y sobre la transición de una literatura marcada por las realidades de Europa del Este a una escritura «global».



    «Estos puentes entre las dos culturas, este in-betweenness, esta experiencia entre dos mundos, entre dos continentes, entre dos lenguas y entre muchos otros betweens me han marcado últimamente. Por tanto, mi forma de escribir intenta capturar este vaivén entre identidades, culturas y continentes. Bromeo allí en Estados Unidos y digo que soy una escritora estadounidense de 22 años, porque llegué a Estados Unidos en 2001 y comencé de cero. Fue entonces cuando comencé a escribir en inglés. Entonces, en cierto modo, solo tengo 22 años como escritora estadounidense. Claro, me quedan muchos años más como escritora y dramaturga rumana, pero para mí era importante reinventarme, empezar de cero. Como dije aquí en el lanzamiento, tengo una curiosidad que se mantiene viva, todos los días me interesa ver qué está pasando en el mundo. Tal vez se deba a mi formación periodística, tal vez se deba al hecho de que siempre me ha gustado explorar diferentes temas. Siempre me han interesado varios campos, desde las matemáticas hasta la literatura, desde la tecnología de la información hasta la danza. Y para mí, todo esto se encuentra en la forma en que intento escribir teatro. Soy de naturaleza curiosa, me parece importante plasmar estas realidades del momento en una pieza. Creo que es importante crear una situación dramática, crear una historia».


    Si en sus inicios, cuando escribía obras de teatro en rumano, Saviana Stănescu se interesaba principalmente por el ámbito del absurdo, desde su llegada a Estados Unidos sus textos han adquirido una amplia resonancia sociopolítica. Saviana Stănescu:



    «Cuando llegué a Estados Unidos me encontré con la realidad del emigrante. Fue difícil para mí. Me costó tomarlo desde cero, me costó ser diferente, ver que no me reconocen, que no me consideran al mismo nivel que los escritores de allí. Entonces comencé de nuevo desde cero, traté de mostrar lo que puedo hacer, traté de aprender de los demás. De alguna manera, esta nueva realidad que encontré me hizo comprender que en Rumanía estaba mimada. En Rumanía me permití explorar la zona del absurdo, escapar a varios mundos. En Estados Unidos tuve dificultades financieras, tuve que afrontar un mundo más duro, especialmente en Nueva York. Como dije, lo tomé desde cero. Me hice estudiante, aunque en Rumanía era una escritora reconocida. Hay algo poderoso en empezar desde cero. Como apunta Diana Benea en el prefacio del volumen «Para una mujer bárbara», también pasamos por algunos momentos sociopolíticos importantes. Y en Estados Unidos se añadió otro tema a mis escritos: las relaciones de poder entre países. Como me di cuenta de que se trata de una relación de poder diferente, no podemos comparar la percepción de Estados Unidos con la percepción de Rumanía. Y me di cuenta de que estoy en otro mundo, un mundo de poder, un mundo de dominación económica, un mundo con problemas de discriminación racial y de género, un mundo con problemas económicos diferentes a los de Rumanía. Tuve que adaptarme, tuve que entrar en un ritmo diferente. Naturalmente, estas nuevas realidades aparecieron en mis obras. Siendo empática, si vivo en un lugar por un tiempo, escribiré una obra que refleje los problemas de ese lugar y el entorno allí, con la esperanza de que mi texto también hable a un nivel más amplio y resuene globalmente».



    Actualmente, Saviana Stănescu es profesora universitaria de escritura dramática y teatro contemporáneo en el Ithaca College, después de haber enseñado durante 8 años en la Tisch School of the Arts de la Universidad de Nueva York.



    Versión española: Simona Sârbescu

  • Desde Rumanía hacia el mundo: El rumano, celebrado en agosto

    Desde Rumanía hacia el mundo: El rumano, celebrado en agosto



    La afiliación de la lengua rumana a la latinidad es
    una prueba de que la cultura rumana es parte de la herencia europea y un
    elemento de nuestra identidad europea.


