Category: Viajes

  • Viaje a los alrededores de la ciudad de Sibiu

    Viaje a los alrededores de la ciudad de Sibiu

    Muchos de los turistas que llegan al área de Sibiu quieren pasar un día en alguna ovejería. Estos conjuntos son verdaderamente cautivadores, llegando hasta en lo alto de las montañas; a lo largo de varios siglos, han guardado sin cambio alguno diferentes prácticas y un decorado que caracteriza un universo realmente heróico, en buena parte desaparecido en muchas regiones del paisaje de nuestro continente. Para muchos asentamientos rumanos de esta parte del país, las ovejas representaron casi todo: comida, ropa, casa, dinero, tradición. La ovejería significa queso de un sin fin de variedades, pero también requesón dulce, názula, yogur y otros derivados de la leche de oveja. Hay, por ejemplo, una especie de queso que se prepara solamente en dos o tres países del mundo; se llama queso blanco y en ninguna parte es más sabroso que en la región de Sibiu…


    Sibiu fue la más importante ciudad sajona de Transilvania. Alrededor de la ciudad, pero especialmente hacia las montañas, han perdurado a lo largo del tiempo aldeas con habitantes mayoritariamente rumanos, entre las cuales mencionamos a Sălişte, Sibiel y Tilişca, Răşinari y Poiana Sibiului, Miercurea Sibiului o Jina.


    El que escoja esta región para pasar sus vacaciones tiene para explorar un montón de facetas de la vida rural. Desde el específico impreso en todo y en todas por la práctica del pastoreo, el oficio principal de los nativos, hasta la etnografía destacada, que cautiva por su sencillez y su elegancia, desde un día de fiesta, en la que toman parte todos los integrantes de la comunidad, hasta la iglesia de Sălişte, pintada en 1674, desde una de las más impresionantes colecciones de iconos pintados en vidrio — hay alrededor de 700 ejemplares -, que se encuentra en Sibiel, hasta las dos casas memoriales de Răşinari, que hablan de por sí sobre la profundidad del alma de estas personas. Aquí nacieron el poeta Octavian Goga y el que fue nombrado el estilista de la literatura francesa, el escritor Emil Cioran…


    Las visitas a Sibiu — capital cultural de Europa en 2007 — o a las aldeas sajonas van a completar, sin duda alguna, la colección de impresiones ineditas. Igual que, para el aficionado al turismo montañés, son encantadoras las veredas que van hacia el pico Onceşti (1714 m), hacia la cabaña Gâtul Berbecului (1175 m) o hacia Cheile Cibinului. Excursiones más largas, en las que se descubren admirables paisajes carpatinos, se pueden hacer hacia el pico Cindrelul (2244 m), donde hay también un lago muy hermoso. No son pocos los turistas que van hacia Păltiniş, estación montañosa rodeada de abetos y de píceas altas, igual de atractivos en cualquier estación del año.



    La región Bran — Moieciu



    Desde los años 70 del pasado siglo, en la aldea montañosa Şirnea, ubicada en Poiana Braşov, llegaban trineos tirados por caballos, cargados de esquiadores ingleses y alemanes, ansiosos de conocer la interesante aldea de pastores y serradores que está ubicada cerca de Bran. La atmósfera es de ensueño: “ţuică” (aguardiente hervido), “sarmale” (carne picada envuelta en col) y chorizos, música, bailes tradicionales y una alegría inmensa. La vuelta, después de medianoche, es también grandiosa, por entre la nieve abundante: antorchas, gritos de alegría y retintín de cascabeles. ¿Quién podrá olvidar alguna vez semejante fiesta ?


    Después de 25 años, Bran — con su famoso castillo, pero también con las cautivadoras leyendas y con su gente dinámica — llegó a ser el portabandera del turismo rural de Rumanía. Su oferta fue de las más atractivas: descanso en medio de un silencio celeste, caminatas a pie o en trineo con cascabeles, excursiones a las veredas de las montañas, panoramas seductores, comidas exquisitas, alojamiento de buena calidad. La existencia del castillo — cuya construcción comenzó alrededor de 1377, con una silueta sobria y con techos de teja rojiza — fue, sin duda alguna, una ventaja más. Sobre todo porque el nombre de esta fortaleza está relacionado, con mayor o menor fundamento, con el nombre del vaivoda Vlad Ţepeş, el prototipo de un mito: el de Drácula. Las escaleras te llevarán hacia un patio interior, que te introducirá en la atmósfera llena de misterio que domina la construcción de un lado al otro. La imaginación puede volar a gusto. Si eres un aficionado a la historia, estarás ansioso por analizar las obras expuestas en el museo. Si eres un alma romántica, podrás contemplar los alrededores pintorescos a través de las ventanas almenadas. Y si, a pesar de todo, el espíritu de Drácula te llena de entusiasmo, puedes buscar ardorosamente con la mirada, en los rincones de los cuartos, señales de su paso por el castillo. Nunca se sabe…


    Una cosa es indudable: los hostales de Bran, tanto como los de Şimon, Moieciu, Fundata o Cheia, en los que puedes conocer más de cerca una civilización aún tradicional y puedes disfrutar de momentos de gran belleza y de un silencio edénico, gozan de equipos de la mejor calidad. La naturaleza, también espléndida, con paisajes que nos hacen recordar a Suiza, no tiene nada artificial: candor, pureza, grandeza…


  • El vaivoda Mircea de Valaquia

    El vaivoda Mircea de Valaquia

    El reinado de Mircea el Viejo (1386 — 1418) tuvo consecuencias decisivas para el destino de la romanidad oriental del Bajo Danubio y los Cárpatos: Valaquia, independiente a partir de 1330, Moldavia, fundada como Estado independiente en 1359 y la vaivodía de Transilvania, sometida a la corona húngara, pero en la que los rumanos, como poblacion mayoritaria, habían conservado una vida politico-social con estructuras propias. El reinado del vaivoda Mircea el Viejo representó no sólo un nivel máximo del desarrollo del Estado valaco, tanto en lo que concierne a su extención territorial, como a su poder militar, sino también un esencial momento histórico para la conservación del ente estatal y étnico de los rumanos. Hecho de importancia capital, porque, como destacaron muchos historiadores, sin la continuidad de la vida estatal rumana — mientras que otros países, al sur del Danubio, fueron transformados por varios siglos en bajalatos turcos — la mayor parte de las ulteriores manifestaciones, materiales y espirituales de los rumanos hubieran sido otras.