    ‘La unidad de la lengua rumana testifica el patrimonio
    intangible representado por la ascendencia de la latinidad oriental y el
    Romanismo de nuestro pueblo. No debemos perder de vista ni un momento este
    patrimonio.



    Al celebrarse el 31 de agosto el Día de la Lengua
    Rumana, felicitamos a todos los
    rumanos, así como a los que hablan y valoran la lengua rumana.



  • Ioana Bugarin, nominada dos veces a los Premios Gopo

    Ioana Bugarin, nominada dos veces a los Premios Gopo

    El año pasado, en el TIFF (el Festival Internacional de Cine Transilvania), la actriz Ioana Bugarin fue galardonada con la Beca Alex. Leo Șerban por los papeles interpretados en las películas Mia își ratează răzbunarea (dirigida por Bogdan Theodor Olteanu) y Otto Barbarul (dirigida por Ruxandra Ghițescu). Este año, en los Premios Gopo, Ioana Bugarin ha sido nominada dos veces por sus papeles en las mismas películas: el papel de Mia en la película Mia își ratează răzbunarea ha sido nominada en la categoría Mejor actriz protagonista y el papel de Laura en la película Otto Barbarul, en la categoría Mejor actriz de reparto. También este año, Ioana Bugarin ha sido protagonista en la película Miracol, dirigida por Bogdan George Apetri, ganadora del Premio al mejor largometraje en el TIFF, en la sección Días del Cine Rumano, y elogiada en la prensa estadounidense después del lanzamiento. Ioana Bugarin también ha destacado gracias a su actuación en la serie lanzada recientemente por HBO, RUXX.



    Con tan solo 25 años, Ioana Bugarin tiene una carrera en el cine, pero también en el teatro. Después de haber interpretado el papel de Ofelia en el espectáculo Hamlet dirigido por Dragoș Galgoțiu, fue contratada por el Teatro Odeon. Ioana Bugarin también ha actuado en los espectáculos: Julieta fără Romeo, dirigido por Bogdan Teodor Olteanu, Enrique IV, dirigido por Vlad Cristache, y Persona, dirigido por Radu Nica. La exitosa coproducción internacional Itinerarii. Într-o zi, lumea se va schimba, dirigida por Eugen Jebeleanu, en la que también actúa Ioana Bugarin, recibió el premio UNITER 2020 a la mejor dirección y fue declarado por los críticos de teatro rumanos el espectáculo del año 2019. Hemos hablado con Ioana Bugarin de sus papeles más recientes, de la importancia de la Royal Academy of Dramatic Art en su formación y de cómo elige sus proyectos. También hemos hablado de los premios recibidos, que son reconfortantes, pero que no representan un objetivo. La actriz ha afirmado que un momento emotivo fue el año pasado, en el TIFF, cuando recibió la Beca Alex. Leo Șerban, iniciada en memoria de uno de los críticos de cine más destacados de nuestro país:



    “Fue un gran honor. No lo esperaba en absoluto. Recuerdo que los organizadores de la Gala TIFF seguían invitándome a participar en la Gala, y yo decía que no tenía razón para venir. Seguían enviándome mensajes e invitándome, y yo contestaba lo mismo, que no tenía por qué ir a la Gala. Pero cuando llegué, todo tuvo sentido. Pero nunca me centré en esto, en ganar premios. Ni cuando empecé este proyecto, ni cuando elegí un proyecto. Quiero decir que, para mí, lo más importante ha sido encontrar partituras que me representen, que me inciten. Por supuesto, cada persona necesita validación y entonces es maravilloso, es increíble recibir reconocimiento, pero, como decía, no es mi objetivo.



    En los largometrajes Mia îşi ratează răzbunarea (dirigido por Bogdan Theodor Olteanu) y Miracol (dirigido por Bogdan George Apetri), Ioana Bugarin es protagonista y consigue interpretar dos papeles extremadamente distintos. Mia es una joven actriz que habla de la condición de la mujer en el entorno urbano y de la importancia de su autonomía, mientras que Cristina Tofan se siente atraída, al menos aparentemente, por la vida en un monasterio, donde quiere encontrarse a sí misma. El papel de Laura en la película Otto Barbarul (dirigida por Ruxandra Ghițescu), una adolescente deprimida que al final comete suicidio, también fue un desafío. Ioana Bugarin.




    “Creo que he tenido mucha suerte y, de alguna manera, estuve en el lugar adecuado en el momento oportuno. Seguramente, fue una coyuntura favorable, pero he logrado obtener todos los papeles que he interpretado tras unas audiciones. Después, a medida que empecé a actuar, los directores entendieron qué era lo que me interesaba como artista y me buscaron sobre todo para interpretar papeles que yo consideraba adecuados para mí. De alguna manera, a medida que crecía, llegó a ser cada vez más obvio que me interesaban ciertas cosas. La discriminación por razones de género es una de estas cosas, discriminación que, a veces, es bastante sutil. También me han ayudado a definirme algunas autoras feministas que descubrí cuando estudié en Londres, en la Royal Academy of Dramatic Art. De esta manera, también he adquirido un vocabulario de las cosas que me interesaban, pero que no sabía expresar. Es muy importante cómo hablamos de las mujeres y cómo las presentamos. La cultura tiene este poder de formarnos, de cambiar un poco la forma de ver el mundo. Por esto, para mí siempre ha sido importante elegir historias que me representen para poderme dedicar totalmente. Y puedo decir con gratitud que hasta ahora ha pasado esto.



    El espectáculo más reciente en el que actúa Ioana Bugarin es Sara/Mara (un fel de comedie cu vloggeri), una producción Apollo 111 e Ideo Ideis, dirigido por Bogdan Theodor Olteanu. Del reparto de este espectáculo también forman parte Mădălina Stoica, Alexandru Ion, Ramona Niculae y Carol Ionescu.




    Versión en español: Monica Tarău

  • Club Cultura: El traductor  Sean Cotter

    Club Cultura: El traductor Sean Cotter

    El año pasado apareció en Estados Unidos la versión en inglés de la novela “Craii de Curtea-Veche, firmada por el traductor Sean Cotter. Sean Cotter enseña literatura comparada y traductología en la Universidad de Texas en Dallas. Se especializó en modernismo, teoría e historia de la traducción y en literatura de Europa del Este. “Craii de Curtea-Veche, la novela de Mateiu Caragiale, publicada en 1929, es considerada una de las más importantes de la literatura rumana, es muy apreciada por el público y fue designada la mejor novela de la literatura rumana en una clasificación realizada por la revista Observador a comienzos de los años 2000.


    Hemos hablado con Sean Cotter sobre el proceso de traducción de la novela “Craii de Curtea-Veche, que duró once años, sobre las más recientes traducciones que hizo y su acercamiento a la literatura rumana. Sean Cotter:



    En Estados Unidos no se conoce la literatura rumana. Northwestern University Press tiene una serie dedicada a la literatura universal, y los editores se han interesado en publicar este libro, que es una gran novedad para los lectores estadounidenses. Les dije que era un libro muy importante, de una gran belleza, y que sería una pena que los lectores estadounidenses no lo conocieran. Mi especialidad, como profesor universitario de literatura comparada, es el modernismo europeo, escribí sobre Lucian Blaga, T.S. Eliot y otros escritores de esa época. Quiero decir que fue de alguna manera natural llegar al libro de Mateiu Caragiale y admito que para mí fue un desafío, una ambición de traducir este texto que se dice que es en gran parte intraducible. En cuanto a mí, me tomo cada palabra en serio, no puedo dejar nada fuera. Entonces puedo decir que fue una conexión muy estrecha con el texto de Mateiu Caragiale, un hombre nada común. La documentación que hice me ayudó mucho, leí casi todo lo que se escribió sobre Mateiu Caragiale, comenzando con G. Călinescu y Șerban Cioculescu y terminando con Nicolae Manolescu y Cosmin Ciotloș. Șerban Cioculescu incluso realizó un diccionario de palabras usadas por Mateiu Caragiale y esto me ayudó mucho. Pero para adentrarme en el universo de este escritor, era fundamental imaginarlo como personaje, para entender cómo pensó y escribió este libro, necesitaba esta imagen para crear un puente entre mí y el texto original. Por eso digo que la documentación, en el caso de la traducción de “Craii de Curtea-Veche, fue fundamental, me ayudó mucho el hecho de haber leído todo lo que se escribió sobre su obra, pero también la biografía de Mateiu Caragiale. Caracterizaría a Mateiu Caragiale, en primer lugar, como un dandy. En la literatura inglesa existe este tipo de personaje/autor, Oscar Wilde y Edgar Allan Poe son dos ejemplos. Este tipo de literatura, la decadente literatura en lengua inglesa, me ayudó mucho a comprender y traducir a Matei Caragiale.