    La realidad diaria de la amenaza otomana constituyó el hecho dominante para la existencia y las relaciones con el extranjero de Valaquia en los años del reinado de Mircea el Viejo. El vaivoda rumano hizo frente al peligro otomano de una manera que cabe subrayar, por constituir siempre, antes de su reinado y después del mismo, una modalidad principal de manifestacion de los rumanos en el contexto internacional: la alternancia de acciones diplomaticas y militares, todas desplegadas en las condiciones del mantenimiento de un sistema de alianzas capaz de asegurar a una pequeña potencia, como era la de Valaquia, en comparación con las innumerables fuerzas del Imperio Otomano, un eficiente apoyo externo.


    Sin embargo, el 17 de mayo de 1395, en el lugar llamado ROVINE, cubierto de bosques y pantanoso, el ejercito otomano, con el potencial debilitado, fue obligado por Mircea, quien atacaba, a librar la batalla decisiva. Innumerables lanzas se reunieron entonces, la multitud de las flechas fue inmensa, que no se podía ver más el cielo a causa de su espesura y el rio se había enrojecido a causa de la sangre que corría de la multitud de los caidos”, relataba una cronica búlgara. Mircea el Viejo luchó varias veces en contra de los turcos y muchas veces salio vencedor, pero ninguna de aquellas luchas tuvo la importancia de aquella que tovo lugar en Rovine, en primer lugar porque, al vencer la hueste del sultan misma, profundamente infiltrada en el territorio del país, los rumanos demostraron una fuerza de resistencia que los otomanos no habían encontrado más.


    La importancia del reinado de Mircea el Viejo consiste precisamente en este resultado. En una epoca en que los Estados del sureste de Europa caían uno tras otro bajo el torrente invasor, convirtiendose en regiones del Imperio Otomano, el heroismo de los rumanos y la inteligencia diplomática del vaivoda Mircea el Viejo hicieron que el poder nunca visto de los otomanos se estrellara contra la muralla que alzaron los rumanos en el Bajo Danubio, el último escudo de Europa.

  • Visita a Poiana Brasov

    Visita a Poiana Brasov

    Poiana Braşov, situada a 14 kilómetros de la ciudad de Braşov, es el mejor balneario de Rumanía. Es el lugar ideal para quienes aman el perfume de los bosques de abetos, el senderismo, los baños de sol y el deporte.


    Dicha estación climática está protegida contra vientos y nieblas por la pirámide de Postăvarul (1.800 m de altura), quedando quieta y calma durante todo el año, como un verdadero claro de sol. La misma pirámide abre hacia Poiana Braşov, con sus ricos bosques de coníferos, un sinfin de senderos para paseos a pie o a caballo. Poiana Braşov goza de un bioclima tonificante y de una ionización acentuada de la atmósfera. Su infraestructura turística puede competir con las de las estaciones climáticas de los Alpes de Europa. Hotelos de diferentes grados de comodidades, chalets, cabañas, varios medios de transporte por cable, piscinas cubiertas y al aire libre, estadios para atletismo y futbol, patinadero artificial, escuela de equitación.


    He aquí unas cuantas de las innumerables posibilidades con que cuenta Poiana Braşov para que los huéspedes se sientam mejor que en sus propias casas. Uno puede elegir Poiana Braşov para pasar sus vacaciones, desde la primavera a finales de invierno, sin dudar del éxito de su opción.


    Nombrada Poiana Soarelui” (El claro del Sol) situada a 13 kilómetros de Brasov, ciudad – fortaleza medieval, ubicada el centro del país, en un paisaje desprendido de los cuentos de hadas, a una altitud de 1030 metros, en una zona rica en tradiciones y leyendas.


    El balneario cuenta con una red de hoteles modernos, de chalets rusticos y una infraestructura apropiada para los deportes de invierno y tambien para los paseos en barco en el lago del centro de la estación, así como para practicar la pesca y la natación.


    En verano hay una temperatura media de 20 grados, con poca lluvia. Instalaciones por cable llevan a los turistas a las cimas de las montañas, donde pueden admirar paisajes inolvidables o hacer senderismo por los caminos marcados. Las tardes se pueden pasar en los restaurantes típicos, en las discotecas, probando comida típica o escuchando música rumana.


    Los interesados pueden hacer excursiones a los alrededores, a Bran, con el famoso castillo de Bran, a las pintorescas aldeas de Sirnea, Rucar, a las iglesias campesinas de Harman o Prejmer y, claro está, a la ciudad de Brasov, que combina la arquitectura medieval con la moderna. En Brasov se pueden visitar la ciudadella, la Iglesia Negra, o el barrio Schei, que enriquece el viaje con detalles culturales interesantes.

  • La aldea de Corbu, cerca de Navodari

    La aldea de Corbu, cerca de Navodari

    Hoy haremos un alto en la aldea de Corbu, cerca del balneario de Navodari. A tan sólo 11 kilómetros de distancia se encuentra esta maravillosa aldea. Esta zona se ha convertido en un punto de gran atracción turística para los vecinos de Constanta, porque esta ciudad puerto al Mar Negro se encuentra a 34 kilómetros de distancia. Corbu es la aldea preferida de los aficionados a la pesca, debido al lago con el mismo nombre.