    Sean Cotter llegó por primera vez a Bucarest en 1994 debido a un sello puesto incorrectamente. Tenía 23 años y se ofreció como voluntario para una organización gubernamental:



    Eso fue lo que pasó, tuve que ir a Kazajstán, era voluntario en una organización gubernamental, el Cuerpo de la Paz. Estaba muy feliz de llegar a Rumanía, aunque no sabía nada de este país, lo digo con toda sinceridad. Sólo sabía que da era sí y que nu era no, pero a veces confundía esas palabras. Tomé un curso de idioma rumano, que se organizó en el edificio de una escuela primaria en la plaza de Amzei, donde aprendí rumano de forma intensiva, cuatro horas al día. Recuerdo que en ese curso el profesor nos retó a intentar una traducción del Poema de Nichita Stănescu, de ese poema corto: ¿Dime, si algún día te agarrara y besara la

    planta de tu pie…

    no es verdad que después acabarías cojeando un poco,

    por miedo a no desbaratar mi beso?



    Sean Cotter tradujo a muchos escritores rumanos al inglés: Mircea Cărtărescu (Orbitor/Ala izquierda), Nichita Stănescu (Rueda con un radio), TO Bobe (Rizo), Nichita Danilov (Almas de segunda mano), Liliana Ursu (Muro de luz), Magda Cârneci (FEM). Este año, también traducida por Sean Cotter, aparecerá en EE. UU. “Solenoide, la novela de Mircea Cărtărescu galardonada con importantes premios internacionales.


    Sean Cotter también es autor del libro “Literary Translation and the Idea of ​​a Minor Romania (Rochester University Press, 2014), que ganó el Premio Bienal de la Novela concedido por Society for Romanian Studies.

  • Club Cultura – European Book Day en Cluj

    Club Cultura – European Book Day en Cluj

    A finales de abril, en Cluj-Napoca (noroeste de Rumanía), en pleno centro de la ciudad, en el Casino – Centro de Cultura Urbana, tendrá lugar un evento que reunirá a niños, jóvenes de entornos desfavorecidos, casas editoriales en Rumanía y escritores: Día Europeo del Libro. Qué significa exactamente el Día Europeo del Libro y cuál es el concepto del evento, nos enteramos por Bianca Mereuță, directora de la editorial Signatura y organizadora del evento en Rumanía:



    A través del Día Europeo del Libro, pretendemos acercar a los jóvenes al libro de la manera más creativa posible, en formas que los jóvenes consideren interesantes, agradables, que les proporcionen una sensación de bienestar y que vean el libro como alternativa a los muchos estímulos que encuentran en la vida cotidiana y que son tan interesantes. El Día Europeo del Libro comenzó en Austria, con nuestros socios austriacos. Se trata de un proyecto cofinanciado por Erasmus+ en el que en cinco países organizamos eventos a través de los cuales tanto jóvenes de entornos vulnerables, con menos acceso a actividades culturales y libros entran en contacto con los autores, el mundo del libro y la educación, como también jóvenes de entornos vulnerables, para un día de alegría y el placer de leer juntos, del placer de estar juntos alrededor del libro. El proyecto tiene lugar en cuatro países europeos, y el quinto es el socio de comunicación de todo el concepto. Austria es el iniciador del Día Europeo del Libro, el acontecimiento sigue al de Rumanía, el próximo 27 de abril, seguido por los eventos en Suecia en mayo, y en noviembre terminará la serie de reuniones en este evento en Alemania, en Bonn. El Día Europeo del Libro es para los jóvenes.