    Hace más o menos 15 años, un hombre de negocios construyo allí una cabaña de madera, para alojar a los turistas. Más tarde el turismo en la zona se vino desarrollando y fueron construidos también un terreno de fútbol y otro de tenis. Pues, no muy lejos de la ciudad, la aldea de Corbu es perfecta para pasar el ocio porque te ofrece muchas posibilidades para pasar el tiempo libre. Los aficionados a los deportes pueden jugar un partido de fútbol, por ejemplo. Los que prefieren relajarse pueden dar un paseo en barco, en un lago que hechiza a todos los que paran sus miradas en el agua cristalino por más de dos minutos.



    La flora y la fauna de la zona son impresionantes. El lago parece un pedazo desprendido del Delta del Danubio, debido al gran número de animales salvajes que habitan allí. Los pájaros y los animales cohabitan en plena armonía, creando un espectáculo inédito de la naturaleza. En la zona también se pueden tomar baños de sol, porque el mar queda a tan solo 5 kilómetros de distancia.


    De noche, en medio de la oscuridad, el lago reina en la zona. Si damos un paseo de noche, podemos admirar, en la superficie del agua, a los pelícanos, a las gaviotas o a los cisnes.


    Durante los veranos, en la aldea de Corbu se organizan campamentos para los alumnos rumanos y para los extranjeros. De noche se reunen todos alrededor de las fogatas, bailan, cuentan chistes… En pocas palabras, se divierten de las mil maravillas.



    Porque muchos hombres de negocios se dieron cuenta del potencial turístico de la zona, se proponen invertir más. Es interesante que una mujer puso en la zona un negocio medio raro. Tiene un criadero de avestruzes. Aunque los especialistas afirman que el tamaño del cerebro de estas aves es más reducido que el tamaño de sus ojos, pues no son demasiado inteligentes, es muy interesante la forma de actuar de estos animales. Los que cuidan de ellos te pueden contar muchas historias muy interesantes.



    Queridos amigos, otra vez, les ruego cierren por un momento los ojos para imaginarse esta aldea, un lugar perfecto para pasar las vacaciones, tanto para los que van allí en busca de la tranquilidad, como para los que quieren practicar deportes náuticos o de cualquier otro tipo.


    Muchos no saben de la existencia de este lugar, pero estoy seguro de que después de estar allí una sola vez no van a querer pasar sus vacaciones en otra parte.

  • Las supersticiones de los rumanos

    Las supersticiones de los rumanos

    Unas vacaciones en el mundo de las aldeas te ofrecen la oportunidad de encontrarte con cautivadoras creencias populares. Junto a los días de fiesta del Santo patrono de cada iglesia, a las fiestas campesinas o a las ferias anuales, muchas de estas supersticiones y prácticas antiguas son festejadas con mucha pompa y siempre estarán invitados a tomar parte en ellas.



    La creencia popular dice que, el día del 24 de junio, alrededor del solsticio de verano, las plantas tienen el mayor poder para curar y quien las recoge tendrá buena suerte y gozará de buena salud durante todo el año. Es la fiesta que, celebrada a mediados del verano, en Muntenia y en Dobrogea se llama “Drăgaică”, y en Transilvania, Moldavia y Oltenia — “Sânziene”. Ambas denominaciones vienen de una planta con flores amarillas, que crece en claros de bosque y en calveros, en las llanuras, pero también en las regiones montañosas. La flor de “sânziana” o de “drăgaica” se pone, en forma de corona, tanto en las puertas, para alejar el mal y para el recuerdo de los muertos, como en los cuernos de las vacas, para alejar las almas en pena y cualquier espíritu malo.


    El agua juega un papel muy importante en la vida de los rumanos. La rociada con agua es común para varios rituales. Una de las más hermosas costumbres se celebra el 6 de enero, el día de Reyes — cuando se celebra el bautismo de Jesucristo. El agua es sanctificada en la iglesia, durante una ceremonia impresionante. El cura va luego a cada casa, rociando las paredes, igual que los establos del ganado, con un ramo de albahaca mojado en este agua, llamada “aghiazmă” (agua bendita). Es una antigua costumbre que, el día de Reyes, los curas tiren una cruz de madera en un agua corriente — en algún río, en el Danubio o incluso en el Mar Negro. Luego, los jóvenes saltan al agua y compiten para llegar los primeros a la cruz y traérsela al cura.


    Los árboles también ocupan un lugar especial dentro del universo de las creencias rumanas. El abeto acompaña la ceremonia de la boda y la de los funerales; los que mueren jóvenes tienen una canción ceremonial, en la que se dice que el abeto abre sus ramas para llevar al hombre al otro mundo…


    Los rumanos aman el albahaca, esa planta a la que consideran sagrada, poniéndola en sus casas, en sus iconos y en sus ventanas, llevándola en ramos de flores a la iglesia. Si quieres tener buena suerte, hay que tener albahaca contigo. Las chicas se la ponen en las trenzas; si la sacan de la bandera de la iglesia, se dice que tienen la oportunidad de gustar mas a los chicos y de casarse pronto.


    El día 14 de septiembre, los rumanos celebran El Día de la Cruz. La creencia popular dice que las frutas y las plantas recogidas este día tienen la capacidad de curar cualquier enfermedad. El Día de la Cruz marca el comienzo de la recolección de uvas, santificándose la vid, pero también las bodegas en las que se guardarán los barriles con vino.


    El día 30 de noviembre se celebra el día de San Andrés. Este día, las chicas cocían una tortilla (pan) especial y se la comían con emoción, porque en la noche, al soñar, tendrá el don de hacer aparecer a los que llegarán a ser sus esposos. El 30 de noviembre era nombrado por los campesinos “El día del Lobo”, animal al que los dacios, los antepasados de los rumanos, adoraban de una manera muy especial. Llegaba el momento cuando su nuca inmóvil se movía, cuando la astuta fiera cobraba una desenvoltura extraña, en un impulso descontrolado de lanzarse encima del ganado y de los hombres. El que era mordido por el lobo el día de San Andrés — como dice la superstición — se transforma en un espíritu maligno, mitad hombre, mitad animal. Para cuidarte, utilizabas el poder del ajo; debías untarte todo el cuerpo con él, luego untar las puertas, el picaporte, las ventanas de la casa y los establos del ganado…

  • Palacios y casas señoriales II

    Palacios y casas señoriales II


    El Palacio Cotroceni. Historias de amor que parecen desprendidas de una novela se relacionan con el estilo arquitectónico del palacio Cotroceni, tan admirado por los lugareños de la capital. Hay quienes cuentan que el vaivoda Şerban Cantacuzino (época en que fue traducida la Biblia, 1688) tuvo relaciones amorosas con la hermosa Anastasia, esposa del vaivoda Duca-Vodǎ. En el momento en que se enteró de esta relación, el cornudo mandó castigaran al impostor. Sin embargo, parece que éste logro escaparse y se escondió en la colina de Cotroceni y juró que construiría un templo religioso dedicado a Dios. Desde 1679, fueron construidos un monasterio, una iglesia y varios edificios vaivodales.


    A finales del siglo XIX, otra historia de amor se relaciona con la reconstrucción del palacio Cotroceni. En 1893, Ferdinand — sobrino y heredero del primer rey de Rumanía, Carol I de Hohenzollern Sigmaringen — se casó en este lugar con la nieta de la actual reina de Inglaterra. Ferdinand mandó fuesen demolidas varias casas señoriales y se construyera un palacio para su adorada y bella esposa, María, que era muy jovén (apenas tenía 17 años de edad) y que estaba asustada porque venía a un país desconocido. El edificio reflejó perfectamente los gustos refinados de la reina María, que durante toda su vida fue aficionada a lo Bello.


    Ubicado en medio de un parque, el palacio — construido según los planes del arquitecto francés Paul Gottereau, al estilo neoclasicista de finales del siglo XIX — iba a ser animado por la presencia llena de amor de la reina María. Hoy en día el palacio de Cotroceni es residencia del presidente de Rumanía. Desde 1990, el antiguo palacio real de Cotroceni abrió sus puertas en tanto que institución museística. Los objetos y el ambiente evocan tanto fragmentos del Bucarest de antaño, como rostros que desfilaron por allí durante los siglos agitados de la ciudad.




    El Palacio Şuţu. Está ubicado en el centro histórico de la capital, no muy lejos del kilómetro cero de Bucarest. En su inmediata cercañía se encuentran edificios muy antiguos como la iglesia y el hospital Colţea, la Universidad, la sede del Ministerio de Agricultura, que se parece a un palacio, pero también se encuentran edificios modernos como el hotel Intercontinental. El palacio Şuţu forma parte de la categoría de los edificios erigidos a principios del siglo XIX. En aquel entonces era una suntuosa casa señorial construida entre 1833 y 1835, por Costache Şuţu. Su hijo, Grigore Şuţu, modificó las fachadas al estilo romántico y neogótico, adornando la entrada al palacio con un sobradillo hecho de herraje y vidrio. Cabe mencionar que la valla metálica es obra de maeses que se graduaron de la misma Escuela de Artes y Oficios que el insigne Constantin Brâncuşi. En este palacio tuvieron lugar fiestas llenas de encanto. Hay quienes dicen que, durante la guerra de Crimea, se alojó en este palacio el gran Lev Tolstoi.


    El Palacio Şuţu fue restaurado en 1958 y desde 1959 alberga el Museo de Historia de la ciudad de Bucarest. Las colecciones abarcan objetos arqueológicos, documentos, fotografías, muebles, trajes de época, piezas numismáticas y objetos de arte que evocan la historía de la capital rumana, que, muy a menudo, es completada por maravillosas exposiciones de moda que recuerdan los tiempos remotos.



  • La localidad de Vatra Dornei

    La localidad de Vatra Dornei

    La localidad de Vatra Dornei está ubicada en la depresión Dornelor de los Cárpatos Orientales, nordeste de Rumanía, a unos 115 kilómetros de distancia de la ciudad de Suceava. Es un aliciente turístico en otoño, porque es una zona ideal para practicar el senderismo.



    Vatra Dornei es una localidad de unos 17 mil habitantes que llegan al doble en invierno o en verano, cuando los turistas acuden allí en gran número, en la epoca de las vacaciones. Esta localidad es también un balneario muy conocido gracias a sus 40 fuentes de agua mineral y gracias al aire muy fresco, no contaminado.



    Los documentos históricos atestiguan por vez primera su existencia a finales del siglo 16 y los primeros análisis de sus aguas minerales se realizaron a comienzos del siglo 19. En 1845 fue construido el primer edificio dedicado a los tratamientos balneoclimáticos.


    En Vatra Dornei se recomiendan tratamientos a los que padecen enfermedades cardiovasculares, reuma, enfermedades neurológicas periféricas y centrales. En los tratamientos se utiliza también el barro de turba que procede de un gran yacimiento de carbón, que está muy cerca de la localidad.



    Se pueden alojar en Vatra Dornei más de 1.800 personas, en hoteles, chalets, villas o pensiones turísticas de dos y tres estrellas.



    El parque de la localidad es uno de los atractivos turísticos de la zona debido a que allí se encuentra una verdadera reservación dentrológica, con especies raras de árboles y arbustos. También allí se encuentra un casino, que se está rehabilitando. Cerca del parque de Vatra Dornei hay un museo de las Ciencias de la Naturaleza que se centra en la flora y la fauna de la zona. Cabe mencionar que el museo alberga una interesante colección de mariposas, con ejemplares excepcionales, de todo el mundo.