    El Día Europeo del Libro está en su debút, con su primera edición. La participación en el evento es gratuita, abierta al público en general. ¿Qué pretende el evento? ¿Y qué sucederá exactamente en él? Bianca Mereuță:



    “El Día Europeo del Libro tiene como objetivo acercar a los jóvenes al libro, jóvenes tanto de entornos vulnerables como también jóvenes acostumbrados a acceder a los libros de forma regular, con acceso a la educación, con posibilidades materiales que les abrirán el mundo más fácilmente. Previo a los eventos reales con jóvenes de entornos vulnerables, realizamos una serie de talleres de escritura creativa y talleres en el campo de las artes a través de los cuales, a través de una expresión artística y creativa, presentan al público creaciones literarias, creaciones que serán presentadas en el evento. Y de esta manera, tratamos de demostrarles que la lectura, los libros, la creatividad están al alcance de todos. Todo el mundo puede ser creativo. Cada uno de nosotros tiene los recursos para ser creativo, pero la base para volverse creativo es una cultura más profunda y una base de aprendizaje y conciencia de la importancia de la educación. El próximo 27 de abril, a partir de las 11.30 horas, se espera a jóvenes y adultos, por supuesto acompañados de niños. Los esperamos a todos en el Casino, en el Centro de Cultura Urbana, donde diversos eventos creativos en torno al libro serán los que mantendrán su atención por unas horas y, con suerte, les traerán bienestar. Los jóvenes necesitan ver más allá de las alternativas fáciles, que satisfacen de inmediato sus necesidades, para ver una promesa a largo plazo. Esa promesa de educación, que se construye despacio, paso a paso, pero que verdaderamente construye al hombre, al hombre íntegro, al hombre bueno, consigo mismo, al hombre que sabe y es dueño de sí mismo porque tiene una base sólida por detrás, a saber el libro.



    Al final de nuestra entrevista, la organizadora del Día Europeo del Libro, Bianca Mereuță, ha compartido con nosotros las esperanzas para el futuro relacionadas con el proyecto:



    “Queremos convertir el Día Europeo del Libro en un evento plurianual. Queremos que el Día Europeo del Libro llegue al mayor número posible de jóvenes en Rumanía. Necesitamos eso. Entonces, con el Día Europeo del Libro esperamos crecer y esperamos que, en primer lugar, su impacto sea en el corazón, en el alma, en la mente de aquellos que llegan ahora a Cluj, que recordarán estos eventos y que comprenderán la importancia de la rutina de lectura todos los días.



    Cabe señalar que a partir de este año, Rumanía tiene un Día Nacional de la Lectura, marcado por ley el 15 de febrero, dado que un rumano lee menos de 5 minutos al día y alrededor de un libro al año, como media. En un país donde menos del 10% de los ciudadanos compran un libro al año, el papel de la escuela se vuelve fundamental en el desarrollo de una actividad aparentemente obsoleta, la lectura, como preocupación por salvarnos de un universo superficial, un universo en el que pinchamos sin decidir. La lectura construye conexiones profundas y constantes en la mente de todos, sean niños o adultos, señaló el Ministerio de Educación, que ese día modificó el programa de estudios para que, independientemente de la disciplina de estudio prevista en el horario, a las 11:00 y 14:00 horas, la maestra organice en clase actividades de lectura en las que participen todos los preescolares y estudiantes. Los maestros recomiendan que todos los estudiantes traigan un libro favorito o tomen prestado un libro de la biblioteca de la escuela y lo lean individualmente o en pequeños grupos de trabajo durante 15 minutos. El objetivo de la actividad es fomentar la lectura como hábito diario.



    (Versión española: Simona Sarbescu)