  • La ciudad de Caransebes

    La ciudad de Caransebes

    Para llegar allí, la más fácil vía de acceso es en coche, saliendo de Bucarest, pasando por Alexandria, Craiova y Orsova. El viaje dura más o menos ocho horas en carretera. También existe la posibilidad de ir en tren. Cabe mencionar que hay dos trenes, uno que sale de Bucarest a las seis de la madrugada y otro que sale al mediodía. El viaje en tren dura menos, aproximadamente seis horas y media.



    Después de un viaje bastante difícil llegamos a una maravillosa ciudad, que fue mencionada por vez primera en un documento hace más de 720 años. Les aseguro que vale la pena emprender este viaje porque es suficiente dar un paseo por las callejuelas empedradas de Caransebes para enterarnos de una historia fascinante.


    Si uno decide hojear un álbum de fotos con antiguas imágenes de Caransebes se puede imaginar que está ante una obra de teatro, vera cómo paseaban por aquellas calles las señoras con sombreros grandes y los caballeros elegantes. Es una imagen digna de un estreno de teatro. El decorado serían las casas de hoy en día cuyas arquitectura es inspirada en la majestuosidad del arte clásico.


    Caransebes es una ciudad muy acogedora, es un importante centro económico, conocido como el más antiguo asentamiento del Banato. En el siglo XVI esta ciudad era famosa por los negocios que se hacían allí también gracias a su posición geográfica, siempre en la encrucijada de los caminos que unían la Europa central de la Oriental. A cada paso, parece que la ciudad te está recitando un fragmento de un libro de historia. No creo que existe placer más grande que el de reunirte con un testigo del pasado de nuestro pueblo. Nada más tienes que mirar con los ojos de la mente las iglesias, los museos, las calles estrechas y los parques tan bonitos que te rodean.


    Cada ciudad tiene sus edificios de culto con los que se enorgullece, dispone de oasis de tranquilidad donde los feligreses se reúnen para celebrar diferentes fiestas o pura y simplemente para meditar. Caransebes, más que cualquier otra ciudad, parece haber heredado iglesias antiguas y monasterios fascinantes. Hace algunos años terminaron las obras de la nueva Catedral Ortodoxa, La Resurrección de Jesucristo. Prácticamente no existe viajero que no permanezca por lo menos diez minutos contemplando su majestuosidad. La parte oéstica es adornada de un mosáico que representa un icono, el Domingo de Tomas, que mide unos 28 metros cuadrados.


    Es fascinante poder viajar, conocer lugares cargados de historia y personajes pintorescos que son orgullo de cada ciudad. En mi opinión esta zona es perfecta para pasar las vacaciones porque por una parte de ofrece la posibilidad de satisfacer tu curiosidad de “investigador” y por otra parte tienes la oportunidad de visitar los alrededores, de emprender un viaje al monte vecino. Los aficionados a la pesca seguro que pasaran allí momentos inolvidables. Para los más jóvenes existe la posibilidad de hacer senderismo o, durante el invierno, esquiar.


    Caransebes se puede enorgullecer no solo con todo lo mencionado más arriba, sino también con una fauna impresionante. Desde 1918 existe allí un club de caza, que dispone de 95 mil hectáreas. El oso, el ciervo y el gallo montés son tan solo algunos de los tesoros del fondo cinegético local.

  • El monasterio de Sihla

    El monasterio de Sihla

    Para llegar a Sihla tienes que subir la Montaña. Uno tarda unos 20 ó 30 minutos, en coche, pero aún así es bastante difícil llegar a la puerta del monasterio. De costumbre, los turistas dejan los coches en un aparcamiento y continúan subiendo a pie, pero todo este esfuerzo queda bien recompensado cuando empieza a vislumbrarse el monasterio. Las celdas de los monjes, por el blanco de la cal, parecen nuevas, pero la iglesia, de dimensiones reducidas es muy antigua. Fue construida por orden de los Cantacuceno en 1741. En 1813, el cura encargado decide modernizar la construcción.



    Uno puede visitar el monasterio, sin pagar tasas como en el caso de otros edificios religiosos. Podríamos pensar que esto fue todo, pero no, recien ahora empieza lo más interesante de nuestro viaje imaginario de hoy. Desde este punto, subes dos o tres peldaños de cemento y llegas a un claro, donde se puede vislumbrar también otra iglesia, esta vez se trata de una iglesia de madera, que está al amparo de unas peñas gigantescas. Esta iglesia fue erigida también por orden de un representante de la familia Cantacuceno, en 1763. Tiene forma de barco, sin torre o campanario y de alto no supera la altura de una persona. Si uno continúa por la misma senda por la que llego a este pedacito que parece desprendido del cielo, llega a la cueva de Santa Teodora, también escondida entre las peñas enormes. Este es el lugar donde reza la leyenda que vivía Santa Teodora, conocida también como la protectora de los Montes Cárpatos. Para que este lugar pueda ser considerado perfecto, un poco más arriba, hay un arroyo, un manantial…



    De Sihla a Varatec, hay dos opciones, sea continuamos el viaje por el bosque, lo que se puede hacer en verano, sea volvemos un poco hacia Tg. Neamt. Esta segunda variante parece mejor. Del camino que lleva a Piatra Neamt, se desprende una carretera rumbo a la aldea de Agapia, y que finalmente lleva al monasterio, al que logras ver solamente cuando estes a sus pies. Ubicado en las faldas de Muncel, rodeado por el arroyo Agapia, el monasterio es vigilado por los angeles. Es un lugar donde reinan la paz y la tranquilidad, esta zona es un verdadero remedio del alma y la vista, porque las flores de todos los colores parecen una alfombra. Cuando vas rumbo al monasterio, las casas blancas, que también tiene flores en las ventanas, te anuncian que estás por llegar. Pero cuando pisas el umbral del monasterio, por debajo del campanario alto, tu espíritu esta a sus anchas.


    El elemento principal que sigue despertando el interés de los turistas desde hace ya tantos siglos es la pintura interior del monasterio, realizada en el período 1858-1862 por el célebre pintor Nicolae Grigorescu.

  • El Cementerio Alegre de Sapantza

    El Cementerio Alegre de Sapantza

    Atrae a los turistas por su originalidad: lápidas coloreadas, con un dibujo representando una escena de la vida de la persona fallecida, acompañado de un poema humorístico describiendo a la respectiva persona.


    Este cementerio es diferente de los otros cementerios rumanos ya que los rumanos consideran la muerte como un momento muy solemne. Se asocia este cementerio a la cultura del Dacios cuya filosofía se basaba en la inmortalidad del alma y que consideraba la muerte como un momento de alegría ya que la persona llegaba a una vida mejor.






    A unos 25 km de distancia de Vadu Izei, está situado el pueblo de Sapantza, mencionado por vez primera en un documento en el año 1373. Este documento determinó la división entre Sapanta y Campulung. Sapantza tuvo una iglesia de madera muy vieja que se incendio, pero otra nueva se construyo en 1886 para servir la comunidad. Sapanta es probablemente el más conocido lugar de Maramures.




    El nombre de Sapantza es vinculado a un objetivo extraordinario: El Cementerio Alegre que es un museo popular de arte, original. El Cementerio Alegre de Sapantza, único en mundo por su originalidad, es una de las maravillas rumanas. Aquí el espíritu nativo de rumanos está todavía vivo: somos felices cuando alguien muere, porque el espíritu tendrá la oportunidad de irse a un viaje espiritual; usted solo tiene que verificar las inscripciones – ellos muestran el sentido del humor de los campesinos rumanos. El iniciador del Cementerio Alegre es el artesano popular Ioan Stan Pătraș. Durante su vida, él creó un gran número de escenas en las tumbas que se pintan en Sapantza.

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    El había creado y tallado su propia cruz, que ahora marca su tumba. La casa en la que el artista vivió y creó es ahora un pequeño museo, que lleva su nombre. La intención de Ion fue la de crear un lugar de celebración para los seres queridos que se fueron de este mundo. El acabó por crear una de las atracciones más visitadas en Rumania, así como un sitio verdaderamente extraordinario en el mundo. En el taller-museo, discípulos de Pătras continúan tallando cruces similares. Las cruces talladas y coloreadas reproducen las cualidades y de modo especial los defectos del fallecido. El cementerio ha llegado a ser una crónica de la comunidad local.


    El Cementerio Alegre debe su nombre a los colores vivos de las cabeceras en que se pintan ingenuamente las escenas que narran la biografía del difunto. Las frases son a veces líricas, a veces irónicas, pero siempre sinceras.



    El Cementerio Alegre de Sapantza, llamado Museo Popular de Arte, es un orgullo de la comunidad, único en el mundo. Sapanta en si es un lugar alegre, y esto se debe en gran medida a que la gente que vive allí, casi todos se dedican a la artesanía, acompañan cada acontecimiento de la vida por muchos colores, colores vivos. Además del cementerio, Sapanta es celebre por sus alfombras de colores y por los objetos de artesanía creados allí.


    Con frases irónicas se describe rápidamente la personalidad del difunto. El texto se refiere a anécdotas de la vida del difunto, o a detalles de cómo murió.

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    Algunos textos curiosos que el visitante puede encontrar en el Cementerio Alegre dicen: “Aquí descansa mi suegra, si hubiera vivido otro año más, yo ocuparía su lugar; “Arde en el infierno, maldito taxi que viniste desde Sibiu. Con lo grande que es Rumanía… ¿No pudiste encontrar otro lugar donde parar? ¿Tuvo que ser frente a mi casa, para matarme?; “Aquí yace mi mujer, fría como siempre o “Aquí yace mi marido, al fin rígido. Acompañados los textos por representativas imágenes pintadas, resulta un atmósfera humorística que demuestra que la muerte no tiene que ser percibida como algo tan lúgubre.

  • Visita a la aldea de Homorod

    Visita a la aldea de Homorod

    Homorod es uno de los más antiguos pueblos creados por los colonistas sajones, hace más de ocho siglos. En el centro de la aldea se encuentra la iglesia, que incluso hoy en día conserva su estructura inicial. De varios documentos, nos enteramos de que en el año 1500, en el asentamiento llamado Homorod o Hameroden, había unas 60 familias, 4 pastores y un cura. Todas las calles llevaban a la famosa iglesia, que era una especie de corazón de dicho pueblo.



    Con el tiempo, la aldea ha venido desarrollándose y las casas de los recién llegados eran construidas por sus propietarios cuanto más lejos del centro. De las estadísticas de la Alcaldía nos enteramos de que en el año 1910, en la aldea de Homorod, el 70% de los que vivían allí eran sajones, mientras que el resto, el 30% eran rumanos, pero 30 años más tarde los porcentajes se inversaron. Después de la Guerra, cuando gran parte de los sajones de Transilvania fueron desterrados y, más tarde, durante el régimen comunista, cuando muchas familias salieron de Rumanía, para establecerse en Alemania, los sajones de la región de Transilvania casi desaparecieron por completo. Sus casas grandes y bonitas bien fueron vendidas, bien fueron ocupadas abusívamente por los gitanos.



    Hoy en día, la región de Homorod es célebre gracias a los centros balneclimáticos. Dichos centros no se encuentran en la aldea, sino a unos 3 kilómetros de distancia, pero lo más grave es que están en la ruina. Hasta que el nuevo propietario de los terrenos decida venderlos o invertir una fuerte cantidad de dinero para rehabilitarlos, el más importante objetivo turístico sigue siendo la iglesia, monumento arquitectónico del siglo XIII. Cabe añadir que esta iglesia está en la lista de los monumentos que forman parte del patrimonio nacional.



    También son impresionantes las historias de los pocos sajones que todavía viven en la aldea de Homorod. Aunque sus hijos se hayan ido hace mucho tiempo a Alemania, algunas personas, muy pocas, ya entradas en edad, prefirieron quedarse en Homorod. Esta es su patria, este es su país. Muchos de ellos nacieron allí y no pueden dejarlo todo para empezar una nueva vida, no pueden borrar de su memoria los recuerdos bonitos.



    Hay quienes dicen que el panorama que te ofrece la torre es única. Vale la pena subir todos aquellos peldaños porque, al final, el regalo que te ofrece la naturaleza es maravilloso. La iglesia fortificada permitía a los lugareños continuar sus trabajos también en tiempo de sitio, porque había suficiente espacio para almacenar los víveres. En este sentido, en el caso de la ciudadela de Homorod, se contruyó la Torre del Tocino. Cada familia entraba allí solamente los domingos y sacaba víveres para toda la semana. En tiempo de guerra, es importante que las aldeas no se queden sin agua, pero en el caso de la aldea de Homorod éste no era un problema. Por debajo de la iglesia pasa un arroyo y su agua sale en el interior de la iglesia. Tal vez por esto los lugareños lo llaman el arroyo bendito.



    Hoy en día, los que deciden visitar las ciudadelas campesinas, como es también el caso de Homorod, se pueden enterar de cómo se fueron desarrollando los sistemas de defensa durante la época medieval. Aún más, la iglesia de Homorod es un verdadero museo, porque allí los turistas se enteran también de las condiciones de vida, en tiempos de guerra o de paz, de los sajones de la región de Transilvania.



    Realizador: Valeriu Radulian

  • El Monasterio Secu, de Rumanía

    El Monasterio Secu, de Rumanía

    Estimados oyentes, hoy vamos a visitar el Monasterio Secu, de la región de Moldavia, un monasterio que fue construido 500 años atrás.


    Dicho monasterio, al igual que los demás edificios religiosos, funcionaba antaño en tanto que una verdadera ciudadela, siempre preparada para defender la zona en contra de los conquistadores. Hoy en día recibe a los feligreses que sienten la necesidad de acercarse a Dios. El recinto del monasterio a veces es demasiado pequeño, porque cuando hay alguna fiesta la gente acude a este monasterio en gran número.



    Nuestro destino turístico de hoy, el monasterio de Secu, está situado a 22 kilómetros de distancia de la ciudad de Targu Neamt. Como siempre, para empezar os digo cómo se puede llegar allí, desde Bucarest, que es la capital, el más importante punto de enlace. Pues bien, en coche el viaje dura bastante. Sigues el camino europeo E 85 hasta la ciudad de Bacau, luego el camino departamental 15 hasta Piatra Neamt. Desde allí llegas bastante rápido al monasterio de Secu. Si decides ir en tren, tienes que saber que hay uno que sale de Bucarest, desde la Estación Norte y llega a Piatra Neamt a las dos de la tarde. Desde allí tienes que ir en un microbús hasta el monasterio.




    Pues después de un viaje que cansa bastante, encuentras por fin la oasis de tranquilidad que buscabas. El sentimiento de gratitud se apodera de ti, gratitud a la historia, a los que construyeron aquel lugar. Los príncipes moldavos, cada vez que ganaban una lucha mandaban construir un monasterio, esta era la forma que habían encontrado de dar las gracias a Dios por haberles apoyado y protegido.


    Dicho monasterio aparece mencionado por vez primera en un documento hace ya 500 años. Del este documento nos enteramos que en el año 1500 un grupo de monje buscaban por la zona un lugar para edificar un monasterio. Quedaron fascinados con aquellos parajes, pero parece que el monasterio fue construido 30 años más tarde. Al principio no era el edificio imponente que vemos hoy en día, pero con la ayuda del príncipe reinante de aquella época y debido a las donaciones de los feligreses todo vino desarrollándose con suma rapidez y al final se convirtió en una ciudadela preciosa, rica y preparada a hacer frente a cualquier invasor.


    A finales del siglo XVI Nestor Urechhe y su esposa, familia de nobles, deciden reconstruir el monasterio, pero esta vez utilizando la piedra. Hay quienes dicen que el noble había prosperado mucho durante el reinado de Ieremia Movila. Recibía dinero de 70 aldeas y por esto se había vuelto muy rico. La ciudadela tiene forma rectangular y en medio de la misma se encuentra la iglesia grande.



    Esta iglesia es rodeada por las celdas de los monjes. Cabe mencionar que desde el 15 de abril hasta el 15 de octubre, los turistas pueden encontrar alojamiento allí mismo, en las celdas de los monjes, pagando unos 15 euros por persona. Yo estoy seguro que los que se animan hacer este viaje a Rumanía y visitar esta zona preciosa no se van a arrepentir. Luego, al irse, pueden llevar consigo recuerdos maravillosos, hechos a mano por los mismos monjes. Se venden a precios módicos en una pequeña tienda de recuerdos. La mayoría son objetos religiosos, bendecidos por el cura del monasterio.



    Si quieres pasar unos días de tranquilidad, en medio de los abetos altos, comiendo comida sana atrévete a viajar al monasterio Secu de Moldavia, porque vale la pena visitar Rumanía.



    Amigos, aquí nos despedimos, porque termina nuestro viaje de hoy. Fue muy agradable pasar estos minutos en vuestra compañía, con motivo de nuestro encuentro semanal con el programa Vale la pena visitar Rumania. Recuerden nuestra dirección de correo electrónico: span@rri.ro. Poned la mención para Valeriu o para Vale la pena visitar Rumania. Estaré aquí también la próxima semana, en las antenas de RRI, con más información turística de mi país, pero hasta entonces, como siempre os dejo por unos instantes en compañía de los ritmos folclóricos rumanos. ¡Hasta la próxima, amigos!



    Autor: Valeriu Radulian

  • Cuevas rumanas

    Cuevas rumanas

    En 1920, el explorador rumano Emil Racoviţă fundó en Rumanía el primer instituto de espeleología del mundo. Desde entonces, se han creado 108 centros de espeleología con más de 10.000 miembros, que hicieron posible el descubrimiento, la exploración y a menudo la investigación científica de más de 12.600 cuevas. En esta edición, les presentamos datos históricos y curiosidades naturales, en un viaje imaginario por las cuevas más conocidas de Rumanía. Nos acompaña en este viaje, Daniela Bordea, investigadora científica en el Instituto Nacional de Espeoleología Emil Racoviţă”, la sección de Cluj Napoca, Marius Florea, miembro del Servicio Distrital Salvamont Salvaspeo Bihor, Oradea y Viorel Lascu, espeleólogo, ex presidente de la Federación Rumana de Espeleología.



    Los Montes Apuseni, en la zona occidental de Rumanía, son los más buscados por los aficionados a las cuevas. Ahí pueden emprender excursiones de un día o dos de duración, incluso de una semana, en que pueden visitar cuevas espectaculares, situadas muy cerca una de la otra. La Cueva Meziad fue acondicionada el año pasado, según nos explica Daniela Bordea, investigadora científica en el Instituto Nacional de Espeleología Emil Racoviţă”.



    La Cueva Meziad destaca, en primer lugar, por sus amplias galerías, con una altura que supera los 20 metros, sus formaciones kársticas, estalactitas, estalagmitas, columnas. Esta cueva también es conocida por sus grandes colonías demurciélagos, que son animales protegidos. Aunque el recorrido turístico no pasa por estas colonías, algunos murciélagos solitarios se pueden encontrar en el interior de la cueva. Se han descubierto ahí vestigios paleontológicos, como el oso de cueva, y además existen vestigios arqueológicos. Se han identificado fragmentos de cerámica y otros elementos que atestiguan la presencia del hombre en la Edad de Bronce.”



    La Cueva Meziad tiene alumbrado que ilumina el amplio espacio vacío en el subterráneo, lo que hace que este lugar sea espectacular. Es más, la Cueva Meziad está cerca de la Cueva con Cristales y de la Cueva de los Osos. Todas estas cuevas se pueden ver en una excursión de un día, según nos ha dicho Marius Florea, miembro del Servicio Distrital Salvamont Salvaspeo Bihor, que nos presenta seguidamente la Cueva con Cristales.



    Su nombre lo dice todo. El relieve dominante es de tipo kárstico, es decir montes bastante pequeños, más bien unas colinas bajas, con elementos de origen kárstico. Se pueden observar las dolinas, que son un tipo de depresiones en las galerías subterráneas. El acceso a la cueva se hace pasando por una galería artificial de la mina que cruza la galería de la cueva. Esta cueva no tiene entrada natural. Debido a esto, ahí se han formado algunos cristales sumamente bellos. La cueva no es grande. Cuenta con escaleras e iluminación eléctrica, y en el interior, además de estos cristales, se puede ver un pequeño museo de la mina. Los guías acompañan a los grupos de turistas y les amplían detalles sobre la mina y la cueva.”




    La estrella de las cuevas en Rumanía se halla también en los Apuseni: la Cueva de los Osos, conocida por su importante patrimonio paleontológico. Viorel Lascu, espeleólogo, ex presidente de la Federación Rumana de Espeleología, nos habla de este objetivo inédito.



    Ahí se hallan restos de osos de cueva, de leones de cueva, que ahora se están investigando. Este espacio no está abierto al público, pero se puede visitar en la exposición abierta en la entrada. Se trata de un recorrido turístico inédito, subterráneo, con facilidades modernas. El carácter inédito de esta cueva es dado principalmente por el paisaje subterráneo espectacular: hay rocas calcáreas perfectamente transparentes, la cueva es toda blanca e inmaculada. Hace mucho tiempo, en este espacio subterráneo, a causa de una avalancha, muchos animales quedaron atrapados El aspecto es impresionante, dado que restos de este tipo no son muy habituales en las cuevas. Durante este recorrido turístico, por todos lados se pueden ver huesos y cráneos de estos animales.”





    El cage diving (en español espeleología submarina) se practica en Rumanía desde 1980. Casi 33 años han transcurrido desde entonces, pero esta actividad todavía no es muy popular y los buzo instructores son escasos. Más detalles nos amplía el espeleólogo Marius Florea.



    Ahora se ha formado aquí un grupo, que se dedica a esta actividad y además recibimos en Rumanía las visitas frecuentes de un grupo que viene desde Hungría. Son buzo instructores, pero hay que decir que esto es un trabajo muy duro que requiere mucha preparación física. Les recomiendo el Parque Natural Domogled, en el Valle de Cerna. Cuenta con una gran variedad de cuevas, también con varias formaciones kársticas. Luego quisiera destacar el sistema kárstico Ponorici-Cioclovina. Un sistema kárstico significa al menos dos cuevas que son interconectadas. Se pueden visitar, pero el recorrido es muy difícil. Los turistas necesitarán un mínimo equipamiento de protección, un sistema de alumbrado y, condición obligatoria, guías especializados. A Ponorici-Cioclovina no vamos sólo para dar un paseo. Rumanía figura entre los pocos países que han conservado su naturaleza salvaje, su fáuna que incluye grandes carnívoros en libertad y su relieve es un encanto, debido a la diversidad de elementos: valles, depresiones, cuevas, cimas de los montes. Todos los que aman a la naturaleza podrán disfrutar de los Cárpatos rumanos.”



    Para todos ustedes, especialistas en espeleología o solo turistas que quieren ver las bellezas de las cuevas, la parte occidental de Rumanía será el lugar idóneo. Con una simple búsqueda en internet, encontrarán muchas agencias de viaje que les ayudarán a planear sus vacaciones personalizadas, para que puedan disfrutar de las atracciones en las cuevas rumanas.